China reforma la política de inversión extranjera

Los países tienen éxito porque lo buscan, lo trabajan y hacen lo necesario para lograrlo. La dinámica del progreso económico no es otra. Nada es gratis, ni llega del cielo. El futuro de las naciones no depende de consignas, ni de la aplicación dogmática de ideologías fracasadas. Lo que no funciona se debe dejar atrás, y enderezar el rumbo de la nave. La historia ofrece muchos ejemplos. Estamos ante uno.

La Asamblea Nacional Popular de China, por aplastante mayoría1, ha dado el visto bueno a una nueva ley de inversión extranjera, que supone, de facto, aceptar las posiciones planteadas por EEUU en el contencioso entre los dos países, y que abre un nuevo espacio para el desarrollo de las inversiones, el comercio y la tecnología entre las dos potencias. Aunque el proyecto original fue elaborado en 2015, los dirigentes comunistas chinos han acelerado la tramitación desde finales de 2018 debido teniendo en cuenta que esta nueva regulación puede satisfacer demandas presentadas por Estados Unidos en el marco de las negociaciones para resolver la disputa comercial entre ambos países.

El presidente de la Asamblea Li Zhanshu calificó la ley como fundamental para promover la apertura económica de alto nivel en esta nueva era y la determinación China por definir una nueva etapa en sus relaciones internacionales. También algunos observadores y analistas consideran que se trata de un paso importante para la consolidación del gigante asiático como gran potencia a lo largo de este siglo.

La Ley introduce, por primera vez, una serie de provisiones unificadas para garantizar la entrada, promoción, protección y gestión de la inversión extranjera, con el objetivo de mejorar la transparencia de la política de inversión extranjera y garantizar que las empresas nacionales y foráneas estén sujetas a una serie de reglas unificadas y que compitan en igualdad de condiciones.

Tras la aprobación de la Ley, algunas críticas se han recibido de organizaciones internacionales. Así, por ejemplo, y con relación al "tratamiento nacional a las inversiones extranjeras” la Cámara de Comercio de EEUU en China se mostró escéptica al considerar que se trata de una regulación"todavía bastante genérica" que no tiene en cuenta detalles específicos de los proyectos de inversión, argumento compartido por la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China. Esta organización destacó, además, que la nueva norma había sido redactada en "términos amplios y lenguaje vago", al tiempo que reclamó una "clarificación" para evitar "espacios para la aplicación arbitraria de la ley".

Frente a las críticas, los dirigentes chinos anunciaron que "en los próximos meses" pondrían en marcha "regulaciones para proteger los derechos de los inversores extranjeros", como un "mecanismo de información y transparencia". Por ejemplo, y con respecto a la protección de la propiedad intelectual, que es una de las principales demandas de Estados Unidos, las autoridades chinas anunciaron la realización de"revisiones sobre la protección de la propiedad intelectual" para proceder a instaurar "un mecanismo de compensación para las infracciones" en la materia.

Ante la nueva ley, es de suponer que la inversión extranjera en China experimente el crecimiento cuantitativo y cualitativo que desean las autoridades para lograr el avance tecnológico y un mayor liderazgo de la economía asiática en la cuarta revolución industrial, un asunto en el que China no se quiere quedar atrás. En concreto, el establecimiento de igualdad entre compañías locales y foráneas en términos de una situación de "competencia neutral" será un factor de atracción para el capital extranjero que continuará impulsando el crecimiento de la economía de China.

De forma simultánea, y tal vez en estrecha relación con la nueva política de inversiones extranjeras, China ha procedido a renovar en profundidad los métodos de evaluación del desempeño de los dirigentes de las empresas estatales del país, según informaciones recientes de la Comisión de Supervisión y Administración de Activos Estatales del Consejo de Estado.

Uno de los éxitos de China en relación con su economía ha sido el impulso continuo a las reformas de las empresas estatales en los últimos años, incluyendo la reforma de la propiedad mixta, que ha supuesto un aumento de los activos privados en la gestión empresarial, aunque se mantiene la ideología comunista en el sistema político.

El régimen comunista quiere promover nuevos estilos gerenciales al frente de las empresas por medio de la aplicación de una nueva metodología de selección y promoción de candidatos que tiene en cuenta la cualificación tanto anual como del conjunto del mandato, destacando la evaluación comparativa con el resto del sector y la diferencia por notas, realizándose un ajuste posterior a los estándares internacionales e industriales. Es evidente que las autoridades quieren poner al frente de las empresas a profesionales capaces, con experiencia y cualificación para hacer frente a los retos que tienen por delante, centrándose sobre todo en el desarrollo de alta calidad.

Precisamente, la utilización de índices detallados y objetivos en los procedimientos, relativos a beneficios, eficiencia, innovación tecnológica, presencia internacional, control de riesgos, conservación de energía y protección ambiental, confirman que las designaciones partidistas o ideológicas basadas en la pertenencia al partido o la obediencia a las consignas, han quedado definitivamente atrás en la historia.

Se pretende conseguir gestores de las empresas que, en relación con la innovación tecnológica, directamente asociada a la nueva ley de inversiones extranjeras, sean capaces de incrementar la inversión en investigación y desarrollo y considerarla como beneficios.

Estos nuevos métodos de selección de directivos empresariales van acompañados de notables mejoras en las retribuciones salariales, de modo que el sueldo fijo irá acompañado de importantes porcentajes de participación en los beneficios de las empresas si los resultados van en alza y se superan los métodos de evaluación del desempeño.

Cuando se tienen en cuenta estas informaciones procedentes de China y se observa lo que está ocurriendo en Cuba se puede entender por qué una evoluciona positivamente en su economía y avanza hacia una gran potencia mundial, y la isla caribeña estanca su economía y entra en un período especialmente complejo e incierto. Los deberes en economía no se pueden dejar para más tarde, y se tienen que escribir con buena letra. No sabemos cuándo aprenderán esto los dirigentes castristas, pero 60 años son demasiados.

1Los resultados son 2.929 diputados votaron a favor de la aprobación, mientras que 8 se opusieron y otros 8 se abstuvieron, según la agencia estatal de noticias Xinhua,

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