Dios, la Revolución Estadounidense y su ensayo democrático

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Dios, la Revolución Estadounidense y su ensayo democrático

04 Jul 2018 21:12 - 06 Jul 2018 19:02
#10643
Los catorce años que duró formular el modelo sociopolítico que lanzó la Revolución Estadounidense (dieciséis años si tomamos en cuenta la inclusión de la Carta de los Derechos y las Libertades a la Constitución)i, estableció el paradigma de la república constitucional que ejerce la democracia, de mayor longevidad en funcionamiento continuo e ininterrumpido en la historia. Los EE UU empleó en su experimento, mucho de las mismas herramientas políticas conceptuales que brotaron de la Ilustración y que fueron aplicadas en otras revoluciones, sin obtener estas otras los mismos resultados exitosos. ¿Cómo lograron los norteamericanos evitar la toxicidad que tuvieron las revoluciones de los franceses, los rusos, los españoles, los alemanes, los italianos y los chinos?

El iluminismo marcó el comienzo de lo que conocemos como la Era Moderna. Este armazón intelectual formalizó conceptos liberales en el entorno político global que incluyeron la democracia representativa moderna (democracia liberal), la noción del contrato social, la separación de los poderes, el imperio de la ley, etc. Sin embargo, no todo lo que introdujo la Ilustración contenía luces y su intención de romper con el pasado, resultó en la dispersión de semillas de la obscuridad que años después brotarían proles tenebrosas como el comunismo, el fascismo y otros modos de gobernanzas despóticas e iliberales, a pesar de compartir bases de entendimiento con el liberalismo.

Al colocar al hombre (genéricamente hablando) en el centro del universo y haberlo dotado subjetivamente con todas las posibilitaciones pretendidas, el iluminismo sentenció al mundo a un obscurantismo que, por un lado, socavaría potencialmente con el tiempo la viabilidad de sociedades libres permanecer así y no ser remplazadas por democracias débiles y susceptibles a manipulaciones de liberticidas y por otra parte, ver la manifestación del mal abiertamente con la implantación de proyectos sociopolíticos derivados del socialismo que terminarían exterminando a millones de sus conciudadanos. Por medio de haberle otorgado la primacía a la razón humana y haber desterrado lo transcendental que vibró en épocas pre racionalismo, se fomentó la monopolización del materialismo y la experiencia cómo fuentes exclusivas del entendimiento y la autoridad. La coronación de la ciencia como la metodología fidedigna de alcanzar la verdad, inspiró a psicópatas políticos como Karl Marx a, calculadamente, llamar su versión del socialismo, “científico”.

Los forjadores de la patria norteamericana abrazaron, sin duda, las utilidades conceptuales de la modernidad en su esquema de Estado y de nación. Es más, nadie ha hecho más para llevar a la cima, en la práctica, las virtudes del republicanismo democrático, con su formulario cargado de los inventos políticos más innovadores de la Ilustración. Sin embargo, el secreto del éxito del modelo estadounidense, yace en el hecho de que los que impulsaron la nación norteamericana no rompieron con el pasado. Mantuvieron su conexión con lo esencial de la Era Antigua y la Era Medieval, a la vez que incorporaron de la modernidad, sus mejores elementos.

Los revolucionarios norteamericanos que lucharon por su independencia, pertenecían a una tribu cuyos antecesores cruzaron el Atlántico buscando la libertad de culto y el entorno cultural para fomentar esa fe. En otras palabras, sus ancestros y las generaciones que siguieron, se subscribían plenamente a esos principios que colocaban a Dios en la primacía de sus vidas y vivían en apego a los valores de una religiosidad judeocristiana. Este entendimiento de la vida que aceptaba lo sobrenatural, lo transcendental y lo espiritual como máximo garantes de la existencia humana, ofreció los parámetros más óptimos para el lanzamiento de un proyecto político cuya soberanía procedería de los gobernados.

Todo sistema de creencias, sea este una religión, una filosofía o una ideología, contiene una óptica particular de lo que es la naturaleza humana. El cristianismo enfatizó la noción del Pecado Original y la imperfección subsecuente de todo ser mortal. Ese principio de ver al humano como una entidad, capaz de mejoramiento por vía de la gracia y de la fe pero llena de imperfecciones, los llevó a desarrollar un sistema político de equilibrio absoluto para limar y minimizar esas imperfecciones, sobre todo, esa ejercida por los que desempeñarían el poder político. Esto es un contraste marcado con la visión de iluministas como Jean Jacques Rousseau, que veían la imperfección, no en el humano, sino en su entorno existencial y de ahí el recetario de aniquilar todo del presente para borrar el pasado y “construir” un futuro inmanente. Madison, Hamilton, Jefferson, Adams y Washington no creyeron (ni querían), ni remotamente, posible o deseable intentar construir “el paraíso en la tierra”. Su base de fe chocaba con ese precepto absurdo. Ese delirio, sería intentado por otros discípulos de Rousseau como Marx, Lenin, Hitler, Mao y Castro.

La Declaración de Independencia de los EE UU (“Declaración”), recogió elocuentemente la postura ética consecuente con los valores judeocristianos que seis otros documentos previos habían plasmado ya, a través de ciento setenta años con anterioridad a ese planteamiento independentista del Cuatro de Julio de 1776.ii Todas esas cartas/declaraciones se adherían a la superioridad de la Divina Providencia, afianzaban su existencia mortal en Dios, apuntaban vivir sus vidas bajo esos preceptos y respetaban los marcos sociales que dicho compromiso exigía. El documento insigne de la Revolución Estadounidense y el preludio a la constitución que se elaboró trece años después, contenía en sus mil cuatrocientos cincuenta y ocho palabras, todo lo consecuente con sus valores transcendentales: el reconocimiento de la presencia guiadora y primordial de Dios, la inviolabilidad de los derechos naturales, el derecho y la obligación moral de sus hijos rebelarse contra un régimen tiránico e intentar derrocarlo y la visión para abalanzar semejante propuesta democrática, nunca antes visto.

Esto no quiere decir que la maqueta democrática incipiente estadounidense, haya estado libre de barro. Había problemas e incongruencias, indiscutiblemente, que mitigar. La esclavitud, esa plaga cuya práctica perversa no escapó la ejercitación en ningún continente del globo en algún momento, existía aún en la nueva nación. Los arquitectos de la independencia norteamericana sabían que la esclavitud era inconsistente con los principios de su revolución. La necesidad de contar con la aprobación de un mínimo de nueve de los trece estados para ratificar la constitución, peso a favor de postergar el tema de la esclavitud. La frágil unión de la entonces confederación estadounidense corría el riesgo de disolverse en su infancia.

Le tocaría a Abraham Lincoln, el más grande de los estadounidenses, liderar a un país polarizado a través de una guerra civil brutal que duraría cuatro años y costaría más de seiscientos veinte mil vidas para decidir la cuestión de la esclavitud, concluir con esa práctica inhumana e incompatible con los valores fundacionales de los EE UU e iniciar así la sanación nacional hacia el equilibrio social y la justicia para todos sus ciudadanos. Para su cruzada moral y el accionar contundente de su presidencia, Lincoln empleó una racionalización que estaba en línea directa con los preceptos judeocristianos que fundaron a su país. El espíritu esencial de la Declaración como la fe absoluta en Dios y Sus propósitos, la primacía de la Ley Natural sobre la convencional, la responsabilidad de sus hijos estar dispuestos a defender su república contra enemigos, externos e internos, estaba latente en cada palabra de su verbo encendido y la moralidad que su gobierno desempeñó.

Para una nación incipiente, determinada a experimentar con una propuesta política de auto gobierno, estrenando herramientas de gobernanza nunca antes puesto en práctica, no podía haber contenido ésta un tejido moral mejor para impulsar lo que la evidencia empírica concretaría ser el ensayo democrático más exitoso. Padre Félix Varela y José Martí fueron sólo dos, entre nuestros muchos próceres, que entendieron la importancia fundamental para una sociedad el tener los parámetros morales de la religiosidad. La inquietud que tuvo Platón sobre un sistema de auto gobierno manejado por una ciudadanía carente de una ética virtuosa, fue la misma que observaron los fundadores de la nación norteamericana. La receta que aguarda lo espiritual y preeminente por encima de lo material e inmanente, ha demostrado su superioridad. La Revolución Estadounidense plasmó esa defensa de lo transcendental, para así hacer viable la vida política democrática a largo plazo.

i Fueron las primeras diez enmiendas a la Constitución Norteamericana. Con la intención expresa de resguardar libertades fundamentales y evitar la elaboración de prácticas tiránicas ejercidas desde el poder político, éstas enumeraron derechos, condicionamientos y establecieron prácticas para asegurar la durabilidad de una sociedad libre.
ii La Carta de Virginia (1606) fue la primera.
Last edit: 06 Jul 2018 19:02 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
  • Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: Dios, la Revolución Estadounidense y su ensayo democrático

06 Jul 2018 19:04 - 06 Jul 2018 21:10
#10646
Supongo que Shiling haya traducido literalmente del inglés "Enlightment" por "iluminismo". Por tanto, es importante no confundir el "iluminismo" con la "ilustración", que en España se identificó con el "Siglo de las Luces".

El "iluminismo surge de una raíz mística que puede remontarse a las postrimerías del siglo XV. Por tanto, este calificativo fue aplicado posteriormente a los miembros de un movimiento religioso centrado en España en el siglo XVI, relacionado con una corriente mística que se venía desarrollando desde el siglo anterior hasta fomentar una creencia centrada en la "iluminación interior" inspirada directamente en Dios para alcanzar la perfección mediante la oración que les permitía permanecer libres de pecado sin necesidad de rito alguno ni de realizar buenas obras. A sus seguidores se les conocía como "iluminados" o "alumbrados".

Sobre la "Ilustración", podemos buscar sus fuentes desde el siglo XVI, destacando Erasmo de Rotterdam como precursor de los "librepensadores" del siglo XVIII, un término inventado por los filósofos de ese siglo para definir una actitud consistente en rechazar todo dogmatismo. No obstante, provocó otros tipos de dogmatismo. Permítaseme citar de la obra que recién publiqué, titulada " El Cristianismo en la Historia ":
"La Ilustración se caracterizaría por el despotismo ilustrado, que puede definirse como un método de utilizar el pensamiento crítico y reformista de La Ilustración para justificar las leyes que mantenían el absolutismo, valiéndose de la introducción de una serie de reformas y mejoras que, de hecho, pusieron fin al feudalismo, dieron una mayor autoridad a los jueces y crearon muchos centros educativos, pero mantenían los hilos del poder en manos del monarca."
(...)
"La Ilustración promovió el concepto de una "religión natural" o Deísmo que concebía a Dios como una abstracción, ingeniero divino, gran arquitecto o supremo relojero, ideas recogidas también de los nacientes movimientos masónicos que lograron gran influencia durante este siglo."
(...)
"Los historiadores tienden a ensalzar los méritos de La Ilustración sin tener en cuenta también que, pese a proyectarse como un movimiento promotor de la tolerancia, se enquistó al reemplazar una forma de ortodoxia por otra, exigiendo la liberación del autoritarismo político y del dogmatismo religioso pero sin fomentar y defender la libertad de expresión y la libertad religiosa, lo cual desembocaría en los excesos de la Revolución Francesa y en el tenebroso jacobinismo."

Por otra parte, me parece exagerado calificar a Karl Marx de "psicópata político", un término más adecuado para sus seguidores "leninistas" y "maoístas" (por no hablar de los polpotistas, fidelistas, chavistas y compañía). Marx fue más bien un teórico social y no un político, ni siquiera un politólogo. Pero incluso sus teorías tienen grandes fallos: 1) Proclamó la desaparición del Estado en una sociedad sin clases ni rivalidades económicas; 2) Afirmó el derrumbe del capitalismo; 3) Proclamó en su Manifiesto la desaparición del nacionalismo; 4) Aseguró que la situación económica de los obreros empeoraría hasta que tomaran el poder y establecieran una dictadura del proletariado; 5) Pronosticó una unión indisoluble de la clase obrera universal; 6) Describió al obrero del futuro como un ser politécnico y no especializado.

Estas características de su utopía nunca se han realizado, pero han propiciado y provocado grandes tragedias promovidas por sus seguidores del siglo XX y XXI, que se convirtieron en verdaderos jacobinistas modernos.
Last edit: 06 Jul 2018 21:10 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
  • Abelardo Pérez García
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Re: Dios, la Revolución Estadounidense y su ensayo democrático

08 Jul 2018 19:45
#10647
Naturalmente no puedo más que darle toda la razón a Gerardo en las observaciones que hace sobre el artículo del señor Shiling.
Hablar de iluminismo y darle a éste el sentido de Ilustración me parece un error garrafal, así como llamar a Marx “psicópata político”. Estas expresiones lapidarias – e inexactas – manchan indeleblemente un artículo por más interesante que sea.

Ma quedo dudando acerca de la afirmación que hace de Marx un “seguidor” de Rousseau. Que Marx lo haya leído es seguro; ¿Qué hombre culto del XIX o del XX no lo ha leído?
Pero las raíces del pensamiento de Marx no vienen del pensador francés; vienen de los materialistas griegos y luego de los alemanes Hegel y Feuerbach, además de la observación de la situación social en Europa a mediados del XIX.

En su escrito Gerardo nos dice que:

“La Ilustración se caracterizaría por el despotismo ilustrado, que puede definirse como un método de utilizar el pensamiento crítico y reformista de La Ilustración para justificar las leyes que mantenían el absolutismo”.

Esto me parece totalmente inexacto.
El nuevo pensamiento que llevaba este movimiento, único en la historia europea por su importancia y su amplitud, impregnó también el pensamiento de muchos “príncipes":
Es natural, ¿por qué iban a quedarse aparte?
Así fue como Federico , el Grande, de Prusia, guerrero pero también músico y filósofo invitó a Voltaire a vivir cierto tiempo en su versallesco palacio de Sans Souci (en francés) pues Federico se expresaba de corrido y también por escrito en un francés magnífico.
Del mismo modo Diderot (el enciclopedista) fue junto a Catalina II de Rusia; igualmente Gustavo III de Suecia y Carlos III de España fueron ilustrados -que no iluminados o alumbrados -.
Eso no les impidió ser “déspotas” en su manera de gobernar, hubo guerras, feroces, desmembraron a Polonia, Inglaterra y Prusia derrotaron a Francia en la guerra de los siete años, pero la llama de la Ilustración se extendió no solo por el continente sino por el mundo.
Montesquieu en su Esprit des Lois propuso la separación de poderes.

Si el señor Shiling lee El Contrato Social de Rousseau verá que defiende la “democracia electiva”.
Jefferson, en particular, era un asiduo lector de los pensadores de las “Lumières”

Los “fisiócratas” que Adam Smith conoció en su viaje a Francia crearon las bases de la Economía Política que inspiraron notablemente al pensador inglés.
La astronomía, en particular, sin temor ya al anatema por causa de “Heliocentrismo” dio un espectacular salto adelante. El inglés Adams y el francés Leverrier, cada uno por su lado calcularon según las anomalías observadas en la órbita de Urano la situación del planeta que las provocaba, Leverrier envió sus datos a Herschel quien con su telescopio en Alemania descubrió el planeta Neptuno.
Sólo el naturalista Buffon fue obligado por la Iglesia a retractarse de manera ignominiosa, recordando tristemente la situación del siglo anterior.

Para terminar quisiera recordar que la Ilustración no fue un movimiento monolítico. Fue una época de debates, a veces encendidos.
Quizá en este foro hubieran censurado a algunos como cuando Voltaire trató a Rousseau de “energúmeno”.

Y para los que crean que “el ciudadano de Ginebra" estaba en contra de la libertad individual, les aconsejo la lectura de Émile, o De la Educación.
The following user(s) said Thank You: René Gómez Manzano
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Re: Dios, la Revolución Estadounidense y su ensayo democrático

09 Jul 2018 21:06
#10649
Me parece que el amigo Julio es el único que puede aclararnos si lo que (a mi al menos) me parece su uso indistinto –y, por ende, confuso, como dicen tanto Gerardo como Abelardo- de los términos iluminismo e ilustración se debe, en efecto, a una confusión al traducir, o si lo hace con alguna finalidad especifica. Conociendo las luces del amigo Julio, no descarto esa segunda posibilidad.

Entre nosotros –me refiero a “los cubanos de Miami”, otro término cuyo alcance cada vez pierde mas precisión- hay una corriente (348) que trabaja a destajo (antes a media luz, en esta hora, la del iluminado en la Casa Blanca, a cara descubierta) en su afán de convencernos de que nuestro “sistema político” no es una democracia sino una republica, como si se tratara de conceptos antinómicos. En el devenir del interesante escrito del amigo Julio leemos tanto su admiración por un sistema político que el define como una Republica Constitucional, como sus elogios a lo que el mismo llama las virtudes del “republicanismo democrático”.

Es imposible (para mi al menos) abstraerme del aldabonazo que para nuestra tribu (la de “los cubanos de Miami”) ha significado el resultado de la reciente elección en México mientras leo el escrito de Julio. Sin haberse sentado ni un par de minutos en el sillón presidencial mexicano, son muchos en nuestra tribu quienes ya describen al ganador de la elección mexicana (con mas del 53 % de los votos, en una contienda en la que hubo varios candidatos viables, no solamente dos) como un psicópata político… En ese contexto, este escrito tiene (para mi al menos) mucho sentido, si Julio entiende a la democracia mexicana como una de las “democracias débiles y susceptibles a manipulaciones de liberticidas”…

Pero eso seria concéntranos en la brizna de paja en el ojo ajeno, sin percatarnos de la viga que tenemos en el nuestro…
Mas allá del incuestionable ingenio de nuestros “padres fundadores” a la hora de concebir “inventos políticos” innovadores, en los EEUU de HOY, el derecho (el del estado, o derecho administrativo, y el privado) y hasta la mismísima soberanía proceden no del pueblo sino de las billeteras, y en nuestro sistema político impera HOY un desequilibrio absoluto. Mi impresión es que nuestra nación está cada vez más lejos de “la sanación nacional” y del “equilibrio social y la justicia para todos sus ciudadanos”…

Dicho esto con todo el respeto y el afecto que siento por el amigo Julio, con quien, además, me une la pertenencia a una “sub-tribu”: la de los bombarderos del Bronx, hoy mas bombarderos que nunca antes… Go Yankees!
  • Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: Dios, la Revolución Estadounidense y su ensayo democrático

09 Jul 2018 23:12 - 09 Jul 2018 23:54
#10650
José Manuel ha puesto el punto sobre la i en una cuestión importante sobre el tema que nos ocupa.

Esa absurda controversia provocada por quienes hacen una distinción sobre si Estados Unidos es una democracia o una república, es un problema de semántica. Para los nativos que piensan en inglés la diferencia es clara, pero los inmigrantes que piensan en español y traducen del inglés caen en una confusión de conceptos que no se aplica al idioma español.

En español, la República es un tipo de democracia que funciona esencialmente en sistemas que no son monárquicos. A su vez, este tipo de democracia tiene muchas variantes: parlamentaria, semi-parlamentaria, presidencialista, colegiada, unicameral, bicameral, etc. Todas esas variantes pueden formar un sistema republicano de gobierno. Pero en español, la palabra democracia se aplica a todos esos sistemas, incluso los monárquicos, donde el Rey o la Reina suele hacer el papel de Jefe de Estado. También puede ser representativa, participativa o directa, en cuyo caso, como no hay regla sin excepción, un sistema de exclusiva democracia directa no es una República.

En inglés no es así. Pensando en inglés, los nativos de Estados Unidos entienden "democracia" literalmente por su raíz griega (gobierno del pueblo), en otra palabras, "gobierno de las mayorías"; y entienden "república" por su raíz latina en el que la "cosa pública" de su significado original se traduce exclusivamente como democracia representativa. En resumen, en su concepto de "república" no caben ni los sistemas parlamentarios ni tampoco los participativos. Sin embargo, aceptan mecanismos de democracia directa que suelen ser característicos de una democracia participativa, es decir, los referendos y plebiscitos.

Por tanto, cuando traducimos al español del inglés, no podemos traducir también literalmente los conceptos que en inglés diferencian entre democracia y república. En español, la república que conciben los habitantes de Estados Unidos es simplemente una democracia presidencialista con un fuerte poder legislativo y algunos mecanismos participativos de democracia directa. Pero esta república es, por supuesto, una democracia.

Según el concepto que tienen de la "democracia" los nativos de Estados Unidos, la entienden exclusivamente como ese "gobierno de las mayorías", capaz de aplastar a las minorías y pisotear sus derechos. Por eso es un problema de semántica, porque los que pensamos en español calificamos a este tipo de gobiernos como "dictadura de las mayorías" y no cómo "democracia". Es el tipo de gobierno que se entroniza partiendo de un proceso electivo y democrático o de una revolución de las masas en los que la mayoría triunfante no tiene intención alguna de buscar un consenso nacional constitucionalista, sino que se arroga la potestad de dictar derechos y prerrogativas que los favorecen, modificando constituciones o redactando otras nuevas y aplastando sin miramientos los derechos de la minoría. Pero esa es una aberración de la idea original de un "gobierno del pueblo", sencillamente porque "el pueblo" NO ES la mayoría. La dictadura de las mayorías NO ES democracia, pero el gobierno del pueblo SÍ LO ES.

Nota: Sobre este tema han publicado un interesante reportaje en la Sección de "Headlines", que puede interesar a los que pueden leer en inglés. Verlo AQUÍ .
Last edit: 09 Jul 2018 23:54 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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Re: Dios, la Revolución Estadounidense y su ensayo democrático

11 Sep 2018 21:30
#10727
Respondiendo a Abelardo sobre ese período notable de la historia conocido como "La Ilustración", seguramente de forma involuntaria pasó por alto el párrafo completo que explica por qué, en última instancia, el "despotismo ilustrado" tuvo el efecto de mantener el absolutismo. Cito el párrafo completo como sigue:
"La Ilustración (Enlightment en inglés y Lumières en francés) se caracterizaría por el despotismo ilustrado, que puede definirse como un método de utilizar el pensamiento crítico y reformista de La Ilustración para justificar las leyes que mantenían el absolutismo, valiéndose de la introducción de una serie de reformas y mejoras que, de hecho, pusieron fin al feudalismo, dieron una mayor autoridad a los jueces y crearon muchos centros educativos, pero mantenían los hilos del poder en manos del monarca."
Podemos añadir a esto que estas reformas dieron un notable auge a la burguesía que, al reconocer que estaba privada de los elementos esenciales de la libertad de elección y decisión, acabaría por sublevarse en las grandes revoluciones de los siglos XVIII y XIX.

Debo reconocer que hubo muchas personalidades luminarias que entonces ejercieron una influencia decisiva en la historia de la humanidad, empezando con algunos de los precursores de la Ilustración, como Erasmo de Rotterdam o Samuel Pufendorf, entre otros, hasta desembocar en Locke, Montesquieu, Pascal, Newton, Condorcet, Voltaire, etc., etc. En Francia calificaron a los promotores de La Ilustración como nouveaux philosophes, que podría traducirse como "nuevos filósofos”, pero que en realidad no se refiere a filósofos en el término formal de la historia sino a lo que entendemos hoy día como "intelectuales", entre los cuales Condorcet y Voltaire tuvieron una notable influencia en el pensamiento de la época y sus consecuencias posteriores.

Por otra parte, Voltaire fue sin duda un extremista antirreligioso. Aunque fue educado por los Jesuítas, pronto abandonó el catolicismo, llegó a calificar a la Iglesia como el principal enemigo de la humanidad e incitó a las masas con el grito de "¡Aplastad a la infame!". Voltaire, calificado como campeón del imperio de la razón, acumuló sin embargo una notable fortuna con el tráfico de esclavos y no tuvo empacho de manifestarse públicamente a favor de esa execrable institución. Fue miembro encumbrado de la Academia Francesa y colaborador de L'Encyclopédie y destacó también por su Tratado sobre la Tolerancia, en el que critica la intolerancia católica, y en el que formula ideas que él mismo no practicaba ni predicaba tampoco en su feroz campaña contra la Iglesia universal. Se le consideró el pontífice máximo de los nouveaux philosophes, aunque no fue enteramente original su pensamiento sino que extrajo muchas de sus ideas de los deístas ingleses y también de Pierre Bayle y Baruch Spinoza.
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