Cuba: Ampliar y acelerar las reformas socioeconómicas

El ensayo de Orlando Márquez La vida no es un ensayo publicado en Palabra Nueva no ha tenido la atención ni la repercusión que debió alcanzar a pesar de la naturaleza inusitada del diagnóstico y enfoque que hizo, desde la Isla, sobre la situación socioeconómica cubana y las reformas raulistas, así como sobre el tratamiento que propone para enfrentarlas.

Márquez destaca la frustración y desconfianza de la ciudadanía sobre las reformas, particularmente entre la juventud, a la que Raúl Castro hizo referencia en su discurso del 1ro. de enero del 2014.  La juventud se ve presionada a emigrar y decide no tener familia (un determinante importante de la baja tasa de fertilidad existente) debido a la selección adversa promovida por la falta de oportunidades de empleo apropiadas y la carencia de viviendas adecuadas accesibles a las nuevas familias.  El problema no es como señala Raúl castro de consumismo sino de falta de producción y productividad.  En su alocución a los cuadros del MINIT el economista Juan Triana Cordoví reconoció el problema del gobierno de proporcionar puestos de trabajo apropiados a los profesionales altamente calificados que forma.  Mencionó específicamente el área de la informática.

En contraposición a Márquez, Richard Feinberg en su reciente ensayo Soft Landing in Cuba? Emerging Entrepreneurs and Middle Classes de la Brookings Institution considera que el sector privado cubano ha pasado rápidamente a emplear hasta el 40% de la fuerza laboral y tiende a desarrollar una embrionaria, pero pujante, clase media resultantes de las reformas raulistas.  La publicación de ambos ensayos coincidió con las fuertes lluvias de noviembre que produjeron el derrumbe de edificios y la pérdida de vidas.  También, el gobierno reconoció que el crecimiento económico en 2013 fue de 2.7%, inferior al previsto de 3.6%.

Márquez propone, como solicitó el fallecido líder comunista Alfredo Guevara, acelerar las reformas raulistas para superar la precaria situación socioeconómica y realizarlas “con prisa pero con pausas” en vez de “sin prisa pero sin pausa”.  Es una forma explícita de señalar que las reformas raulistas son lentas e insuficientes. 

Si bien Márquez basa su análisis en la pensamiento social de la Iglesia Católica que considera esencial el respeto a la dignidad y los derechos humanos, no se refiere específicamente al indispensable respeto a ciertos derechos humanos fundamentales para desarrollar una sociedad inclusiva, dinámica  y progresista.  La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) denunció que en 2013 ocurrieron 6.424 detenciones arbitrarias de corta duración por motivos políticos, una de las cifras más elevadas de los últimos cuatro años según los registros de ese grupo.  Su informe resaltó una tendencia notoria al aumento de la represión política en 2013 y en los últimos cuatro años.  Según sus estadísticas, se reportaron 2.074 casos en 2010, mientras esa cifra ascendió a 4.123 en 2011 y fue de 6.602 en 2012.

Por otra parte, la solución propuesta por Feinberg es ampliar las reformas en ejecución para atender algunos aspectos fundamentales que son críticos para lograr un progreso sostenible en un entorno internacional que se prevé poco favorable para Cuba en 2014.  Una de las principales fallas de las reformas raulistas es que continúan  desconociendo que, por su naturaleza, ciertas actividades económicas solo pueden ser desarrolladas con eficiencia por empresas privadas.  Ahora el gobierno cubano intenta convertir en cooperativas las pequeñas y medianas empresas estatales que el Estado confiscó en la Ofensiva Revolucionaria de 1968 y que ha sido incompetente para manejar y administrar apropiadamente por más de 45 años; 260 empresas ya han sido convertidas en cooperativas.  Raúl Castro está repitiendo nuevamente el costo error de cuando las granjas agrícolas fueron convertidas en unidades básicas de producción cooperativa (UBPC) a partir de 1993, experimento que fracasó y contribuyó a que más del 50% de las tierras agrícolas quedaran ociosas y cubiertas de marabú en 2007.

Las cooperativas son una forma de organización productiva que es muy útil y exitosa en varios países, pero son asociaciones establecidas libre y voluntariamente por productores independientes para mejorar su desempeño económico (o sea, se constituyen de abajo hacia arriba).  No son impuestas por decisión del Estado (o sea, de arriba hacia abajo) para que administren la propiedad estatal y paguen elevados arriendos al Estado por el uso de los activos estatales.

Después de que en el año 2010 el gobierno cubano realizó un certero diagnóstico que identificara el empleo redundante (o nominas infladas) de las empresas estatales, las cuales emplean más del 80% de la fuerza laboral y generan un porcentaje similar del PIB, como un problema primordial del país; el gobierno raulista continúa paralizado, sin adoptar las acciones correctivas necesarias para mejorar su solvencia.  Es imprescindible romper la inercia o inmovilismo existente para que las empresas estatales puedan generar excedentes que les permita capitalizarse y modernizarse, así como efectuar las contribuciones al gobierno central para mantener los niveles adecuados del gasto social en educación y salud y corregir los déficits existentes en seguridad social y vivienda.  El gobierno continúa sin propiciar la suficiente expansión del sector privado para absorber progresivamente a los empleados redundantes de las empresas estatales y del aparato del Estado.  Esto tiene una especial urgencia en un entorno en que el precio del níquel ha disminuido, la expansión del turismo no ha mostrado el dinamismo esperado, la ayuda externa venezolana parece cada vez más difícil de mantenerse por la precaria situación económica-financiera, y no se sabe qué hacer con las instalaciones del puerto de El Mariel.

En resumen si bien Márquez y Feinberg tienen dos apreciaciones bastante distintas de los resultados logrados hasta ahora con las reformas raulistas, básicamente coinciden en las medidas que son imprescindibles para superar la situación socioeconómica del país en el futuro inmediato.  Así Márquez pone énfasis en corregir las reformas acelerándolas, mientras Feinberg lo pone en ampliarlas para atender la indispensable cuestión de los empleados redundantes de las empresas estatales con sus perversas consecuencias de baja inversión, permanente limitación de recursos fiscales para los gastos sociales, así como las limitantes presiones sobre el sistema financiero interno porque el déficit fiscal se financia con emisión monetaria.

También recientemente Pedro Campos, el líder de los socialistas democráticos cubanos, hizo una interpretación semejante a las de Márquez y Feinberg de los cambios indispensables que hay que realizar en las políticas públicas del país.  Considera que el gobierno raulista  ha puesto una excesiva prioridad, después demonizarla por años, en alentar la inversión extranjera alrededor del complejo de El Mariel y ha descuidado empoderar la actividad productiva de los cubanos.

 

 

 

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