La Dictadura Venezolana

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La Dictadura Venezolana

05 Jan 2016 19:15
#9075
Ha llegado el momento de la verdad en Venezuela. En los instantes de escribir estas líneas se desarrollaba la ceremonia de toma de posesión de los diputados de la Asamblea Nacional y la elección de su Presidente, en vísperas de un nuevo período legislativo que comienza el 6 de enero, significativamente como si fuera un "regalo de Reyes" para los venezolanos, como los que suelen alegrar a los niños con regalos en la fiesta de la Epifanía.

Pero el pueblo venezolano no está en la niñez, aunque muchos siguen soñando con que el proceso democrático se mantiene y que el Poder Legislativo recién electo bastará para ir enderezando el camino que se torcía hacia la dictadura y será capaz de regalarles la democracia. No voy a abundar aquí en los detalles sobre la realidad que enfrentan los venezolanos al producirse estos acontecimientos sino que recomiendo a los lectores que lean el certero enfoque que nos brinda Miguel Saludes en otro debate abierto en este mismo foro hace apenas 48 horas. Miguel presenta con mucha discreción y objetividad los desafíos que enfrenta el Poder Legislativo recién estrenado, en el que se ha impuesto por mayoría absoluta de 2/3 la oposición al régimen actual, señalando las muchas barreras y obstáculos que interpondrá el monolítico sector oficialista, que cuenta con el apoyo irrestricto de los otros cuatro Poderes reconocidos por la Constitución proclamada por Hugo Chávez.

No obstante, prefiero no pecar de demasiado optimismo y no confiar mucho en la posibilidad de que se imponga el proceso democrático por la vía legislativa con la acción legítima de los representantes que el pueblo ha elegido.

Es bien sabido que el Presidente Maduro se valió del Poder Ejecutivo, del Poder Electoral y del Poder Judicial para crear las condiciones que esperaba le permitirían arrollar en esas elecciones legislativas a toda costa. Encarceló a opositores, tanto en funciones como candidatos, amordazó la prensa e intervino a los menos dispuestos a callarse, utilizó dinero del erario público y acaparó los medios de TV y radio para la campaña oficialista, manipuló los padrones electorales, obligó a salir al exilio huyendo a prestigiosos dirigentes de la oposición, rechazó la presencia de observadores de organizaciones internacionales de las Naciones Unidas o de la OEA y, entre muchos otros abusos, proclamó en los últimos días de la campaña que nunca aceptarían una derrota.

Ahora está cumpliendo sus promesas autoritarias y ha llegado al extremo de acusar a la oposición de hacer trampa, como si tuvieran algún poder para ello, y se está valiendo de un Poder Judicial sumiso que desautorize la toma de posesión de varios diputados para convocar a nuevas elecciones y quebrantar así la mayoría que habían obtenido en la Asamblea Nacional pese a todas las medidas abusivas mencionadas en el párrafo anterior.

Por todo eso ha sido asombroso el resultado de estas elecciones, logrado mientras que el Poder Electoral estaba actuando y se estaba manifestando constantemente en contubernio con el Poder Ejecutivo. Los partes electorales se demoraron excesivamente porque buscaban desesperadamente alguna forma de adulterar los resultados, pero la victoria de las fuerzas democráticas era tan abrumadora que hasta el Jefe de las Fuerzas Armadas, que también ha demostrado que responde incondicionalmente a los intereses del chavismo, se vio obligado a conceder la derrota y respaldar unos resultados que aunque altamente amañados eran negativos para los intereses del régimen.

La estrategia a seguir se ha ido dibujando en los días subsiguientes: anular la victoria electoral en el Poder Legislativo, convirtiendo a la Asamblea en un apéndice desprovisto de Poder. Por una parte, se procedió al recurso sin precendentes de nombrar apresuradamente a un númeroso grupo de jueces del Tribunal Supremo para asegurar la lealtad al chavismo del Poder Judicial y sin gran demora éstos procedieron a anular la elección de varios candidatos de la oposición pocos días antes de su toma de posesión. Por otra parte, se procedió a la creación del quinto Poder, calificado de "Ciudadano" y compuesto por elementos del chavismo, para que ejerza el veto frente a las decisiones de la Asamblea Nacional y anular su efectividad. Estas son medidas sin precedentes que ni siquiera la dictadura de Pinochet en Chile se atrevió a intentar cuando enfrentó la derrota electoral y el proceso de transición.

Es muy evidente que enfrentamos una dictadura en Venezuela. Bastaría con las innumerables muestras que ha dado el régimen chavista de su admiración por los hermanos Castro y su fervor para tomar a Cuba como modelo político, económico y social. Sobre la realidad cubana se ha escrito mucho y el que quiera conocerla tiene abundante material al que referirse, pero de todos modos les recomiendo que lean un mensaje publicado hace pocas horas en este FORO por Aimee Cabrera, miembro de una oposición pacífica que apenas subsiste en Cuba bajo la represión, el hostigamiento y la persecución. Su mensaje es una viñeta interesantísima de algunas de las medidas dictatoriales del régimen cubano y sus consecuencias sociales y económicas.

Como era de esperarse, bajo el régimen actual los venezolanos no van mucho más lejos siguiendo ese modelo que ahora ha arruinado también a otro de los países más ricos del Continente Americano, pese a sus enormes recursos petroleros.

Mientras tanto, la OEA y otras organizaciones regionales guardan silencio cómplice, apenas marcado por algunas declaraciones de Almagro y otras de Macri, pero sin tomar acción alguna, como aquellas medidas radicales tomadas contra Honduras hacer pocos años en una situación que dictaba mucho de equipararse a la abusiva represión que impera en la Venezuela actual. Por el contrario, los gobiernos de América guardan un lamentable silencio y permiten que la Carta Democrática Interamericana sea violada impunemente. Muchos de ellos, porque siguen, quizás con retraso pero con las mismas ambiciones, el ejemplo de la transformación de la democracia venezolana en dictadura de corte castrista.

La única esperanza que queda es que el pueblo venezolano reacciones con firmeza y determinación para impedir el golpe de Estado que estamos presenciando en estos días.

Lamento profundamente lo que está sucediendo en Venezuela y no puedo vanagloriarme de haberlo pronosticado en reiteradas ocasiones porque mi mayor deseo habría sido el de estar equivocado para que los venezolanos llegaran a resolver sus problemas democráticamente. Entre esos pronósticos ominosos, recuerdo el mensaje que escribí el 20 de febrero de 2014 titulado " La toma de la Bastilla en Venezuela " ante la cruel represión que había desatado el gobierno venezolano en esos días, en donde decía que:
«La historia nos ha demostrado que los regímenes absolutistas o totalitarios perpetúan su poder por generaciones (y a veces por siglos) hasta que un dictador "benevolente" intenta reformarlo o el pueblo no aguanta más y opta por la violencia (la toma de la Bastilla).»

Y más adelante concluía subrayando que:
«Presenciamos una protesta estudiantil que está siendo reprimida con balas, palos, culatazos, encarcelamientos y torturas. La crueldad de la represión está enardeciendo los ánimos de la población civil e impulsándola a la protesta callejera masiva. Lamentablemente, el gobierno no está dispuesto a negociar ni a transigir en el reconocimiento de los derechos de su pueblo. El régimen se ha pronunciado claramente en todos los medios que controla por la represión salvaje para perpetuarse en el poder mediante la violencia.

Cuando esto sucede no hay más alternativa que "la toma de la Bastilla". Los resultados de la violencia y la rebelión pueden ser el caos y hasta un régimen del terror motivado por la venganza. Pero en estas circunstancias es la única opción lógica. Lo fue para los franceses en el siglo XVIII y lo es ahora para los venezolanos. Pese a todas las terribles secuelas de la guerra y de la violencia, nadie se arrepiente hoy de la toma de la Bastilla ni de la asoladora guerra que aplastó a Hitler y Mussolini.

La alternativa pacífica habría sido peor.»

Si el régimen de Nicolás Maduro opta por aplastar al legítimo Poder Legislativo y el Presidente se impone abiertamente como un tirano, no le quedará otra alternativa al pueblo venezolano que la toma de la Bastilla en Caracas. ¡Ojalá que no! Ojalá que imperen la razón y se respeten los recursos democráticos de diálogo, negociación y transacción.
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Re: La Dictadura Venezolana

13 Jan 2016 00:08 - 13 Jan 2016 00:13
#9087
Los optimistas proclamaron el "triunfo" de la democracia venezolana frente a la dictadura de Nicolás Maduro, pero la victoria ha sido pírrica porque está dando paso a la consolidación de la tiranía mediante medidas de fuerza que, pese a ser tan groseras, no han despertado una acción continental para hacer valer la Carta Democrática Latinoamericana y/o la Carta de la Organización de Estados Americanos .

Me entristece ser un profeta que ve cumplido sus pronósticos y tener que comprobar que la ni la vía pacífica ni el mecanismo democrático llevarán a la solución de consenso nacional que sólo se logra mediante la consolidación de un Estado de derecho. Como era de esperarse, los cuatro poderes totalmente controlados por la dictadura responden incondicionalmente a los mandatos del dictador y su camarilla.

Era previsible que un Poder Judicial ampliado considerablemente con 12 nombramientos pocos días antes de la toma de posesión de los diputados a la nueva Asamblea Nacional y debilitado previamente con numerosas jubilaciones y destituciones, manejaría recursos de inconstitucionalidad para anular el funcionamiento del Poder Legislativo tradicional y abrir las puertas a un Poder Ciudadano organizado a las carreras en los últimos días de 2015.
Los pronósticos se han cumplido, el Tribunal Supremo ha anulado la elección de algunos diputados y ha privado así al sector mayoritario de la mayoría absoluta que había logrado en las urnas por decisión del pueblo venezolano.

La dictadura tenía un plan B cuando admitió la derrota del 6 de diciembre a regañadientes y con grandes demoras, pero tal parece que la oposición triunfante en las urnas pecó de excesivo optimismo y no diseñó su propio plan B para poder contrarrestar las medidas dictatoriales que estamos contemplando con creciente consternación.

Deben entender los venezolanos que las dictaduras suelen no entregar el poder por un debido respeto al mandato popular ni compartirlo con nadie. Esta regla, como todas, tiene sus pocas excepciones en la historia: Miguel Primo de Rivera en 1930, Augusto Pinochet Ugarte en 1980 y Mijaíl Gorbachov en 1991.

Los dictadores que no mueren en la cama (como Francisco Franco) suelen huir ante un pueblo enardecido que ha dicho ¡basta! Ese es el significado emblemático que nos brinda la historia con la Toma de la Bastilla. La otra opción suele ser la represión, el sometimiento y la miseria.
Last edit: 13 Jan 2016 00:13 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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