Candidatos oficialistas son derrotados en la Capital, Guayaquil, Cuenca, Sto. Domingo de los Tsachilas y muchos otros municipios
Presidente Correa admitió que la pérdida de Quito y Cuenca "es un importante revés"
El Consejo Nacional Electoral se retrasa en la trasmisión de la información
Quito, Feb.24.─ El candidato a la alcaldía de la capital de Ecuador, Mauricio Rodas (en la foto), obtuvo el 58,7% de los votos en las elecciones regionales del domingo, contra 39% del aspirante a la reelección, el oficialista Augusto Barrera, según los resultados de encuestas a boca de urna realizadas por firmas privadas autorizadas por el organismo electoral y transmitidos por medios de comunicación.
Hasta el momento, los resultados oficiales del conteo rápido a cargo del Consejo Nacional Electoral (CNE) no arrojan datos representativos debido a un retraso en la transmisión de la información.
Written by Carolina Ossandon on .
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El Dr.Antonio Llaca nuestro valioso e infatigable colaborador de Venezuela, lanzará próximamente su novela Señores, ¡yo no me dedico a eso!. A continuación un interesante comentario sobre la nueva obra del Dr. Llaca.
Antón Chejov dijo alguna vez que la medicina era su esposa y la literatura su amante, para referirse así a las dos profesiones que lo apasionaron durante su vida. Un poco más tarde Arthur Conan Doyle creó a uno de los investigadores más famoso del mundo, Sherlock Holmes con su inseparable doctor Watson. Mucho más reciente, el cineasta Steven Spielberg nos presentó la obra de Michael Crichton con la saga de Jurassic Park, en donde vimos renacer la prehistoria a través de los avances en los estudios de la genética.
Estos tres hombres no son los únicos médicos que han dado rienda suelta a su imaginación para crear entrañables historias, dramas, comedias, poesía... De la mano de muchos hombres de ciencia han nacido grandes éxitos de la literatura, y por qué no decirlo, han dado un aporte importante en el mundo de las letras.
Sin la intención de hacer comparaciones con los escritores citados, pero sí con las ganas de hablar sobre el talento humanista de quienes ejercen la medicina, hoy queremos presentarles la nueva novela del médico cirujano Antonio Llaca, "Señores, ¡yo no me dedico a eso!"
Autor y obra.
El doctor Antonio Llaca emigró de Cuba en 1995, y comenzó a publicar una vez en suelo venezolano. Primero en la Revista Desafíos, perteneciente a la organización Solidaridad de Trabajadores Cubanos, y luego en distintos medios impresos y digitales fuera de la geografía cubana.
Señores, ¡yo no me dedico a eso! es la primera novela de Llaca, pero su quinto libro. Hace unos diez años publicó "Cuba y Integración Latinoamericana", un ensayo acerca de la historia del país caribeño y su relación con el resto de naciones de nuestro entorno. Posteriormente dio forma a "Relatos breves y otras cosas más: Sardinas en botella", para luego participar en otros dos libros, los cuales son una compilación de artículos propios como de otros amigos.
Written by José Álvarez Junco on .
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Una guerra dinástica, típica del Antiguo Régimen, no se puede explicar como un conflicto nacional entre España y Cataluña.Tampoco la unión de reinos bajo los Reyes Católicos fue el nacimiento de una nación
Puede que alguien que no haya dedicado mucho tiempo a pensar sobre estas cosas crea que la Historia es un saber más o menos científico u objetivo sobre el pasado, algo así como la Medicina lo es sobre las enfermedades o la Química sobre las propiedades y combinaciones de los elementos naturales. A poco que haya reparado en la diversidad de opiniones entre los historiadores, sabrá sin embargo que hay diferentes versiones y supondrá que existen, en algunos casos, manipulaciones intencionadas.
Existe, por supuesto, la historia, con minúscula, entendiendo por este término la sucesión de acontecimientos humanos ocurridos en el pasado. Pero esa misma palabra con la que designamos a los hechos pretéritos se usa también —normalmente con mayúscula— para referirse a la construcción intelectual escrita sobre esos hechos. Es la Historia académica, una actividad que algunos de sus practicantes defienden como científica. No lo es, desde luego, en el mismo sentido en que puedan serlo las ciencias duras, en primer lugar porque el número de variables que entran en cada fenómeno es poco menos que infinito; es decir, que las “causas” de los hechos históricos no son únicas, ni en general claras. A estos asuntos se les puede aplicar aquello que dijo Oscar Wilde sobre la verdad: que raras veces es simple y nunca es pura.