Información sobre la Obra y el Financiamiento de la Iglesia

Muchas veces escuchamos a personas sin el conocimiento adecuado o por lanzar palabras al aire en contra de la Iglesia, o con el fin de herir y hacer daño, comentarios sobre la cantidad de dinero que se maneja -que la Iglesia Católica es muy rica, que los curas se hacen millonarios y que qué hacen con tanto dinero que reciben-; por este tipo de comentarios me he permitido tomar textualmente datos obtenidos de fuente fidedigna (La Enciclopedia Católica de ACI Prensa), los cuales, pienso, serán de mucha utilidad y ayuda para aclarar esos conceptos y para que tengamos herramientas suficientes para defender tan magna obra.

Desde los tiempos de la Iglesia naciente la comunidad cristiana ha buscado comprometerse socialmente, teniendo preferencia por los más necesitados.  Esto fue reconocido por el Emperador Juliano el Apóstata (332-363), quien fue un fuerte opositor de la Iglesia. La Iglesia católica fue fundadora de los primeros hospitales, asilos y orfanatos en la historia de Occidente desde la temprana Edad Media. Las primeras escuelas europeas nacieron de la labor de las Órdenes Religiosas, siendo las universidades más célebres las fundadas por los Papas. En Europa, de las 52 universidades anteriores al año 1400, varias fueron fundadas o confirmadas por los Papas, entre ellas: Universidad de París (La Sorbona), Universidad de Coímbra, Universidad de Montpellier, Universidad de Oxford, Universidad de Cambridge, Universidad de Heidelberg, Universidad de Leipzig, Universidad de Colonia, Universidad de Varsovia, Universidad Jaguelónica en Cracovia, Universidad de Lovaina, Universidad de Roma "La Sapienza", Universidad de Lérida, Universidad de Orleans, Universidad de Aviñón, Universidad de Padua, Universidad de Bolonia, Universidad de Pisa, Universidad de Ferrara, Universidad de Salamanca y Universidad de Valladolid. Otras que fueron fundadas posteriormente son: Universidad de Basilea, Universidad de Upsala, Universidad de Alcalá, Universidad de Vilna, y la Universidad de Varsovia.

La Iglesia Católica actualmente cuenta con misioneros religiosos y laicos de ambos sexos que realizan de forma regular obras sociales, tanto materiales como de apoyo moral y espiritual. En 1996, el Vaticano dedicó unos 5,2 millones de dólares a ayuda humanitaria, sin contar con los aportes que hicieron privadamente los laicos y las Órdenes Religiosas. 

En casi todas las diócesis del mundo, en los países donde le es permitido, la Iglesia Católica lleva a cabo algún tipo de obra social. Cuenta con numerosas fundaciones o pastorales parroquiales de ayuda tales como escuelas, dispensarios, centros de acogida para niños y ancianos, hospitales, centros de rehabilitación de toda índole, leproserías, etc. Los últimos papas han mostrado un marcado interés por los crecientes problemas sociales. Así, Juan Pablo II en una ocasión destinó 1,72 millones de dólares a poblaciones afectadas por calamidades y para proyectos de promoción cristiana; 1,3 millones a comunidades indígenas, mestizas, afroamericanas y campesinos pobres de América Latina; 1,8 millones para la lucha contra la desertificación y la carencia de agua en el Sahel. Esto entre otras ayudas menores de cientos de miles de dólares dirigidas a solucionar situaciones humanas críticas y estimular la solidaridad.  El Vaticano ha distribuido, a petición del Sumo Pontífice, 5 millones de dólares en el año 1997; 7 millones en 1998 y 9 millones en 1999, etc. Estas cifras han sido destinadas a ayudar a las poblaciones afectadas por catástrofes naturales o humanas.  Y en 1999 la suma destinada por el vaticano a ayudas en general ascendió a un total de 30 millones. 

 

ORGANIZACIONES ASOCIADAS

La agrupación católica de mayor presencia mundial, con mayor número de obras, es Cáritas, que realiza labores humanitarias y guía proyectos humanos, con presencia en los 5 continentes Cáritas Española por ejemplo, invirtió en 1999 más de 19 000 millones de pesetas (114,2 millones de euros) en la lucha contra la pobreza.  En 2009, y a pesar de la crisis económica que vivió el país aquel año, Cáritas Española destinó 230 millones de euros para ayudas sociales. Según datos del Anuario Pontificio dados a la luz en 2008, «las instituciones de asistencia y de beneficencia de identidad católica, en todo el mundo, son más de 114.738; de éstas, 5246 son hospitales; 17.530 son dispensarios; 577 son leproserías; 15.208 son residencias de ancianos, enfermos incurables y discapacitados». Por deseo de Juan Pablo II, desde 1984 existe una Fundación para la ayuda del Sahel, que promueve proyectos de desarrollo en países del norte de África afectados por la desertificación. Entre los años 2001 y 2004, la Fundación había invertido más de 9 millones de euros en distintos proyectos.  En Estados Unidos, la asistencia caritativa católica encuentra una organización corporativa en la Catholic Charities USA, que agrupa a más de 1700 asociaciones que trabajan en las diócesis y que apoyan a más de 9 millones de personas, según se informó en 2010.  La ONG católica Manos Unidas ha invertido (entre 2007 y 2009), 2,37 millones de euros en 68 proyectos orientados al desarrollo de Haití.

Educación

Hacia finales del siglo XX, la Iglesia católica educaba en el Tercer Mundo a un millón de universitarios, 96 millones en enseñanza media y 15 millones en la enseñanza primaria.   La Compañía de Jesús educa en Hispanoamérica a más de un millón de niños en las Escuelas Gratuitas de Promoción Popular "Fe y Alegría". En 1985 la Iglesia contaba alrededor del mundo con 45.562 jardines de infancia, con 3.786.723 niños en ellos. De estos centros, 3.835 estaban en África, 5.331 en América del Norte, 5.857 en Hispanoamérica, 6.654 en Asia, 23.566 en Europa y 319 en Oceanía. Este mismo año dirigía 78.160 escuelas primarias y elementales con 22.390.309 alumnos; atendía 6.056 hospitales, 12.578 ambulatorios, 781 leproserías, 10.467 casas para ancianos, enfermos crónicos, inválidos y minusválidos, 6.351 consultorios familiares, 6.583 guarderías infantiles, 7.187 centros especiales de educación o reeducación social y otros 23.003 centros asistenciales.  Hacia el año 2000, la Iglesia administraba 408.637 parroquias y misiones, 125.016 escuelas primarias y secundarias, 1.046 universidades, 5.853 hospitales, 13.933 centros de acogida para ancianos y discapacitados, 74.936 dispensarios, leproserías, enfermerías y otras instituciones. En total, la Iglesia es responsable de la educación de 55.440.887 niños y jóvenes, y dispone de 687.282 centros sociales en todo el mundo. 

Sanidad

Según el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, la Iglesia Católica administra y sirve el 26 % de los centros hospitalarios y de ayuda sanitaria existentes en todo el mundo.  Cuenta con 117.000 centros de salud (hospitales, clínicas, casas de alojamiento para huérfanos), 18.000 dispensarios y 512 centros para la atención de personas con lepra.  En el Vaticano existen más de 100 organizaciones que se dedican a repartir limosnas a los pobres de todo el mundo. 

La Iglesia Católica opera numerosos establecimientos de atención a las víctimas de la epidemia de sida alrededor del mundo. Se ha manifestado en el sentido de que los seropositivos al VIH merecen apoyo, comprensión y compasión. En 2010 se dio a conocer el uso de 1,2 millones de euros por parte de la Congregación para la evangelización de los pueblos (del Vaticano) para sostener el trabajo de 131 centros de prevención y tratamiento del sida, en 41 países.  La iglesia reconoce que la epidemia de sida es grave, pero se muestra crítica hacia las estrategias adoptadas en varios países. Por ejemplo, rechaza el modelo "biológico-higienista" adoptado en la educación sexual y las estrategias de prevención de la infección por VIH que incluyen el uso del condón.  Desde el punto de vista de la Iglesia Católica, la promoción del condón es un engaño porque no brinda protección total y alienta el adelanto de la edad de iniciación sexual. Como estrategia para detener la epidemia la Iglesia propone la promoción de un "preservativo moral", basado en la promoción de la fidelidad y la educación sexual familiar.

Financiamiento

En materia económica la Iglesia Católica no es una entidad centralizada, sino que las distintas personalidades jurídicas canónicas (provincias eclesiásticas, conferencias episcopales, diócesis, parroquias, asociaciones de fieles, etcétera) son titulares de su patrimonio y lo gestionan de forma autónoma, obteniendo los recursos según lo establecido en el Derecho canónico y las leyes civiles.  En general, la Iglesia Católica y sus instituciones se financian por varias vías, entre las que se pueden distinguir:

1. Aportaciones de las instituciones propias o ligadas a la propia Iglesia Católica.

2. Rendimientos económicos recibidos en forma de plusvalías de empresas e instituciones donde tiene capital invertido. 3. Aportaciones y recolectas directas o indirectas, tanto de carácter público como de carácter privado. 4. Financiación proveniente de las arcas públicas de muchos de los países donde tiene presencia. 5. Otras fuentes.

 La contribución de los Estados al sostenimiento económico de la Iglesia Católica es diferente en cada caso. En algunos países como España, Italia, Portugal o Hungría el Estado no financia directamente las actividades religiosas de la Iglesia, sino que los ciudadanos pueden elegir detraer un porcentaje de sus impuestos para esta causa.  Un sistema similar se da en Alemania o Austria, aunque allí se impone un impuesto eclesiástico a todo aquel que se declare católico para contribuir al mantenimiento de la Iglesia.  Sin embargo en países como Argentina, Bélgica o Luxemburgo, es el Estado el que se hace cargo de los sueldos y pensiones de los titulares de oficios eclesiásticos mediante una partida de sus presupuestos.  Todo lo contrario ocurre en otros países como Francia, donde no se permite subvención alguna con fondos públicos, aunque el Estado sí se hace cargo del mantenimiento de los templos que son de su propiedad (los construidos con anterioridad a 1905) y también paga a los capellanes de las fuerzas armadas, hospitales públicos y prisiones.  También puede darse que los países eximan a la Iglesia del pago de cierto tipo de impuestos o tasas, así como que otorguen subvenciones para restaurar o mantener el patrimonio artístico, para fomentar el mecenazgo, o para financiar instituciones católicas de carácter benéfico, de enseñanza o asistencial; entre otros.

Segmento del libro
"Y LA IGLESIA, QUÉ?
Es usted parte del problema o de la solución
"
por Angel de Jesús Tinoco
laicoylapalabra@aol.com

 
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