El ronroneo de las maquinarias propagandísticas de uno y otro lado del estrecho de la Florida que ha generado un nuevo artificio concebido para “facilitar la libertad” de los cubanos resonó aun mas a raíz de un tweet de la Sra. Josefina Vidal, Directora General de los EEUU en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, señalando al Gobierno de los EEUU como “subversivo” por utilizar fondos públicos para financiar campañas de desestabilización contra su par en la isla.
Es mas, esta nueva herramienta anti-sistema llamada “Cuba Internet Freedom” (CIF) suena casi como sonaba aquella otra del zunzuneo. Cuando recibí la invitación para asistir a ese evento (en el marco del “Social Media Week Miami”) no pensé que estaría patrocinado por los EEUU (y, como contribuyente, me incluyo involuntariamente entre los patrocinadores). Ni el folleto ni la agenda programada por los organizadores hacen mención alguna de ese patrocinio.
La Sra. Vidal ha representado brillantemente los intereses de su gobierno en las negociaciones en pos de una relación eventualmente normal entre Cuba y los EEUU, y su gestión se ha caracterizado por la coherencia y por la insistencia al mantener posiciones que, nos gusten o no, son comprensibles y están ampliamente respaldadas por la comunidad internacional: exigiendo desde el levantamiento del embargo y toda otra normativa hostil hacia Cuba hasta la devolución del territorio que ocupa la base “americana” en Guantánamo, pasando por la eliminación de las normas migratorias que incitan a los cubanos a llegar con los pies secos a nuestro territorio.
En mi experiencia, la Sra. Vidal no se caracteriza por difundir versiones infundadas de la realidad, y si ella dice que la conferencia del CIF se financia con fondos que son parte de los veinte millones de dólares que nuestro presupuesto nacional dedica anualmente a “facilitar la libertad de los cubanos”, no tengo porque dudarlo.
Es cuando me entero que la oficina del gobierno federal dedicada a transmitir señales hacia Cuba –con asignaciones presupuestarias federales que van por cuerda separada- ha hecho alarde de su participación en este evento, confirmando, aparentemente, lo dicho por la diplomática cubana, que se me ocurre preguntarme lo que me pregunto: ¿exagera la Sra. Vidal al hablar de subversión?
La lectura del folleto / invitación y del programa de la conferencia refleja que su propósito es mejorar el acceso al internet para todos los cubanos en la isla, aunque dedica varios paneles a los mecanismos que utilizan los cubanos para burlar la censura que su gobierno pretende imponerles en la red.
Si se tratara de un evento originado y financiado exclusivamente por el sector privado, yo no vería nada de subversivo en el tratamiento de esos temas, ya sea con respecto a Cuba, a China, o cualquier otra nación con la cual pretendemos tener una relación entre iguales. Pero Cuba tiene sus propias leyes en esa materia y quienes las violen deben atenerse a las consecuencias –aunque la ONU haya declarado el acceso al internet como parte de los derechos humanos (los EEUU se han rehusado a firmar y/o ratificar varios tratados internacionales en los cuales la ONU consagra como humanos a otra serie de derechos que nosotros no reconocemos como tales).
Y cuando digo que no vería nada de subversivo lo digo porque ese tipo de eventos como el que se propone realizar el CIF en Miami a mediados de septiembre nunca han sido efectivos. Efectivos serian si se hicieran en Cuba, desde donde hace años se oyen voces (muchas de ellas identificadas con el gobierno cubano) reclamando un acceso mas amplio y generalizado al internet. Hacerlos en Miami no es mas que otra entrega de la misma novela o culebrón que lleva mas de medio siglo en nuestras pantallas y que todavía algunos pretenden vendernos: una nueva vuelta de tuerca al maniqueísmo mas pueril en virtud del cual uno le pone una medalla a otro y viceversa, y aplaude a quienes piensan igual que uno y que los premiados.
Pero si la conferencia esta financiada y auspiciada por una dependencia del Gobierno Federal, me resulta muy difícil comprender la dificultad que pueda tener ninguno de mis vecinos en coincidir con la Sra. Vidal en su reclamo. Sobre todo cuando aun tenemos, en los EEUU, leyes que pretenden “facilitar la libertad” de los cubanos subvirtiendo el régimen establecido en Cuba, leyes que muchos de esos vecinos míos apoyan justamente por la finalidad que tienen. La pregunta obvia es como llamaríamos nosotros a ese tipo de actividades si las realizara en contra nuestra un gobierno extranjero.
Y de ahí la coherencia que veo en los argumentos de la Sra. Vidal: quienes están en contra de la nueva política de los EEUU hacia Cuba (inaugurada por el presidente Obama) no representan, en mi humilde y personal opinión, prácticamente a nadie hoy en día, pero tienen todo el derecho a mantenerse en esa opinión y conservar la mentalidad y la actitud que la respaldan. Pero quienes están (estamos) a favor de la normalización de las relaciones entre Cuba y los EEUU, incluidos los oficiales del gobierno de los EEUU encargados de esa nueva política, tienen que desarrollar una actitud nueva frente al tema en el que ocupan su tiempo. Y esa nueva actitud conlleva la necesidad de entender que los EEUU no son quien para imponerle nada a Cuba, aun cuando existan leyes “americanas” producto de una serie de berrinches mal manejados que se basan en la absurda pretensión de que imposiciones de ese tipo son no solo justificables sino viables. Puerilidad es poco: ingenuidad e ignorancia son las características mas notables de quienes así piensan, aunque estoy y estaré siempre dispuesto a defender su derecho a pensar de esa manera.
Como bien lo ha dicho el gobierno cubano en múltiples ocasiones, no se puede alcanzar la normalidad en las relaciones entre los dos países mientras subsistan leyes absurdas como el embargo y la mentalidad y la actitud que las respaldan. Por eso, yo también llamaría subversiva a cualquier actividad financiada con fondos federales de los EEUU (o incluso estatales, como es el caso en un estado como la Florida, con su propia política exterior) como la del CIF, y esperaría que mi gobierno reaccionara igual que el cubano si la situación fuera a la inversa y otra nación con la que me propongo mantener relaciones normales utilizara sus recursos para imponerle a los EEUU una conducta equis en cuanto a como debe manejarse ante los desafíos que plantea hoy, en todo el mundo, el internet. Ese actitud y mentalidad subvierten estúpidamente el objetivo fijado, es decir, la normalización.
Pero claro, ese soy yo, que idiosincrática y culturalmente no me parezco mucho a mis vecinos, lo reconozco, y no se me ocurriría nunca, por ejemplo, que el hecho de llegar a la mayoría de edad justifique una borrachera de padre y muy señor mío para celebrarlo, ni que puedo impunemente marcar territorio orinando en las paredes ni destruir la propiedad ajena por el mero hecho de estar circunstancialmente en una nación no tan “Grande” como la mía.
¿Que dirían nuestros “padres fundadores”? Yo creo que le declararían la guerra a quien pretendiera subvertir su fundación…, y a quien confundiera los intereses de los EEUU con los de una porción ínfima y marginal de su población..., y quizás hasta a quienes, jugando a representarnos, solo son capaces de ver al mundo a través de sus googles…
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