- Casi la mitad de las egipcias declara sufrir agresiones sexuales a diario
- Se culpa a la manera de vestir de las víctimas, pero el 72% usaba 'hiyab'
El Cairo, Ene 6.─ Dalia Youssef nunca sale de casa sin sus auriculares. Y no es solo porque a esta joven cantante y compositora amateur le apasione la música, sino porque los utiliza como escudo protector ante una de las más extendidas epidemias que padece Egipto: el acoso sexual. "Antes me costaba salir a la calle. Me agobiaba y deprimía escuchar cada día los comentarios soeces que me lanzaban desconocidos. Ahora, con los cascos, ya ni me entero", comenta en un popular café de El Cairo.
El acoso sexual suele suceder a plena luz del día y, aunque parezca ilógico, los lugares de mayor riesgo son los más concurridos, como las manifestaciones. Recientemente, una corresponsal de la cadena France24 tuvo que ser rescatada de una turba (foto) que se abalanzó sobre ella tras un directo desde la plaza Tahrir. Un momento especialmente peligroso es el fin del aid el adha, la fiesta del cordero. En la de este año, varias asociaciones de mujeres denunciaron cientos de actos de agresión sexual, realizados sobre todo por grupos de adolescentes.
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