Hace poco mas de diez años, formé parte de un grupo de personas en Miami convencidas de la necesidad de que los Estados Unidos restablecieran sus relaciones históricas y tradicionalmente estrechas con la isla de Cuba. El nombre que le dimos a ese grupo fue “The Time is Now”.
La idea de trabajar para lograr un cambio en la política de los Estados Unidos hacia Cuba, aunque resultó ser prematura en aquella ocasión, ha seguido vigente entre muchos cubanos o cubano-americanos que entendemos que un acercamiento con Cuba es el camino para lograr, con el tiempo, los objetivos que no se han logrado en mas de cincuenta años de enfrentamiento y de sanciones claramente inefectivas.
Este sábado volvemos a la carga, con una conferencia auspiciada por CAFÉ, Cuban Americans For Engagement, una organización nacional cuyos objetivos son los mismos que los de aquel otro grupo en Miami.
Resultará mas oportuna esta nueva instancia? No lo se. Pero si se que una década mas de intransigente inoperancia en esa relación histórica que queremos restaurar le haría mucho daño a otra generación de cubanos (una más), sin otros beneficiarios que los egos maltrechos pero enhiestos de quienes persisten en mantener a toda costa la actual política (el embargo, que no es sino una excusa para no desarrollar una verdadera política de estado hacia Cuba).
Cuando los cubanos en la isla dicen que el resto del mundo está equivocado y que el único camino válido es el de Cuba, lo dicen con una cierta ironía que es perceptible en las calles de La Habana, donde la presión es cada vez mayor en pos de ajustes a ese camino. Cuando los cubanos de Miami que se aferran al embargo se hacen eco de esa misma convicción y hasta usan esa misma frase en defensa del status quo, sorprendentemente se lo toman en serio.
Esa convicción absurda en cuanto a la efectividad de la mal llamada política hacia Cuba que muchos repiten como mantra mantiene en cautiverio a la creatividad, la imaginación, la inteligencia (virtudes todas ellas que suelen caracterizar al cubano) a la hora de replantearnos nuestra actitud (y la de los Estados Unidos) hacia Cuba, y nuestra visión del futuro de esa isla que todos, los de aquí y los de allá, amamos por igual.
De ahí que nos veamos limitados a una postura reaccionaria, en el sentido de que todo lo que hacemos es reaccionar ante hechos que escapan a nuestro control (la muerte de un disidente, el brutal derribo de las avionetas, las periódicas redadas represivas), sin darnos cuenta de que a quien menos le conviene que adoptemos una actitud proactiva en vez de reactiva, es, justamente, a quienes generan esos hechos ante los que reaccionamos.
Quienes rigen a Cuba se pueden dar el lujo de la ironía con respecto al camino que han adoptado y transitado durante mas de cincuenta años, y lo pueden hacer porque tienen la sartén por el mango, tienen el control de la situación, ejercen el poder; los cubanos de Miami no tenemos control ninguno sobre esa situación, y por eso nuestra ironía tiene visos de tragedia. Nos contentamos con la misma y cansina palabrerìa de siempre, y nos vamos en cataratas de bravuconería y alarde sin nada que lo respalde, todo lo que nos convierte en el mejor aliado que jamàs haya tenido el gobierno cubano.
El propósito de organizaciones como CAFÉ es propiciar el marco que nos permita y nos aliente a ser proactivos con relación a Cuba, a su presente y a su futuro, a través del tendido de puentes entre nuestra comunidad y la de la isla. Para ello es fundamental normalizar la relación entre los Estados Unidos y Cuba demoliendo las trabas existentes a raíz del embargo y otras restricciones similares que impiden que seamos los cubanos los que resolvamos, entre TODOS, los problemas de nuestra nación.
Y el momento para hacerlo es AHORA.
Last edit: 15 Mar 2014 18:30 by José Manuel Palli.