Gaza, responsables y corresponsables del horror (II)
- Miguel Saludes
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Gaza, responsables y corresponsables del horror (II)
17 Nov 2025 14:26
Llegado el dia fatidico de octubre 7 y saltar al mundo los cuadros de horror que ya se conocían desde hora tempranas y que sin embargo trataron de ser manejados a conveniencia, quedando centrado el foco en la consecuente
escalada militar
que ha dejado Gaza reducida a escombros, se suceden actuaciones en muchos casos reprobables, que en su conjunto le han hecho un favor flaco a la causa palestina. Y no solo deben atribuirse a los autores materiales del ataque. En esta amalgama de posturas que pueden catalogarse de nulas, ausentes y hasta corresponsables con lo ocurrido, no puede obviarse la actitud de una buena parte de las naciones árabes. Entre las más distantes aquellas que han firmado los acuerdos de Abraham, donde la situación de los palestinos queda un en plano irrelevante. Destaca entre todas la turbia actuación de Qatar, en sus funciones de patrocinador financiero y plaza de refugio cómodo y seguro para los principales directivos de la agrupación acusada de terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos. Vínculos reconocidos que no causaron problema diplomático o militar para presionar la finalización de los mismos. A este se añade las denuncias del contubernio entre el gobierno de Israel con la contraparte qatarí en esta jugada de doble rasero donde los segundos acogían a los enemigos jurados del primero y de paso les mantenían con dinero aportado por Tel Aviv, una realidad reconocida por altos mandos del Shimbet y por el propio
Netanyahu
, quien en declaraciones públicas hechas el pasado 21 de mayo admitió la entrega mensual de 30 millones para esa finalidad.
Pero si por una parte resulta condenable el juego sucio utilizados por la política en busca de intereses particulares o de gobierno en la actual crisis de Gaza, eso no puede atenuar ni justificar los actos cometidos por la contraparte argumentando legitimidad de una lucha por la soberanía. Todavía resulta más grave y hasta contraproducente para aquellos a los que se dice brindar apoyo solidario, evitar la repulsa ante hechos condenables cometidos bajo ese pretexto. Por el contrario se acude a la irracionalidad de acciones como la cancelación individual o colectiva para sancionar a personas o grupos que simplemente son israelíes. Entre los ejemplos destaca el de la concursante de ese país en el pasado Festival de Eurovisión, cuya participación fue sometida a maniobras evidentes no solo para buscar evitar su triunfo, sino para que ni siquiera terminara en una posición cercana a los primeros lugares. Esto a pesar de que se trataba de una mujer sobreviviente de la masacre de octubre. Los abucheos de una parte del público contra la cantante y las declaraciones aparecidas en ciertos medios quedaron anuladas por la votación telemática de millones que a poco estuvieron de darle el trofeo a Yuval Raphael en una final disputada y de resultado controversial. Otro caso fue el del musico David Hermlin , excluido de varios festivales europeos por apoyar a los rehenes secuestrados en Gaza y bajo alegaciones de acoso del jazzista aleman contra cierto grupo propalestino.
Multitudinarias protestas a favor de Palestina se sucedieron en varios puntos de Occidente, produciendo imágenes poco edificantes, como las organizadas durante la Vuelta a España de ciclismo, donde el equipo de Israel sufrió agresiones e intentos de sacarles de la competición. A su paso se congregaba una multitud de manifestantes bajo el lema Free Palestina, quienes enarbolaban cientos de banderas de esa nacionalidad. Ni en los tiempos de la OLP liderada por Arafat, se vio tal profusión de la enseña tricolor que representa a los nacionales de la región árabe en conflicto. Una prodigalidad que se ha repetido en todos los sitios donde se congregan ese tipo de actos y que provoca la interrogante sobre los fondos destinados a la producción masiva del pabellón en todos sus tamaños, y sobre quien o quienes se habrán forrado los bolsillos con la desmesurada producción que sus portadores (de seguro en su mayoría concientizados con la contaminación y sus efectos climáticos) quizás se les escapó analizar la amenaza ambiental que representa ese tonelaje de telas, posiblemente destinadas a vertederos como los que se han levantado en el desierto de Atacama .
Pero indudablemente lo peor ha tenido lugar con el talante de algunos discursos quitando peso y veracidad a las denuncias de violaciones, mutilaciones y otros horrores cometidos contra las víctimas de los ataques del 7 de octubre, especialmente mujeres. El hecho más escandaloso de este negativismo se verificó a través del silencio de activistas y organismos internacionales, que hicieron mutis a la hora de condenar o siquiera referirse a esos hechos para repudiarlos. El caso más grotesco se produjo con las declaraciones de una de las principales organizadoras e integrante de la llamada flotilla de Gaza, la española Ana Alcalde , acusando de bulos las denuncias sobre esos actos. "Se ha desmentido, es el bulo de las violaciones, las mismas chicas que han estado secuestradas han salido diciendo que las habían tratado bien", aseguraba con vehemencia Alcalde durante una conexión televisiva en la que llegó a manifestar que una de las secuestradas salió diciendo “que se había sentido fea porque no le habían hecho nada,"
Esas declaraciones individuales provocaron una ola de rechazo generalizada, principalmente en redes, pero las “feministas” del Sí es Sí, las anti manadas y otras variantes de esa corriente, continuaron encerradas en el silencio, actitud a la que se refiriera una de las testimoniantes entrevistadas en el material fílmico “Gritos de silencio, la historia de los supervivientes del 7 de octubre” de Sheryl Sandberg, emitido por Telemadrid al conmemorarse el primer aniversario de ese ataque y que puede verse en You Tube. Tali Benner, Agam Goldstein, Almag y Amit Soussana y otros entrevistados exponen dolorosos testimonios de un trauma personal revivido bajo el impulso de las voces que niegan y omiten lo ocurrido. “Necesito hablar por mí, por las víctimas y sobre todo por esas que insisten que esas cosas no pasaron.” manifestó la joven Banner a su entrevistadora. Un silenciamiento que ha sido denunciado por numerosas entidades sobre una realidad reconocida por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres , quien afirmó que estos "deben investigarse y enjuiciarse innumerables relatos de violencia sexual durante los abominables actos de terror de Hamás del 7 de octubre". Declaraciones que a su vez se produjeron de manera tardía tras una oleada de presiones públicas sobre el tema, como señalara a la prensa Yael Sherer , experta forense internacional. En contraste ha sido aprecable la atención mediatica recibida por los informes presentados a la ONU y respaldados por el alto organismo interacional, sobre violencia sexual y de género cometida contra los palestinos durante este conflicto. Denuncias que no pueden ser soslayadas, pero que no deben servir de excusa para escudar los actos abominables perpetrados por los autores de los atentados de octubre.
En esta dinámica de elaboración de informes e intercambio de acusaciones, vale recordar la situación de los que viven en Gaza bajo un gobierno islamista, ignorada por casi todos. Esto no es un secreto que pueda ocultarse o negarse. Aparece incluso en un amplio reporte de Amnistía Internacional publicado en 2024, donde se exponen hechos relacionados con violaciones de derechos humanos, radicalización escolar, persecución religiosa y la situación de opresión bajo las que viven las mujeres en esa zona controlada por Hamás. Todo ello ante los ojos de los funcionarios de UNRWA y su total inacción. Algo que se agudiza precisamente tras los resultados adversos que verificados después de los ataques de octubre con la respuesta de Israel, quedando la población civil gazatí en un estado de vulnerabilidad completa ante abusos y violaciones de la parte enfrentadas. Ocurre con la reventa de ayudas , el uso de esta para obtener favores sexuales de mujeres y niñas, o en la violencia entre las mismas facciones palestinas enfrentadas por el control del poder dando lugar a ejecuciones públicas de las milicias de Hamás contra sus opositores que ahora se sienten más libres de enfrentarlos ante el poder disminuido de los que controlaban el territorio de manera absoluta hasta antes de producirse la intervención militar israeli. Pero mucho antes de ocurrir esto ya se conocían situaciones graves de persecución contra minorías cristianas en la Franja, donde circulaba el lema yihadista, “primero el pueblo del sábado, luego el pueblo del domingo”. La aplicación de esa intencionalidad manifiesta se verificó el 6 de octubre del 2007 con el asesinato de Rami Ayyad, trabajador de la Sociedad Bíblica Palestina en esa zona. Sobre el particular se han levantado voces de alarma, como las del arzobispo ortodoxo griego Alexios advirtiendo que “si las cosas siguen así, no quedarán cristianos en Gaza”.
Frente a esta realidad resulta ridículas y falsas las acciones de grupos y organizaciones que dicen apoyar causas justas como la palestina, desde la hipocrita actitud adoptada por ciertos personajes y proyectos solidarios para llevar ayuda a Gaza y denunciar ante el mundo el genocidio a que estab siendo sometida la poblacion de ese lugar. No puede perderse de vista la reacción de Alex Soro, el multimillonario que hereda la Open Society Foundation dedicada a llevar con “filantrópicos” esfuerzos libertad y democracia allí donde haga falta. Soros Jr. apareció desbarrando contra un grupo climático al que su organización brindó generoso apoyo para irle a la contra a Donald Trump en materia de calentamiento global. El exabrupto fue motivado por el empeño que pusieron los ecologistas del Movimiento Amanecer en el problema palestino, descuidando el tema que en verdad le preocupa al heredero de la fundacion. "Lo único que hacen es hablar de Palestina. Les dimos dinero y ahora lo único que hacen es hablar de Palestina. Es ridículo". Se quejó Alex a la prensa. Pero mirándolo bien, los miembros de Amanecer no están tan errados en su preocupación que expresaron a través de un post titulado “La justicia climática significa libertad para los palestinos", donde basan sus afirmaciones desde la lógica de que los constantes bombardeos en ese territorio terminarian por liberar más emisiones de carbono que 20 naciones en conjunto. No les falta razón si se tienen en cuenta esta y otras acciones militares que están desbordando el planeta.
En cuanto a las intenciones que animó a la flotilla que partió del puerto de Barcelona el 3 de septiembre, y a la que se fueron uniendo otras embarcaciones con el objetivo de arribar a costas de Gaza en días previos al 2 de octubre, resultan curiosos algunos detalles. El más llamativo es la coincidencia en fechas con otro gran evento de navegación, en este caso de magnitud histórica. Se trata del que emprendió Cristóbal Colón el 3 de agosto de 1492 rumbo a la desconocida Mar Océana, también llamada entonces Mar Tenebrosa, para topar con tierra americana el 12 de octubre. Un mes y medio de travesía, incluyendo la escala forzada por reparaciones en Canarias, le tomó a Colón aquella empresa hacia lo ignoto. Casi el mismo tiempo empleado por los solidarios del Mediterráneo en un periplo donde hubo más propaganda que efectividad, pero con el que tal vez sin proponérselo rindieron memoria al Gran Almirante coincidiendo en el calendario con aquella proeza. Pero más allá de flotillas, y manifestaciones solidarias, ecologistas preocupados con los efectos de un conflicto militar determinado, postureos individuales e institucionales que aseguran defender justicia y las libertades mientras evitan hablar de las incidencias que provocaron los responsables de lo ocurrido el 7 de octubre, está la omisión cometida por esos actores que pudieron haber hecho mucho y no hicieron nada, guardando distancia o enunciando frases que no rendían fruto alguno. Se trata de aquellos que desde gobiernos y puestos de liderazgo se limitaron a pronunciar discursos condenatorios insustanciales y conminar con la aplicación de medidas que nunca llegaron a implementar o simplemente no ejecutaron con la fuerza debida para evitar que lo sucedido en Israel el 7 de octubre derivara a la situación en la que hoy se encuentra sumida la población palestina. Estos han sido los peores entre todos los corresponsables del desastre.
Pero si por una parte resulta condenable el juego sucio utilizados por la política en busca de intereses particulares o de gobierno en la actual crisis de Gaza, eso no puede atenuar ni justificar los actos cometidos por la contraparte argumentando legitimidad de una lucha por la soberanía. Todavía resulta más grave y hasta contraproducente para aquellos a los que se dice brindar apoyo solidario, evitar la repulsa ante hechos condenables cometidos bajo ese pretexto. Por el contrario se acude a la irracionalidad de acciones como la cancelación individual o colectiva para sancionar a personas o grupos que simplemente son israelíes. Entre los ejemplos destaca el de la concursante de ese país en el pasado Festival de Eurovisión, cuya participación fue sometida a maniobras evidentes no solo para buscar evitar su triunfo, sino para que ni siquiera terminara en una posición cercana a los primeros lugares. Esto a pesar de que se trataba de una mujer sobreviviente de la masacre de octubre. Los abucheos de una parte del público contra la cantante y las declaraciones aparecidas en ciertos medios quedaron anuladas por la votación telemática de millones que a poco estuvieron de darle el trofeo a Yuval Raphael en una final disputada y de resultado controversial. Otro caso fue el del musico David Hermlin , excluido de varios festivales europeos por apoyar a los rehenes secuestrados en Gaza y bajo alegaciones de acoso del jazzista aleman contra cierto grupo propalestino.
Multitudinarias protestas a favor de Palestina se sucedieron en varios puntos de Occidente, produciendo imágenes poco edificantes, como las organizadas durante la Vuelta a España de ciclismo, donde el equipo de Israel sufrió agresiones e intentos de sacarles de la competición. A su paso se congregaba una multitud de manifestantes bajo el lema Free Palestina, quienes enarbolaban cientos de banderas de esa nacionalidad. Ni en los tiempos de la OLP liderada por Arafat, se vio tal profusión de la enseña tricolor que representa a los nacionales de la región árabe en conflicto. Una prodigalidad que se ha repetido en todos los sitios donde se congregan ese tipo de actos y que provoca la interrogante sobre los fondos destinados a la producción masiva del pabellón en todos sus tamaños, y sobre quien o quienes se habrán forrado los bolsillos con la desmesurada producción que sus portadores (de seguro en su mayoría concientizados con la contaminación y sus efectos climáticos) quizás se les escapó analizar la amenaza ambiental que representa ese tonelaje de telas, posiblemente destinadas a vertederos como los que se han levantado en el desierto de Atacama .
Pero indudablemente lo peor ha tenido lugar con el talante de algunos discursos quitando peso y veracidad a las denuncias de violaciones, mutilaciones y otros horrores cometidos contra las víctimas de los ataques del 7 de octubre, especialmente mujeres. El hecho más escandaloso de este negativismo se verificó a través del silencio de activistas y organismos internacionales, que hicieron mutis a la hora de condenar o siquiera referirse a esos hechos para repudiarlos. El caso más grotesco se produjo con las declaraciones de una de las principales organizadoras e integrante de la llamada flotilla de Gaza, la española Ana Alcalde , acusando de bulos las denuncias sobre esos actos. "Se ha desmentido, es el bulo de las violaciones, las mismas chicas que han estado secuestradas han salido diciendo que las habían tratado bien", aseguraba con vehemencia Alcalde durante una conexión televisiva en la que llegó a manifestar que una de las secuestradas salió diciendo “que se había sentido fea porque no le habían hecho nada,"
Esas declaraciones individuales provocaron una ola de rechazo generalizada, principalmente en redes, pero las “feministas” del Sí es Sí, las anti manadas y otras variantes de esa corriente, continuaron encerradas en el silencio, actitud a la que se refiriera una de las testimoniantes entrevistadas en el material fílmico “Gritos de silencio, la historia de los supervivientes del 7 de octubre” de Sheryl Sandberg, emitido por Telemadrid al conmemorarse el primer aniversario de ese ataque y que puede verse en You Tube. Tali Benner, Agam Goldstein, Almag y Amit Soussana y otros entrevistados exponen dolorosos testimonios de un trauma personal revivido bajo el impulso de las voces que niegan y omiten lo ocurrido. “Necesito hablar por mí, por las víctimas y sobre todo por esas que insisten que esas cosas no pasaron.” manifestó la joven Banner a su entrevistadora. Un silenciamiento que ha sido denunciado por numerosas entidades sobre una realidad reconocida por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres , quien afirmó que estos "deben investigarse y enjuiciarse innumerables relatos de violencia sexual durante los abominables actos de terror de Hamás del 7 de octubre". Declaraciones que a su vez se produjeron de manera tardía tras una oleada de presiones públicas sobre el tema, como señalara a la prensa Yael Sherer , experta forense internacional. En contraste ha sido aprecable la atención mediatica recibida por los informes presentados a la ONU y respaldados por el alto organismo interacional, sobre violencia sexual y de género cometida contra los palestinos durante este conflicto. Denuncias que no pueden ser soslayadas, pero que no deben servir de excusa para escudar los actos abominables perpetrados por los autores de los atentados de octubre.
En esta dinámica de elaboración de informes e intercambio de acusaciones, vale recordar la situación de los que viven en Gaza bajo un gobierno islamista, ignorada por casi todos. Esto no es un secreto que pueda ocultarse o negarse. Aparece incluso en un amplio reporte de Amnistía Internacional publicado en 2024, donde se exponen hechos relacionados con violaciones de derechos humanos, radicalización escolar, persecución religiosa y la situación de opresión bajo las que viven las mujeres en esa zona controlada por Hamás. Todo ello ante los ojos de los funcionarios de UNRWA y su total inacción. Algo que se agudiza precisamente tras los resultados adversos que verificados después de los ataques de octubre con la respuesta de Israel, quedando la población civil gazatí en un estado de vulnerabilidad completa ante abusos y violaciones de la parte enfrentadas. Ocurre con la reventa de ayudas , el uso de esta para obtener favores sexuales de mujeres y niñas, o en la violencia entre las mismas facciones palestinas enfrentadas por el control del poder dando lugar a ejecuciones públicas de las milicias de Hamás contra sus opositores que ahora se sienten más libres de enfrentarlos ante el poder disminuido de los que controlaban el territorio de manera absoluta hasta antes de producirse la intervención militar israeli. Pero mucho antes de ocurrir esto ya se conocían situaciones graves de persecución contra minorías cristianas en la Franja, donde circulaba el lema yihadista, “primero el pueblo del sábado, luego el pueblo del domingo”. La aplicación de esa intencionalidad manifiesta se verificó el 6 de octubre del 2007 con el asesinato de Rami Ayyad, trabajador de la Sociedad Bíblica Palestina en esa zona. Sobre el particular se han levantado voces de alarma, como las del arzobispo ortodoxo griego Alexios advirtiendo que “si las cosas siguen así, no quedarán cristianos en Gaza”.
Frente a esta realidad resulta ridículas y falsas las acciones de grupos y organizaciones que dicen apoyar causas justas como la palestina, desde la hipocrita actitud adoptada por ciertos personajes y proyectos solidarios para llevar ayuda a Gaza y denunciar ante el mundo el genocidio a que estab siendo sometida la poblacion de ese lugar. No puede perderse de vista la reacción de Alex Soro, el multimillonario que hereda la Open Society Foundation dedicada a llevar con “filantrópicos” esfuerzos libertad y democracia allí donde haga falta. Soros Jr. apareció desbarrando contra un grupo climático al que su organización brindó generoso apoyo para irle a la contra a Donald Trump en materia de calentamiento global. El exabrupto fue motivado por el empeño que pusieron los ecologistas del Movimiento Amanecer en el problema palestino, descuidando el tema que en verdad le preocupa al heredero de la fundacion. "Lo único que hacen es hablar de Palestina. Les dimos dinero y ahora lo único que hacen es hablar de Palestina. Es ridículo". Se quejó Alex a la prensa. Pero mirándolo bien, los miembros de Amanecer no están tan errados en su preocupación que expresaron a través de un post titulado “La justicia climática significa libertad para los palestinos", donde basan sus afirmaciones desde la lógica de que los constantes bombardeos en ese territorio terminarian por liberar más emisiones de carbono que 20 naciones en conjunto. No les falta razón si se tienen en cuenta esta y otras acciones militares que están desbordando el planeta.
En cuanto a las intenciones que animó a la flotilla que partió del puerto de Barcelona el 3 de septiembre, y a la que se fueron uniendo otras embarcaciones con el objetivo de arribar a costas de Gaza en días previos al 2 de octubre, resultan curiosos algunos detalles. El más llamativo es la coincidencia en fechas con otro gran evento de navegación, en este caso de magnitud histórica. Se trata del que emprendió Cristóbal Colón el 3 de agosto de 1492 rumbo a la desconocida Mar Océana, también llamada entonces Mar Tenebrosa, para topar con tierra americana el 12 de octubre. Un mes y medio de travesía, incluyendo la escala forzada por reparaciones en Canarias, le tomó a Colón aquella empresa hacia lo ignoto. Casi el mismo tiempo empleado por los solidarios del Mediterráneo en un periplo donde hubo más propaganda que efectividad, pero con el que tal vez sin proponérselo rindieron memoria al Gran Almirante coincidiendo en el calendario con aquella proeza. Pero más allá de flotillas, y manifestaciones solidarias, ecologistas preocupados con los efectos de un conflicto militar determinado, postureos individuales e institucionales que aseguran defender justicia y las libertades mientras evitan hablar de las incidencias que provocaron los responsables de lo ocurrido el 7 de octubre, está la omisión cometida por esos actores que pudieron haber hecho mucho y no hicieron nada, guardando distancia o enunciando frases que no rendían fruto alguno. Se trata de aquellos que desde gobiernos y puestos de liderazgo se limitaron a pronunciar discursos condenatorios insustanciales y conminar con la aplicación de medidas que nunca llegaron a implementar o simplemente no ejecutaron con la fuerza debida para evitar que lo sucedido en Israel el 7 de octubre derivara a la situación en la que hoy se encuentra sumida la población palestina. Estos han sido los peores entre todos los corresponsables del desastre.
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