Que cambie USA para que cambie Cuba.
- Pablo Aguabella Valdivia
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Que cambie USA para que cambie Cuba.
21 May 2014 04:37 - 28 Jul 2024 00:23
Con esta frase se podría resumir la declaración emitida en estos días por una organización dirigida por un señor Saladrigas. Se insta al presidente Obama a usar sus potestades para “suavizar” el embargo y así propiciar y alentar la profundización de los cambios que el pueblo cubano necesita para atenuar los efectos de las políticas que, sordo a innumerables voces, se empeña en mantener el régimen cubano a pesar de su evidente fracaso.
Llama la atención que, siguiendo el viejo libreto de los que culpan a los Estados Unidos de todo lo malo que pasa en la Isla secuestrada, hambreada y amordazada por quienes debían buscar su bienestar y prosperidad, enfocan sus demandas hacia el Norte “abusador, prepotente y criminal”.
Y hacia el Sur, no hay reclamos, exigencias, pedidos, demandas de ningún tipo ?
Será posible que no se encuentre ni una letra que se refiera al régimen despótico, fracasado y mentiroso, dirigido con mano de hierro y terror de Estado por un grupo reducido de dinosaurios políticos, jefeados por fidel castro primero y por su hermano ahora ?
Alguien cree a estas alturas que si Obama “afloja” acabará en Cuba la represión política ?
Alguien cree que se acabarían las detenciones arbitrarias, los actos de repudio contra opositores pacíficos y las golpizas y amenazas constantes contra ellos ?
Creerá alguien que si el embargo se “suaviza” se permitirá el acceso irestricto a la información; al conocimiento de otras opiniones y corrientes del pensamiento; a la creación de medios de Prensa independientes y diversos y al acceso a las redes internacionales o internet ?
Se le ocurre a alguien creer que el régimen cubano, gracias a el cambio de actitud del vecino del Norte, permitirá la creación de Partidos políticos de diferente signo político que el oficial y, mucho menos, realizar elecciones libres y democráticas ?
Señor Saladrigas y acompañantes:
No son los Estados Unidos los que tienen que cambiar. Con sus virtudes y defectos ese es un país libre y de oportunidades donde los cubanos como usted y cientos de miles se han establecido, fundado sus familias, sus empresas; donde han encontrado trabajo mucho mejor remunerado que en su país y que les ha permitido, aún siendo humildes, una vida decorosa donde no ha faltado el pan en la mesa sin que haya que cerrar las puertas y ventanas para comer a escondidas un pedazo de carne o conversar con libertad de lo que está mal o el futuro que quisieran para Cuba.
El cambio real y verdadero debería empezar por cambiar a los gobernantes actuales y llamar al pueblo a nombrar, por los medios con que cuenta un verdadero Estado de Derecho, a quienes quieran que los gobiernen en adelante.
Y si la camarilla que detenta el poder en Cuba por más de 50 años se resiste, entonces todos los cubanos deberíamos unirnos para echarlos de una vez y producir los cambios necesarios.
No sé si usted es joven o viejo pero de seguro sabrá que la dictadura cubana jamás hará nada que haga peligrar su poder y su status quo. Jamás.
Y esto........ cambie quien cambie.
Llama la atención que, siguiendo el viejo libreto de los que culpan a los Estados Unidos de todo lo malo que pasa en la Isla secuestrada, hambreada y amordazada por quienes debían buscar su bienestar y prosperidad, enfocan sus demandas hacia el Norte “abusador, prepotente y criminal”.
Y hacia el Sur, no hay reclamos, exigencias, pedidos, demandas de ningún tipo ?
Será posible que no se encuentre ni una letra que se refiera al régimen despótico, fracasado y mentiroso, dirigido con mano de hierro y terror de Estado por un grupo reducido de dinosaurios políticos, jefeados por fidel castro primero y por su hermano ahora ?
Alguien cree a estas alturas que si Obama “afloja” acabará en Cuba la represión política ?
Alguien cree que se acabarían las detenciones arbitrarias, los actos de repudio contra opositores pacíficos y las golpizas y amenazas constantes contra ellos ?
Creerá alguien que si el embargo se “suaviza” se permitirá el acceso irestricto a la información; al conocimiento de otras opiniones y corrientes del pensamiento; a la creación de medios de Prensa independientes y diversos y al acceso a las redes internacionales o internet ?
Se le ocurre a alguien creer que el régimen cubano, gracias a el cambio de actitud del vecino del Norte, permitirá la creación de Partidos políticos de diferente signo político que el oficial y, mucho menos, realizar elecciones libres y democráticas ?
Señor Saladrigas y acompañantes:
No son los Estados Unidos los que tienen que cambiar. Con sus virtudes y defectos ese es un país libre y de oportunidades donde los cubanos como usted y cientos de miles se han establecido, fundado sus familias, sus empresas; donde han encontrado trabajo mucho mejor remunerado que en su país y que les ha permitido, aún siendo humildes, una vida decorosa donde no ha faltado el pan en la mesa sin que haya que cerrar las puertas y ventanas para comer a escondidas un pedazo de carne o conversar con libertad de lo que está mal o el futuro que quisieran para Cuba.
El cambio real y verdadero debería empezar por cambiar a los gobernantes actuales y llamar al pueblo a nombrar, por los medios con que cuenta un verdadero Estado de Derecho, a quienes quieran que los gobiernen en adelante.
Y si la camarilla que detenta el poder en Cuba por más de 50 años se resiste, entonces todos los cubanos deberíamos unirnos para echarlos de una vez y producir los cambios necesarios.
No sé si usted es joven o viejo pero de seguro sabrá que la dictadura cubana jamás hará nada que haga peligrar su poder y su status quo. Jamás.
Y esto........ cambie quien cambie.
Last edit: 28 Jul 2024 00:23 by Democracia Participativa.
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Re: CUBA - LA CARTA DE LOS CUARENTA
22 May 2014 19:26
LA INCIERTA ECUACION
¿Hasta cuándo tendremos los cubanos que estar evaluando iniciativas hacia Cuba que, siempre, a la larga, de una u otra manera, enriquecerian los cofres castristas? Y sucede tan frecuentemente que, aunque la decisión no pase por nuestras manos, debemos estar sopesando -moralmente-, a veces llevados simplemente por nuestra subjetividad patriótica, esas ideas o proyectos que conlleven dinero, finanzas y economía en atrevidas aperturas hacia el desgobierno de nuestra isla.
Esta situación se repite ahora mismo, en este Mayo del 2014, en los días en que celebramos nuestra independencia en el año 1902.
Ante cualquier análisis sobre le reciente iniciativa de 40 personas que suscribieron una carta dirigida al Presidente de los Estados Unidos para -entre otras cosas- liberar aún más las remesas enviadas a Cuba, surge una especie de lógica cantinflesca, contradictoria, al revisar los, a veces cacareados, pros y contras de la misma.
Por un lado, es cierto que la proposición, de ser aceptada por EEUU -y aprobada por el régimen- incluiría a más personas emprendedoras para iniciar o mejorar pequeños negocios, que pudieran convertirse en medianos/mayores si las autoridades isleñas cambiaran sus reglas o se hicieran de la vista gorda, aunque con la pregunta siempre en el subconsciente: ¿permanentemente o por el momento?
No se puede ignorar que esto también conllevaría una mayor ayuda a opositores y disidentes, así como más acceso financiero a ciudadanos de la raza negra sin familiares en el exilio. Estas rezones son esgrimidas, entre otras, por firmantes del petitorio para sustentar su punto de que estos pasos pudiesen acelerar la deseada transición hacia una Cuba democrática.
Limitemos exclusivamente este estudio al punto de las remesas en la Carta de los Cuarenta, para no extendernos demasiado. Basemos la fórmula en hechos históricos que nos pueden dar una idea de cuáles pudieran ser las respuestas a las incógnitas de la problemática ecuación bajo la cual estudiamos eternamente el caso cubano.
a) En la República Popular China se emprendieron grandes negocios de libre empresa hace ya algunas décadas y fueron inversiones nada más y nada menos que de exiliados chinos de Taiwán y es cierto que con éstas y otras aperturas un por ciento de la población china ha salido de la miseria. No obstante: 1) Todavía existe mucha miseria en el interior 2) Aún se ejerce la férrea “dictadura del proletariado” aunque maquillada con un consistente aumento del PIB anual así como por multitud de acuerdos internacionales e influencia de los intereses económicos de otras naciones. Cabe agregar que en Vietnan se está aplicando un procedimiento parecido.
Entonces habría que preguntarse objetivamente -si se puede- ¿sucedería lo mismo con Cuba si intentara el cacareado “modelo chino”con esta clase de aperturas económicas? ¿seria esta opinión fatalista o realista? ¿juzgariamos a los que intentan de alguna manera invertir desde afuera como sólo interesados económicamente o patriotas empeñados en la sana misión de salvar a Cuba? No hay fácil respuesta a nuestra eterna ecuación.
b) Si hipotéticamente aceptamos sin prejuicios -aunque sin ningún poder de ejecución- que de aplicarse estas medidas las mismas ¿conllevarían un inicio de independencia financiera para muchos cubanos, preludio de la independencia politica, o sólo agregaría un poco de arrebol a las asfixiantes regulaciones de la Isla para con los llamados “cuentapropistas”?
La habitual imprevisibilidad de las normas cubanas no nos pueden dar respuesta, como tampoco nadie puede garantizar que, de ser aceptada la iniciativa, lo que ella conlleva entraría formalmente en el marco jurídico de la dictadura o, simplemente, sería un temporal alivio, siempre con la idea de mostrar “cambios” al mundo, por parte de la aplastante burocracia.
Muchos dicen “para Cuba ya es hora” y así lo deseamos. Pero para que esto suceda hay que agregar mucha, mucha oración a cualquier acción por bien intencionada que ésta sea, para lograr de una vez por todas la ansiada respuesta a nuestra ecuación: la LIBERTAD de CUBA.
SEÑOR, SALVA A CUBA QUE SOLOS NO PODEMOS.
Efraín R. Infante
Asociación de Caballeros Católicos
Patria y Cultura
¿Hasta cuándo tendremos los cubanos que estar evaluando iniciativas hacia Cuba que, siempre, a la larga, de una u otra manera, enriquecerian los cofres castristas? Y sucede tan frecuentemente que, aunque la decisión no pase por nuestras manos, debemos estar sopesando -moralmente-, a veces llevados simplemente por nuestra subjetividad patriótica, esas ideas o proyectos que conlleven dinero, finanzas y economía en atrevidas aperturas hacia el desgobierno de nuestra isla.
Esta situación se repite ahora mismo, en este Mayo del 2014, en los días en que celebramos nuestra independencia en el año 1902.
Ante cualquier análisis sobre le reciente iniciativa de 40 personas que suscribieron una carta dirigida al Presidente de los Estados Unidos para -entre otras cosas- liberar aún más las remesas enviadas a Cuba, surge una especie de lógica cantinflesca, contradictoria, al revisar los, a veces cacareados, pros y contras de la misma.
Por un lado, es cierto que la proposición, de ser aceptada por EEUU -y aprobada por el régimen- incluiría a más personas emprendedoras para iniciar o mejorar pequeños negocios, que pudieran convertirse en medianos/mayores si las autoridades isleñas cambiaran sus reglas o se hicieran de la vista gorda, aunque con la pregunta siempre en el subconsciente: ¿permanentemente o por el momento?
No se puede ignorar que esto también conllevaría una mayor ayuda a opositores y disidentes, así como más acceso financiero a ciudadanos de la raza negra sin familiares en el exilio. Estas rezones son esgrimidas, entre otras, por firmantes del petitorio para sustentar su punto de que estos pasos pudiesen acelerar la deseada transición hacia una Cuba democrática.
Limitemos exclusivamente este estudio al punto de las remesas en la Carta de los Cuarenta, para no extendernos demasiado. Basemos la fórmula en hechos históricos que nos pueden dar una idea de cuáles pudieran ser las respuestas a las incógnitas de la problemática ecuación bajo la cual estudiamos eternamente el caso cubano.
a) En la República Popular China se emprendieron grandes negocios de libre empresa hace ya algunas décadas y fueron inversiones nada más y nada menos que de exiliados chinos de Taiwán y es cierto que con éstas y otras aperturas un por ciento de la población china ha salido de la miseria. No obstante: 1) Todavía existe mucha miseria en el interior 2) Aún se ejerce la férrea “dictadura del proletariado” aunque maquillada con un consistente aumento del PIB anual así como por multitud de acuerdos internacionales e influencia de los intereses económicos de otras naciones. Cabe agregar que en Vietnan se está aplicando un procedimiento parecido.
Entonces habría que preguntarse objetivamente -si se puede- ¿sucedería lo mismo con Cuba si intentara el cacareado “modelo chino”con esta clase de aperturas económicas? ¿seria esta opinión fatalista o realista? ¿juzgariamos a los que intentan de alguna manera invertir desde afuera como sólo interesados económicamente o patriotas empeñados en la sana misión de salvar a Cuba? No hay fácil respuesta a nuestra eterna ecuación.
b) Si hipotéticamente aceptamos sin prejuicios -aunque sin ningún poder de ejecución- que de aplicarse estas medidas las mismas ¿conllevarían un inicio de independencia financiera para muchos cubanos, preludio de la independencia politica, o sólo agregaría un poco de arrebol a las asfixiantes regulaciones de la Isla para con los llamados “cuentapropistas”?
La habitual imprevisibilidad de las normas cubanas no nos pueden dar respuesta, como tampoco nadie puede garantizar que, de ser aceptada la iniciativa, lo que ella conlleva entraría formalmente en el marco jurídico de la dictadura o, simplemente, sería un temporal alivio, siempre con la idea de mostrar “cambios” al mundo, por parte de la aplastante burocracia.
Muchos dicen “para Cuba ya es hora” y así lo deseamos. Pero para que esto suceda hay que agregar mucha, mucha oración a cualquier acción por bien intencionada que ésta sea, para lograr de una vez por todas la ansiada respuesta a nuestra ecuación: la LIBERTAD de CUBA.
SEÑOR, SALVA A CUBA QUE SOLOS NO PODEMOS.
Efraín R. Infante
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
22 May 2014 23:40
Como Pablo en su mensaje no menciona la fuente de la información que lo motivó a escribir sobre este tema, debo suponer que la "organización dirigida por un señor Saladrigas" sea el Cuban Study Group. En primer lugar, conviene aclarar que Saladrigas es uno de los 19 miembros de ese Grupo y es Presidente de la Junta de Directores, pero que el Director Ejecutivo es Tomás Bilbao.
Cabe reconocer que el Cuban Study Group busca una apertura hacia Cuba, pero también que fomenta un intercambio directo del exilio con la oposición cubana para desarrollar una estrategia pacífica de fortalecimiento de la sociedad civil por los medios que sea posible hacerlo sin violencia. En su sitio de la WEB aclaran que la misión del Grupo "consiste en contribuir a facilitar el cambio pacifico en Cuba que conduzca a una sociedad libre y abierta, respeto por los derechos humanos y el impero de la ley, una economía de mercado y la reunificación del pueblo cubano".
Es debatible su estrategia y para discutir los pros y los contras de iniciativas como esa están los foros de opinión libre como este. Los argumentos de que a Saladrigas lo mueven intereses comerciales y financieros pueden tener quizás algún fundamento, pero como no hay pruebas de ello prefiero pensar que sus motivaciones son más altruistas y patrióticas. Por lo tanto, cualquier crítica debe fundamentarse en los hechos.
Pablo se refiere también a un documento, sin citar la fuente que nos permita leerlo y analizarlo. Y resume su contenido con la frase "que cambie USA para que cambie Cuba". Supongo -y le pido que me corrija si estoy equivocado- que se refiera a una carta recientemente divulgada en los medios de comunicación que un grupo de personalidades diversas le enviaron al Presidente Obama, titulada "Support Civil Society in Cuba". Sobre esto puede leer el lector un reportaje tomado de la Vanguardia de México y publicado en las páginas de DP.net AQUÍ , en el cual resumen "que piden al presidente de Estados Unidos que apruebe unilateralmente nuevas medidas de apoyo a los emprendedores y la sociedad civil", lo cual incluye, según el reportaje una "mayor flexibilización en los viajes de estadounidenses al país caribeño y en el envío de remesas hasta un mayor impulso a las relaciones empresariales".
Quienes puedan leer en inglés, tienen el texto completo de la carta AQUÍ . En un análisis objetivo podríamos discrepar sobre la eficacia de la estrategia que propone "by giving greater freedom to private organizations and individuals to directly and indirectly serve as catalysts for meaningful change in Cuba", es decir permitiéndole una mayor libertad a las empresas privadas y a empresarios individuales para de una forma directa o indirecta servir como catalíticos de un cambio significativo en Cuba.
Las medidas para lograr esto son explícitas en la carta y se orientan expresamente a la sociedad civil, poniendo mucho cuidado en concentrarse en actividades que puedan realizarse sin la intervención del gobierno cubano. Todas estas cosas pudieran hacernos sospechar sobre las motivaciones de los promotores, sus pretensiones ulteriores y el grado posible de injerencia gubernamental que pueda resultar en un beneficio indirecto al gobierno dictatorial. Al fin de cuentas, en un sistema totalitario como el cubano no podemos andarnos con medias tintas ni con pretensiones ingenuas.
No obstante, una propuesta que pretende fomentar una mayor libertad en un medio sumamente hostil no puede darse el lujo de presentarse con un lenguaje agresivo o con una formulación que parezca una proclama política.
Quizás SÍ sea necesario que la política de EEUU hacia Cuba cambie, en vista de que la que ha mantenido durante más de medio siglo ha fracasado totalmente. Pero en cualquier caso, lo que haga EEUU no es lo más importante, sino la determinación del pueblo cubano de ganarse la democracia y la libertad. La estrategia de ayudarlo lo más directamente posible a progresar en los ámbitos económico y social, puede darle a la mayoría de los cubanos la capacidad de tomar las riendas de su destino.
Cabe reconocer que el Cuban Study Group busca una apertura hacia Cuba, pero también que fomenta un intercambio directo del exilio con la oposición cubana para desarrollar una estrategia pacífica de fortalecimiento de la sociedad civil por los medios que sea posible hacerlo sin violencia. En su sitio de la WEB aclaran que la misión del Grupo "consiste en contribuir a facilitar el cambio pacifico en Cuba que conduzca a una sociedad libre y abierta, respeto por los derechos humanos y el impero de la ley, una economía de mercado y la reunificación del pueblo cubano".
Es debatible su estrategia y para discutir los pros y los contras de iniciativas como esa están los foros de opinión libre como este. Los argumentos de que a Saladrigas lo mueven intereses comerciales y financieros pueden tener quizás algún fundamento, pero como no hay pruebas de ello prefiero pensar que sus motivaciones son más altruistas y patrióticas. Por lo tanto, cualquier crítica debe fundamentarse en los hechos.
Pablo se refiere también a un documento, sin citar la fuente que nos permita leerlo y analizarlo. Y resume su contenido con la frase "que cambie USA para que cambie Cuba". Supongo -y le pido que me corrija si estoy equivocado- que se refiera a una carta recientemente divulgada en los medios de comunicación que un grupo de personalidades diversas le enviaron al Presidente Obama, titulada "Support Civil Society in Cuba". Sobre esto puede leer el lector un reportaje tomado de la Vanguardia de México y publicado en las páginas de DP.net AQUÍ , en el cual resumen "que piden al presidente de Estados Unidos que apruebe unilateralmente nuevas medidas de apoyo a los emprendedores y la sociedad civil", lo cual incluye, según el reportaje una "mayor flexibilización en los viajes de estadounidenses al país caribeño y en el envío de remesas hasta un mayor impulso a las relaciones empresariales".
Quienes puedan leer en inglés, tienen el texto completo de la carta AQUÍ . En un análisis objetivo podríamos discrepar sobre la eficacia de la estrategia que propone "by giving greater freedom to private organizations and individuals to directly and indirectly serve as catalysts for meaningful change in Cuba", es decir permitiéndole una mayor libertad a las empresas privadas y a empresarios individuales para de una forma directa o indirecta servir como catalíticos de un cambio significativo en Cuba.
Las medidas para lograr esto son explícitas en la carta y se orientan expresamente a la sociedad civil, poniendo mucho cuidado en concentrarse en actividades que puedan realizarse sin la intervención del gobierno cubano. Todas estas cosas pudieran hacernos sospechar sobre las motivaciones de los promotores, sus pretensiones ulteriores y el grado posible de injerencia gubernamental que pueda resultar en un beneficio indirecto al gobierno dictatorial. Al fin de cuentas, en un sistema totalitario como el cubano no podemos andarnos con medias tintas ni con pretensiones ingenuas.
No obstante, una propuesta que pretende fomentar una mayor libertad en un medio sumamente hostil no puede darse el lujo de presentarse con un lenguaje agresivo o con una formulación que parezca una proclama política.
Quizás SÍ sea necesario que la política de EEUU hacia Cuba cambie, en vista de que la que ha mantenido durante más de medio siglo ha fracasado totalmente. Pero en cualquier caso, lo que haga EEUU no es lo más importante, sino la determinación del pueblo cubano de ganarse la democracia y la libertad. La estrategia de ayudarlo lo más directamente posible a progresar en los ámbitos económico y social, puede darle a la mayoría de los cubanos la capacidad de tomar las riendas de su destino.
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- Pablo Aguabella Valdivia
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
23 May 2014 01:03
Para abundar sobre el debate me permito invitar a los interesados a leer un articulo de Antonio Gonzales-Rodiles en su sitio Estado de Sats sobre el tema. El enlace es
t.co/D8nl0Rbt31
Saludos.
Reply to Pablo Aguabella Valdivia
- José Manuel Palli
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
23 May 2014 11:51
Mi estimado amigo Gerardo. Admiro (y envidio) la manera clara y precisa en que has hecho una valiosa disecciòn de las razones y posibles motivos detràs de la dichosa carta ("Support Civil Society in Cuba") y, sobre todo, concuerdo plenanente con el ùltimo pàrrafo de tu comentario.
Nuestra aversiòn a cambiar la llamada "polìtica" hacia Cuba -la de USA, que es la menos importante, y la nuestra propia, la de los cubanos, que pasa por un cambio en nuestra actitud- es un contrasentido dada la naturaleza "exitista" (palabra nueva) y exitosa de los cubanos, y recurro a un ejemplo pràctico que me parece oportuno dada la proximidad del Mundial de Fùtbol:
El Tata Martino fue, durante UNA SOLA temporada, el entrenador del equipo de fùtbol Barcelona FC. Lo sacò sub-campeon de la Liga Española, lo llevò a cuartos de final de la Liga de Europa, y no obstante ese "record", quedò cesante tan pronto concluyò la temporada.
Comparemos ese "record" con el de nuestros "lideres" de linea dura que se aferran a esa polìtica añeja y yerma con la que no han ganado jamàs el campeonato, con la que tampoco han ganado un solo partido en varias décadas, y con la que ni tan siquiera recuerdo verlos anotar UN SOLO GOL, como no sea "en propia puerta" o auto-goles, de los cuales marcan uno cada vez que patean la pelota….
En que cabeza cabe su pretensiòn de que se les renueve perennemente su contrato??!! Y, ademàs ni siquiera reconocen errores ni se muestran dispuestos a cambiar de tàctica (lo que tampoco le hubiera salvado el puesto al Tata Martino esta primavera, para ser realistas).
La Primavera que màs necesitamos los cubanos debe darse aquì, donde es infinitamente mas URGENTE que la que queremos ver en Cuba!!!!
Nuestra aversiòn a cambiar la llamada "polìtica" hacia Cuba -la de USA, que es la menos importante, y la nuestra propia, la de los cubanos, que pasa por un cambio en nuestra actitud- es un contrasentido dada la naturaleza "exitista" (palabra nueva) y exitosa de los cubanos, y recurro a un ejemplo pràctico que me parece oportuno dada la proximidad del Mundial de Fùtbol:
El Tata Martino fue, durante UNA SOLA temporada, el entrenador del equipo de fùtbol Barcelona FC. Lo sacò sub-campeon de la Liga Española, lo llevò a cuartos de final de la Liga de Europa, y no obstante ese "record", quedò cesante tan pronto concluyò la temporada.
Comparemos ese "record" con el de nuestros "lideres" de linea dura que se aferran a esa polìtica añeja y yerma con la que no han ganado jamàs el campeonato, con la que tampoco han ganado un solo partido en varias décadas, y con la que ni tan siquiera recuerdo verlos anotar UN SOLO GOL, como no sea "en propia puerta" o auto-goles, de los cuales marcan uno cada vez que patean la pelota….
En que cabeza cabe su pretensiòn de que se les renueve perennemente su contrato??!! Y, ademàs ni siquiera reconocen errores ni se muestran dispuestos a cambiar de tàctica (lo que tampoco le hubiera salvado el puesto al Tata Martino esta primavera, para ser realistas).
La Primavera que màs necesitamos los cubanos debe darse aquì, donde es infinitamente mas URGENTE que la que queremos ver en Cuba!!!!
Reply to José Manuel Palli
- Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
23 May 2014 16:17 - 23 May 2014 16:21
La Participatory Democracy Cultural Initiative (PDCI), en colaboración con el Foro de Promoción Democrática Continental (ForoPDC), están apoyando en la medida de sus posibilidades respectivas las iniciativas de Antonio Rodiles elaboradas en su Estado de SATS.
Pablo se refiere en su breve mensaje a una entrevista que le hacen a Rodiles con referencia a la campaña de la que él es coordinador, titulada "Por otra Cuba", en la que Diario de Cuba le pregunta: " Acaba de darse a conocer una muy mediática iniciativa pidiéndole al Presidente Obama un alivio del embargo. ¿Qué crees?".
Su respuesta inicial no es directa, porque en Cuba los opositores deben andar con pies de plomo. Señala que: "Los que enarbolan un falso discurso de tolerancia y reconciliación y que en aras de la pluralidad de criterios esconden su oportunismo no despiertan mis respetos." Pero no condena a nadie en particular sino a quienes comprobamos que actúan con una motivación oportunista. Dijo así:
Entonces, el entrevistador lo obliga a concretar con este razonamiento:
"Los intentos de acercamiento del régimen con Estados Unidos se acrecientan a medida que la crisis política y social en Cuba aumenta. Por momentos, el enfoque de las relaciones bilaterales vuelve a ganar protagonismo en detrimento de la situación interna cubana."
Y Rodiles le contesta:
A mi juicio, tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de descalificar iniciativas por el supuesto de que indirectamente pueda resultar beneficiado el régimen cubano.
Pablo se refiere en su breve mensaje a una entrevista que le hacen a Rodiles con referencia a la campaña de la que él es coordinador, titulada "Por otra Cuba", en la que Diario de Cuba le pregunta: " Acaba de darse a conocer una muy mediática iniciativa pidiéndole al Presidente Obama un alivio del embargo. ¿Qué crees?".
Su respuesta inicial no es directa, porque en Cuba los opositores deben andar con pies de plomo. Señala que: "Los que enarbolan un falso discurso de tolerancia y reconciliación y que en aras de la pluralidad de criterios esconden su oportunismo no despiertan mis respetos." Pero no condena a nadie en particular sino a quienes comprobamos que actúan con una motivación oportunista. Dijo así:
Debemos ser muy claros sobre lo que deseamos para nuestra nación. Necesitamos, primeramente, el restablecimiento de las libertades y derechos fundamentales. La presión internacional, dentro de la que incluyo al embargo norteamericano, es muy necesaria para al menos contener la impunidad que goza el régimen totalitario. Si el ciudadano cubano sigue bajo total indefensión, el costo de los cambios políticos será muy alto. Han sido muy visibles por estos días ciertas actitudes que rayan en el masoquismo y que piden complacencia con quienes han devastado el país. Figuras visibles de la sociedad civil han resultado ser demasiado evasivas y poco claras en sus posicionamientos políticos, lo cual sin dudas brinda beneficios al régimen.
Si bien resultaría inmaduro y poco audaz cerrar todas las puertas, también resulta fatal movernos en un relativismo cómplice sin una base de principios o axiomas que rijan nuestro actuar.
La mentira y la simulación han regido por décadas en nuestra Isla, es hora de que la honestidad y la verticalidad ganen espacio en una nación que ha quedado muy golpeada en cuanto a principios se refiere.
Creo que pedir cambios hacia el régimen sin demandar el respeto a nuestras libertades, es un acto de desprecio hacia quienes enfrentamos directamente a la dictadura cubana, la decencia humana implica verticalidad ante quienes han sido verdugos de nuestra nación. Los que enarbolan un falso discurso de tolerancia y reconciliación y que en aras de la pluralidad de criterios esconden su oportunismo no despiertan mis respetos.
Entonces, el entrevistador lo obliga a concretar con este razonamiento:
"Los intentos de acercamiento del régimen con Estados Unidos se acrecientan a medida que la crisis política y social en Cuba aumenta. Por momentos, el enfoque de las relaciones bilaterales vuelve a ganar protagonismo en detrimento de la situación interna cubana."
Y Rodiles le contesta:
La sobrevivencia del régimen siempre ha dependido de su capacidad parásita. Cuba es un país totalmente arruinado, sin la más mínima posibilidad de sustentarse, y los cubanos que están fuera de la Isla poseen un poder que no están usando mientras permiten al régimen seguir beneficiándose del chantaje emocional. Sin las remesas de Miami en la Isla, estaríamos enfrentado una situación aun más extrema.
Hoy los cubanos viven de las remesas enviadas por sus familiares, pero esos recursos no son suficientes para sostener el hipertrofiado aparato represivo.
A mi juicio, tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de descalificar iniciativas por el supuesto de que indirectamente pueda resultar beneficiado el régimen cubano.
Last edit: 23 May 2014 16:21 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
Reply to Gerardo E. Martínez-Solanas
- Ariel Hidalgo
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
23 May 2014 16:25
La reciente misiva dirigida al presidente Obama por un grupo de intelectuales, empresarios, activistas y ex funcionarios de anteriores administraciones, con el título de “Apoyo a la sociedad civil cubana”, ha sido fuente de gran controversia entre los exiliados a pesar de los fines proclamados: ayudar a las personas y sus agrupaciones para que sean "catalizadores" del cambio en Cuba; posibilitar el financiamiento de la microempresa privada para que no dependan del Estado y autorizar más viajes a Cuba de estadounidenses que apoyarían la actividad económica independiente.
Si bien las diferentes políticas de Estados Unidos en relación con Cuba no van a cambiar por sí solas la situación del archipiélago cubano, generan condiciones, ya sea para acelerar la llegada de ese cambio como para retardarlo, y lo demás depende de los cubanos de dentro. La pregunta obvia, por tanto, sería: ¿cuál política lo favorece y cuál lo entorpece?
Independientemente de todas las posibles motivaciones de unos y otros para defender una u otra política, aquellos que ponen el énfasis en restricciones económicas y aislamientos, generalmente se dirigen más al debilitamiento del régimen que en fortalecer la sociedad civil –entendiendo por esto último no sólo a los opositores, sino además, a las iglesias, artesanos, intelectuales, periodistas alternativos y asociaciones colegiales entre otros sectores–, mientras que aquellos que defienden políticas de apertura y acercamiento, por el contrario, generalmente se dirigen más al fortalecimiento de esa sociedad civil que al debilitamiento de ese régimen. El carácter totalitario de ese sistema y en consecuencia la estrecha dependencia de la población a esa dictadura, impiden favorecer en la misma medida ambos objetivos. Un aumento de las posibilidades de viajes a ese país y de envío de remesas, por ejemplo, favorece el desarrollo de la sociedad civil, pero como efecto paralelo, genera dividendos a ese gobierno. Y en sentido inverso, restringir los viajes y las remesas, reduce la entrada de divisas a ese régimen, pero al mismo tiempo debilita en gran medida las posibilidades de desarrollo de esa sociedad civil. De manera que no puede obviarse esa disyuntiva: o fortalecer a la víctima o debilitar al victimario.
¿Cuál es la mejor opción? La pregunta podría responderse con otra: ¿A qué teme más la dirigencia histórica? ¿A su debilidad económica o a la sociedad civil? La historia es más que elocuente. Fue esa dirigencia la primera en poner trabas a los viajes de los exiliados, y cuando finalmente en 1978 aceptó el reto, los llamados "viajes de la comunidad" provocaron la explosión social del 80 con la crisis de la Embajada del Perú y el éxodo masivo del Mariel, tras lo cual los viajes volvieron a ser restringidos. El contacto con los exiliados despertó y perturbó la conciencia de gran parte de la ciudadanía. Fue esa dirigencia la que hizo posible que el proyecto de ley Helms Burton, destinado a endurecer la política del embargo, pero sin posibilidad alguna de ser aprobado en el Congreso, fuera finalmente convertido en ley tras el derribo de las dos avionetas civiles con sus cuatro tripulantes. ¿Por qué hizo esto? Para presentarse como víctima frente a un poderoso imperio, ganarse así el apoyo internacional, y justificar ante el mundo y la población cubana, la represión contra sus contradictores internos.
Pocas semanas después de aprobarse la Ley, el régimen comenzó el proceso contra un grupo de académicos formados en el seno del propio sistema, miembros del Centro de Estudios de América (CEA), pero que realizaban peligrosos proyectos de cambio en Cuba, por lo cual el Centro fue disuelto. ¿Y quiénes eran los miembros del CEA? En su mayoría, militantes del Partido Comunista. La Ley Helms Burton sirvió años después para justificar la llamada Ley Mordaza y el encarcelamiento de 75 líderes de la disidencia interna durante la llamada Primavera Negra. Con la política del embargo en pie, por muy ficticia que sea –Cuba es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos–, se justifican las penalidades económicas de los cubanos, algo también conveniente para ocupar sus mentes en cualquier cosa que no sean demandas políticas, y se disimulan ante el mundo las verdaderas contradicciones internas para montar el escenario de un pequeño país acosado por un gran imperio.
Es hora de que caigan ya las máscaras.
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Si bien las diferentes políticas de Estados Unidos en relación con Cuba no van a cambiar por sí solas la situación del archipiélago cubano, generan condiciones, ya sea para acelerar la llegada de ese cambio como para retardarlo, y lo demás depende de los cubanos de dentro. La pregunta obvia, por tanto, sería: ¿cuál política lo favorece y cuál lo entorpece?
Independientemente de todas las posibles motivaciones de unos y otros para defender una u otra política, aquellos que ponen el énfasis en restricciones económicas y aislamientos, generalmente se dirigen más al debilitamiento del régimen que en fortalecer la sociedad civil –entendiendo por esto último no sólo a los opositores, sino además, a las iglesias, artesanos, intelectuales, periodistas alternativos y asociaciones colegiales entre otros sectores–, mientras que aquellos que defienden políticas de apertura y acercamiento, por el contrario, generalmente se dirigen más al fortalecimiento de esa sociedad civil que al debilitamiento de ese régimen. El carácter totalitario de ese sistema y en consecuencia la estrecha dependencia de la población a esa dictadura, impiden favorecer en la misma medida ambos objetivos. Un aumento de las posibilidades de viajes a ese país y de envío de remesas, por ejemplo, favorece el desarrollo de la sociedad civil, pero como efecto paralelo, genera dividendos a ese gobierno. Y en sentido inverso, restringir los viajes y las remesas, reduce la entrada de divisas a ese régimen, pero al mismo tiempo debilita en gran medida las posibilidades de desarrollo de esa sociedad civil. De manera que no puede obviarse esa disyuntiva: o fortalecer a la víctima o debilitar al victimario.
¿Cuál es la mejor opción? La pregunta podría responderse con otra: ¿A qué teme más la dirigencia histórica? ¿A su debilidad económica o a la sociedad civil? La historia es más que elocuente. Fue esa dirigencia la primera en poner trabas a los viajes de los exiliados, y cuando finalmente en 1978 aceptó el reto, los llamados "viajes de la comunidad" provocaron la explosión social del 80 con la crisis de la Embajada del Perú y el éxodo masivo del Mariel, tras lo cual los viajes volvieron a ser restringidos. El contacto con los exiliados despertó y perturbó la conciencia de gran parte de la ciudadanía. Fue esa dirigencia la que hizo posible que el proyecto de ley Helms Burton, destinado a endurecer la política del embargo, pero sin posibilidad alguna de ser aprobado en el Congreso, fuera finalmente convertido en ley tras el derribo de las dos avionetas civiles con sus cuatro tripulantes. ¿Por qué hizo esto? Para presentarse como víctima frente a un poderoso imperio, ganarse así el apoyo internacional, y justificar ante el mundo y la población cubana, la represión contra sus contradictores internos.
Pocas semanas después de aprobarse la Ley, el régimen comenzó el proceso contra un grupo de académicos formados en el seno del propio sistema, miembros del Centro de Estudios de América (CEA), pero que realizaban peligrosos proyectos de cambio en Cuba, por lo cual el Centro fue disuelto. ¿Y quiénes eran los miembros del CEA? En su mayoría, militantes del Partido Comunista. La Ley Helms Burton sirvió años después para justificar la llamada Ley Mordaza y el encarcelamiento de 75 líderes de la disidencia interna durante la llamada Primavera Negra. Con la política del embargo en pie, por muy ficticia que sea –Cuba es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos–, se justifican las penalidades económicas de los cubanos, algo también conveniente para ocupar sus mentes en cualquier cosa que no sean demandas políticas, y se disimulan ante el mundo las verdaderas contradicciones internas para montar el escenario de un pequeño país acosado por un gran imperio.
Es hora de que caigan ya las máscaras.
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- Carlos Alberto Montaner
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
25 May 2014 16:57
Siete razones de Washington frente a Raúl Castro
La carta pública al presidente Barack Obama solicitándole que suavice las medidas encaminadas a agravar la difícil situación económica de la dictadura comunista de los hermanos Castro, no es el resultado de una oscura maniobra de La Habana, aunque el régimen y sus servicios de inteligencia la vean con deleite porque coincide con sus intereses, sino la consecuencia de una indiscutible verdad: nadie sabe cómo acelerar desde fuera el fin de una dictadura como la cubana o la de Corea del Norte. Sus autores están convencidos de que la antigua estrategia norteamericana está equivocada.
Es un viejo debate. Quienes redactaron la carta –presumiblemente los empresarios cubanoamericanos– piensan que la estrategia de abrazar al enemigo e intentar fortalecer a la sociedad civil redundará en el debilitamiento de la tiranía.
¿Logrará su propósito esa carta? No lo creo. No debiera por las siguientes siete razones:
La carta pública al presidente Barack Obama solicitándole que suavice las medidas encaminadas a agravar la difícil situación económica de la dictadura comunista de los hermanos Castro, no es el resultado de una oscura maniobra de La Habana, aunque el régimen y sus servicios de inteligencia la vean con deleite porque coincide con sus intereses, sino la consecuencia de una indiscutible verdad: nadie sabe cómo acelerar desde fuera el fin de una dictadura como la cubana o la de Corea del Norte. Sus autores están convencidos de que la antigua estrategia norteamericana está equivocada.
Es un viejo debate. Quienes redactaron la carta –presumiblemente los empresarios cubanoamericanos– piensan que la estrategia de abrazar al enemigo e intentar fortalecer a la sociedad civil redundará en el debilitamiento de la tiranía.
¿Logrará su propósito esa carta? No lo creo. No debiera por las siguientes siete razones:
- La incoherencia tiene sus límites, más allá de los cuales hay que hablar de esquizofrenia. Washington acaba de declarar oficialmente que el gobierno cubano es terrorista y Raúl Castro le ha dado la razón enviándole a Corea del Norte armas de guerra camufladas bajo toneladas de sacos de azúcar. ¿Por qué abrazar a un régimen terrorista cuando se aprueban sanciones contra Rusia o Venezuela por comportamientos antidemocráticos?
- En el momento en que se divulgaba la carta de marras, el coronel Alejandro Castro Espín, hijo del dictador Raúl Castro, firmaba un acuerdo de cooperación en Moscú con los servicios de inteligencia de Putin. Luego pasó por La Habana el Jefe del Estado Mayor del ejército chino, presumiblemente a formalizar una gestión parecida. En el pasado, Fidel Castro, en Teherán, había advertido que todos juntos podían poner de rodillas al enemigo imperialista.
- Según afirma Raúl Castro, una y otra vez, y reiteran sus más altos funcionarios, las “reformas” económicas, tienen como fin perfeccionar la dictadura comunista de partido único. ¿Por qué Estados Unidos debe cooperar con una vieja y fallida tiranía que intenta superar las dificultades y consolidarse en su peor momento económico y psicológico, cuando toda la estructura de poder en la Isla sabe que el marxismo-leninismo es un fracaso?
- El régimen cubano es un enemigo tenaz y permanente de Estados Unidos. Sus líderes están convencidos de que todo lo malo que sucede en el planeta es culpa de Washington. No se cansan de decirlo. En el pasado, La Habana pactó con la URSS y hasta pidió el bombardeo atómico preventivo durante la Crisis de los Misiles. Hoy Cuba se pone de acuerdo con Irán, Corea del Norte, Rusia y los países del llamado Socialismo del Siglo XXI para perjudicar a sus vecinos. ¿Tiene sentido un trato benevolente con semejante gobierno?
- Existe, también, el ángulo ético. Durante todo el siglo XX, con razón, Estados Unidos fue acusado de indiferencia moral por el buen trato que le daba a dictaduras como la de Trujillo, los Somoza, Batista o Stroessner. Ahora está en el lado correcto de la historia. En Cuba se violan los derechos humanos brutalmente. El año pasado se duplicaron las detenciones a los disidentes. Los cubanos no tienen acceso a Internet. A las tres horas de haber aparecido 14ymedio, el diario digital de Yoani Sánchez, bloquearon la señal dentro de Cuba. Estados Unidos no debe volver a la indiferencia moral que tanto afectó la buena imagen del país.
- Hay que tomar en cuenta la razón electoral. La Casa Blanca debe escuchar a los legisladores cubanoamericanos y no necesariamente a los empresarios. De alguna manera, expresan el sentir mayoritario de los cubanos radicados en USA. El importante senador demócrata Bob Menéndez, los senadores republicanos Marco Rubio y Ted Cruz, los congresistas demócratas Albio Sires y Joe García, y los congresistas republicanos Ileana Ros y Mario Díaz Balart, discrepan en muchas cosas, pero están de acuerdo en mantener una política de firmeza frente a la dictadura.
- El objetivo de Estados Unidos debe ser que en Cuba se instaure una democracia plural y próspera que deje de expulsar a sus ciudadanos hacia el vecino del norte, con la cual desarrollar unas relaciones respetuosas y normales. El sentido común indica que eso no se logra ayudando a la tiranía de Raúl Castro en medio de una crisis.
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- José Azel
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
26 May 2014 01:54 - 26 May 2014 02:00
Mientras Polonia luchaba para establecer un gobierno democrático, más de cien partidos políticos competían por poder personal y político. Lech Walesa sintetizó humorísticamente la situación señalando: “Cuando dos polacos se reúnen surgen tres partidos políticos”. Esa proliferación de ideas políticas es similar para los cubanos cuando discuten cómo lograr un cambio de régimen en Cuba. La política exterior de EEUU hacia Cuba, y específicamente el embargo al gobierno cubano, es a menudo la piedra angular de este debate.
Temáticamente, aunque lamentablemente no cualitativamente, el desacuerdo sobre el embargo no es diferente a los grandes debates en la filosofía política alrededor de las revoluciones americana y francesa llevados a cabo por Edmund Burke y Thomas Paine. El debate Burke-Paine es analizado detalladamente por Yuval Levin en su libro El gran debate.
Tanto Burke como Paine eran hombres de ideas y de acción. Burke era un devoto defensor de las tradiciones heredadas de la Constitución inglesa que argumentaba brillantemente por una paciente y gradual reforma de las instituciones de su país. Por contraste, Paine creía fervientemente en el potencial del liberalismo de la Ilustración para promover la causa de la justicia arrancando de raíz los regímenes corruptos y opresivos y reemplazándolos con gobiernos que respondieran al pueblo. Como Levin señala en su libro, “Cada uno expresaba una peculiar y profunda visión del mundo enfrentada a la del otro, sobre algunos de los más importantes temas del pensamiento político liberal-democrático”.
Hasta recientemente siempre presumí que el debate sobre el embargo era una discrepancia sobre estrategia, es decir, sobre diferencias referentes a las modalidades del cambio político. De un lado, aquellos de nosotros que, como Paine, creemos que para lograr un futuro próspero y democrático en Cuba es necesario reemplazar el régimen opresivo con un gobierno que responda al pueblo. Del otro lado, aquellos que, como Burke, creen que las reformas pacientes y graduales de las instituciones del régimen comunista es la mejor estrategia para promover el bienestar del pueblo cubano.
Superficialmente, el debate sobre el embargo podría ser una discrepancia sobre tácticas, pero es una pugna mucho más profundamente enraizada en el pensamiento político-económico, ilustrando que la diáspora cubana no es un solo pueblo en ningún sentido político significativo. Parafraseando a Lech Walesa, cuando dos cubanos se reúnen emergen tres visiones políticas sobre Cuba.
Como los críticos del embargo señalan correctamente, esta política no ha logrado provocar un cambio de régimen en Cuba; eso no se discute. Pero los críticos, en una exposición casuística, nunca explican cómo su idea de una eliminación unilateral e incondicional de las sanciones económicas de EEUU lograría provocar tal cambio. Quizás porque un cambio estructural en el régimen cubano no sea un objetivo altamente valorado por ellos.
Tampoco es discutible de que bajo un sistema totalitario, donde toda la actividad económica está al servicio del Estado, las sanciones económicas circunscriben los recursos económicos disponibles para el régimen. El embargo de EEUU ha logrado eso. Por consiguiente, una eliminación unilateral e incondicional de las sanciones económicas ampliará inevitablemente, en algún grado, los recursos económicos del régimen cubano. ¿Por qué apoyar un cambio que fortalecerá a un régimen que oprime a sus compatriotas?
Aparentemente, mis amigos en el otro lado del debate no rechazan en su totalidad las políticas colectivistas del régimen de Castro. Eso no implica que apoyen a los Castro o la naturaleza represiva de su régimen. Estoy seguro de que no lo hacen. Pero sugiere que en algún nivel, y en alguna medida, están intelectualmente atraídos por el uso generalizado del poder coercitivo del Estado por personas auto designadas para llevar a la nación hacia sus ideas de lo que es una sociedad justa. Eso sugiere una genuflexión ideológica al colectivismo cubano.
Su visión política, como la de Burke, es moralizadora, gradualista y reformista. Recelan de una relación del ciudadano con su sociedad definida por el derecho individual a la libertad de elección. Están dispuestos a aceptar cambios económicos dictados por decisiones autoritarias sin reformas democráticas que permitan a la ciudadanía escoger libremente su camino. Esto es abominable para aquellos de nosotros que, como Paine, creemos que los derechos y libertades del individuo deben ser el centro de la vida política. He terminado por creer que, entre los cubanos, el embargo es solo el pretexto para este debate político más medular.
Profesor Adjunto en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami y autor del libro Mañana in Cuba.
Temáticamente, aunque lamentablemente no cualitativamente, el desacuerdo sobre el embargo no es diferente a los grandes debates en la filosofía política alrededor de las revoluciones americana y francesa llevados a cabo por Edmund Burke y Thomas Paine. El debate Burke-Paine es analizado detalladamente por Yuval Levin en su libro El gran debate.
Tanto Burke como Paine eran hombres de ideas y de acción. Burke era un devoto defensor de las tradiciones heredadas de la Constitución inglesa que argumentaba brillantemente por una paciente y gradual reforma de las instituciones de su país. Por contraste, Paine creía fervientemente en el potencial del liberalismo de la Ilustración para promover la causa de la justicia arrancando de raíz los regímenes corruptos y opresivos y reemplazándolos con gobiernos que respondieran al pueblo. Como Levin señala en su libro, “Cada uno expresaba una peculiar y profunda visión del mundo enfrentada a la del otro, sobre algunos de los más importantes temas del pensamiento político liberal-democrático”.
Hasta recientemente siempre presumí que el debate sobre el embargo era una discrepancia sobre estrategia, es decir, sobre diferencias referentes a las modalidades del cambio político. De un lado, aquellos de nosotros que, como Paine, creemos que para lograr un futuro próspero y democrático en Cuba es necesario reemplazar el régimen opresivo con un gobierno que responda al pueblo. Del otro lado, aquellos que, como Burke, creen que las reformas pacientes y graduales de las instituciones del régimen comunista es la mejor estrategia para promover el bienestar del pueblo cubano.
Superficialmente, el debate sobre el embargo podría ser una discrepancia sobre tácticas, pero es una pugna mucho más profundamente enraizada en el pensamiento político-económico, ilustrando que la diáspora cubana no es un solo pueblo en ningún sentido político significativo. Parafraseando a Lech Walesa, cuando dos cubanos se reúnen emergen tres visiones políticas sobre Cuba.
Como los críticos del embargo señalan correctamente, esta política no ha logrado provocar un cambio de régimen en Cuba; eso no se discute. Pero los críticos, en una exposición casuística, nunca explican cómo su idea de una eliminación unilateral e incondicional de las sanciones económicas de EEUU lograría provocar tal cambio. Quizás porque un cambio estructural en el régimen cubano no sea un objetivo altamente valorado por ellos.
Tampoco es discutible de que bajo un sistema totalitario, donde toda la actividad económica está al servicio del Estado, las sanciones económicas circunscriben los recursos económicos disponibles para el régimen. El embargo de EEUU ha logrado eso. Por consiguiente, una eliminación unilateral e incondicional de las sanciones económicas ampliará inevitablemente, en algún grado, los recursos económicos del régimen cubano. ¿Por qué apoyar un cambio que fortalecerá a un régimen que oprime a sus compatriotas?
Aparentemente, mis amigos en el otro lado del debate no rechazan en su totalidad las políticas colectivistas del régimen de Castro. Eso no implica que apoyen a los Castro o la naturaleza represiva de su régimen. Estoy seguro de que no lo hacen. Pero sugiere que en algún nivel, y en alguna medida, están intelectualmente atraídos por el uso generalizado del poder coercitivo del Estado por personas auto designadas para llevar a la nación hacia sus ideas de lo que es una sociedad justa. Eso sugiere una genuflexión ideológica al colectivismo cubano.
Su visión política, como la de Burke, es moralizadora, gradualista y reformista. Recelan de una relación del ciudadano con su sociedad definida por el derecho individual a la libertad de elección. Están dispuestos a aceptar cambios económicos dictados por decisiones autoritarias sin reformas democráticas que permitan a la ciudadanía escoger libremente su camino. Esto es abominable para aquellos de nosotros que, como Paine, creemos que los derechos y libertades del individuo deben ser el centro de la vida política. He terminado por creer que, entre los cubanos, el embargo es solo el pretexto para este debate político más medular.
Profesor Adjunto en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami y autor del libro Mañana in Cuba.
Last edit: 26 May 2014 02:00 by José Azel. Reason: Debe de ser respuesta- no articulo principal
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- José Manuel Palli
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
26 May 2014 02:07
La unica visiòn sobre el futuro polìtico de Cuba que realmente cuenta, mi querido amigo y tocayo, es la que resulte del ejercicio por parte de TODOS Y CADA UNO de los integrantes del pueblo cubano de su derecho individual a la libertad de elecciòn. Si el resultado de ese ejercicio es una vision politica que no reniega, en un principio, de algunos aspectos del colectivismo que tan bien conocen esos mismos cubanos, este amigo tuyo que està "del otro lado del debate" no tendrà problema alguno en "genuflexionar" ante la decisiòn de ese pueblo. En todo caso, y segùn sean mis circunstancias para entonces, trataré, en adelante, de incidir -desde el ruedo que es Cuba, y no desde el comodìsimo burladero de Miami- para que en el futuro, esa visiòn se acerque mas a la mia.
Decir, como dices, que "tampoco es discutible que bajo un sistema totalitario, donde toda la actividad económica está al servicio del Estado, las sanciones económicas circunscriben los recursos económicos disponibles para el régimen. El embargo de EEUU ha logrado eso", al tiempo que reconoces que, "como los críticos del embargo señalan correctamente, esta política no ha logrado provocar un cambio de régimen en Cuba; eso no se discute", parece una incoherencia y tiene muy poco que ver con el rigor analìtico de un Paine (serà una genuflexiòn ideològica a Burke, que aplaudirìa satisfecho la paciencia ante la inoperancia de un presunto gradualismo de quienes estàn de "tu lado del debate" en torno al embargo?). Me disculpas, pero tu escrito no se asemeja al de un Paine: Paine, si a él pertenecieran las citas de tu escrito que acabo de transcribir, se tomarìa el trabajo de explicar como manteniendo la polìtica que "tu lado" defiende se podrà lograr ahora (o mañana, o en un año, o en diez...) lo que no se ha logrado en 55 años, por mucho que las leyes de tu bendito embargo hayan "circunscrito" (???) los recursos econòmicos del régimen y, sobre todo, los del pueblo cubano ...
Estoy de acuerdo contigo -y eso es lo bueno y valioso que tiene el tener amigos que no piensen exactamente como piensa uno- en que es necesario abrir a debate el tema del embargo entre nosotros los Mayameros y Floridianos, y expandirlo a todos nuestros conciudadanos en los otros cuarenta y nueve estados (asi interpreto lo que dices cuando dices que "el embargo es solo el pretexto para este debate político más medular".). Y este sitio, en donde seria oportuno generar esa debate, me parece el sitio ideal.
Let the games begin...
Decir, como dices, que "tampoco es discutible que bajo un sistema totalitario, donde toda la actividad económica está al servicio del Estado, las sanciones económicas circunscriben los recursos económicos disponibles para el régimen. El embargo de EEUU ha logrado eso", al tiempo que reconoces que, "como los críticos del embargo señalan correctamente, esta política no ha logrado provocar un cambio de régimen en Cuba; eso no se discute", parece una incoherencia y tiene muy poco que ver con el rigor analìtico de un Paine (serà una genuflexiòn ideològica a Burke, que aplaudirìa satisfecho la paciencia ante la inoperancia de un presunto gradualismo de quienes estàn de "tu lado del debate" en torno al embargo?). Me disculpas, pero tu escrito no se asemeja al de un Paine: Paine, si a él pertenecieran las citas de tu escrito que acabo de transcribir, se tomarìa el trabajo de explicar como manteniendo la polìtica que "tu lado" defiende se podrà lograr ahora (o mañana, o en un año, o en diez...) lo que no se ha logrado en 55 años, por mucho que las leyes de tu bendito embargo hayan "circunscrito" (???) los recursos econòmicos del régimen y, sobre todo, los del pueblo cubano ...
Estoy de acuerdo contigo -y eso es lo bueno y valioso que tiene el tener amigos que no piensen exactamente como piensa uno- en que es necesario abrir a debate el tema del embargo entre nosotros los Mayameros y Floridianos, y expandirlo a todos nuestros conciudadanos en los otros cuarenta y nueve estados (asi interpreto lo que dices cuando dices que "el embargo es solo el pretexto para este debate político más medular".). Y este sitio, en donde seria oportuno generar esa debate, me parece el sitio ideal.
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