Ya pronto comienza el Mundial de Futbol.
Hasta hace muy pocos años, en los EEUU ni nos enterábamos del Mundial porque para nosotros el “foot-ball” se juega, mayoritariamente, con las manos, y llamamos campeón “mundial” al ganador de una serie de juegos de beisbol entre los Astros de Houston y los Dodgers de Los Angeles. Majaderías nuestras, que para eso somos “number one”…
Pero hace cuatro años, cuando el Mundial se celebró en Brasil, la pasión futbolera pareció extenderse cual lava candente por nuestra gran nación. Ni que hablar en Miami, donde puedo dar fe del cierre temporal –por unas horas- de alguna firma de abogados, cuando la selección de soccer de los EEUU jugaba sus partidos.
Lamentablemente nuestros muchachos no estarán en Rusia, donde se juega este año, porque a pesar de los esfuerzos del mago del MAGA, no lograron clasificar para la competencia esta vez. Con un empate frente a Trinidad-Tobago en el último juego de clasificación les hubiera alcanzado para decir presentes, pero perdieron vergonzosamente.
La tristeza aumenta por el hecho de jugarse el Mundial en la nación a la que nos une hoy en día –o por lo menos a nuestras “autoridades”- el mas entrañable de nuestros muchos y conspicuos afectos. Pero, en Miami al menos, no espero una reducción sensible en los niveles de pasión alcanzados en el 2014 (la venta de figuritas –barajitas en venezolano, postalitas en cubano- del Mundial así lo augura; a mi me faltan 33 para completar el álbum…).
Entonces, ¿a quien respaldar con nuestra pasión futbolera ante la ausencia del USA team?
Y la respuesta no es nada fácil, pues son varios los países “amigos” que compiten, además del anfitrión. Por ejemplo, en el partido inaugural se enfrentan Rusia y Arabia Saudita, dos de esos amigotes con quienes los miembros de nuestra familia real disfrutan horas de camaradería y jolgorios de todo tipo. Hasta para Ivanka y el Kenny, que seguramente asistirán a la inauguración junto al tio Vlad y al primo Bin Salman (el príncipe MBS, que no es un banquero y no está emparentado con nuestras mortgage backed securities) pudiera resultar incomoda la situación. Mi sugerencia es que ella, defendiendo la presencia de su línea de productos en el mercado local, vaya vestida de Mathruska y el Kenny de beduino, en solidaridad con su primo y “colaborador” en la ardua tarea de forjar la paz en el medio oriente…
Para nuestro tremendo presidente, dado el cargo y la irresponsabilidad que ostenta, la elección entre países amigos puede ser todavía mas difícil. ¿Korea (la del Sur, pero llamada a la unificación por nuestro flamante premio Nobel de la Paz) o México en el Grupo F? Le irá a Irán en el Grupo B, en un esfuerzo por preservar el record de inestabilidad que caracteriza a sus decisiones (mas “flip, flops” que un alka-seltzer).
Aunque en el fondo, dada la característica mas importante de nuestra nacionalidad “americana”, que es la diversidad, es muy probable que mi pregunta jamás encuentre una sola respuesta, sino muchas. Cada “americano” la responderá conforme a su acervo cultural, a su idiosincrasia, a su bagaje filosófico y hasta ideológico, pero sobre todo de acuerdo con ese sentimiento o pasión que es el futbol. Para los “americanos” que no sienten eso – y que seguramente siguen siendo mayoría-, el mundial volverá a pasar desapercibido. Y es una verdadera pena, porque el futbol, hoy por hoy, es el mejor vehículo que tenemos a mano para acercarnos y entender mejor a ese mundo ante el cual parecemos cada vez mas enajenados y aislados.
Topic Author
