Le han puesto el mote de el "Trump tropical colombiano". ¿Por qué? Porque es un millonario colombiano que ha creado su fortuna por su propio esfuerzo y ahora surge a la vida política directamente del ámbito empresarial prácticamente sin experiencia previa en el escenario público de su país. Además, se caracteriza por una forma muy coloquial e informal de expresarse. Según Vicente Torrijos, un conocido analista político, "Rodolfo Hernández no tiene un partido, no tiene ni siquiera un congresista en el Parlamento (Congreso) Colombiano y es por eso que como típico outsider, alejado por completo de los páneles de la política, accede al poder".
En ausencia de un partido político que le pueda dar respaldo en su gestión de gobierno (sobre todo en el Congreso) si gana las elecciones en la segunda vuelta, ha creado la Liga de Gobernantes Anticorrupción, que no se define políticamente. Algunos críticos subrayan que sus propuestas tienen un perfil populesta.
En realidad, Hernández tiene un antecedente como funcionario público elegido: En 2016 fue elegido alcalde Bucaramanga, una pequeña ciudad de menos de medio millón de habitantes en el NE de Colombia. No obstante, acusado de irregularidades por la Procuraduría de Colombia, renunció a su cargo en 2019, alegando persecución política.
Tras su paso por la alcaldía de Bucaramanga, Hernández presenta como sus grandes logros unas 300 obras entre "colegios, parques, zonas deportivas, alumbrado público, infraestructuras para la movilidad y la cultura".
Hernández fue un alcalde con buenas calificaciones de su gestión. Según la encuesta de percepción ciudadana de 2019, Bucaramanga Cómo Vamos, Hernández alcanzó un 62% de imagen favorable en la consulta ese año. Un 52% de personas dijo que hizo una buena gestión durante su mandato, y el 47% de los encuestados afirmaron que confiaban en su gestión, contra el 28% que dijeron que desconfiaban.
Proviene de una familia obrera que le costeó sus estudios hasta graduarse como ingeniero civil, haciendo su fortuna mediante la construcción de viviendas de interés social (para las familias más pobres) durante la crisis que atravesaba Colombia en los años 90.
Fue creador del PLAN 100, en la que las familias podían comprar una casa en 100 cuotas mensuales que le pagaban directamente a su empresa (Constructora HG), la cual hacía las funciones de constructora y banco a la vez, obteniendo sus utilidades de los intereses hipotecarios que compensaban su inversión inicial.
Su actual campaña electoral, como ya lo fuera la que lo llevó a la Alcaldía, se ha basado en un discurso desde el que hace una crítica voraz contra las prácticas corruptas, ampliamente extendidas en Colombia, así como contra los políticos tradicionales, a quienes acusa de todos los males que padece el país. Durante la campaña presidencial ha acusado a sus oponentes de «sinvergüenzas», «atracadores», «ladrones», y de «drogadictos» en varias ocasiones.
En ese sentido, declaró en una entrevista con la Agencia EFE que: "Todo tiene que ver con el robo de la plata pública; si se la roban no se puede hacer nada y se acumulan las necesidades que no se resuelven y derivan en violencia. Y para resolverla se necesita plata, pero no hay plata porque se la roban, es un círculo vicioso que vamos a romper".
Entre sus propuestas programáticas destaca el proyecto de reestructurar el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) y mejorar toda la infraestructura carcelaria del país. Su objetivo: relocalizar las cárceles hacia sitios donde haya actividades agropecuarias e industriales y cero tolerancia con la criminalidad. Otro de sus principales objetivos se orienta a la vivienda digna, cerrando el déficit habitacional en lo rural y en lo urbano. Propone un programa nacional de vivienda rural con la creación de aldeas rurales integrales: casas prefabricadas de 60 metros cuadrados como mínimo, con servicios habitacionales completos, paneles solares y pozos sépticos. Ese programa, dice, logra evitar más desplazamientos a las ciudades y, en cambio, se estimula el retorno al campo.
En política exterior propone cerrar unas 27 embajadas y consulados colombianos en diversos países del mundo, incluyendo algunos de América Latina. Entre sus otros proyectos figura un 100% de cobertura universitaria abierta a todos los que deseen ser profesionales, así como una reforma del Poder Judicial y una reducción en las tasas del impuesto sobre el valor agregado (IVA). Además, planea crear escuadrones del Ejérciro para controlar la deforestación y la minería ilegal, así como desarrollar medidas para lograr el autosostenimiento energético con energías renovables.
Hernández está casado con Socorro Oliveros y tiene cuatro hijos: Juliana, desaparecida tras ser secuestrada por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en 2004, Luis Carlos, Mauricio y Rodolfo José. Su padre estuvo también secuestrado 135 días por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).
Lo acompaña en su boleta electoral la investigadora y docente Marelen Castillo, Licenciada en Biología y Química de la Universidad Santiago de Cali, ingeniera industrial de Universidad Autónoma de Occidente y con una maestría en Administración y Gestión de Empresas, y ha ocupado cargos en la Universidad Minuto de Dio. La Señora Castillo carece de experiencia previa en cargos públicos.
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