Al borde del abismo nuclear con una estrategia débil y vacilante

La guerra es un último recurso que sólo es justificable cuando todas las demás avenidas de negociación y
diplomacia se han agotado. Así debiera ser.

Lamentablemente, lo es sólo para quienes tienen una vocación de respeto por los derechos humanos y una aspiración abarcadora de confraternidad. Los agresores a lo largo de la historia suelen haber sido aquellos pueblos y caudillos movidos por la ambición, la avaricia o la aplastante arrogancia del poder. Y han logrado su objetivo cuantas veces no han encontrado una firme oposición.

La actitud apaciguadora de los pueblos democráticos y sus dirigentes en la historia de los siglos recientes no ha rendido frutos de paz. Sencillamente porque la negociación y las concesiones no satisfacen a los agresores ambiciosos, sea cual sea el motivo político, religioso, económico o social que esgriman como justificación. Estas justificaciones son para ellos como un juego de póker mientras no se sienten suficientemente poderosos para aplastar a quienes les tienden la mano conciliatoria.

La opción de confiar en la palabra de estos caudillos y en los acuerdos que firman por conveniencia o para ganar tiempo, es sumamente nociva. Este tipo de agresores no ceja hasta lograr ventajas suficientes que les permitan seguir adelante con una alta probabilidad de éxito en sus propósitos.

En este escenario, la historia se repite hoy día en las negociaciones interminables y en gran medida incoherentes que las naciones más civilizadas y más respetuosas de los derechos humanos intentan formalizar con el extremismo islámico y las espantosamente crueles satrapías seudo comunistas que, como es el caso más peligroso de Corea del Norte, todavía persisten en el mundo.

El problema es que si bien el fracasado apaciguamiento del fudamentalismo nazi-fascista redundó en una espantosa guerra mundial que pudo evitarse con un firme ultimátum en Munich, el actual apaciguamiento acabará redundando en una guerra que enfrentará al mundo civilizado a adversarios fanáticos cegados por la arrogancia de haber obtenido un devastador poderío nuclear. Es irresponsable confiar en que esas armas no serán usadas tarde o temprano, de una manera u otra, por sus líderes enardecidos por el poder que han adquirido y por el desprecio que sienten por unos adversarios que no han tenido la voluntad política de frenarlos.

Estos tiranos son todavía más sinceros hoy día de lo que fue Hitler en Munich. No ocultan sus intenciones y alardean de “victorias” diplomáticas sin conceder un grado mínimo de respeto a quienes siguen calificando como “enemigos”. Es un hecho, por ejemplo, que los caudillos fundamentalistas del Irán juran aplicar los dictados de su Constitución para continuar la conquista de la humanidad mediante la yijad, es decir, la guerra por la causa de Alah. Este juramento se ha convertido en realidad mediante la intervención flagrante del Irán para lograr su dominio fundamentalista en Siria, Líbano, Iraq y Yemen.

Si bien la otra rama fundamentalista del Estado Islámico parece ser más agresiva y peligrosa debido a que ha desatado una guerra abierta en el Oriente Medio y en el Norte y Centro de Africa, son los iraníes, con propósitos semejantes, quienes tienen una poderosa fuerza aérea y una creciente flota naval, mientras desarrollan a pasos agigantados su tecnología misilística y avanzan irremisiblemente hacia una capacidad bélica nuclear.

Es notable la poca publicidad que se ha dado a este desarrollo misilístico y nuclear, pese a que se remonta hasta principios de este siglo. Desde las páginas de DemocraciaParticipativa.net se denunció desde 2006 con escaso eco mediático la cooperación misilística y nuclear que se estaba desarrollando entre Pakistán, Irán, Siria, Yemen y Norcorea, con algunos ramales que llegaban hasta Cuba. Pero este programa y el intercambio de expertos y favores de Norcorea con Irán, Pakistán y Siria, con el contubernio de Cuba y Yemen, viene desarrollándose desde hace 10 años por lo menos. El 20 de diciembre de 2004, un Instituto prestigioso de la Universidad de Miami denunció el trasiego de misiles entre Norcorea y Cuba y las actividades e intercambios que se venían realizando en esos dos países desde los albores del presente siglo.

Dos años después, el 29 de junio de 2006, publiqué un detallado reportaje sobre el trasiego de misiles a cambio de material y tecnología nuclear entre Norcorea e Irán, con la ayuda subrepticia de Pakistán, Yemen y Siria. Una actividad que presuntamente había sido descubierta cuando dos fragatas españolas interceptaron días antes al carguero So San en el Mar Arábigo (operación naval en la foto). Pero se descubrió posteriormente que todavía antes otro carguero, el Kuwolsan, se había sabido que realizaba este tipo de actividades. De hecho, frente al creciente peligro nuclear, Israel no vaciló en bombardear las instalaciones nucleares que estaban desarrollando estos programas en Siria, en la “Operación Orquídea”, que culminó el 6 de septiembre de 2007 en la región de Deir ez-Zor.

Además, es bien sabido que Irán y sus dictadores teocráticos arman, avituallan y financian grupos terroristas como Hezbolah, Hamas y, más recientemente los “rebeldes” Houthi del Yemen. Ahora cuentan además con milicias shiítas operando en Iraq con el beneplácito del gobierno de ese país y la conformidad de las potencias democráticas. Por añadidura, se han descubierto vínculos evidentes de la república islámica del Irán con atentados y sublevaciones sangrientas en India, Tailandia, Arabia Saudita y Bulgaria, incluyendo el atentado contra el embajador saudí en Washington, DC. Sus tentáculos se extienden también a América Latina desde el atentado de 1994 contra un importante centro judío en Buenos Aires, hasta el contubernio manifiesto y los recientes acuerdos de colaboración militar con los gobiernos de Cuba, Venezuela, Ecuador y Nicaragua, a cuyos países están llegando muchos enviados iraníes en los últimos años.

Mientras tanto, los países amantes de la democracia y defensores de los derechos humanos se contentan con débiles gestos apaciguadores, que provocaron la arrogante declaración del Presidente iraní, Hassan Rohani subrayando que: “Of course we bypass the sanctions, and we take pride in it” (Por supuesto que despreciamos las sanciones y nos enorgullecemos de eso).

En el Congreso de los Estados Unidos parece apuntarse recientemente una reacción más firme con el propósito de frenar esta carrera hacia el abismo nuclear. La iniciativa parte de ambos partidos, auspiciada por el Senador Robert Menéndez (Demócrata por New Jersey) y por el Senador Mark Kirk (republicano por Illinois), quienes han redactado la “Nuclear Weapon Free Iran Act of 2015”, que pone un poco más de firmeza a la posición del mundo libre frente al peligro nuclear de las satrapías fundamentalistas que apuntan a la conquista del mundo.

Pero esto no basta. Es indispensable que los líderes del mundo libre hagan frente común antes de que sea demasiado tarde. Todavía es posible frenar a los agresores. Pero no se logrará siguiendo el ejemplo de Chamberlain.

Con todas las noticias que nos llegan acerca de los terremotos de Nepal, la guerra en Yemen, los inicios de la campaña presidencial del 2015 y las atrocidades de Daesh, ISIS – o como quieran llamarle a ese engendro de odio y terror – ha salido de las primeras planas, al igual que el entuerto iraní y las inútiles negociaciones. Por ello quiero alertar a mis lectores que, de acuerdo a lo reportado esta semana por FNA (Agencia Farsi de noticias), el Líder Supremo de la Revolución Islámica, Ayatolá Seyed Ali Jamenei, reiteró la negativa de Irán a la inspección de sensibles instalaciones militares y la posibilidad de entrevistar a los científicos nucleares del país.

“…Como dije antes, no se dará permiso para que se realicen inspecciones de ningún tipo en nuestras instalaciones militares ni a las conversaciones con nuestros científicos nucleares y de otros campos sensibles de estudio y la intrusión a su intimidad…”, dijo el ayatolá Jamenei, dirigiéndose a los cadetes iraníes en la Universidad Imam Hossein – una reconocida academia militar del CGRI (Guardia Revolucionaria)

“…No voy a permitir que los extranjeros sostengan conversaciones e interroguen a los queridos científicos y los hijos distinguidos de esta nación…”, subrayó. No es nada nuevo. A principios del pasado abril el mismo Jamenei declaró: “…No se debe permitir en absoluto a los extranjeros penetrar los límites de seguridad y defensa del país con el pretexto de supervisión, no se permitirá en absoluto a los oficiales militares del país a que autoricen a los extranjeros cruzar nuestras fronteras o detener el desarrollo de nuestra defensa bajo el pretexto de la supervisión o inspección…”

Más claro, ¡ni el agua! No tienen ninguna intención de cumplir con los acuerdos y muchísimo menos detener su carrera armamentista nuclear. Se están burlando de las buenas intenciones de europeos y norteamericanos. Mientras tanto, nuestro presidente y secretario de estado siguen insistiendo en tratar de congeniar con estos asesinos a cambio de nada y, de paso, otorgándole millones de dólares para apaciguarles, a pesar de que han repetido hasta la saciedad que “…la destrucción de Israel no es negociable…”

De acuerdo con los congresistas Grace Mend (D) & Lee Zeldin (R) una de las medidas que pudiera contener a los iraníes sería la certeza de que, si incumplen, sus instalaciones podrían ser fácilmente destruidas. Eso sería posible si los norteamericanos proveyeran a Israel con los GBU-57, bombas anti búnker de 30.000 libras (conocidas como MOP o Massive Ordinance Penetrators) en cantidades suficientes para destruir las instalaciones nucleares más profundamente ocultas en Irán.

En la actualidad, Israel posee bombas anti búnker estadounidenses de 5,000 libras. Pero los expertos dudan que estas bombas pudieran obstaculizar seriamente el desarrollo nuclear de Irán como podrían las de 30,000 libras. La entrega de MOS a Israel no resolvería por sí sola la cuestión nuclear iraní. Tampoco eliminaría la necesidad de un acuerdo para garantizar que Irán no continúe en su intento de conseguir un arma nuclear. Sí permitiría a europeos y norteamericanos negociar desde una posición de fuerza y mantenerla mucho después de que las negociaciones concluyan.

La historia demuestra que, al final, Israel ha tenido que resolver sus conflictos bélicos con sus vecinos solo y nunca han dejado de prepararse para ello. Tanto la población, como sus políticos y militares han estado atentos a la amenaza iraní por mucho tiempo. Por el momento, al menos, los israelíes parecen decididos a bombardear a la comunidad internacional con declaraciones, no ataques aéreos. Por el momento Israel cuenta con el sistema antimisiles Arrow y la “cúpula de hierro” (que conozcamos, al menos), pero recientemente ha dado a conocer su cuarto submarino – que se cree, de acuerdo con informes de los medios occidentales, que posee capacidad nuclear. Al mismo tiempo, anunció nuevas pruebas exitosas para su sistema de defensa antimisiles Honda de David. El Comandante del frente interno de las Fuerzas de Defensa de Israel discutió posibles escenarios de ataques contra la población israelí durante una guerra regional, mientras que el jefe de la fuerza aérea especuló que “…desde un punto de vista puramente militar… Israel podría beneficiarse de un ataque preventivo a Irán…”

Quiera Dios que de algún modo los iraníes entiendan el costo que tendría para su población continuar por la ruta que se han trazado y no haya guerra. De cualquier modo, ojalá entiendan el concepto que, según palabras de Golda Meyer, es el arma secreta de los israelíes: “…No tienen a dónde ir…”. Cabizbajos, al matadero, NUNCA MÁS. Si es preciso, morirán matando.