Crisis capitalista global y fin del Marxismo

Ante la posibilidad que deja traslucir Crisis capitalista global y fin del Marxismo, que es el título de un libro recientemente publicado en Perú por el Profesor Alcántara Salazar acerca del agotamiento de los sistemas que nos han regido hasta el momento, mi reflexión es la siguiente:

Con motivo de la crisis que el mundo viene sufriendo desde ya hace un tiempo y que se está haciendo sentir en todas las áreas no sólo de la economía, sino, y esto es lo preocupante, en las mas sensibles para la gente, como es la seguridad del trabajo, de la salud, de la educación, entiendo que es el momento de pensar seriamente en una solución menos maniquea que la que se ha estado contemplando hasta ahora: capitalismo versus comunismo.

La historia ya ha demostrado ampliamente el fracaso de ambas posiciones y hay que saber escuchar el lenguaje de la evolución y creo que nos está diciendo que estamos perdiendo el tiempo en aplicar parches sobre malogros ya consumados: cada vez hay más indigentes en el mundo y eso es consecuencia de una meta mal definida en la búsqueda de la mira evolutiva.

La cosas a veces ocurren en el momento exacto en que debían y creo que a raíz de toda esta convulsión que se ha dado a partir de las denuncias, los mails, las opiniones particulares y todo lo que estamos conociendo a torrentes en estos días y que ponen en juego valores de gran importancia para los distintos países involucrados, ha llegado la hora de los planteamientos.

Yo particularmente me siento atraída hacia una solución mas humana, mas justa desde el punto de vista económico y sobre todo social, creo que habría que pensar en un sistema de algún matiz cooperativista en donde el objetivo fundamental no sea la obtención de ganancias privadas crecientes, sino el bienestar de los involucrados y por supuesto con una administración que tendría que tener una tendencia colectiva y democrática.

Si pensamos en un ser humano mas evolucionado mental y socialmente que aquel de la época de la “revolución industrial” por ejemplo, seguramente se nos vendría a la mente un hombre con aspiraciones a valores más solidarios, de autogestión democrática, en una palabra, con aspiraciones distintas a las que le brinda la clásica empresa con asalariados generalmente desconformes y con el problema eterno que menciona Alcántara Salazar de la tan cuestionada “plusvalía”.

Por supuesto que esto sólo podría ser posible en un mundo con una educación acorde y con un ser humano con un desarrollo mental y social que permita implementar valores superiores a los que nos rigen y el optimismo me lleva a pensar que es un logro con posibilidades ciertas y en un tiempo razonable, todo depende de la madurez, la buena voluntad y sobre todo la inteligencia de los que nos gobiernan, para prever el destino doloroso que se vislumbra a corto plazo y construir una convivencia basada en valores más humanos.

El comunismo tal como lo planteó Marx es imposible, porque la clase obrera que debería instalar el socialismo en cada parte del mundo mediante sendos golpes de Estados o Guerras Populares, me parece improbable, porque la clase obrera tiende a su extinción. El mundo se caracteriza por el traslado de la población del campo a la ciudad. Este cambio no implica que los recursos agropecuarios vayan a desaparecer, sino todo lo contrario. Lo que sucede es que la mano de obra es sustituida por la maquinaria, de la misma manera que la fuerza física lo es por la fuerza mental. El conocimiento se convierte en la clave de la economía.

Los campesinos trasladados a la ciudad se convertían inicialmente en obreros y otro sector se distribuía entre las clases medias y las capas capitalistas. Pero sucede que en la ciudad la economía industrial es remplazada por la postindustrial, la producción de objetos tangibles por intangibles que se convierten en la base de toda o la gran mayoría de la economía. Esta clase de trabajadores, aquellos que producen los intangibles pueden ser denominados como cognitariado, trabajadores del conocimiento, sin interesar mucho quien inventó esos términos que no soy yo, como que tampoco inventé los conceptos burguesía o proletariado.

La tendencia de la economía mundial al tender a depender de la mente humana reduce eso que Marx denomina “tiempo socialmente necesario de trabajo”. Prácticamente lo pulveriza, lo extingue, razón -precisamente- que origina la permanente extinción de la clase pobrera.

Esta nueva economía no la capitalista clásica expuesta por Marx En el Capital, si es la clase obrera ya no juega el rol central en el proceso productivo. La plusvalía, tiende a nihilizarse. Empresarios como Bill Gates o los creadores de Google tienden a convertirse en multimillonarios, desplazando a millonarios tradicionales como Rockefeller o a los dueños de centros petroleros o minas de diamantes. Estos empresarios acumulan tanta riqueza, sin haberse apropiado de un ápice de plusvalía. Por el contrario, Bill Gates se ha convertido en un filántropo que ya ha donado 25.000 millones de dólares.

El conocimiento tiende a crecer exponencialmente y en esos términos la capacidad de crear riqueza es inimaginable. Pero surge un problema, deben existir mecanismos de redistribución de esa riqueza, pues de otro modo habría permanente desequilibrios entre oferta y demanda generando las crisis previstas por Marx.

Creo que uno de los grandes problemas de la humanidad será resolver el problema del parasitismo y de la precariedad de los sectores marginados, debiendo quedar claro que la marginalidad es un problema que tiene doble causa: la paternidad irresponsable y la falta de políticas públicas para afrontar a esos niños que hacen y viven en hogares y ambientes anómicos.

Creo que con la expansión de la riqueza y aunque se siga concentrando en manos privadas, lograr que quienes tienen más acceso aporten proporcionalmente mayores impuestos, lo cual devendría en una especie de subvención de los más ricos a favor de los más. Esto equivaldría a fortalecer un estado de bienestar más racional y cuanto más exitosos devendría en una especia de socialismo sin el requisito de tomar como camino la lucha de clase y la violencia. La subvención debería servir para obras públicas como seguridad, educación y para cubrir otros servicios, pero no para dar subvenciones directas, para fomentar la mendicidad y el parasitismo.

Estimamos que es oportuno aclarar que los comentarios de Vilma Gutiérrez y la respuesta posterior del Prof. Gerardo Alcántara Salazar son provocados por la reseña que distribuimos en nuestro Boletín electrónico sobre la obra de este catedrático de la facultad de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, titulado "Crisis Capitalista Global y fin del Marxismo", un libro de 103 páginas publicado en 2009 por la Editorial San Marcos en Lima, Perú.

Transcribimos a continuación nuestra reseña de la obra para satisfacer el interés de los lectores de este FORO:

El autor no es economista y, por lo tanto, no pretende ofrecer al lector un análisis teórico ni académico del fenómino global que estamos experimentando sino que intenta ofrecernos una perspectiva lógica y racional de la crisis actual en un esfuerzo muy particular de divulgación intelectual.

Este libro se esmera en responder a las interrogantes que plantea la aparente crisis del capitalismo global que estalla durante el segundo semestre de 2008, la cual le da argumentos a su autor para analizar las consecuencias de las políticas neoliberales. Con ese propósito y un análisis muy original de El Capital, de Marx, formula sus inquietudes respecto a si es posible descartar o no la vigencia del marxismo.

A pesar de la brevedad de su obra, el Profesor Alcántara hace un estudio bastante exhaustivo de ese tratado tan citado pero leído por tan pocos que es El Capital. Quienes no sean estudiosos de la obra de Marx, encontrarán en las páginas de "Crisis Capitalista Global y fin del Marxismo" muchos pasajes reveladores y también aleccionadores. Nos aclara conceptos como el de la "plusvalía" y teorías como la del papel de la burguesía en la transformación definitiva del capitalismo o hace una crítica sobre la fuerza de trabajo como "mercancía", hasta llegar a la conclusión de que "Marx presenta la imagen de la economía capitalista como la de una guerra darwiniana, una competencia sin tregua entre los empresarios capitalistas, sobreviviendo los más aptos". Además, subraya, citando a El Capital, "la ley que mantiene siempre la superpoblación relativa o ejército industrial de reserva en equilibrio con el volumen y la intensidad de la acumulación", por lo cual crece el desempleo y se crea "un ejército industrial de reserva".

Uno de los aspectos más originales de la obra del Prof. Alcántara es su elaboración del concepto del "cognitariado" para trascender el papel del "proletariado" de Marx. Del proletariado pasivo de Marx aborda el cognitariado activo "que inyecta conocimiento es el responsable de que se produzca en menor tiempo". Aclara que "representa el factor activo, innovador, el que hace caer el valor de la fuerza de trabajo y amplía la plusvalía relativa, con solo realizar un nuevo invento" y que es la fuerza de trabajo que está de hecho reemplazando al proletariado en los países más desarrollados.

Se observa en la elaboración de este concepto la influencia de Alvin y Heidi Toffler en su obra "La Revolución de la Riqueza" (Revolutionaty Wealth), en la que los Toffler acuñaron la palabra "congnitarios" para referirse a aquellos son capaces de desarrollar sus iniciativas y perfilar sus actividades preferidas. Alvin Toffler alcanzó la fama por sus obras "Future Shock" y "The Third Wave", que fueron best-sellers mundiales en su momento.

Aunque hay cierta ambigüedad en sus conclusiones finales en las que afirma que "la humanidad no encuentra salida" y donde no formula una síntesis viable a la tesis y la antítesis del capitalismo y el comunismo, este libro nos hace pensar sobre las realidades del mundo actual y los desafíos que tenemos por delante para encontrarle soluciones a sus problemas.

Este libro está a la venta en Perú (pedidos@librosperuanos.com) y también en Miami, el la librería Inca Book a un precio de $14.00 más gastos de envío. El texto introductorio completo de esta obra puede leerse en la WEB.

Recordamos a nuestros lectores que en la sección de LIBROS RECOMENDADOS pueden encontrar las reseñas de muchas otras obras importantes.

He leído con mucho interés los comunicados de la señora Vilma Gutiérrez y del profesor Alcántara. En ambos se nota el loable interés de cada uno en superar las condiciones de vida de esta tumultuosa era en que nos ha tocado vivir.

No quisiera ser pesimista pero creo que no debemos pecar por entusiasmo o exceso de “angelismo”. No se trata ya de defender el comunismo o el capitalismo “de papá” sino de encontrar medios de evitar las injusticias y distorsiones existentes hoy, e inaceptables en una sociedad civilizada.
Hace tres años, en Budapest, oí a una guía, que hablaba perfectamente nuestro idioma, decirle a una turista argentina que preguntaba por qué se veían tantos mendigos, que antes de la caída del comunismo no había mendigos pero que tampoco había libertad y que ahora tenían libertad pero Budapest se había llenado de mendigos. Conocí Hungría en 1979 en un viaje con mi familia y amigos y puedo dar testimonio de que lo que dijo aquella guía era la pura verdad.

Comparto la opinión de la señora Gutiérrez cuando propone la búsqueda de una sociedad más humana y me parece que efectivamente el desarrollo del cooperativismo puede tender a mejorar ciertas características nefastas de nuestras sociedades, sin embargo me preocuparía la “tendencia colectivista” de la administración.

En cuanto a la inteligencia de los gobernantes, y por consiguiente de los ciudadanos que los eligen, permítanme ser escéptico pues treinta y ocho años de enseñanza, muchos de ellos en Universidad, me han permitido notar que el Señor o la Mater Natura distribuyeron la inteligencia con mucha parsimonia.

La respuesta del profesor Alcántara no me convence. La fuerza mental sustituyó a la fuerza física desde la invención de la palanca en tiempos de Arquímedes y las maquinarias de la revolución industrial fueron también productos del ingenio humano. Si los proletarios tienden a desaparecer es porque ya no hay familias con tanta prole pero siempre existirá gente que alquile su fuerza de trabajo (aunque sea mental) por un salario, que lo dé el Estado o un empresario privado. Creer que ya no hay proletarios es como considerar que ya no hay viajeros si se mantiene la visión del sigloXVIII para la cual un viajero era un noble o un burgués acaudalado que se desplazaba en carroza o diligencia. En nuestros días la gente viaja en automóvil, en avión o en tren; hoy los antiguos proletarios pueden llevar cuello y corbata y tienen televisión y teléfonos móviles.

El conocimiento será la clave de la economía pero lo poseen muy pocos, poquísimos. No llamo conocimiento a lo que saben los empleados que teclean ante un ordenador, sería como llamar ingenieros a los obreros que trabajaban en los telares de una fábrica textil en Manchester o en Roubaix. El cognitariado es numéricamente insignificante.

No veo en qué el hecho que el señor Bill Gates done sumas importantísimas-y eso es digno de honor y de admiración- cambia algo en nuestra sociedad. No por eso deja de haber injusticias ni disminuye el número de necesitados o de mendigos por las calles. Los problemas de nuestras sociedades modernas son de otra dimensión.

Quisiera precisar que estoy a favor de una economía de mercado pero con leyes estrictas que tengan por objetivo la eliminación de abusos e injusticias ya que las leyes del mercado dejadas en libertad total nos llevarían a la ley de la selva.