Intercambiar ideas nos une y fortalece, aùn teniendo ideas diferentes

-A modo de introducción.

Los cubanos hemos sido participes (de una u otra forma) del proceso de transformaciones económicas, sociales y políticas que se produjo a partir del triunfo de la revolución.

Sin analizar las causas y circunstancias que la propiciaron, la misma se convirtió en un acontecimiento relevante en la historia del siglo pasado y aún mantiene vigencia. Negar ello sería iluso.

Me identifico con que nuestra nacionalidad es relativamente joven y la democracia conocida dentro de la república no contó con mucho tiempo para desarrollarse y menos consolidarse, también con los que defienden la idea de que existieron razones objetivas para que se produjeran las rebeldías y luchas del pueblo cubano, incluyendo las etapas insurreccionales que ocurrieron durante la república.

Comparto el criterio de que la Constitución de 1940 se convirtió en un factor referencial para varias generaciones de cubanos y las luchas para que se cumplieran sus preceptos o restaurarla, contó con un amplio nivel de consenso ciudadano.

Para el movimiento revolucionario de la década del 50, la idea de restaurarla y hacer valer los preceptos constitucionales poseía un elevado nivel de necesidad y compromiso social.

Al triunfo de la revolución y en cumplimiento de esa aspiración ciudadana, se comprende que resultara necesario no sólo restaurarla sino hacer valer sus preceptos.

Tal anhelo justificó accionar sobre las vulneraciones a la misma y las medidas que se encontraban pendientes, sobre todo las relativas a la agricultura.

Ese es el caso de la ley de reforma agraria, que había sido letra muerta después de promulgarse la Constitución, la idea se encontraba igualmente en la plataforma de diferentes partidos políticos de la época, aunque nada sucedía; sin embargo, esta fue asumida por el movimiento revolucionario desde los inicios de la lucha y al triunfo comenzó a implementarse.

Cuando se adscribió en la Constitución la necesidad de la reforma agraria, se basó en la existencia del latifundio, en las tierras que se encontraban baldías, en el monocultivo y las formas de explotación agrícolas; las que generaban un elevado nivel de desempleo y amplias secuelas de pobreza. Los informes oficiales y las encuestas de la época (años de la década del 50) así lo demuestran.

La aspiración político/social de una parte de la ciudadanía, se orientaba alrededor de la distribución de tierras a los que no la poseían, quebrar el monocultivo y diversificar las producciones agrícolas, lo que propiciaría un mayor desarrollo agrícola e industrial y de esa manera habría menos dependencia económica y política del exterior.

La aplicación de la ley agraria (que pudo implementarse de diferentes formas), significó un parteluz para la sociedad cubana. Como las sociedades no son homogéneas, con ella se iniciaron los fuertes antagonismos y la fractura política de la sociedad.

Unos ciudadanos considerados la mayoría, se identificaron con las transformaciones que se realizaban; los demás lesionados por las mismas o en desacuerdo con ellas se opusieron a estas.

Con intensidad se desencadenaron domésticamente las contradicciones y luchas políticas, también se involucraron las distintas administraciones norteamericanas opuestas al gobierno cubano.
No es necesario abundar en una historia conocida, en particular para las generaciones que las vivieron. Dejemos a los historiadores y para las generaciones futuras, analizar objetiva y transparentemente el proceso cubano.

Si debemos recordar que fueron los años de la guerra fría y que el país se orientó por razones coyunturales hacia un proceso socialista.

-Hasta aquí varias ideas de mi cosecha personal; ahora les presento un diálogo entre varios amigos cubanos que viven en México (A, B, C, D y E), con opuestas posiciones político ideológicas pero con interés de conversar sobre los tropiezos del socialismo cubano.

Ricos y respetuosos fueron los argumentos expuestos por estos veteranos de luchas y rivalidades, por lo que me pareció interesante reseñarlos.

-A continuación los argumentos expuestos:

I-Se preguntó si al triunfo de la revolución se le habían brindado oportunidades a la burguesía nacional para integrarse y marchar junto al proceso revolucionario.

Alguien dijo que a las autoridades revolucionarias no les interesó que se integrara esa clase social, no le brindaron la posibilidad ni espacios seguros; incluso los liberales que formaron parte del primer gobierno revolucionario, tuvieron pronto que salir del mismo ante el influjo de los elementos comunistas o pro comunistas que ganaban terreno.

Agregando que varias de las medidas iniciales de la revolución habían sido muy radicales y ello para una clase social conservadora resultaba un síntoma inquietante.

-En oposición a este criterio se expresó, que al principio hubo la intención y se brindó oportunidad al capital nacional, recordando la campaña de consuma productos cubanos; continuó diciendo que Fidel en el 59 había viajado a EEUU y no fue bien acogido por esa administración; también que la revolución se definió inicialmente como humanista, pero la burguesía no tuvo interés en vincularse a ella, bien por dudas o temores, o porque predominaba un pensamiento pro-norteamericano bastante extendido entre la clase social rica.

Agregando que en la burguesía había crecido la preocupación por la reacción de los EEUU ante el gobierno revolucionario y su firme posición de defender la soberanía y ofrecer mayores niveles de justicia social. Ello los hizo hacer distancia del proceso y de las autoridades, decidiéndose a enfrentarlo o abandonar el país.

Tal actitud dio pie al surgimiento del fuerte antagonismo político en que hemos vivido, que involucró en el diferendo a las administraciones de USA.

-0tro de los del encuentro manifestó, que a la burguesía no le dejaron opción y luego arrastró a otros sectores relacionados con ella, decidiéndose a subvertir al gobierno de la revolución o abandonar el país.

-0poniéndose a estas consideraciones se dijo, que la naciente contrarrevolución acudió a métodos violentos y terroristas, entonces no quedó otra opción que defender con energía el poder revolucionario, preparándose y combatiendo sin tregua a los que se alistaban y procedían como enemigos de un proceso que disponía a su favor la mayoría del pueblo.

III-0tro tema analizado es que falto análisis y debate sobre la trayectoria y objetivos a alcanzar por la revolución y cómo lograrlos.

Exponiéndose que los acontecimientos y sus líderes, sobre la base de las coyunturas políticas y las nuevas relaciones que se formaban, lo decidieron en las circunstancias de la inminente invasión contra la revolución. Era claro que era desconocido el camino que se emprendía y para ello sólo se disponía de la literatura marxista y las experiencias exógenas.

Se utilizó el carisma del líder, quién accionó emotiva y populistamente para consensuar la vía escogida.

–En oposición a estas consideraciones, otro de los participantes explicó que existieron análisis y debates en que se vieron vinculados varios dirigentes de la revolución y si luego se encaminó al país por una vía socialista ello no era algo atípico, pues la mitad de la humanidad se encontraba transitando a través de esa dirección.

Aclarando que la vía socialista se proclamó en abril de 1961, cuando las tensiones políticas se encontraban en su clímax y a pocas horas de la invasión de bahía de cochino o Girón y no antes.

Dijo que a diferencia de lo allí expresado, el líder carismático había sido honesto y ante la inmediatez de los combates proclamó el carácter socialista de la revolución, de manera que los milicianos fueran conscientes de lo que iban a defender, al precio probablemente de sus vidas.

Aquellas circunstancias históricas hicieron aparecer en América un país socialista, lanzando por la borda el espíritu y deseos de viejas doctrinas norteamericanas.

Agregando que antes de la proclamación socialista ya se combatía al régimen cubano y se había producido una inexplicable estampida hacia EEUU y no de los batistianos que ya lo había hecho, sino un éxodo de la burguesía alta y media, donde muchos individuos sin haberse visto afectados dejaron atrás sus propiedades (por temores o solidaridad social), en la creencia que con la ayuda norteamericana pronto regresarían al país.

Agregando que el éxodo ocurrido debió haber influido en las decisiones posteriores del gobierno cubano, que al verse agredido interna y externamente tomó la opción de responder con mayor energía.

A partir de tal decisión comenzó la etapa (socialista), caracterizada por desconocimientos, falta de experiencia o sólo referencias literarias foráneas y bien distantes.

El expositor aprovechó para insistir en que faltó el debate que permitiera adoptar caminos propios, más lógicos y consensuados, agregando que ello posiblemente hubiera ayudado a tomar otros derroteros.

Quiso complementar lo dicho por otro panelista, diciendo que hubo debate aunque fundamentalmente dentro del gobierno, limitados y poco difundidos y el Che había sido uno de sus promotores.

Que luego aparecieron soluciones híbridas o experimentales, que sólo sirvieron para dilatar e impedir la proyección de un autóctono modelo de desarrollo económico y social.

IV-Sobre la preparación del modelo socialista.

Alrededor de este tema se dijo que ante la necesidad de formar cuadros y preparar a la ciudadanía, se distribuyó una amplia literatura marxista y se crearon escuelas de instrucción dado que el sistema lo consideraba imprescindible.

Sin embargo no siempre aparecían o eran limitados los textos de los clásicos (a los que se consideraban inequívocos), donde dudas o cuestionamientos serían consideradas incomprensiones ingenuas o posiciones revisionistas. Dichos textos fueron luego apareciendo gradualmente. Se hizo difícil conocer a fondo las polémicas y diferencias conceptuales entre los exponentes históricos de las teorías socialistas. Predominaron las experiencias soviéticas y por tanto las ideas de Lenin y fundamentalmente Stalin.

De esa forma muchas ideas arribaron como dogmas, santificadas por los dirigentes “socialistas” desde lejanas latitudes y asimiladas domésticamente, sacralizando ideas y conceptos, muchas de las cuales (y es el peligro actual), aún perduran en el seno de la sociedad cubana. Los manuales cobraron un gran auge.

Un criterio aún más crítico consideró, que todo ello se hizo en detrimento de una cultura más general, pues mientras se privilegiaba ese tipo de literatura desaparecía o se limitaba otra más universal.

-0tro participante del diálogo consideró, que había sido un serio error, porque al imponerse el dogmatismo lastró el imaginario y la realidad del “socialismo en Cuba”, afectó la frescura del proceso revolucionario y ahora cuando se apela a un cambio de mentalidad ello se pone de manifiesto.

Los manuales y dogmas los consideró aspectos negativos, porque proyectaron conceptos y formas equívocas al desarrollo socialista, lastrando ideas políticas, instituciones, economía, cuestiones jurídicas y parlamentarias etcétera), además estimuló un triunfalismo ajeno en muchos aspectos a las realidades del país.

V-Se debatió sobre el papel de la democracia.

Uno de los panelistas comentó que al restringir contenidos y formas de las ideas liberales representativas (que aún con sus limitaciones y defectos han sido un logro de la humanidad), ello afectó derechos ciudadanos, libertades individuales y valores democráticos.

Que al cuestionarse el papel de la democracia representativa y el pluripartidismo, apareció en escena el dudoso concepto de la dictadura del proletariado y que con el mismo se excluyó a las minorías de su participación política. Luego dio lugar a la incondicionalidad, el consentimiento y el voto unánime.

-Ese planteamiento produjo un criterio diferente, argumentándose que durante varios quinquenios había existido una amplia democracia participativa, en que la mayoría de los cubanos como nunca antes atestaban las plazas públicas, marchaban por millones en las fechas conmemorativas y cientos de miles integraban las organizaciones sociales o de la sociedad civil, así como las milicias de tropas territoriales.

Expresando que eso era democracia directa y participativa y no formal; que si eso no era democracia entonces le era difícil entender en qué consistía.

Explicando que después de la institucionalización en 1976, había surgido una nueva Constitución, se celebraban elecciones y existía un parlamento elegido por el pueblo.

Que Cuba contaba con más de 500 diputados y cientos de delegados provinciales y municipales elegidos por la ciudadanía y estos eran ciudadanos sencillos que habían acumulado méritos sociales y el pueblo se los reconocía.

Aceptó que no existía pluripartidismo, pero el partido no nominaba candidatos y los ciudadanos en la base elegían a los mismos y además se mantenía vigente la democracia participativa, la de las plazas y movilizaciones, así como las periódicas consultas a los trabajadores en cuestiones de importancia.

VI-0tro tema que se abordó fue el papel de los incentivos.

Preguntando uno de los participantes, por qué prevalecieron los incentivos morales y si con ello se había logrado formar al hombre nuevo. Aclarando que había sido utópico o manipulador, pues la realidad de hoy mostraba algo bien distinto.

Agregó que al proyectar esa idea se perdió de vista las circunstancias de donde partía la sociedad, la ubicación geográfica y la influencia de sus más próximos vecinos, así como los niveles socioeconómicos y culturales que existían.

Calificando la medida de disparate político/económico, pues había desmotivado a la gente, que arrastraban necesidades materiales y luego contribuido a la emigración.

-A tal comentario se dijo que era incierto, aclarando que habían existido etapas que sin abandonar los estímulos morales se vieron privilegiados los materiales y luego se consideraron ambos incentivos como convenientes.

Agregando que si no se había logrado el hombre nuevo, algo se había avanzado y el ejemplo se mostraba en la disposición voluntaria y solidaria de muchos cubanos, como por ejemplo la reciente partida de los médicos hacia el continente africano a combatir el EBOLA, para no hablar de otros cientos de misiones heroicas de ese y otro tipo.

VII-Se analizó el papel del mercado, diciéndose que este siempre se subestimó y además lo estigmatizaron; así como todo lo relacionado con las relaciones monetarias mercantiles, porque ello significaba burguesía y capitalismo y era conveniente impedir esos mecanismos.

Dijo que se sobrevaloró la planificación centralizada, porque a través de ella se privilegiaban las decisiones económicas desde una visión política de la cúpula del poder, pero siempre imponiendo un ambiente de austeridad al mercado en general y a los bienes de consumo en particular para priorizar otros sectores.

-Estas consideraciones encontraron oposición de la siguiente manera.

Se dijo que la situación económica en los sesenta no posibilitaba ampliar y diversificar el mercado interno, por lo que los bienes de consumo se alcanzaban sólo a través de la libreta de abastecimiento.

Agregando que estimular el mercado, los incentivos materiales y las relaciones monetario/mercantiles, podían haberse convertido en algo más contraproducente para el país. Aclaró que en los 70 y hasta finales del 80 se desarrolló el mercado libre paralelo, que amplió las ofertas de productos y servicios en moneda nacional y se activaron otras relaciones monetario/mercantiles.

Concluyendo en que siempre se mantuvieron las categorías mercantiles, como costos, ganancia, rentabilidad, autofinanciamiento, precios, créditos, e inversiones entre otras. Se aceptó que los planes con frecuencia eran más de deseos que de realidades y que tendieron a su burocratización.

VIII-Finalmente hubo un dialogó sobre el dogmatismo y se puso de ejemplo la idea que en el socialismo no tenía cabida el desempleo y por ello se inflaron las plantillas en los centros de trabajo, se perdió la eficiencia administrativa y la rentabilidad de las empresas, creciendo desmesuradamente el burocratismo.

Lanzando además hacia el exterior una imagen falsa de una sociedad con pleno empleo.

Ahora las autoridades declaran que tienen que racionalizar a más de un millón de trabajadores de los organismos administrativos y empresas estatales, lo que demuestra el craso error incurrido en el pasado por asumir un criterio dogmático.

-Estos argumentos se rebatieron diciendo que era cierto que esa política había sido equívoca y el estado socialista se había excedido en medidas paternalistas y abusó de los subsidios, pero que se hizo para beneficiar a la mayoría del pueblo, aunque gradualmente esos trabajadores se reubicaban en otras actividades económicas a través de las inversiones en general y las del Consejo de Ayuda Mutua (CAME) y otras empresas extranjeras, pero que con la extinción de la URSS ello se había frustrado.

-Ese comentario fue respondió, señalándose que la economía no funcionaba con buenos deseos ni utopías, sino a través de leyes y procedimientos eficientes que la hacen funcionar y cuando se subestiman, fracasas y luego las consecuencias son desastrosas.

–Considero fue un fructífero e interesante diálogo, que concluyó fraternalmente y con pleno consenso que las reformas en Cuba eran necesarias, que había sido correcto iniciarlas por la economía, que las cuestión de fondo no era si se aceleraban o no, sino su alcance estratégico. Que era importante no detenerlas y llegar con pragmatismo y en tiempo oportuno a donde fuera necesario que llegaran, porque sin una economía moderna, prospera y eficiente, no sería posible el desarrollo sostenible y menos beneficiar al pueblo cubano elevando su calidad de vida.

Finalmente el moderador comentó, que las reformas debían ampliarse no sólo a los sectores económicos que no fueran eficientes o rentables; expresando que la economía de Cuba no tenía alternativa a no ser eficiente y a crecer, por lo que las reformas debían llegar a la superestructura política, institucional y jurídica del país, acometiendo en esos sectores los cambios necesarios que impidan o frenen el desarrollo eficiente y sostenible del país en los próximos años.

Nota:
Intercambio de ideas entre cubanos en la ciudad de Mérida, Yucatán, México, auspiciado por el Centro Cubano de Promoción Intercultural (CPI). Moderador Eugenio R. Balari.

En esta interesante exposición, Balari parece ignorar que la orientación que el pueblo cubano esperaba de la Reforma Agraria desde antes del triunfo de la Revolución en 1959, era específicamente un proyecto cooperativista enmarcado en un estricto respeto por la empresa privada, donde el Estado sólo ejercería un papel facilitador y regulador, y sólo ejercería su poder para expropiar latifundios no productivos y convertir las tierras baldías en cooperativas mediante la asociación de campesinos convertidos en propietarios.

Ese fue el propósito de la Ley de Reforma Agraria promulgada el 16 de mayo de 1959 y redactada en gran medida con la asesoría de Humberto Sori Marín, que era entonces Ministro de Agricultura. Esta Ley organizaba el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) con el mandato de "fomentar cooperativas agrarias", las que estarían bajo la dirección del Instituto sólo para "asegurar su mejor desenvolvimiento en la etapa inicial". Para estos fines, el Instituto facilitaría también los créditos necesarios y la provisión inicial de "recursos materiales, medios de trabajo, preservación de productos", etc. En otro artículo de esta Ley se decide claramente que: "El Instituto Nacional de Reforma Agraria sólo prestará su apoyo a las cooperativas agrarias formadas por campesinos o trabajadores agrícolas".

La Ley fue letra muerta y el INRA siguió los dictados caprichosos de Fidel Castro y su camarilla, que no expropiaron sino que confiscaron tierras no sólo a latifundios sino también a pequeños propietarios y crearon cooperativas ferreamente controladas por el Estado, por lo cual Sorí Marín renunció y se sumó posteriormente a la lucha armada contra la nueva dictadura hasta que fue arrestado y fusilado poco después en La Cabaña en abril de 1961. Luego la tal "distribución de tierras" de que habla Balari no sucedió.

En cuanto a la "Guerra Fría" como pretexto para estos abusos y excesos, tiene poco o ningún sentido práctico, puesto que lo que ocurría era una cuestión interna.

Es muy interesante leer después los argumentos que recoge Balari de otros que exponen en ese encuentro celebrado en La Habana puntos de vista divergentes y controversiales, porque el hecho de que se haya producido tal debate es algo positivo y quizás esperanzador.

Hay mucho que masticar y digerir en el extenso reportaje que nos ofrece Balari, cuyo trabajo, pese a mis objeciones, agradezco sinceramente.

Confío en que este encuentro que él nos ha resumido tenga seguimiento y fomente la suma de muchas otras opiniones en la búsqueda de soluciones que sean producto de la colaboración y de una verdadera conciencia cívica y ojalá que algunos pudieran realizarse en el futuro en algún lugar de Cuba.

Estimado amigo Gerardo.
No me parece que Balari peque de ignorancia cuando se refiere a la vocaciòn que, "una parte de la ciudadanìa" -segun dice Balari- sentia hacia la Reforma Agraria en la Cuba de los cincuenta y los sesenta, ni que lo que dice en su interesante aporte a este foro desconozca la insatisfacciòn de "otra" parte de la ciudadania con los resultados de su implementaciòn a partir de 1959. Este pàrrafo de Balari me parece claro en tal sentido:
"La aplicación de la ley agraria (que pudo implementarse de diferentes formas), significó un parteluz para la sociedad cubana. Como las sociedades no son homogéneas, con ella se iniciaron los fuertes antagonismos y la fractura política de la sociedad."
En mi humilde y muy personal impresiòn, ni Balari ni ninguno de sus contertulios pretenden reflejar los deseos del "pueblo cubano" todo -ni lo que deseaba ese "pueblo cubano" hace sesenta años ni lo que desea en la actualidad (que es muchìsimo MAS importante que lo que deseaba entonces)- sino intercambiar sus propias opiniones y aspiraciones como "parte" de ese pueblo cubano.
Por lo demàs, me sumo a tus deseos expresados en el ultimo pàrrafo de tu comentario: es en algùn lugar de Cuba en donde deben darse este tipo de coloquios (el que refleja Balari se diò en México, segùn el mismo lo menciona: entre cubanos que residen en México).
Con el abrazo y el afecto de siempre para "ambos los dos."

Es muy distinto que hubiera un debate nacional dentro de parámetros democráticos en la Cuba de 1959 en el que "una parte de la ciudadanía" discrepa de otra hasta que una de ellas predomina, supuestamente por un mecanismo mayoritario, y otra es que un caudillo convierta una ley en letra muerta y tome disposiciones ajenas a la ley con el apoyo de una reducida camarilla que se apodera del poder mediante un golpe de Estado.

Esa comparación que hace nuestro amigo Pallí de las expectativas de una inmensa mayoría del pueblo cubano con las decisiones de una minúscula camarilla, con el argumento de que los sometidos eran simplemente "otra" parte de la ciudadanía, no es correcta. El hecho fue que el Consejo de Ministros que firmó en pleno la Ley de Reforma Agraria en mayo de 1959, lo hizo con el apoyo manifiesto y atronador (por las concentraciones en plaza pública) de más del 90% de la ciudadanía. Por lo tanto, esa Ley fue el reflejo de las aspiraciones de una inmensa mayoría del pueblo, que la celebró con bombos y platillos en esos momentos.

Su principal redactor fue uno de los más destacados comandantes de la Revolución, quien era entonces Ministro de Agricultura, y no hubo manifestaciones de protesta ni de repudio a la Ley en ningún momento. Sin embargo, nunca se aplicó. Fidel Castro manipuló la mayoría que todavía lo respaldaba con la esperanza ciega de que los encaminaría hacia una Cuba mejor, para aplastar a todo un Consejo de Ministros por el simple hecho de que no respondía a sus aspiraciones totalitarias, esgrimiendo la aureola de esa ideología romántica inicial que muy pronto se desvaneció en las realidades de la historia.

Claro está que ya esto pasó y no tiene vuelta atrás. Son episodios de la historia y debemos mirar hacia el futuro. El problema es que el presente todavía está dominado por los mismos usurpadores de la soberanía del pueblo que cometieron esos desmanes hace más de medio siglo, diezmados por las limitaciones biológicas, pero en ningún momento arrepentidos ni con intención alguna de hacer un acto de contrición para alcanzar la redención democrática, sino que utilizan a las generaciones jóvenes como peones que les sirven de carne de cañón en un gambito orientado al propósito exclusivo de mantener al Rey en el poder, en el reducido tablero político cubano.

Yo no he hecho comparaciones, amigo Gerardo, ni he mencionado a las "inmensas mayorìas", ni a las camarillas. Sencillamente me he limitado a leer, desde una perspectiva diferente a la tuya, quizàs, lo que escribiò el amigo Balari, y a mi me pareciò -y me sigue pareciendo- que Balari ni ignora ni "parece ignorar" lo que tu tan sabiamente explicas sobre las diferencias entre la ley que redactò Sori Marin y la que se promulgò -si mal no recuerdo, hubo otra ley anterior tanto al proyecto de Sori Marin como a la promulgada- y firmaron y avalaron una cantidad de personas cuyos nombres no recuerdo.

No hubo otra ley anterior ni tampoco alguna posterior a la Ley de Reforma Agraria orientada a ese sector. La única ley anterior fue la Ley Fundamental, promulgada por el Presidente Manuel Urrutia Lleó el 7 de febrero de 1959, que tenía un propósito provisional constituyente hasta que se restableciera la Constitución de 1940 o se convocara a una Asamblea Constituyente. Este propósito se evaporó en las brumas de la historia. Muchos de los artículos de esta Ley Fundamental no fueron respetados posteriormente, como puede comprobarse fácilmente por las múltiples decisiones tomadas por el régimen en meses y años posteriores que cualquier tribunal independiente habría calificado de inconstitucionales.

Esta Ley fantasma mantuvo su lastimosa "vigencia" hasta la redacción de la Constitución de 1976. Los cubanos vivieron 17 años sin una Constitución y regidos por leyes improvisadas por un Consejo de Ministros que obedecía incondicionalmente todos los dictados de Fidel Castro.

Conviene aclarar también a los lectores que no estén informados, que el Presidente de la Cuba Revolucionaria, pundonoroso magistrado de larga historia judicial, Manuel Urrutia Lleó, fue derrocado por un Golpe de Estado organizado por Fidel Castro el 19 de julio de 1959.

Disculpa si interpreté mal tu defensa del preámbulo de Balari a su reportaje sobre el "encuentro" de México,

«cuando se refiere a la vocaciòn que, "una parte de la ciudadanìa" -segun dice Balari- sentia hacia la Reforma Agraria en la Cuba de los cincuenta y los sesenta, ni que lo que dice en su interesante aporte a este foro desconozca la insatisfacciòn de "otra" parte de la ciudadania con los resultados de su implementaciòn a partir de 1959.»

que me pareció que equiparaba a "una" y "otra" parte.

Alguna vez me explicaron que, estando aùn en la Sierra, los revolucionarios "promulgaron" -y nunca entendì bien cual puede ser el alcance de la funciòn legiferante que pretende cumplir un grupo armado antes de tomar el poder- una Primera Ley de Reforma Agraria...

Ni comparo ni equiparo, amigo Gerardo: simplemente señalo que hay diferentes "partes" de un solo pueblo, y que, hoy como ayer, el pueblo cubano dista mucho de ser homogeneo y, ademàs que, yo al menos, no me siento capaz de discernir cual es su voluntad (me pasa lo mismo con el pueblo americano, o con el boliviano o el brasileiro, para el caso; con el argentino ni siquiera lo sigo intentando: abandoné hace ya mucho rato...).

Defendì también la idoneidad del artìculo del amigo Balari señalando un pàrrafo en el cual él mismo reconoce -que uso como antònimo de ignorar- esas diferencias entre las diversas partes en las que se encuentra partido el pueblo cubano...

Efectivamente, se redactó una "primera" Ley de Reforma Agraria en la Sierra, pero esa no tuvo vigencia porque no fue redactada por un organismo autorizado del Estado. Fue una "ley revolucionaria" que no podía aplicarse puesto que los rebeldes todavía no habían triunfado. Y que sólo tenía un propósito de propaganda.

No obstante, la Ley promulgada en mayo de 1959 recogió en su redacción la mayoría de los propósitos de lo que se había redactado en la Sierra. Era una promesa que le daba fuerza y prestigio a los rebeldes cuando todavía luchaban contra Batista la que se concretó en Ley sancionada por el Estado cubano a los cinco meses de su triunfo.

Tampoco quiero que quede la impresión de que antagonizo con Balari ni mucho menos con su papel en ese "encuentro" en México. Sencillamente, expresé mis discrepancias con algunos aspectos del segmento introductorio de su reportaje. Me pareció que Balari "ignoraba" algunas de las circunstancias y hechos de la época inicial de la Revolución, quizás porque la propaganda abrumadora del régimen ha logrado convencer a muchos de que ese fue un período glamoroso en el que se intentaron hacer muchas cosas buenas, hasta el punto que algunos se creen que no se logró hacerlas debido a la hostilidad de los EEUU y al supuesto "bloqueo" a la Isla.

Ahora bien, todos ignoramos algunas cosas y no por eso somos "ignorantes". No sería capaz de darle ese calificativo a Balari, a quien nunca he tratado y a quien debo reconocer su mérito por el papel que desempeñó en ese "encuentro". Si esa fue la impresión equivocada de lo que dije, pido disculpas por no haber hablado claro.

Jamàs se me ocurrirìa suponer siquiera que fueras capaz de llamar a nadie "ignorante" en estos foros, mi querido amigo Gerardo, ni a Balari ni a ninguno de los otros foristas. De modo que no cabe la necesidad de disculparte.

Yo estoy consciente de que es muchìsimo mas lo que ignoro que lo que entiendo o conozco, y no por eso me considero un ignorante, aunque lo soy con respecto a muchas cosas que me encantaria conocer o entender aunque mas no fuera tantito, como dicen los mexicanos...

Por cierto, sigo, como ayer, sin entender o poder discernir cual es la voluntad del pueblo americano -ni de la tercera parte que vota, ni de las dos terceras partes que no lo hacen- y, a partir de hoy, el pueblo argentino no està solo en mi casillero de pueblos a los que ya no me esfuerzo màs por entender...

La voluntad del pueblo en una democracia se expresa en la urnas, donde logra periódicamente el poder de decisión. Su voluntad también puede manifestarse mediante su participación (o falta de ella) en eventos públicos, manifestaciones de protesta, reuniones comunitarias, así como en las cartas o E-mails que escribe (o deja de escribir) a congresistas, senadores, legisladores estatales, etc., expresándoles su voluntad de aprobar o rechazar algo que el destinatario está haciendo o dejando de hacer.

Las dos terceras partes que en Estados Unidos NO se toman el trabajo de ir a votar (creo que el porcentaje es mayor) están dando un mensaje de conformidad con lo que tienen. Algunos dicen que es porque no creen en los políticos y otros porque todos los partidos son iguales. Como esto es una evidente falacia o un burdo pretexto, ese supuesto desencanto no es más que conformismo. O peor aún, es indiferencia. Les da igual mientras no les pisen el callo.

No obstante, suelen ser los que más protestan. Pero la protesta se ventila con sus amigos y familiares en largas, improductivas e irrelevantes discusiones. No mueven un dedo para que esa protesta llegue a quienes tienen poder de decisión o se manifieste votando por un candidato mejor o por un referendo que ofrezca una propuesta interesante e inteligente. Ni siquiera se preocupan por firmar alguna de las campañas que se organizan en la WEB, tales como las de Change.org y otros portales diseñados para tomar iniciativas de recogida de firmas.

Esa realidad la contemplamos incluso en este FORO. Decenas de lectores registrados leen las opiniones que publican algunos foristas. Pero hay cientos y miles de lectores NO registrados que las leen también y no se toman el trabajo (que toma apenas un minuto) de hacer clic o pulsar en la columna de la derecha del PORTAL inicial del FORO donde dice "Contact Form" o donde dice " Formulario de Contacto ", para inscribirse y, al menos, poder registrar su presencia en el debate. Por lo tanto, sus visitas y lecturas ni siquiera cuentan.

Pero es una realidad que incluso la inmensa mayoría de los cientos de lectores registrados que leen estos mensajes optan por no participar con sus propias opiniones, pese a que pueden hacerlo con entera libertad sólo con escribir en los espacios de "Nombre de Usuario" y "Contraseña" las señas que les han asignado cuando se inscribieron.

Es una pena, porque igual que hacen en política, dejan a otros las decisiones como aquí dejan a otros las opiniones.

En estas elecciones tan importantes de los EEUU sólo votaron poco más del 25% de los electores, permtiendo que los grupos de interés empujaran la aprobación de iniciativas sometidas a referendo a las que probablemente esa inmensa mayoría de ausentes se habría opuesto. Espero que mañana no se quejen con indignación por "las cosas que pasan" en cualquier rociada intempestiva con familiares y amigos.

Hay infinidad de analistas y frecuentes encuestas que estudian o evalúan la "voluntad del pueblo". Luego podemos informarnos con un cierto grado de aproximación qué favorece y qué no "el pueblo". No todas estas encuestas ni mucho menos estos análisis son confiables, pero una revisión amplia y constante de todos ellos es suficiente para hacer una radiografía que, aunque nos dé una imagen difusa, con frecuencia nos puede revelar el mal. Si encontramos una señal que permita un diagnóstico es más fácil proceder a una cura.

Permítaseme añadir que confío en que el Sr. Balari acepte las opiniones divergentes como un saludable contrapunto que puede servir para fomentar un cordial debate como este.