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Reply: Cuba policy, Cuba polls and innuendo.
Topic History of: Cuba policy, Cuba polls and innuendo.
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He recibido algunos comentarios de quienes no comprenden lo que quiero decir cuando pretendo diferenciar entre la actitud de alguien que opta por ser "Anti - Anti" evitando pronunciarse (y vivir su vida diaria, mañana tarde y noche) como anti-castrista y la de quien es, simplemente, "anti - nada", como dice mi amigo Gerardo. Y anoche tuve una experiencia que quizàs sirva para esclarecer esa diferencia que algunos no ven.
Se està jugando, como todos sabemos, la Copa Mundial de fùtbol en Brasil. LA sorpresa, hasta hoy, del campeonato, lo es una selecciòn nacional de Costa Rica que ha conseguido avanzar a los octavos de final dejando fuera de la competencia nada menos que al campeòn reinante, la seleccion española. Nadie, ni el mas optimista y fervoroso entre los ticos, se esperaba lo que està ocurriendo, y el responsable de esta sorpresa (junto con un excelente grupo de jugadores) es el seleccionador o entrenador (el "coach") de Costa Rica, un colombiano llamado Jorge Luis (el Gallo) Pinto.
Anoche, un buen amigo y vecino de Miami me quiso contagiar su indignaciòn (llegò a hablar hasta de boycott contra los productos ticos) debido a que El Gallo Pinto "confiesa" publicamente ser admirador de Fidel Castro... Para este buen amigo, a quien su anti-castrismo no lo abandona ni en sueños, es hora de tomar un curso acelerado de griego para asì poder alentar mejor a los pròximos rivales de Costa Rica, la seleccion de Grecia.
En mi caso, como soy Anti - Anti, y aunque me parece absurda y peculiar la admiraciòn del Gallo por el Fifo (lo que convierte al Gallo en una especie de Maradona con cerebro -por lo menos para parar o situar a sus jugadores en la cancha- y, hasta donde puedo apreciar, sin tatuajes), mi deseo es que Costa Rica llegue tan lejos como pueda en la competencia, porque veo a los ticos como mis hermanos latinoamericanos, con una cultura y una causa comùn, aunque alguno(s) de ellos profesen ideologìas o preferencias polìticas diferentes a las mìas. Mi buen amigo y vecino anti-castrista es incapaz de ver que una circunstancial victoria de Grecia este domingo no seria mas que una victoria pìrrica para su causa (aunque el saboree ese triunfo personal sobre el Gallo Pinto -y sobre Fidel- como si estuviera ante La Victoria de Samotracia).
Hace no muchos años, en ocasiòn de celebrarse el primer campeonato mundial de beisbol con participaciòn de jugadores profesionales (y no me refiero a nuestra hiperbòlica serie "mundial", que se juega todos los años, sino a una competencia entre naciones en la que participan jugadores de Grandes Ligas cada cual bajo su bandera nacional), la final para decidir el campeòn la jugaron (en San Diego, si mal no recuerdo), Cuba y Japòn.
Como Anti Anti (convicto y confeso) que ya era, jamàs dude de cual era el equipo de mis amores y simpatìas (aunque en el banco de suplentes estuviera sentado algùn antipàtico como el hijo de Fifo) y asi fue que vi el juego frente al aparato de TV, confiado en el triunfo de MI bandera (que, lamentablemente, no se diò), solitario en Miami pero al lado de (y junto a) tantìsimos televidentes en la isla.
Recuerdo que por entonces mi buen amigo y vecino (y muchos otros tan anti-castristas como él) estaba mas que dispuesto a cambiar la primera estrofa de nuestro Himno Nacional por un (patético, en mi humilde opiniòn) "al combate corred japoneses..." Razòn de mas para ser Anti - Anti..., sin por eso ser anti-nada. Es la actitud de mi buen amigo la que no me sirve para nada...
Mi querido amigo Gerardo. Soy Anti - Anti, no anti – nada… Lo de anti-nada lo agregaste tu, y me parece muy vàlido lo que dices, pero no tiene nada que ver con lo que yo quise decir... Yo creo que se puede criticar y hasta combatir al castrismo sin profesar el anti-castrismo ni tener que proclamarse como tal.
No me interesa compararme con ningún mártir ni poner ni la otra ni esta misma mejilla, pero tampoco me interesa emplear mi tiempo en campañas de divulgación de los males del castrismo, ni en serenatas de declamación de ideas, principios y verdades incuestionables… Me parece muy bien que otros le dediquen su tiempo y entusiasmo a ese tipo de tareas, pero no es lo mío.
Todo lo que dije sobre el anti-castrismo y quienes se concentran en él y en las figuras de los dos hermanos Castro, y en la proximidad y “necesidad” de su muerte para, entonces si, “abrirnos a Cuba” es que para muchos, ese empeño en centrar todo en el anti-castrismo (como suele ocurrir con frecuencia con otras posiciones anti – esto o lo otro, en mi humilde opinión) les causa un grado tal de ofuscación que les impide ver otras maneras mas eficaces de enfrentar y combatir el objeto de sus fervores “antis” que tanto los desvelan…
Comprendo que el mundo esté lleno de antis, y que son muy pocos los anti-antis como yo. Cada cual es libre de profesar la fe que desee profesar. Pero la mía, sencillamente no se expresa a través de “pronunciamientos”, sino buscando todas las vías posibles de interacción con aquellos a los que simplemente no puedo excluir, porque sin ellos, mis esfuerzos se quedan en nada (que es exactamente lo que, de nuevo, en mi humilde opinión, ha ocurrido con tantos pronunciamientos y cruzadas del exilio).
Sugiere el amigo Francisco que yo pienso como pienso porque me formé en otro ambiente (otro mundo también cabe, y hasta otra galaxia, tratándose de una comparación con quienes se formaron en el exilio de Miami o de los EE.UU.), y puede que tenga razón. Pero aquí les copio (editada para convertirla en apta para todo público) mi respuesta a una persona que, no hace mucho, me llamaba “marxiperonista” por haberme criado en la Argentina:
“Cuando yo llegué a la Argentina en 1960 el peronismo estaba proscrito, y no tuvo ni la menor influencia sobre… "la sociedad civil" durante los siguientes 15 años, para cuando yo ya era mayor de edad. Te cuento más: a las dos o tres semanas de llegar a la Argentina, caminando por la calle Florida con mi Vieja y una amiga de ella, argentina, casada con un Comodoro de la Fuerza Aérea, la amiga de mi Vieja le compró a un vendedor ambulante un puñado de "escuditos" de la Argentina (de esos que uno se pone en la solapa el 9 de julio o el 25 de mayo, o los cubanos el 20 de mayo...) donde se leían las letras "P" y "V", por "Perón Vuelve". Con la misma, esta buena señora arroja el puñado de escuditos al piso y comienza a pisotearlos con el entusiasmo y la energía del mejor bailarín de malambo o de una estrella del taconeo flamenco, lo mismo que hubiera hecho uno de tus "maestricos" en este kinder Mayamero que tan bien te sienta, el "buen señor" ese de la aplanadora de discos y la quema de libros frente al Versalles... Te parece que me perdí algo criándome en Argieland???? Really???? Mentecatos (o mente'pollos, como los llamamos en Venezuela ) como vos y el de la vigilia eterna los hay en todas partes, y "cuando llegue el momento", se encargaran de proscribir al comunismo en Cuba como primera medida para "civilizar" a la sociedad cubana...”
Por eso es que mi opinión es la que es con respecto a los sentimientos anti, mi querido Gerardo. Porque he visto de cerca un pueblo anclado en las antinomias históricas (no solo en torno al Peronismo, sino en torno al Rosismo, a la puja entre Unitarios y Federales que se proyectan hasta el presente), y ni siquiera se trata del pueblo cubano… Pero yo no quiero eso para los cubanos; a los argentinos les / nos ha hecho un daño enorme…
Y en cuanto a lo de que el que se cansa pierde, no puedo sino darle la razòn a Francisco. En las kermeses y en las competencias deportivas que se hacìan en el colegio inglés porteño donde estudié (mientras me soportaron) -y los ingleses tuvieron mucho mas que ver con mi formaciòn que ningùn peronista, claro...- el ultimo evento era el llamado "tug of war", en el cual dos grupos de gente se colocaban en los extremos opuestos de una cuerda y jalaban hasta que uno de los grupos conseguia arrastrar al otro mas allà de una marca en la tierra... La puja entre el exilio anti-castrista y el castrismo se parece a un "tug of war" que se celebra ante un pùblico cada vez mas ausente y desinteresado, que serìa el pueblo cubano, y frente a otro sector de pùblico en otra graderìa que abuchea con el mismo entusiasmo a los dos lados en pugna...

Suelo coincidir con las opiniones de Juan Manuel Palli con frecuencia. Me gusta su ponderación y el cuidado con que trata de expresarse con absoluta objetividad. Es la actitud que admiro en quienes tienen la facultad de provocar un acercamiento conciliador en cualquier debate.
Sin embargo, me siento obligado a discrepar de una posición que ahora manifiesta y que he escuchado con demasiado frecuencia desde los primeros tiempos en que ese argumento se utilizaba ya para silenciar conciencias.
Desde entonces he llegado a la conclusión de que es muy peligroso ser anti-nada porque supongo que al ser enemigos de la delincuencia, de la tortura, de la tiranía, del abuso y de la opresión, tomamos la posición de proclamar nuestra anti-maldad, en tanto que esa otra posición que proclama ser anti-nada toma la actitud permisiva de contemporizar con la maldad, como si fuéramos capaces de apaciguarla o, mejor aún, de lograr su "conversión". Pero la realidad es que todos esos azotes de la humanidad no se resuelven sin medidas drásticas de prevención o de erradicación.
Estimo que en muchos pacifistas prima una loable ingenuidad que brota de un corazón benévolo. Así la historia se ejemplariza con muchos cristianos que prefirieron ser mártires antes que devolver el golpe. Estaban dispuestos a convencer con su ejemplo y a no utilizar nunca la fuerza. Pero no eran anti-nada. ¡Todo lo contrario! Precisamente fueron hostigados, perseguidos y asesinados por su firme rechazo a todas esas manifestaciones de maldad y crueldad. Por lo tanto, eran anti-maldad y por eso sufrieron el martirio.
Personalmente soy anti-castrista, como he sido anti-comunista, anti-fascista, anti-totalitario, anti-mafioso y toda una lista de antis que definen claramente mi postura ética en defensa de la sociedad en que vivimos.
Puedo aplaudir a quienes ponen la otra mejilla y admirarlos por su fe en el triunfo defintivo del bien sobre el mal, que se observa en etapas parciales a cada paso de la historia. Pero no puedo criticar en modo alguno a quienes optan por defenderse por todos los medios a su alcance. Tampoco puedo pedir a los cubanos, desde la comodidad del exilio, que sigan poniendo la otra mejilla un día tras otro en interminables jornadas en las que se suman y multiplican las reiteradas humillaciones que sirven de base a una sociedad que vive en la miseria y bajo opresión. Ni soy capaz de arengar desde la sala de mi hogar a mis hermanos de la otra orilla del Estrecho de la Florida para que enfrenten la muerte en una sublevación que entonces contemplaría frente a mi televisor.
Por lo tanto, la actitud racional de quienes contemplamos con tristeza la realidad cubana desde lejos, sería la de tender nuestras manos al hermano oprimido y abrir nuestros brazos a sus iniciativas y sacrificios. Tanto si lo hacen con humildad cristiana como si optan por enfrentar los abusos con el puño en alto. Ambos me merecen respeto y admiración porque ambos son anti-castristas. Ambos quieren lo mismo que yo: una Cuba que se haya librado de los hermanos Castro y de la caterva de testaferros que los mantienen en el poder.
Mi anti-castrismo podría cambiar ante la realidad muy improbable de que algún día esa cúpula dictatorial mostrara alguna disposición fehaciente de buscar una vía democrática de reconciliación. Pero hasta el momento, eso no ha sucedido y no hay indicios palpables de que pueda suceder en un futuro inmediato.
Los hermanos Castro NO son émulos de Pinochet ni de Botha; mucho menos de Jaruzelski o Gorbachev. Frente a su fiera dictadura, un régimen de opresión que ya se ha prolongado por más de medio siglo, no puedo sacar de mi mente esa frase terrible, pero certera: "La libertad no se mendiga, se conquista con el filo del machete". ¿Acaso Antonio Maceo y Grajales fue un terrorista? Otro hubo entre nuestros próceres que fue un convencido amante de la paz y del combate de la razón y las ideas; alguien que señaló elocuentemente que la libertad "tiene un padre, el más dulce de los padres, el amor, y una madre, la más rica de las madres, la paz". Ese gigante de la Patria cubana diría también: "El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice"; y añadiría con firmeza: "Los grandes derechos no se compran con lágrimas, sino con sangre".
José Martí fue un amante de la paz, pero los tiranos de entonces no le dieron esa oportunidad. Rara vez lo hacen.

Apreciado Jose Manuel: Comprendo que usted ha recorrido un largo camino con influencias y vivencias diversas. Como ocurre a toda persona inteligente, eso ha ido formando su actitud general ante la vida. En mi caso, sin tanta inteligencia, pero con toda sinceridad, he tratado de asimilar las experiencias para que me ayuden a formarme un jucio de las cosas, que no de las personas.
Así pues, contrario a lo que ud. pueda haber colegido, no soy un "anti-castrista" furibundo, aunque sí estoy en contra del castrismo. Más que "anti-anti", prefiero no ser "ista" de ninguna tendencia. Y es que comprendo que bajo la canopia (o dosel diría un "gallego") de la selva de los "ismos" hemos perdido la orientación y ya no sabemos por dónde sale el sol, al que no vemos, pero no debemos olvidar que existe.
1.-No digo "No Castro, No problem" pero sí considero que la desaparición de la escena pública de los Castro y los "dirigentes históricos" es parte importante de la solución.
2.- Como católico practicante (eso sí soy, pero bueno, es otro asunto y dimensión), no puedo ignorar los llamados de la Iglesia a levantar el Embargo. Pero seamos razonables: ¿A cambio de NADA?. En Política, el que se cansa pierde.
3.-No se preocupe por la posición de los países latinoamericanos: siempre hablarán mal del "imperialismo yanqui "(o del español, o del inglés, da lo mismo) pero mandarán sus hijos a estudiar en Harvard (o Salamanca o a Oxford) y como la buena de Evita, comprarán los perfumes franceses y los zorros plateados en Finlandia, pero añorarán ir a la Fifth Avenue de New York. ¿Cree usted que el farisísmo es solo de los fariseos? Una verdad de perogrullo: Roma nunca será amada, por mucho que intente.
Estimado amigo Francisco. Comprendo sus razones, que son válidas para muchos que, como usted, profesan una fe que yo no tengo y que se centra en el anti-castrismo. Esa fe es, en mi humilde opinión, la que lleva a ver al mundo como usted lo ve.
Al no ser yo anti-castrista, me resulta imposible ver el mundo como lo ven ustedes, los que si lo son. Y cuando digo que no soy anti-castrista se que para muchos que si lo son, aunque seguramente no para alguien de su inteligencia y sensibilidad, paso a ser necesariamente castrista, “comunista” o cosas aun peores, aunque estoy lejos de ser ninguna de ellas.
No soy anticastrista porque me resisto a ser “anti-nada”: me parece que la profesión de ese tipo de fe, llámese anti-castrismo, anti-comunismo, anti-peronismo, anti-obamismo o anti-lo-que-sea, lo sujeta a uno a una serie de dogmas y axiomas (verdades incuestionables por lo indemostrables), a una ACTITUD ante el mundo y sus cosas, que lo drena de creatividad, de energias y, sobre todo, de iniciativa. Por eso, si tengo que ser anti-algo, prefiero ser “Anti-Anti”, como me llamó una vez un amigo (columnista de esos que llaman “syndicated”, cuyas columnas se publican a lo largo y ancho del mundo) creyendo que me agredía; y confieso que su calificativo me dolió de momento, pero solamente hasta que caí en cuenta de lo muy acertado que estaba mi amigo periodista al definirme de esa forma… Y hoy se lo agradezco sin reservas, y acumulo las regalías de llevar esa marca para compartirlas con él alguna vez.
Le cuento entonces como es que veo yo el mundo, para mi el real, que enmarca sus razones para mantener el embargo, en el mismo orden en que usted las menciona:
a) Lo de la derrota incondicional y lo de entregar algo de valor sin recibir nada a cambio. Lo que ese análisis de la realidad supone es que son los otros los que, primero, deben admitir una derrota incondicional, o sea, cumplir con las condiciones que establece el embargo sobre su propia conducta –o bien, seguir esperando por el “No Castro, No Problem”, sin garantía alguna de que sea válida esa expectativa en cuanto al “no problem”. Pero el problema es que en realidad nunca hemos tenido ninguna herramienta que nos permita imponerle conductas a los demás (ni a Cuba, ni a los países que, persistentemente, nos piden que revisemos nuestra actitud hacia la isla), y el embargo no es esa herramienta (muchos que lo apoyan hasta lo reconocen, cuando dicen que el embargo no existe…), y solo representa algo de valor en la imaginación colectiva del anti-castrismo. Lo de abandonar a los amigos tampoco resiste el “test” que es la realidad según la vemos, humildemente, quienes no somos anticastristas: son muchos los disidentes que han insistido durante años en el daño que nos hace el embargo, y que han buscado con ahínco un diálogo entre TODOS los cubanos. Y a aquellos disidentes que se aferran al embargo como lo hacen algunos exiliados no tendríamos porqué abandonarlos, a menos que ellos se auto-excluyeran pateando el nuevo tablero que seria una realidad en la que el embargo ya no fuera un factor en la relación entre Cuba y los EE.UU.
b) Lo del mensaje para los latinoamericanos y para la historia. Yo aquí también veo una realidad muy diferente a la que usted ve. El último viaje que hizo Fidel antes de abdicar lo hizo a la Argentina. A través del relato de muchos periodistas y amigos, la visión que me quedó de ese viaje es totalmente diferente de la que uno puede tener –o hubiera podido anticipar- desde nuestro patio Mayamero. Y esa visión me atormentó, enmudeció y disgustó durante meses, pues yo creía conocer a los argentinos mejor de lo que, aparentemente, los conocía (pero, evidentemente, después de cerca de treinta años por estas playas, ya yo estaba “enmayamado”). La posición de Cuba en el marco geopolítico latinoamericano es hoy mas fuerte de lo que lo ha sido jamás. El mensaje de la casi totalidad de los gobernantes de los países miembros de la OEA, y de los pueblos que los conforman (ni que hablar del tan vilipendiado Secretario General) es el mismo: cambien su política hacia Cuba… Seguramente algunos latinoamericanos recibirán con disgusto nuestro mensaje si apoyáramos el levantamiento del embargo; pero serian los menos, y los encontraría usted, especialmente, entre aquellos –también, y como nosotros, afincados en Miami- que se auto proclaman parte de una elite dirigente de sus países (como lo hacen algunos exiliados cubanos) pero que lo son solamente en su imaginación, ya que, y desde la lejanía de Miami, es casi imperceptible su interacción con aquellos pueblos a los que pretenden liderar. Además, amigo Francisco, en mi humilde y muy personal opinión, algunos de estos personajes nos hacen mucho daño, a Cuba y a TODOS los cubanos, pues nos utilizan para legitimarse, con el argumento infantil de que Cuba está detrás de todos los males que aquejan a sus respectivas naciones (en un burdo intento por hacer lo mismo que sus oponentes políticos autóctonos hacen con el imperialismo yanqui, sin tener en cuenta que Cuba es una islita pequeña y sin recursos) limpiándose el pecho con ese argumento de toda la responsabilidad que ellos mismos pudieran tener sobre el estado de cosas en sus países, que en casos la tienen (y mucha).
c) Lo de qué ofrecer, “cuando llegue el momento”, si ya para entonces todo se ha entregado de gratis. La pregunta es otra: cuanto mas habrá que reconstruir si insistimos con nuestra actitud “anti-castrista” negándoles todo aquello que pudiera ayudar hoy al pueblo cubano (a los emprendedores incipientes, a los que presionan desde dentro de las esferas del poder por una mas acelerada actualización del modelo, y a los mismos disidentes) a través de una interacción fluida con los EE.UU. O bien otra pregunta, del tipo de las que no me gustan por aquello de no entretenerme en cuestiones especulativas sobre el pasado o en aquellas cosas que escapan a mi esfera de acción y/o decisión (como lo es la conducta de los demás: yo solo tengo control sobre la mía propia, y en eso creo que somos todos iguales): cuanto mejor y mas cerca de nuestro ideal –aunque estuviera aun distante, si nuestro ideal no fuera compartido por la mayoría de los once millones de cubanos en la isla- estaría Cuba hoy si el embargo hubiera sido levantado hace veinte o treinta años, aunque se hubiera hecho incondicionalmente?...
Por eso es que insisto con lo de concentrarnos en modificar nuestras actitudes que, también, son las únicas que están bajo nuestro control individual. Y aunque reconozco que mi impresión puede ser equivocada y que, seguramente, no es una apreciación válida para todos los que apoyan el mantenimiento del embargo, creo que en lo primero que debemos trabajar, cada uno, es en acondicionar nuestros egos individuales y nuestro ego colectivo a una realidad que todo el mundo ve diferente a como la vemos nosotros. Solo así aceptaremos la lectura cabal de la realidad que nos rodea sin que nuestros egos se derrumben, o, peor aun, esos egos nos lleven a tomar decisiones todavía mas infantiles y desfasadas de la realidad de lo que han sido muchas de las que hemos tomado durante años los exiliados cubanos.
El objetivo sería, entonces, lograr que la respuesta a LA pregunta que redacté para una eventual encuesta y que usted acepta como 100 por ciento válida se convierta, en su caso y en el de muchos otros buenos cubanos, en un SI, YA…

Jose Manuel (ya me siento como si fuéramos familia tras tantos intercambios de ideas):
Mucho de lo que usted escribe tiene gran sentido para mí y no crea que no me causa dolor tener que reconocerlo.
Por ello voy a tratar de explicarme en unos cortos párrafos que son solo una parte no que puede abarcar el todo.
Considero que Embargo no es efectivo y a veces es contraproducente al servir de excusa y propaganda al castrismo.
Dicho esto, le doy mis razones para mantener el Embargo en estos momentos:
a) El levantamiento del Embargo sin lograr nada a cambio sería aceptar una derrota incondicional. Eso, en Política, es catastrófico, sin contra que seria una puñalada trapera a los opositores en la Isla, que quedarían totalmente desprotegidos ante un régimen victorioso y envalentonado. No se abandona a los amigos.
b).-¿Asimilaron los venezolanos la esperiencia de Cuba? ¿Cual sería el mensaje ahora y para la Historia con unos hermanos Castros vencedores del "Imperialismo Yankee y sus lacayos"?. Aqui la responsabilidad es no solo con el presente y Cuba, sino con el futuro y todas América Latina.
c).- Desaparecidos de la escena los hermanitos Castro y su pandilla histórica más cercana, hay que decirle al que venga: " No hay problema, estamos dispuesto a ayudarte en todo". ¿Que habría de ofrecer si ya todo se hubiera entregado de gratis?.
Lo que sí creo que es convenienete es permitir mayor intercambio entre los dos países, incluyendo reducir las restricciones existentes para el turismo. Un millón de jóvenes estudantes americanos fiestando en La Habana durante el Spring break pueden hacer tambalear al régimen...ja,ja,ja, ¡¡ no digo yo si son un "peligro"!!
Ya ve usted, don Francisco. Y eso que yo ni siquiera estoy asociado con alguno de los institutos o tanques de pensamiento que TAN BIEN conocen a Cuba y a la democracia (y me tomo la libertad de cambiar de idioma para invitar a otros foristas que se puedan sentir mas cómodos en este a sumarse a nuestra conversación).
Pero convengamos, entonces, en que esa pregunta que usted mismo llama LA pregunta no seria menos inductiva que aquellas que critican desde sus pedestales (cada vez mas bajitos) los ilustres profesores y “expertos” EN TODO que le dan vida, color y ambiente festivo a este Mayami nuestro de cada día. Lo de rechazar las encuestas cuyos resultados no nos convienen con el argumento de las preguntas inductivas no es mas que otra secreción (excreción?) de tinta de calamar de las muchas que, de tan repetidas, ya no nos dejan ver ni el fondo ni la tenue luz que brilla mas allá de la superficie en todas estas cuestiones relacionadas con Cuba…
Yo comprendo perfectamente porque a usted le agrada LA pregunta; y si mi actitud fuera igual a la suya, me aferraría al embargo con tanta o mas fuerza que usted. Y ni siquiera es que piense que hay algo intrínsecamente malo en su actitud (que sigue siendo la de muchos por estas playas), porque ni lo veo así ni soy quien para hacer ese tipo de valoraciones si así lo viera.
Pero lo que también comprendo es que esa “espera” –que no es dulce, sino agria en mi humilde opinión- tiene un impacto significativo en muchos otros cubanos cuyos problemas no se resuelven mientras aguardan por una serenata de maniseros (me temo que con dos nos quedaremos cortísimos, porque, entre otras cosas, la fijación o enfoque en esa espera ha hecho que no tengamos ni la menor idea de lo que hacer “el día después” de las dos primeras canciones del recital, por mucha gastadera de plata que hayamos hecho en nuestros cada vez mas ridículos “tanques de pensamiento” que no son sino cauces de sentimientos, cuando no ventiladores del resentimiento…).
Por eso vuelvo siempre con la cantinela de que lo que hay que cambiar es nuestra actitud, no las preguntas en las encuestas…

Exactly.
You are a mind reader....
I kind of knew (or guessed) you would love it.
Now let me see if I correctly interpret your "not yet"... Do you mean not a minute before the braggarts sing "the peanut salesman"?

"Would you favor the US lifting all sanctions against Cuba and treating it as we treat most other nations knowing Fidel and Raul would brag about it for as long as they live?".
Agree 100%: That's THE Question.
My answer: Not yet