Cualquier ciudadano de un país que sufre avasalladora dictadura por más de 5 décadas pudiera alegrarse de iniciativas que parezcan aliviarla o hacerla desaparecer. En el caso Cuba eso sería “ingenuidad”. La iniciativa nixoniana de 1972 alivió en parte las tensiones sino-norteamericanas, pero la presión comunista sobre su población se ha mantenido igual por los 43 años transcurridos. Sin embargo, ventaja para la nación asiática ha sido la inmensa cantidad de americanos inviertiendo en China y proporcionándole tecnología que ahora utilizan en armamentos para amenazarnos solapadamente. De paso, absorvieron millones de puestos de trabajo del que privaron a los nativos de USA.
Fuera de eso y desaparecido Mao Tse Tung con su batilongo, sus sucesores, de traje completo, se han venido burlando de occidente, engrandeciendo su poder y compitiendo financiera y mercantilmente con EEUU y el mundo. ¿Libertad de expresión en China o en el Tibet? 0. ¿Libertad de partidos? 0. ¿De religión? Casi 0. ¿Iniciativa privada? Ha habido apertura, pero siempre bajo la férula roja.
¿Y qué será de Cuba después de estas intentonas circenses, sin contar siquiera con la asesoría de cubanos de opiniones diversas? Tristemente, puede decirse con el sesgo popular burlón de la Isla: Lo mimo (sin ese). Y si diera resultado, hasta de Hialeah irían factorías para Cuba con tal de hacer plata, pues sabido es que el capital salvaje para esto no tiene ni madre. Mucho menos “patria”, como demuestran muchos granjeros del país en el caso cubano.
Si todos saben que ante el declinante apoyo material de Venezuela, el desgobierno cubano está pidiendo el agua por señas, haciéndole guiños al “imperio” como un complaciente enamorado… e igual que desaparecieron los quimonos chinos ahora Raúl Castro usa cuello y corbata ... ¿por qué no se le impone a Cuba, como requisito sine qua non, la creación de partidos políticos con libertad de expresión y acceso a todo tipo de prensa (radio, escrita y tv), seguido de elecciones supervisadas internacionalmente, antes de abrirle los mercados y propiciar que los dólares fluyan hacia la Isla como una avalancha de la rueda de la fortuna? ¿Un legado tan ficticio de un presidente americano es más valioso que la libertad de los 11 millones de cubanos de la cárcel gigante? Si éste es el legado que Barak Hussein Obama pretende dejarnos como regalo, maldita sea la idea.
Last edit: 08 Apr 2015 17:36 by Gerardo E. Martínez-Solanas.