Guerra de Chávez oculta corrupción y posible derrota electoral

Mientras Colombia y Estados Unidos piden una investigación inmediata sobre la presencia de efectivos guerrilleros y narcotraficantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en territorio venezolano, el presidente Hugo Chávez profana los restos del Libertador Simón Bolívar para distraer la atención pública a los desastres de su desgobierno con matices autoritarios.

Pero aún más grave es que Chávez inventa una guerra inexistente con Colombia, supuestamente estimulada por el gobierno de los Estados Unidos, para ocultar la corrupción galopante de su gobierno en el escándalo de las miles de toneladas de alimentos podridos compradas en el exterior, con el único objetivo de que sus subalternos cobraran millonarias comisiones.

También Chávez intenta ocultar con el invento de la guerra con su país vecino, la presencia de tropas guerrilleras de las FARC, de unos 1,500 efectivos en territorio venezolano, que es una violación flagrante de la Carta Democrática de la OEA y de las Naciones Unidas.

Y el último, tal vez el más sensible de los ocultamientos de Chávez al retumbar los tambores de una guerra irreal o virtual con Colombia, sea el declive de su popularidad y la probable derrota electoral en las elecciones parlamentarias del próximo mes de septiembre.

En el fondo Chávez quisiera una guerra verdadera con Colombia para suspender las elecciones parlamentarias de septiembre y que toda la corruptela de su administración quede sepultada y olvidada en la confrontación bélica.

Pero tanto Colombia, como los Estados Unidos y la oposición democrática venezolana apuestan por el diálogo, la transparencia en los manejos públicos y las elecciones para renovar el parlamento venezolano.

Todo parece indicar que Chávez no se saldrá con la suya…

Este interesante y ponderado análisis de Alberto Müller tiene una cierta medida de ingenuidad cuando se refiere a la estrategia de Chávez como una que "inventa una guerra inexistente con Colombia".

Estoy convencido de que la alevosía de la táctica chavista va mucho más lejos y es mucho más peligrosa. Estoy de acuerdo en que las provocaciones fronterizas, si llegan a estallar en escaramuzas armadas entre ambos países, facilitarán el establecimiento de un estado de sitio o de otras medidas represivas en Venezuela para permitirle la manipulación de las elecciones legislativas que se avecinan en ese país.

Esa táctica es parte de una estrategia mucho más amplia de subversión continental, a la cual Chávez está muy lejos de renunciar a pesar de sus actuales limitaciones económicas. De hecho, el Presidente venezolano sueña con la Revolución continental que no pudo concretar Fidel Castro, pero ahora liderada por él como si se tratara de un ambicioso Bolívar moderno.

Por lo tanto, no está "inventando" esta guerra sino que la está fomentando con su apoyo a las guerrillas colombianas (y probablemente a las de otras partes), a las que ahora ofrece un santuario seguro frente a la exitosa ofensiva militar que ha desarrollado el Presidente Uribe durante su gobierno.

Su prédica de paz es tan legítima como la de Hitler frente a Chamberlain. Chávez fomenta la guerra, la conquista y la revolución continental. Su ambición no tiene límites. El único freno de Chávez son los Estados Unidos. Teme que si avanza demasiado rápido o va demasiado lejos en sus planes, el coloso del Norte puede intervenir y destruir de un ramalazo todos sus sueños. Por eso, a pesar de sus bravuconadas, actúa con la cautela del que todavía no se siente suficientemente fuerte como para poder burlar y hasta vencer al odiado "imperio".