El activista chino ciego que escapó en 2012 a su arresto domiciliario para refugiarse en la embajada de EEUU en Pekín habla con EL PAIS en el Foro de la Libertad de Oslo
Oslo, May 13.─ Aunque Chen Guangcheng lleva años luchando por los derechos humanos en China, especialmente en las áreas rurales, alcanzó notoriedad mundial en abril de 2012 al escapar del arresto domiciliario al que estaba sometido y encontrar refugio en la Embajada de Estados Unidos en Pekín, desde donde, después de una difícil negociación diplomática, fue trasladado a Nueva York, donde hoy vive.
Chen, ciego desde su infancia, se formó por su cuenta como abogado para desafiar ante los tribunales de su país las leyes represivas del régimen comunista, especialmente la que obliga a las esterilizaciones forzosas dentro de la política oficial de un solo hijo por familia. Finalmente, él mismo fue condenado por desórdenes públicos y confinado a su residencia.
Con 42 años de edad, es actualmente profesor visitante en la escuela de leyes de la Universidad de Nueva York y mantiene su actividad de denuncia de la situación política en su país. EL PAÍS ha hablado con él en Oslo, donde participa en el Oslo Freedom Forum, una conferencia anual de activistas contra regímenes represivos que ha crecido tanto en influencia que se la conoce ya como el Davos de los derechos humanos.
Pregunta. ¿Cómo recuerda el episodio de su huída del lugar de detención y su refugio en la Embajada?
Respuesta. Fue algo terrorífico y emocionante al mismo tiempo, pero la verdad es que hoy lo recuerdo más bien como un episodio emocionante.
P. ¿Qué detalles le marcaron más de ese suceso?
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