Nadie puede negar o siquiera justificar la cruel y sangrienta tiranía del Coronel Muamar el Gadafi desde septiembre de 1969 hasta su salvaje linchamiento el 20 de octubre de 2011, escudándose como pretexto de la crueldad de su prolongado régimen en la implantación de un Estado socialista libio modelado como una "yamahiriya" o "Estado de las masas", estructurado como un sistema que él llamó la "tercera teoría universal" que, según se entresaca de su "Libro Verde" como ley suprema de la nación, era una mezcla de anticapitalismo manifestado en una especie de asambleísmo con valores islámicos y costumbres beduinas. Por eso, el nombre oficial de su país bajo su terrible dictadura fue la "Gran Yamahiriya Árabe Libia Popular Socialista", en el que él era el Caid o "líder" que ostentaba el titulo grandilocuente de "Guía de la Gran Revolución del Primero de Septiembre de la Yamahiriya Árabe Libia Popular y Socialista".
Pese al trágico historial de Gadafi, hay una magna obra fomentada por el tirano de Libia que ha dejado de herencia a la humanidad y que podría ser un patrón ejemplar que imitar por otras naciones invadidas por el desierto de Sahara. Por eso es notable y sorprendente lo poco que se habla de este monumental proyecto que se llamó el "Gran Río Artificial".
Es bien sabido que Libia cuenta con importantes reservas de petróleo, descubiertas y explotadas desde que se encontraron yacimientos en la zona sur del país. Lo que no se ha divulgado es que durante los esfuerzos de prospección encontraron enormes depósitos de agua subterránea y que ya desde la década del 60 se hablaba de un "Proyecto de Gran Río Artificial", el cual no tomó forma hasta que Gadafi tomó el poder y promovió su estudio durante la década del 70.
Finalmente, fue creada la "Autoridad del Proyecto Río Artificial" y el trabajo comenzó en 1984, financiado íntegramente con fondos del gobierno libio. Dos años más tarde, Gadafi inauguró la fábrica de tuberías de hormigón pretensado de Brega para el tendido de la red que conduciría el agua. El 28 de agosto de 1996, la "Primera agua para Trípoli" llega a la capital procedente de esa reserva y el 28 de septiembre de 2007 llega hasta Gharyan en el extremo Noroeste del país.
Así prácticamente quedó concluido el mayor proyecto de riego del mundo que, al comenzar la guerra civil entre 2010 y 2011, contaba con más de 1.300 pozos que proveían seis millones y medio de metros cúbicos de agua por día a todas las principales ciudades del país.
Estos gigantescos depósitos de agua son conocidos como el "sistema acuífero de piedra arenisca de Nubia" y se estima que contienen la friolera de entre 100 mil y 150 mil kilómetros cúbicos de agua, suficiente para suministrar el precioso líquido potable durante 10 siglos al nivel de consumo actual. Con este ambicioso proyecto, Libia esperaba lograr su autonomía alimentaria y dotar de agua potable corriente a los hogares libios.
Como se señala en el primer informe de Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos del mundo publicado en 2015: “de todas las crisis, ya sean de orden social o relativas a los recursos naturales con las que nos enfrentamos los seres humanos, la crisis del agua es la que se encuentra en el corazón mismo de nuestra supervivencia y la de nuestro planeta”.
Considerando el "milagro" logrado por Israel, tornando grandes extensiones de desierto en áreas cultivables pese a los muy escasos recursos de agua que posee para el riego, es posible imaginarse cuánto más se lograría para Libia y eventualmente para los países vecinos del Norte de Africa si estos recursos pudieran desarrollarse en paz y con gobiernos honrados y solidarios.