Al inicio de la campaña republicana por recuperar con enormes posibilidades la Casa Blanca, el ascenso en las preferencias del electorado por el candidato afro norteamericano Herman Cain por encima de los candidatos preferidos del ultra conservador Tea Party, como Rick Perry y Michelle Bachman, ha sorprendido a la misma base tradicional del Partido Republicano y a los observadores del proceso electoral.
El ascenso de Cain al primer lugar de las encuestas entre los candidatos presidenciales republicanos, no ha dejado de sorprender al propio Cain, que estaba en una gira de promoción de su libro, bastante ajeno a la marcha de la campaña.
En el último debate el candidato republicano afro norteamericano, con rostro bondadoso y en ocasiones ingenuo, se defendía en un intercambio frente a Mitt Romney, que pese a su fe mormona, sigue siendo el candidato más probable.
La inesperada irrupción de Herman Cain y el mantenimiento de Romney en el tope de las encuestas, tiene a algunos republicanos del extremo más conservador, con los pelos de punta, porque a este nivel ellos esperaban que sus candidatos del Tea Party encabezarían las preferencias, y hasta ahora no ha sido así.
Tal parece que el atractivo de Herman Cain -un empresario novato en lides políticas- más que una manifestación de demérito, es un valor grande ante la base del Partido Republicano actual.
Y pasa lo mismo con Mitt Romney, que a pesar de la fuerza del voto tradicional protestante dentro del Partido Republicano, un candidato republicano moderado que milita en la Iglesia Mormona, sea el preferido entre todos.
Claro, hay que decir que el votante republicano se percató rápido, que Michelle Bachman, demasiado extremista y conservadora, no resultaba viable para recuperar la Casa Blanca, a pesar de la caída en la preferencia electoral a nivel nacional de Barack Obama, en estos momentos.
También Rick Perry, pésimo en los debates y muy errático en temas migratorios, se hundió de forma electrizante al sótano entre las preferencias electorales republicanas.
El éxito de Herman Cain, que para muchos es transitorio, se explica por el rechazo a los políticos tradicionales, un fenómeno político en expansión en Estados Unidos y en el mundo. Otro es la admiración que habitualmente se siente en este país por empresarios exitosos, como Cain, que son capaces de construir desarrollo, empleos y riquezas.
Sin embargo, hay que añadir que lo curioso de que Mitt Romney se mantenga en el tope de las preferencias republicanos, a pesar del rechazo de la base republicana sureña, es algo que debe sorprender a muchos, inclusive al mismo Romney y hasta al presidente Obama.
Para los asesores de Barack Obama, no cabe duda de que Romney es el candidato más peligroso para el logro complicado y difícil de la reelección del actual inquilino de la Casa Blanca.
El objetivo de los ataques que vienen actualmente de la campaña de Obama van dirigidos principalmente a Romney y no a Cain ni a Perry ni a Bachman, porque la mayor posibilidad de ganar el voto independiente de parte de los aspirantes republicanos, decisivo para cualquier aspirante en tomar por asalto electoral la Casa Blanca, viene decisivamente de Mitt Romney.
Muy pronto Cain debe caer en las encuestas, entre otras cosas porque el fundador de Godfhater’s Pizza, una cadena de comida rápida basada en Omaha (Nebraska), carece de las recaudaciones monetarias que se necesitan para una campaña presidencial.
Y nos atrevemos a predecir que Perry, por este factor recaudativo monetario, debe colocarse como el mayor contendiente de Mitt Romney para lograr la nominación republicana.
El peligro para Rick Perry es que Romney es articulado, buen orador, atrae a los independientes y no es errático en los debates. Y lamentablemente para el Tea Party y para los republicanos sureños, Perry no tiene ninguna de estas características notables.
Sin embargo, la carrera electoral por la Casa Blanca es larga y todavía puede haber sorpresas en todos los bandos.
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