Gaza, responsables y corresponsables del horror (I)

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Gaza, responsables y corresponsables del horror (I)

12 Nov 2025 16:26
#21206
- "Vete al infierno!"  La frase recogida en medios de prensa el pasado 11 de octubre fue expresada por el jefe de relaciones exteriores de Hamás ante una incómoda pregunta del presentador de la cadena televisiva egipcia Al-Ghad. "¿Lo que hiciste el 7 de octubre fue llevar a los palestinos a la liberación?", la interrogante que sacó de paso a Mousa Abu Marzouk, cofundador de la organización, apuntaba a un aspecto que resulta incuestionable tras el ataque ocurrido hace dos años  y las consecuencias que siguieron al acto terrorífico. ¿Ayudó dicha acción a la causa palestina? ¿Consiguió  algo significativo en su contribución? ¿O más bien resultó perjudicial para los objetivos de la lucha del pueblo palestino por su derecho a existir en soberania?. Un cuestionamiento que muchos evitan  hacer anteponiendo la imagen de Gaza sumida en una situación catastrófica de muerte y destrucción, tras la respuesta militar que no pocos apuntan describir como genocidio .  El propio Marzouk había expresado su arrepentimiento por los atentados en anteriores declaraciones al New York Times Times, diciendo que no los habría apoyado de saber los estragos que se derivarían de ellos. Una pifia comprensible para una persona que posee una economía más que holgada y reside fuera del lugar que sufre las consecuencias de planes aprobados desde la supuesta impenetrabilidad de un refugio o la protección que brinda la distancia geográfica de un confortable exilio.  

De aquella jornada negra trasciende la imagen gráfica de Vivian Sylvile, canadiende israeli reconocida por su trayectoria activa en favor de los derechos del pueblo palestino, asesinada e incinerada en su propio hogar por efectivos de Hamás. Igual ocurre con la que recoge el momento en que una anciana era llevada a la fuerza por los miembros de la agrupación terrorista en condición de prisionera. Yoshebel Lifschitz sería una de las primeras liberadas en el primer canje a los más de cincuenta días del secuestro, captando nuevamente el foco noticioso por el saludo de paz (Shalom) y la mano tendida a uno de sus captores. No habló entonces sobre malos tratos, omisión que no vieron con buenos ojos sus críticos, sin tener en cuenta que atrás quedaba el  esposo en condición de rehén. Se trataba de Oded Lifschitz , reconocido periodista y miembro del voluntariado de Road to Recovery, organización que transportaba niños enfermos de la Franja hacia hospitales en Israel. De las ruinas a que fuera reducida su casa en Nir Oz sobresalen restos del piano que solía tocar Oded y en el patio hogareño sobrevive el jardín de cactus plantado por la pareja, cuyo cuidado une a decenas de personas en gesto solidario de esperanza por un regreso que en el caso del anciano no se produjo. Existe otra aparición mediática de Yocheved que trasciende cualquier consideración crítica que puedan haber dirigido contra ella, pero que no fue destacada en muchos medios occidentales. Se trató de la confrontación personal que mantuvo con Yahya Sinwar, líder de Hamás y uno de los principales artífices del ataque, donde la entonces secuestrada le increpaba cuestionando que la agresión fuera  dirigida precisamente contra gente que apoyaba y promovía la paz con la parte palestina, los que ayudaban con ese fin y que eran la mayoría de los habitantes de los kibbutz.  “¿Por qué matan a los que les han apoyado siempre? ¿A los que buscan el bien y quienes quieren la paz para todos los que viven del otro lado, a lo largo  de la frontera?”  Preguntas no respondidas válidas por igual para los participantes del festival Nova que resultaron víctimas del terror. Jóvenes en su mayoría posiblemente  contrarios a las políticas anti palestinas que priman en ciertos sectores de la sociedad israelí. Resulta llamativo que ningún radical o colono partidario del latrocinio contra la población palestina, sufriera las consecuencias de la “ira” que algunos justifican en los actos condenables por igual si aquéllos hubieran sido el objetivo. Es en este contexto en que se pudiera comprender  la reacción del portavoz de Hamás ante la pregunta incisiva que le dirigiera el periodista de la cadena árabe. 

Y es que a la luz del desarrollo de los acontecimientos y los objetivos propuestos, los organizadores del ataque debieron llamarse a la reflexión, comenzando por detalles que no pocas fuentes aventuraron señalar casi desde los primeros instantes, apuntando a la extraña reacción de Israel en responder de forma tardía a los ataques, algo que algunos atribuyeron al relajamiento por la celebración de un festivo importante y otros a negligencia de los servicios de inteligencia y defensa, cosas plausibles pero muy difíciles de creer en este caso. Tampoco tuvieron en cuenta las características de aquellas personas que mayoritariamente serían víctimas de la acción terrorista y del secuestro, siendo muchas de ellas parte del ala liberal israeli, opuestas a las prácticas del actual gobierno al que mostraban su disentimiento de manera cívica y abierta, no pocos a través de un activismo comprometido a favor de la causa palestina. El hecho de que la sede del festival de música, blanco de los ataques, fuera trasladada de lugar dos días antes para ubicarla justo en la zona álgida, ya debió levantar sospechas.  Todo esto con el añadido de los extranjeros ajenos a este conflicto apresados o muertos, lo que podría suponer una lógica reacción internacional de rechazo y reclamos.

Varios documentales y materiales se han producido desde aquella fatídica mañana hace dos años. Casi todos coinciden en exponer estos criterios a través de las narraciones, testimonios y análisis de diversos entrevistados.  Destaca en esta lista de producciones fílmicas el corto del grupo Arte “ Israel el desencanto de la izquierda ” (noviembre 2023) y dos cintas de un cineasta israeli publicadas por aquellos días (2023) en You tube y ahora imposibles de localizar. En estas producciones quedaba expuesta la responsabilidad de las autoridades hebreas en cuanto a la dejadez y la tardanza en reaccionar, un hecho acusado por los residentes de los kibutz atacados, no pocos de ellos identificados con la izquierda y con una oposición militante al gobierno de Netanyahu. En “ Octubre 7 voces de dolor, esperanza y heroísmo ”, dirigido por  Jamie Geller bajo la producción de Aish y Surfside Familia Rosenberg de Florida (2024) se destaca entre otros el testimonio del Mayor General retirado Noam Tabom que narra las peripecias y peligros que tuvo que sortear para llegar al kibutz Nahd Oz donde residía su familia, siendo uno de los primeros en arribar a la zona de guerra. La narrativa del ex militar coloca en una mala posición a los mandos superiores, dejando entrever la posibilidad tanto de responsabilidad negligente  como a un plan maquiavélico ejecutado fríamente para lograr varios objetivos y que se fundamenta en la propia actuación de Tel Aviv, denunciada por algunos medios y figuras reconocidas, confirmada recientemente por el mismo Netanyahu. Esto último se puede apreciar en “ Hamas: la creacion de un monstruo ”, de ARTE (2024) a través del testimonio de Ami Ayalon, exdirector del  Shem Bet, reconociendo que la idea de apoyar al grupo militar de Gaza, también presente en Cisjordania, estuvo dirigida a enfrentar y dividir al frente palestino nacionalista de Al Fatah y la OLP, en un plan que los servicios de inteligencia ya venian elaborando desde la década de los ochenta. 

En el reportaje fílmico “ Trauma en Oriente Medio: el terrorismo de Hamás y la guerra de Israel en Gaza ” de DW (2024) los directores Duki Dror, Jens Strohschneider y Mathias Marx se adentran en los escenarios de aquella jornada violenta mediante la narrativa de sobrevivientes, periodistas y expertos en seguridad que dejan abierta no pocas interrogantes sobres las fallas garrafales que posibilitaron la ejecución de un plan expuesto y divulgado con anterioridad por los servicios propagandísticos de Hamás. Otros testimonios también apuntan al detalle inexplicable de la celebración de un evento masivo a escasa distancia de la frontera con Gaza, punto al que fuera llevada su sede pocos días antes, colocando a los participantes  en una trampa mortal de la que muchos no pudieron escapar. El mismo documental revela la enorme red de túneles construidos bajo la ciudad palestina, implicando zonas densamente pobladas donde el trazado de los subterráneos no discriminaba puntos sensibles como hospitales y escuelas. En un segmento aparece la imagen de miembros de de la organización palestina desenterrando tuberías de agua potable para convertirlas en cohetes que después serían lanzados contra el vecino territorio, privando a la gente local del suministro del líquido vital y exponiéndolas además a las consecuencias de una respuesta militar que por lo general terminaba cobrando vidas inocentes, mientras que los causantes del castigo quedaban al amparo en las fortalezas soterradas. Vistas que los mandos de la milicia islamista mostraban sin recato por los canales de internet, sin que ello provocara la minima réplica, protestas o llamados de atención por parte de los encargados del financiamiento y la entrega de materiales para uso civil, desviados de su finalidad originaria ante la ausencia de una supervisión responsable que evitara el empleo inapropiado de ellos. Sobre este aspecto uno de los entrevistados en la cinta Beauty for Ashes (FIRM 2025) hace un paralelo entre el coste del metro de Dubai para cuya construcción se invirtieron 7 mil millones de dólares y los 40 mil millones que se calculan han sido entregados a Gaza por organizaciones internacionales y cuyo gasto bien pudiera explicarse en la red construida bajo el subsuelo de ese territorio.

De todo lo anterior se desprenden varias preguntas obligadas. Primero si se puede calificar de corresponsabilidad con el horror la actuación de terceros desde el primer instante de producirse los hechos y conocerse las experiencias vividas por las víctimas, expuestas en sus testimonios. Cómo habría cambiado el curso de los acontecimientos la inmediatez de una condena rotunda contra secuestros y asesinatos pronunciada sin embajes por gobiernos, políticos, instituciones internacionales y voces influyentes de todas las tendencias ideológicas, incluyendo las cercanas a Palestina. Seguro lo  habrían conseguido adoptando posiciones firmes con el llamado a no reconocer la ejecución del plan, advertir del retiro de todo apoyo, económico y moral, sin excluir la formación de un frente dispuesto a intervenir de ser necesario, prescindiendo de la participación israelí. Un plan de contingencia para dejar en claro la inadmisibilidad de aceptar la toma de rehenes y su asesinato, más allá de los fines propuestos. Pero ni siquiera se implementó el mecanismo de la intervención humanitaria de personal que garantizara la integridad de los secuestrados. Solo cuando aparecieron las imágenes de los prisioneros Evyatar David y Rom Braslavsky en las que se apreciaba su deteriorado estado físico, fue que la Cruz Roja pidió que se diera fe de vida de los cautivos y acceso para atenderlos. (agosto 2025).  Tuvo que aparecer en escena Donald Trump y sus presiones manifiestas combinadas con propuestas de pacificación y diálogo entre las partes enfrentadas para que se produjeran peticiones como las del primer ministro australiano Anthony Albanese respaldando el plan del presidente norteamricano y emitiendo un comunicado ineficaz y tardío pidiendo la liberación de los rehenes: "Hoy pensamos en todos aquellos que continúan retenidos y nos unimos en la petición para que los rehenes sean liberados inmediatamente", decía el político en la nota donde abogaba por "recordar las atrocidades cometidas por Hamás". Silencios y desidias que ayudan a explicar como se ha llegado a este desastre del que  de alguna manera Bassem Adrenalyn Ravullah, un cristiano palestino entrevistado en Beauty for Ashes, responsabiliza por igual a la reacción mundial ante lo ocurrido el 7 de octubre y que no le resultaba extraño teniendo en cuenta la misma actitud y el olvido en que han quedado 800 mil vidas cegadas en el conflicto de Siria y casi medio millón en el de Yemen. 
 
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