Es sumamente inquietante que una personalidad como Mario Vargas Llosa, con un historial tan trasparente en defensa de la democracia, destacado escritor muy merecedor del Premio Nobel de Literatura, cometa el enorme disparate de favorecer públicamente la candidatura de Ollanta Humala a la presidencia del Perú.
Aunque es comprensible su oposición a Keiko Fujimori como consecuencia de las graves fallas y deficiencias del gobierno de su padre, a quien el destacado escritor peruano combatió con denuedo desde que asumió una posición dictatorial y propició la corrupción de su país, su abierta preferencia por el Sr. Humala en contra de la candidatura de la Sra. Fujimori es una opción desastrosa para la democracia, especialmente porque Vargas Llosa arrastra con su prestigio una amplia parcela de opinión. Su apoyo a la candidatura de Humala puede cambiar radicalmente las preferencias de los peruanos a la hora de elegir a su futuro presidente y dejarse llevar los votantes -como el galardonado escritor- por los cantos de sirena con aires de moderación del candidato golpista.
Como demócratas, nunca podríamos defender la mayoría de los hechos del último período presidencial de Alberto Fujimori. Su hija tenía 16 años cuando el autogolpe de 1992. Pero la culpa de los padres no pueden cargarla los hijos. Hay que examinar el historial político y legislativo de la Sra. Fujimori y juzgarla por sus hechos. Además, hay un señalado contraste a favor de la democracia entre la candidatura de Keiko Fujimori y la de Ollanta Humala.
Mientras que Keiko Fujimori era apenas una adolescente durante el autogolpe de 1992, Humala, con 29 años, había servido en el ejército peruano desde los 19 años y ostentaba el grado de Teniente Coronel. Alberto Fujimori precisó del apoyo de las fuerzas armadas para su jugada política y Humala formaba parte del ejército que lo apoyó.
Bajo la presidencia de Fujimori fue un militar activo en las campañas contra Sendero Luminoso, pero su actuación se vio empañada por una serie de crímenes y abusos contra la población civil. Aunque las investigaciones posteriores desembocaron en un caso cerrado, se debió a que los testigos presenciales que declararon originalmente en su contra se retractaron. Sin embargo, en un juicio posterior a Amílcar Gómez, se supo de sobornos a los testigos de entonces, así como también de amenazas.
El Teniente Coronel Humala no se enfrentó al Presidente Fujimori durante los 8 años que siguieron, hasta que acaudilló la asonada castrense en octubre de 2000, cuando ya la dictadura se tambaleaba y Vladimir Montesinos se había fugado a Panamá. Uno de los principales cómplices del intento de golpe de Humala fue su hermano Antauro, quien actualmente cumple 25 años de prisión por el secuestro de 17 policías y el asesinato de cuatro de ellos en enero de 2005.
El intento del golpe militar de 2000 fracasó apenas unos días antes de que Fujimori fuera destituido por el Congreso y asumiera la presidencia interina Valentín Paniagua. Humala nunca fue capturado, sino que fue prontamente perdonado por el Congreso y continuó su carrera militar.
Cuando su hermano Antauro intentó un segundo golpe en enero de 2005, Ollanta Humana había estado desempeñando funciones como agregado militar en Seúl, pero había sido despedido del cargo y obligado a retirarse de la carrera militar en diciembre de 2004. Esto dio lugar a que organizara desde Corea el segundo golpe fallido intentado por su hermano en Andahuaylas contra el Presidente Toledo. Un pasquín periódico titulado "Ollanta" había dado inidicios de los propósitos de derrocar al Presidente Toledo y fusilarlo posteriormente junto con varios otros miembros de su gobierno.
A la Sra. Fujimori, por el contrario, no se le puede achacar un historial golpista, violento o antidemocrático. Es conocida su filantropía en la fundación de varios orfanatos en todo el país y la creación de centros pediátricos y quirúrgicos para niños pobres. Por este motivo, recibió en 2000 el premio O'Higgings, que es el más alto honor que otorga el gobierno de Chile a extranjeros en reconocimiento de sus actividades en bien de la comunidad.
En las elecciones legislativas recibió en 2006 el más alto número de votos registrado en la historia del país, liderando a la oposición en la presentación de importantes leyes. Su mayor pecado es ser hija de Alberto Fujimori y no haber alzado la voz contra su padre.
Keiko Fujimori y Ollanta Humala se enfrentaron en la primera vuelta a candidatos de talla que prometían ser buenos presidentes. El pueblo peruano les dio la espalda para seleccionar a los que quizás sean los más controversiales y peligrosos para la democracia peruana. Pero discrepo radicalmente de la posición de Mario Vargas Llosa y otros que, con asombrosa ingenuidad, quieren "darle una oportunidad" al ex militar golpista.
Los hechos señalan claramente que Keiko Fujimori es la mejor opción.
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