Fue una noche excepcional, llena de suspenso ante los resultados que llegaban de diversos puntos de los Estados Unidos.
Una jornada electoral única, que inició la esperanza para millones, pero que para otros terminó en lágrimas.
Uno u otro candidato debía ganar, pero el republicano llegó a la meta abriéndose paso contra todos los pronósticos, especialmente los de la izquierda, reflejada en una prensa hostil durante toda la campaña, que nunca lo aceptó y no dio tregua en sus ataques virulentos y llenos desprecio.
El discurso de la victoria de Donald Trump fue alentador y conciliatorio, llamando a unirse para que la nación americana vuelva a ser como era antes.
Trump declaró en su noche de triunfo que “los hombres y las mujeres olvidados nunca volverán a serlo”, y que será el mandatario “de todos los estadounidenses”, prometiendo, de paso, tratar con justicia a todos los países.
Estados Unidos levanta así la cabeza y espera que se cumplan las promesas, especialmente la que implica llevar a la nación a volver a ser una gran potencia.
El mundo quedó atónito y los enemigos callados. Todo aquel que lanzó barro contra el candidato republicano, incluso hasta dentro de su propio partido, tiene hoy la mano escondida.
El presidente Barack Obama felicitó por teléfono a Trump por su victoria y lo invitó a reunirse con él en la Casa Blanca e Hillary Clinton reconoció su derrota.
Los dictadores de Cuba, Venezuela y otros, está alarmados. No es para menos.
Para los demás países, Trump tuvo un tono conciliador al decir: “Vamos a soñar cosas para nuestra nación. Nos vamos a llevar bien con todas las naciones que quieran tenerlas con nosotros” .
Aquellos que dijeron que se iban de Estados Unidos, si ganaba el candidato republicano, deben estar recapacitando frente a sus maletas.
Trump tuvo palabras en su discurso incluso para ellos. “Ahora es tiempo de que Estados Unidos cierre sus heridas y nos unamos como un solo pueblo. Trabajando vamos a reconstruir a la nación y renovar el sueño americano”.
Fue un buen discurso y fue un buen comienzo para una nueva era.
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