Dicen que no duerme desde el pasado 28 de Julio al convertirse sus noches en un blanco velo de insomnio, al mismo tiempo en los pasillos del Palacio de Miraflores se le nota irritado, agresivo, con los afectos de su entorno familiar y político, al sentirse escrutado y cuestionado hasta por algunos de sus compinches ideológicos del Foro de Sao Paulo.
Su actitud es comprensible luego de recibir una paliza electoral histórica terrible, de manos de un “viejo decrépito y de una demonia” como solía descalificarlos en la campaña, es sumamente doloroso aun cuando basó su imagen en presentarse ante el país, como un macho alfa trasegado en los monigotes de un gallo pinto y del superbigote antimperialista.
En realidad, la ira, la soberbia que lo acompaña en cada una de sus intervenciones le proyecta un carómetro de derrota, ante un pueblo que en cada rincón del territorio nacional disfruta la victoria obtenida y una comunidad internacional expectante, al conocer en tan solo 48 hrs. el 80% de las actas presentadas por los testigos opositores que validan el triunfo de Edmundo González.
Efectivamente el resultado reflejando en las actas recogidas por los testigos opositores indican aproximadamente 7.350.000 votos por Edmundo González, y Maduro obtiene apenas 3.100.000 votos, datos que reflejan el repudio de la mayoría de la población a la peor gestión presidencial de nuestra historia republicana, y al mismo tiempo el resultado mas catastrófico por un candidato perdedor en Latinoamérica
Entre tanto el desangelado acto de entrega de las actas el pasado lunes 05/08 por el directorio del CNE, adicional a las maniobras de invitar dias antes a los candidatos al TSJ para asignarle al poder judicial la responsabilidad del poder electoral en la definición del resultado comicial, arroja más sombra de dudas al prevalecer la opinión pública sobre el gigantesco fraude fraguado desde las entrañas del régimen.
En tan solo una semana el pueblo venezolano y la comunidad internacional democrática ha constatado el volumen de odio de un candidato auto ungido ganador, al detener a más de 2000 manifestantes y asesinar a 23 ciudadanos, cuyo delito es protestar la estafa comunicada en la aciaga noche del 28-J luego del manido anuncio del CNE
Por otra parte, ha desatado la persecución más feroz mediante la cárcel o la expulsión contra periodistas y representantes de medios de comunicación nacional y extranjeros, generando un clima de delito de opinión y de autocensura, como chantaje para mantenerse en libertad y la sobrevivencia. A esta razzia represiva se agrega el acoso y hostigamiento a los testigos de mesas convirtiéndose en delito el mantener bajo su resguardo actas del proceso de votación.
El trasnocho de mandatario nacional es notorio en las peroratas ante sus adeptos, donde ha hecho gala de esparcir metralla verbal a la Unión Europea, a Cristina Kirchner, al presidente chileno Boric, a mirar de reojo las iniciativas de sus antiguos colegas de Brasil, Colombia, México, quienes se distancian de las torpezas del cuestionado mandatario.
El único alivio a su desvelo es el apoyo incondicional de las dictaduras del planeta, quienes en al estilo premonitor del extinto Kim Il Sung el dictador norcoreano y abuelo del actual presidente Kim Yon Un, corrieron a felicitar al denostado mandatario apenas el incondicional CNE publicó el fake news de su triunfo.
El desquiciamiento del régimen les está motivando a las peores conspiraciones, como orquestar la suspensión de las elecciones del 28-J en consecuencia del “sabotaje cibernético”, con el objetivo de repetirlas y con ello “desaparecer” la prueba descomunal de su derrota.
Ello no impedirá que el trauma continúe horadando el dormitar presidencial, mas allá de vituperar y pretender ganar tiempo, conoce que el término de su malhadada gestión iniciada en mayo 2018 tiene un finiquito constitucional el próximo 10 de enero 2025, lapso en el cual deberá reconocer al presidente electo el pasado 28 de julio en la persona del diplomático Edmundo González.
Ese hecho público y notorio a nivel nacional y global le impedirá conciliar su mente, a menos que defina ahorrarse penas y reconozca la voluntad del ciudadano venezolano, manifestada mediante el voto en esa jornada histórica y gloriosa escrita por la decisión del bravo pueblo. Cuyo significado es no aceptar a un régimen que pretende imponer una tiranía permanente.
Froilán Barrios Nieves Movimiento Laborista