Una ojeada al Informe sobre Desarrollo Humano 2020

Vea el Informe sobre Desarrollo Humano 2020:

Naciones Unidas y sus organismos especializados, como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), funcionan bajo los mandatos de los Estados Miembros y, por tanto, el personal, desde el Secretario General hasta el más humilde de los empleados, se ve sometido a presiones por parte de los países representados por gobiernos autoritarios o dictatoriales en los procesos de elaborar trabajos de investigación –como el reciente Informe sobre Desarrollo Humano de 2020–, para los cuales, con frecuencia, se ven obligados a depender de los datos que proporciona el gobierno de países que no son democráticos y suelen impedir u obstaculizar cualquier intento de investigación para comprobar la validez de los datos recibidos.

No obstante, el Indice de Pobreza Multidimensional que presenta ese Informe es muy riguroso y confiable para la mayoría de los 189 países estudiados. Este Índice fue creado en 2007 por James Foster y Sabina Alkire, expertos de la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford e intenta arrojar luz sobre cómo las personas experimentan la pobreza, revelando su nivel comparativo entre países. Así vemos que, en el caso de América Latina, el país menos afectado por la pobreza multidimensional es Chile y podemos seguir entresacando otros países del continente, como sigue:

43. Chile
46. Argentina
55. Uruguay
57. Panamá
62. Costa Rica
70. Cuba

Aunque Cuba está en el Nº 70 de ese índice, por encima del resto de los países de América Latina, aparecen en blanco en el cuadro comparativo la mayoría de los parámetros que se utilizan para este índice, lo cual denota que Cuba no le ha proporcionado al PNUD la información correspondiente ni ha permitido que ese organismo investigue para presentar toda la información. 

Por tanto, es muy cuestionable que el PNUD sitúe a Cuba en el 50º lugar por encima de México, Perú, Colombia, Brasil –que le siguen y llenan en el cuadro todos los parámetros que requiere el índice–, así como por encima del resto de los países de América Latina que también los llenan en esa lista de 189 países del mundo.

En el estudio, las condiciones que se tienen en cuenta para determinar el nivel de pobreza muldimensional de cada país son las siguientes:

  • Ningún miembro del hogar tiene cinco años de educación
  • Al menos un niño en edad escolar (hasta octavo grado) no asiste a la escuela
  • Al menos un miembro del hogar está desnutrido
  • Uno o más niños del hogar han muerto
  • No tiene electricidad
  • Sin acceso a saneamiento adecuado
  • Sin acceso a agua potable
  • Habita una vivienda con piso de tierra
  • Usa combustible “contaminante” (estiércol, leña o carbón) para cocinar
  • No tiene auto u otro vehículo y posee sólo uno de los siguientes bienes: bicicleta, motocicleta, radio, refrigerador, teléfono o televisor.

Sin embargo, es notable el engañoso título que se ha proclamado por radio en Cuba y ha aparecido en el periódico Granma con fecha 8 de abril, que afirma: «Cuba es el segundo país con más bajo índice de pobreza multidimensional». Evidentemente, los cubanos no tienen medios de cuestionar semejante afirmación y muchos en el resto del mundo picarán el anzuelo de esta falsa "noticia". Es muy probable que China interprete también este estudio del PNUD a su modo en vista del lugar muy bajo que ocupa en esta lista de países.

Bajo estos parámetros, los 20 primeros países con más bajo nivel de pobreza multidimensional son (en ese orden): Noruega, Irlanda, Suiza, Hong Kong (investigado aparte de China, que ocupa el 85º lugar), Islandia, Alemania, Suecia, Australia, Países Bajos, Dinamarca, Finlandia, Singapur, Reino Unido, Bélgica, Nueva Zelandia, Canadá, Estados Unidos, Austria, Israel, Japón y Lichtestein. 

Pese a las deficiencias mencionadas que derivan de presiones políticas, este índice, en general, merece el reconocimiento del trabajo minucioso realizado por los investigadores. Según una nota de UNDP:

«El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) identifica múltiples carencias a nivel de los hogares y las personas en los ámbitos de la salud, la educación y el nivel de vida. Utiliza microdatos de encuestas de hogares, y, al contrario que el Índice de Desarrollo Humano ajustado por la Desigualdad, todos los indicadores necesarios para calcularlo deben extraerse de la misma encuesta. Cada miembro de una familia es clasificado como pobre o no pobre en función del número de carencias que experimente su hogar. Estos datos se agregan (por ejemplo a nivel nacional) para conformar el indicador de la pobreza multidimensional. El IPM refleja tanto la prevalencia de las carencias multidimensionales como su intensidad» 

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