Hace unos días leí un artículo escrito por Tom Haden y publicado en la revista The Nation. A medida que avanzaba su lectura, encontré que los puntos resaltados en el documento de Port Huron (liderado por los Estudiantes por una Sociedad Democrática) todavía están en en vigencia y que la democracia participativa ejerció un papel preponderante y su pujanza continua. A pesar de que llegué a Estados Unidos en el 1962, mi corta edad no me permitió conocer de estos hechos. Por eso, el que 50 años hayan pasado y las necesidades de la sociedad civil en Estados Unidos sigua gimiendo por igualdad social y económica, me insta a profundizar más en el tema.
¿Qué es la democracia participativa? Es el proceso de enfatizar la amplia participación de los ciudadanos en la dirección y la operación del sistema político, convocando a que todos los miembros de la población contribuyan en el proceso de decisión, para ampliar su el alcance y tener acceso a oportunidades. La democracia participativa ha formado parte de la humanidad desde que se iniciaron las primeras tribus. Ha sido la influyente en la Antigua Grecia y hasta en España, durante la guerra civil de 1936-1938. En los 1960s, era tema principal entre los americanos de izquierda y en los 1980s, conllevo a la democracia representativa, siendo adoptada en Porto Alegre en Brasil. Los experimentos con la democracia participativa se avivaron a principios del siglo XXI. Poco a poco la democracia participativa se extendió en las Américas, China, la Unión Europea y hasta en la Gran Bretaña. Cuando el Huracán Katrina devastó a Nueva Orleans, miles de ciudadanos voluntarios contribuyeron con planos y mano de obra para restaurar la ciudad. En el 2011, la democracia participativa tuvo y aun tiene un papel notable en la formación y desenvolvimiento del movimiento Ocupar Wall Street.
Los reclamos de los Estudiantes por una Sociedad Democrática de la generación del 1962 siguen vigentes. Según ellos, toda generación hereda del pasado un patrón de problemas (personal y social) y un patrón de ideas y perspectivas para entenderlos y de cierta manera los solucionarlos. Como amenazan la civilización, la humanidad desesperadamente necesita visionarios y un liderazgo revolucionario que responda a estos enormes y complejos problemas. Pero la democracia de Estados Unidos era apática y manipulada, en vez de dinámica y participativa. Por tanto el objetivo de los estudiantes era estimular a la joven nueva izquierda. El importante documento de Port Huron, enfatiza que el hombre siempre ha tratado de influir sobre sus circunstancias. También el documento aspira a que el hombre creativamente enfrente las fuerzas, nuevas y viejas, que amenazan su libertad. Los jóvenes creían que mediante la participación de la comunidad, se previene el control de la élite y la violencia que ésta ejerce. De manera que el desarrollo de instituciones locales, nacionales e internacionales fomenta y garantiza la no violencia como condición de resolver conflictos.
Según Tom Hayden, el concepto de democracia participativa salió del deseo común de participar en la fabricación del destino propio y en respuesta a las severas limitaciones de un sistema no democrático que representaba una oligarquía. Los jóvenes en Port Huron concluyeron que los valores morales y la democracia eran más importantes que cualquier ideología renovadora del Marxismo, Leninismo, Trotskismo, Maoísmo o anarquismo.
Este párrafo tiene muchas aplicaciones hoy en día. El muro de Berlín cayó, la Unión Europea se consolidó, Rusia y China rápidamente han cambiado hacia una economía de mercado y a la misma vez el capitalismo desmedido bajo el poder del 1% casi acaba con el sueño americano. ¿Quién iba a imaginar cuando se creó el documento Port Huron, que 50 años después, la gran recesión abatiría a los americanos causando la pérdida de sus empleos y hogares? La estrategia de alineamiento político, cuyo objetivo era acabar con el punto muerto en Washington y abrirse ante la posibilidad de un partido progresista sigue vigente en el presente. Cabe destacar que mientras estos jóvenes luchaban por sus ideales, fueron asesinados John F. Kennedy, Martin Luther King y Robert Kennedy. Los tres eran progresistas en la medida de sus aspiraciones, pero las garras del poder los silenciaron para siempre. A raíz de estas tres muertes, hubo un cambio en el movimiento social de Estados Unidos y aunque se lograron algunos aciertos, el poder monetario creció demasiado en un pequeño porcentaje de la población, el poder militar aumentó y la reforma de un capitalismo más humano quedó solo en la esperanza. Sin embargo, la elección del presidente Obama nuevamente abrió las puertas al desafío, aunque los cabilderos en Washington corrompen y aguardan su retribución. Por otro lado, la tecnología ofrece a los jóvenes un método rápido y efectivo para movilizarse e influir en la política, la primavera ofrece nuevamente la oportunidad en Estados Unidos al movimiento Ocupar Wall Street de fortalecerse y consolidar su estrategia. Pero mientras los líderes americanos permanezcan ciegos a la nueva realidad y en total conformidad, Estados Unidos corre el riesgo de alinear a los países que están cansados de su dominio global.
Para finalizar, debo incluir que actualmente la América Latina goza de un auge democrático y económico sin precedentes y dista mucho de la Alianza para el Progreso de los 60s, si bien, es continuamente es asechada por el peligro de la inflación y desestabilización. Brasil todavía tiene un alto índice de marginación social y racial, además, la edad promedio de consentimiento para la prostitución de las niñas es 14 años, lo cual es totalmente aborrecible. Otro ejemplo es Chile que por años ha disfrutado de una excelente economía, pero que increíblemente tiene un índice de educación escolar secundaria de 40%. También cabe destacar que Cuba tiene altos índices de alfabetismo y educación, pero carece de las libertades que conducen a que una nación sea prospera. El aislamiento con Cuba provocada por la guerra de los misiles paralizó las relaciones con Estados Unidos y causo la aplicación del embargo económico y restringe a los americanos viajar a Cuba. Actualmente, impera la necesidad de que Estados Unidos recapacite y que a la misma vez, el gobierno cubano reemplace las ideologías viejas por un gobierno que ofrezca autonomía y oportunidades de crecimiento a sus ciudadanos y a la misma vez mantenga la justicia social.
A pesar de los desaciertos económicos de casi todos los países, la incertidumbre actual presenta la mejor oportunidad en la historia, para que todos remedien sus errores y prosigan con cautela hacia un mundo mejor donde no impere el poder, ni los extremos de derecha e izquierda, sino la democracia participativa.
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