Reply: EXILIADO FIEL

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Topic History of: EXILIADO FIEL

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Tiene razón Abelardo. La poesía anónima elaborada a partir del poema de Víctor Hugo NO es una parodia, lo cual implicaría que se trata de una versión burlesca o humorística, sino una genial adaptación. Es casi imposible traducir una poesía a otro idioma sin que pierda su musicalidad y rima y, precisamente, lo que consiguió el autor de la versión en español de algunos versos del poema de Víctor Hugo fue darle una notable fluidez y musicalidad, además de reforzar el mensaje explícito en contra del tirano, subrayando la rebeldía del patriota que nunca se da por vencido.

La poesía Ultima Verba del séptimo libro de Les Chatiments de Víctor Hugo es aún mucho más larga que lo que nos presenta Gerardo Martínez Solanas pues hay teinta y seis versos antes del primero de su artículo.

No creo que se trate de una parodia pues en la traducción de los ocho últimos versos (de la dicha Ultima Verba) que José Azel nos presenta como una poesía titulada “El exiliado fiel” no hay el menor intento de burla ni tampoco se trata de una imitación de Víctor Hugo.

Coincido con el amigo Gerardo en que el autor de la traducción maneja bien nuestro idioma y da una notable musicalidad a los versos:

Acepto el duro exilio, aun siendo hasta la muerte,
sin ponerme a pensar, ni tratar de inquirir,
si alguien claudicó ante quien creyó más fuerte,
o si otros desertaron debiendo resistir.

Si solo mil recogen tu negro desafío,
entre esos bravos nombres también estará el mío…
Si esos se reducen y solo quedan cien,
para seguir luchando, allí estaré también

Y si solo diez se yerguen para enfrentarse al mal,
proseguiré con ellos luchando hasta el final…
Y si quiere el destino que todo lo forjó,
que solo quede uno erguido y soberano:
apréndelo tirano, que ese uno, ¡seré yo!

La musicalidad se paga con cierto alejamiento del texto original como cuando compara al Emperador Napoleón III con el dictador romano Sylla y a veces también con algún contrasentido como cuando traduce:
“Si quelqu'un a plié qu'on aurait cru plus ferme”, por “si alguien claudicó ante quien creyó más fuerte”, lo cual es un error pues lo que significa el verso en francés es “si alguno que hubiéramos creído más fuerte se doblegó”.

Es difícil entender el odio visceral que sintió Víctor Hugo por el Emperador Napoleón III.
Al principio de la efímera Segunda República fueron, si no amigos, por lo menos colaboradores muy cercanos y el gran escritor fue uno de sus más vehementes soportes para la accesión del primero al cargo de presidente de la República. Durante cierto tiempo fue una especie de Eminencia Gris de Luis Napoleón Bonaparte y probablemente aspirara al cargo de ministro de educación pero el presidente prefirió, para ganarse el voto de los católicos, al conde De Falloux, .
El muy anticlerical y ya muy célebre escritor de cincuenta años se enfadó y se convirtió en el mayor opositor al presidente.

La asamblea de la Segunda República estaba en manos de una oligarquía antirrepublicana, el joven Karl Marx creyó ver inminente en Francia una “dictadura de la asamblea” y el pueblo francés aceptó en su inmensa mayoría el golpe de estado del Príncipe Presidente y la creación del Segundo Imperio.
Víctor Hugo se puso furioso y trató a Napoleón III de puerco del estercolero y otras lindezas por el estilo que provocaron su destierro.
Se ha dicho de Napoleón III que fue un Emperador socialista (desde el punto de vista de Saint Simon y no marxista pues estaba en contra de la lucha de clases) Se le debe por ejemplo el reconocimiento del derecho de huelga, las cajas de retiro, los seguros contra los accidentes del trabajo, la asistencia judicial gratuita, el derecho de las niñas a la instrucción pública, el saneamiento de las ciudades (antes de las grandes obras públicas de Haussmann a mediados del siglo XIX el cólera mataba a miles de personas al año en la ciudad de París) y otras acciones que Víctor Hugo habría aprobado.

El historiador Alain Decaux escribió en el 2008 como si se dirigiera al célebre escritor las líneas siguientes:
Con el infinito respeto que le debo, afirmo que el odio le sienta mal […] pero, querido Gran Hombre, los historiadores han trabajado y no le han dado la razón. Desde hace más de veinte años no han rehabilitado a Napoleón III pero le han dado a su persona una figura conforme a la Historia”

Esta poesía, "El exiliado fiel", que citaba José Azel hace unos años en este FORO, es una magistral parodia de las dos últimas estrofas de un poema de Víctor Hugo, mucho más largo y también cargado de emoción que toca en los corazones de los que han perdido a su patria y se han visto obligados a emigrar permanentemente a tierras extrañas que bondadosamente les han brindado su acogida. Es la voz desgarradora de un exiliado que no se da por vencido ante la tiranía.

He tratado de encontrar el origen y/o el autor de la parodia, porque también merece reconocimiento ante la admirable musicalidad de las estrofas y su excelente uso del idioma, pero no lo he logrado. Si alguno de los lectores tiene más información, agradecería que la compartiera con todos los lectores de este FORO.

Por otra parte, para quienes puedan leer francés y, al menos, entenderlo un poco, quizás sea interesante la versión original del inmortal Víctor Hugo:

Mes nobles compagnons, je garde votre culte
Bannis, la république est là qui nous unit.
J'attacherai la gloire à tout ce qu'on insulte
Je jetterai l'opprobre à tout ce qu'on bénit !
Je serai, sous le sac de cendre qui me couvre,
La voix qui dit : malheur ! la bouche qui dit : non !
Tandis que tes valets te montreront ton Louvre,
Moi, je te montrerai, césar, ton cabanon.

Devant les trahisons et les têtes courbées,
Je croiserai les bras, indigné, mais serein.
Sombre fidélité pour les choses tombées,
Sois ma force et ma joie et mon pilier d'airain !

Oui, tant qu'il sera là, qu'on cède ou qu'on persiste,
Ô France ! France aimée et qu'on pleure toujours,
Je ne reverrai pas ta terre douce et triste,
Tombeau de mes aïeux et nid de mes amours !

Je ne reverrai pas ta rive qui nous tente,
France ! hors le devoir, hélas ! j'oublîrai tout.
Parmi les éprouvés je planterai ma tente.
Je resterai proscrit, voulant rester debout.

J'accepte l'âpre exil, n'eût-il ni fin ni terme,
Sans chercher à savoir et sans considérer
Si quelqu'un a plié qu'on aurait cru plus ferme,
Et si plusieurs s'en vont qui devraient demeurer.

Si l'on n'est plus que mille, eh bien, j'en suis ! Si même
Ils ne sont plus que cent, je brave encor Sylla ;
S'il en demeure dix, je serai le dixième ;
Et s'il n'en reste qu'un, je serai celui-là !

Victor Hugo
Les Châtiments - Livre septième

EXILIADO FIEL
JOSE AZEL

Con propósitos analíticos y como una simplificación sin originalidad yo describo en mi libro Mañana in Cuba a una diáspora cubana compuesta de dos grupos principales: exiliados políticos – “empujados” por variables políticas- e inmigrantes económicos –“atraídos” por las perspectivas de mejores oportunidades económicas.

Igualmente, se pueden identificar olas distintivas de la emigración cubana con perfiles demográficos diferentes y marcadas diferencias éticas y culturales. De hecho, puede decirse que cada ola de exiliados vino de una Cuba sociopolítica y económicamente diferente. Como tal, cada ola personifica sus propias percepciones de las condiciones que provocaron su éxodo.

Sin embargo esta fría dicotomía académica ignora la dimensión íntegra y ética que desde su exilio capta Víctor Hugo en su poema Exiliado fiel. Comienza Víctor Hugo aceptando su realidad sin recriminaciones:

“Acepto el duro exilio

aun siendo hasta la muerte,

sin ponerme a pensar, ni tratar de inquirir,

si alguien claudicó ante quien creyó mas fuerte,

o si otros desertaron debiendo resistir’’.

Tanto los inmigrantes económicos como los exiliados políticos sueñan con un retorno romántico o una visita a su patria. Sin embargo, los que emigraron principalmente por razones económicas aspiran a regresar cuando su situación personal se los permita, quizás en sus años dorados. Los exiliados políticos, por su parte, no están dispuestos para el regreso hasta que desaparezcan las condiciones de opresión que los lanzaron al éxodo. Víctor Hugo reconoce la tristeza debilitante del exilio:

“Si solo mil recogen

tu negro desafío,

entre esos bravos nombres

también estará el mío…

Si esos se reducen

y solo quedan cien,

para seguir luchando,

allí estaré también’’.

Desde el punto de vista de un exilio íntegro, el retorno no es una opción determinada por condiciones o motivos personales, sino por las condiciones que afectan a nuestros compatriotas en la isla. El acto de exiliarse es una declaración contra la injusticia colectiva. Por definición, el exiliado político que se rinde a su melancolía, regresando sin un cambio fundamental en las condiciones que le llevaron a su salida, renuncia a su etiqueta de exiliado político y se convierte en inmigrante.

La realidad cubana es que tras cinco décadas de oposición a la opresión, exiliados nostálgicos eligen visitar a su patria como turistas. Así, dos fuerzas clave han venido a actuar en la diáspora cubana: los diferentes perfiles demográficos y psicograficos de las olas de emigración, y el cansancio mental absoluto de un exilio prolongado.

El triste resultado es que la comunidad cubanoamericana está cambiando, en cierta medida, de una comunidad de exiliados políticos a una de inmigrantes. Esto, a su vez, ha colocado a la comunidad en dos campos políticos con diferentes enfoques sobre el futuro de Cuba. Un grupo consideramos las libertades individuales y la potenciación ciudadana como esenciales, y el otro aboga por la primacía de las medidas económicas, aun si se toman fuera de un marco democrático. Víctor Hugo nos enseña el camino del exiliado fiel…

“Y si solo diez se yerguen

para enfrentarse al mal,

proseguiré con ellos

luchando hasta el final…

Y si quiere el destino

que todo lo forjó,

que solo quede uno

erguido y soberano:

apréndelo tirano,

que ese uno, ¡seré yo!’’.

Investigador del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos, Universidad de Miami, y autor del libro M añana in Cuba.

Jazel@miami.edu

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