Relativismo y fundamentalismo: un debate candente

  • Gerardo E. Martínez-Solanas
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Relativismo y fundamentalismo: un debate candente

30 May 2013 00:21
#7852
En un debate paralelo iniciado en inglés y continuado en español ( The US war on Ethical values ) en el que se han estado planteando los aspectos de la campaña que estamos presenciando en Estados Unidos contra los valores éticos, sobre todo, los que se remontan a un origen judeocristiano, la atención se ha desviado a una discusión sobre el Relativismo con el argumento de que la ética no puede por lógica descansar en la fuente suprema de una Verdad absoluta.

Este debate ha atraído a un número notable de lectores y, por lo tanto, estimo que el tema es de interés general para los visitantes y amigos de estas páginas.

La ética judeocristiana se basa en el argumento trascendental de la existencia de Dios. Desde el punto de vista de la ética, el concepto de la existencia de Dios no tiene un propósito religioso sino el de identificar una entidad superior al ser humano que garantice los fundamentos de esa ética. En esta perspectiva se basa el derecho natural, que ha dado lugar a otras ramas del derecho y ha desembocado al cabo de los siglos en la codificación de los derechos humanos y las libertades fundamentales como una realidad inalienable e indivisible, y es también la base que fundamenta la existencia de una Constitución como Ley suprema de un país. Por lo tanto, la existencia de un Ser Supremo es un fundamento sine qua non de la ética y no importa cuál sea la connotación religiosa de nuestra predilección para identificar o calificar a esa entidad que llamamos Dios.

En realidad, la existencia de un Ser Supremo forma parte de todas las religiones o creencias que buscan un argumento trascendental a nuestra existencia. Incluso en las religiones paganas y politeístas existía siempre un Ser Supremo y Creador. La única excepción a esta regla es el ateísmo.

Y precisamente, el Relativismo tiene una raíz y un fundamento ateos. También es importante ventilar este tema en este FORO porque la aplicación del Relativismo a la sociedad moderna tiene graves consecuencias para la democracia y la defensa de los derechos humanos. El problema es que los debates sobre el Relativismo y sus consecuencias suelen desembocar en controversias sobre cuestiones religiosas que desvían la atención de lo que realmente nos interesa, es decir, de la vigencia permanente de los fundamentos éticos de la civilización moderna. Discutir aquí la certeza de la Trinidad o si el valor simbólico de la narración creacionista debe equipararse a la teoría no comprobada de la evolución, es perder el tiempo. Lo que hay que discutir es si el Estado o un sector de la población tiene derecho a impedir que los argumentos teológicos de la Trinidad y el valor simbólico del creacionismo sean parte del sistema educativo. El argumento a discutir es si un aspecto de nuestra cultura debe quedar prohibido sencillamente porque algunos lo consideren un mito o una leyenda.

Lo asombroso de todo esto es que sean los relativistas precisamente los que con más ahínco combaten cualquier manifestación pública de la cultura que ellos estimen que tiene connotaciones religiosas. Porque si su "verdad" es tan válida como la nuestra, ¿por qué algunos han de sentirse ofendidos y hasta psicológicamente maltratados porque se erija un monumento público a los Diez Mandamientos mosaicos o porque en la jura de la bandera en Estados Unidos se digan las palabras "under God", las cuales, dicho sea de paso, no es obligatorio que las reciten los no creyentes. Y se llega a extremos como los de gastar millones de dólares en campañas encaminadas a eliminar las palabras "In God we trust" de monedas y billetes de banco.

Los que creemos que la Verdad es un absoluto y que no pueden haber dos verdades válidas sobre un mismo concepto o un mismo hecho, nos compadecemos del relativista porque no tiene un fundamento firme para su existencia. Pero en la civilización moderna, en los ámbitos donde se respetan los derechos humanos, las libertades fundamentales y reina el orden democrático, tanto ellos como los demás gozan de igualdad ante la ley y merecen las mismas consideraciones que cualquiera. Para el cristiano auténtico, es un hermano desviado de la Verdad por el que debemos rogar a Dios que lo ilumine. A un Dios que es Amor, comprensión y compasión.

El Relativismo, aunque tiene raíces en la antiguedad, en los tiempos modernos ha sido el producto de algunas escuelas filosóficas preponderantes en el siglo XIX. En ese siglo se planteó la idea de que todo es relativo, impreciso, que la realidad circundante depende de la óptica de cada observador. La teoría de la relatividad, una propuesta científica que cristaliza en el siglo XX, les ha dado un aparente respaldo empírico. Pero si nuestra percepción del universo físico es relativista de conformidad con esta teoría, no lo es en cuanto a la ética.

No obstante, Hegel osó derrumbar la premisa de la lógica de que si algo es cierto, entonces su opuesto tiene que ser falso. La sustituyó con una nueva alegando que toda idea, que le llamamos una tesis, puede ser confrontada con la idea opuesta, que llamamos antítesis, y de estas dos ideas rivales podemos plantear una nueva idea que combine partes de ambas, dando nacimiento a una síntesis. A esto se le llamó dialéctica y fue el método filosófico preferido por el marxismo y el comunismo totalitario. En otras palabras, esgrimiento la filosofía hegeliana y el concepto "democrático" de los jacobinos triunfantes en la Revolución Francesa, impusieron la idea de que la verdad se desliza entre dos argumentos que, al chocar, desembocan en una realidad superior o una nueva verdad que debe imponerse a los demás. Ya sabemos los terribles resultados empíricos que esto tuvo en política, sobre todo en la historia feroz del siglo XX.

Esa terrible realidad fue otra de las semillas del Relativismo, el cual, a su vez, tiene diversos aspectos:
  • Relativismo cognitivo (Verdad): El relativismo cognitivo afirma que toda la verdad es relativa. Esto significaría que ningún sistema de verdad es más válido que otro, y que no existe ningún objetivo estándar de verdad. Naturalmente, esto negaría la existencia de un Dios de verdad absoluta.
  • Relativismo moral/ético: Toda moral es relativa al grupo social dentro del cual ésta se construye.
  • Relativismo situacional: Las éticas (correctas y equivocadas) son dependientes de la situación.
Nuestra sociedad pluralista, lamentablemente intoxicada por el Relativismo, quiere evitar la idea de que realmente existe un bien y un mal. Esto se evidencia en un sistema judicial deteriorado en la mayoría de los países hoy día, que tiene más y más problemas para castigar a los criminales porque hasta los peores delitos acaban por tener una justificación o atenuante relativa a la situación, el grupo social o las convicciones religiosas.

Por supuesto que hay muchas circunstancias y hechos en la vida que pueden examinarse desde un ángulo relativo. El error consiste en tratar de edificar una nueva sociedad basada en normas que sólo tienen un valor relativo y, por lo tanto, en un ordenamiento democrático pueden ser aprobadas o anuladas por decisiones mayoritarias que no respetan los derechos u opiniones de otros sectores.

Finalmente: ¿Es justo aplicar el análisis lógico a los principios relativos? Muchos relativistas dirán que no, pero no hay razones válidas de por qué no. Si un relativista me fuera a convencer de que la lógica no es necesaria al examinar el relativismo, él tendría que convencerme usando la lógica, lo cual sería contraproducente. Si un relativista usa el relativismo —el punto subjetivo de sus propias opiniones— para validar su posición, estaría usando un razonamiento circular vicioso; es decir, él está utilizando el relativismo para establecer el relativismo.

El Relativismo es como el mercurio (azogue), mientras que la Verdad es una roca. La civilización debe usar la roca como cimiento y el azogue sólo como medida. Por otra parte, el reconocimiento de que existe una Verdad absoluta y que ésta sirve de fundamento al derecho natural y, ulteriormente, a los derechos humanos y las libertades fundamentales, no debe ser tampoco pretexto de un fervor fundamentalista excluyente. La Verdad absoluta es una meta trascendental hacia la que se dirige una civilización que progresa y mejora su calidad humana. No es un pretexto para descalificar a quienes piensen distinto o vean la realidad de las cosas desde una perspectiva distinta. Como seres humanos tenemos que comprender que estamos en busca de esa Verdad absoluta en el camino de la perfección, pero que como seres imperfectos que somos debemos contemplarla con humildad y con uns voluntad sincera de amor al prójimo. A la Verdad se llega por medio de la confraternidad humana convertida en una OBRA DE TODOS. Una verdadera gesta permanentemente civilizadora inspirada en la comprensión y la tolerancia.
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