Los Presidentes de EEUU y la religión
- Martín N. Añorga
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Los Presidentes de EEUU y la religión
11 Sep 2011 18:10
La Casa Blanca, no hace mucho, dio a conocer un comunicado en el que se exponía la posición religiosa del presidente Obama. “El presidente Obama es un cristiano dedicado –dice el comunicado, y continúa-, su fe es una parte importante de su vida diaria. El ora todos los días y disfruta de un frecuente encuentro con pastores que le dan asesoramiento espiritual y consejería. Es más, recibe cada mañana folletos devocionales que lee con reverencia. La fe cristiana del presidente es parte de lo que él es, pero no algo en lo que los medios de información toman el interés debido”.
Que el presidente Obama sea cristiano o profese el islamismo es tema de reiterada discusión . El hecho, sin embargo, de que sus voceros quieran presentarlo como un hombre cristiano refleja la realidad de que los estadounidenses, a pesar de los tiempos de laicismo y secularismo en que vivimos, toman en serio la vida espiritual de sus gobernantes.
Un reciente artículo del Washington Post señala que en el caso de Obama el problema es que los votantes no saben exactamente cuál es su filiación religiosa, porque las declaraciones dicen una cosa y las acciones, otras. “No es que la religión sea un factor definitivo a la hora de emitir el sufragio; pero cuando existe confusión más que convicción, las cosas pueden complicarse para ciertos grupos étnicos. Para muchas personas la religión humaniza a un presidente y habilita a gran parte del pueblo a verlo como un líder mundial en quien se puede confiar”.
En el proceso electoral que se nos encima se manejan los temas religiosos, en algunos casos como el de Rick Perry, con audacia, y en otros, como el de Mitt Romney, con mucho sigilo. Personas como la senadora Michele Bachmann son explosivas en sus aseveraciones religiosas. Mike Huckabee, que decidiera retirarse de la contienda es un factor de respaldo que buscarán los contendientes, por su mensaje moralista y de ámbito espiritual.
La historia de los Estados Unidos ha sido una combinación de política y religión. De nuestro primer presidente George Washington, es esta lapidaria afirmación: “es imposible gobernar rectamente al mundo sin Dios y sin La Biblia”. John Adams fue el primer presidente en establecer su residencia en la Casa Blanca el 1ero. de noviembre del año 1800. Durante el segundo día de estancia le escribió una carta a su esposa Abigail, que contenía esta oración: “Pido a Dios que otorgue las mejores bendiciones a esta Casa y a todos los que en adelante la habiten. Ojalá que solo hombres sabios y honestos gobiernen siempre bajo este techo”. El presidente Franklin D. Roosevelt ordenó que esta bendición de Adams fuera esculpida en la repisa de la chimenea del Salón de Cenas.
Hay curiosidades que me gustaría compartir en un trabajo como éste, pues de nuestros presidentes no conocemos mucho las intimidades de su vida espiritual. Por ejemplo, pocos saben que en los Estados Unidos han presidido la nación tres hijos de pastores protestantes. El padre de Chester A. Arthur era pastor bautista, y los padres de Grover Cleveland y Woodrow Wilson eran ministros presbiterianos. Han pasado por la Casa Blanca, además, dos Primeras Damas que también fueron hijas de ministros: Abigail Adams y Caroline Harrison. Es interesante saber que solamente tres presidentes ha tenido la nación cuya filiación religiosa nunca se expresó de manera concreta: Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y Andrew Jackson, aunque de cada uno de ellos podemos recoger mensajes de positiva influencia cristiana.
De Thomas Jefferson se pueden escribir centenares de páginas; pero pocas veces se dice que era de tendencia Unitaria en religión y que por lo tanto estaba inclinado a negar la divinidad de Jesucristo tal como la consideran los cristianos en general, pero era un amante de la creación. Jefferson fue el primer presidente americano en cultivar un tomate, es más se considera que fue la primea persona que lo hizo en la nación, porque en esa época se consideraba que el tomate era venenoso. El comprobó que era incierto.
De Abraham Lincoln podemos citar estas bellas palabras: “Creo que La Biblia es el mejor don que Dios jamás haya dado a los hombres”. Hay una carta que escribió, siendo presidente, el 21 de noviembre del año 1864 a una viuda de apellido Bixby, que perdió cinco hijos en la guerra civil. Probablemente haya mejores traducciones que la mía, pero me complazco en ofrecer ésta:
“Estimada Sra. Bixby, he sido informado por una declaración del General Asesor de Massachusetts, del Departamento de Guerra, que usted es la madre de cinco hijos que han muerto gloriosamente en los campos de batalla.
Yo sé que mis palabras son pobres e infructíferas para poder aliviar el sentimiento tan doloroso que le ha tocado sufrir por la irreparable pérdida de sus hijos; pero no he podido abstenerme de ofrecerle el consuelo que podrá usted hallar en la gratitud de la República por la que dieron sus vidas sus hijos para salvarla. Yo le ruego a nuestro Padre Celestial que mitigue la angustia de su profundo dolor, y que siempre la fortalezca con el precioso recuerdo de sus seres amados ausentes, avivándole el orgullo que por ellos tiene que sentir, sabiendo que han sido una santa ofrenda derramada ante el altar de la Libertad. Suyo, con todo mi respeto sinceramente, Abraham Lincoln”.
Esta carta de Lincoln es un documento pastoral en la que se revela piedad y la sencillez de un verdadero hombre de Dios.
Andrew Jackson era fanático de la pelea de gallos y de las carreras de caballos, por lo que afirmaba no tener tiempo para ir a la iglesia. Fue objeto de un juicio político y tuvo que abandonar Washington en medio de serios conflictos; pero seis años después regresó a la política, siendo electo senador por el estado de Tennessee. Tuvo un encuentro con su ex amigo, el senador Oliver P. Morton, quien fue su más acerbo crítico durante el juicio político a que fue sometido. Jackson, notando que Norton trataba de evitarlo, se acercó para extenderle la mano y ambos reanudaron su amistad.
Hoy día nos llama la atención que durante los años 1877 al 1881, la esposa del presidente Retherford B. Hayes prohibiera totalmente el uso de bebidas alcohólicas en la Casa Blanca, lo que hizo que la llamaran “Mrs. “Limonada”. La pareja era religiosamente de ascendencia puritana. Para darnos cuenta de la posición de los electores sobre las vidas religiosas de los presidentes, es oportuno señalar que el primer presidente que era divorciado fue Ronald Reagan, quien en el año 1948 disolvió su lazo conyugal con la actriz Jane Wyman.
Poco conocido es que los Estados Unidos tuvieran un presidente predicador. James Garfield fue presidente del “Instituto Ecléctico de Hiram”, en Ohio, institución que era parcialmente un seminario que preparaba ministros para la Iglesia Discípulos de Cristo. Garfield, para salvaguardar sus intereses políticos afirmaba ser un laico, pero el hecho es que estaba calificado para ser considerado ministro de esa denominación religiosa.
A título de conclusión, unas breves referencias: el presidente Dwight D, Eisenhower ha sido el único presidente estadounidense que haya dado empleo a un pastor protestante. Durante su mandato adquirió los servicios del reverendo congregacionalista Fred Fox como escritor asesor para sus discursos. Y el único presidente en besar el anillo papal fue Theodore Roosevelt. Cuando niño, tenía Teddie once años, fue llevado por sus padres a una gira en Roma y se arrodilló para besarle el anillo al Papa Pío IX. Por supuesto, en aquellos días no soñaba que sería presidente de los Estados Unidos.
En cuanto al presidente Obama, recordamos el pensamiento esperanzador de Blas Pascal: “el hombre no es digno de Dios; pero no es incapaz de hacerse digno de El”.
Que el presidente Obama sea cristiano o profese el islamismo es tema de reiterada discusión . El hecho, sin embargo, de que sus voceros quieran presentarlo como un hombre cristiano refleja la realidad de que los estadounidenses, a pesar de los tiempos de laicismo y secularismo en que vivimos, toman en serio la vida espiritual de sus gobernantes.
Un reciente artículo del Washington Post señala que en el caso de Obama el problema es que los votantes no saben exactamente cuál es su filiación religiosa, porque las declaraciones dicen una cosa y las acciones, otras. “No es que la religión sea un factor definitivo a la hora de emitir el sufragio; pero cuando existe confusión más que convicción, las cosas pueden complicarse para ciertos grupos étnicos. Para muchas personas la religión humaniza a un presidente y habilita a gran parte del pueblo a verlo como un líder mundial en quien se puede confiar”.
En el proceso electoral que se nos encima se manejan los temas religiosos, en algunos casos como el de Rick Perry, con audacia, y en otros, como el de Mitt Romney, con mucho sigilo. Personas como la senadora Michele Bachmann son explosivas en sus aseveraciones religiosas. Mike Huckabee, que decidiera retirarse de la contienda es un factor de respaldo que buscarán los contendientes, por su mensaje moralista y de ámbito espiritual.
La historia de los Estados Unidos ha sido una combinación de política y religión. De nuestro primer presidente George Washington, es esta lapidaria afirmación: “es imposible gobernar rectamente al mundo sin Dios y sin La Biblia”. John Adams fue el primer presidente en establecer su residencia en la Casa Blanca el 1ero. de noviembre del año 1800. Durante el segundo día de estancia le escribió una carta a su esposa Abigail, que contenía esta oración: “Pido a Dios que otorgue las mejores bendiciones a esta Casa y a todos los que en adelante la habiten. Ojalá que solo hombres sabios y honestos gobiernen siempre bajo este techo”. El presidente Franklin D. Roosevelt ordenó que esta bendición de Adams fuera esculpida en la repisa de la chimenea del Salón de Cenas.
Hay curiosidades que me gustaría compartir en un trabajo como éste, pues de nuestros presidentes no conocemos mucho las intimidades de su vida espiritual. Por ejemplo, pocos saben que en los Estados Unidos han presidido la nación tres hijos de pastores protestantes. El padre de Chester A. Arthur era pastor bautista, y los padres de Grover Cleveland y Woodrow Wilson eran ministros presbiterianos. Han pasado por la Casa Blanca, además, dos Primeras Damas que también fueron hijas de ministros: Abigail Adams y Caroline Harrison. Es interesante saber que solamente tres presidentes ha tenido la nación cuya filiación religiosa nunca se expresó de manera concreta: Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y Andrew Jackson, aunque de cada uno de ellos podemos recoger mensajes de positiva influencia cristiana.
De Thomas Jefferson se pueden escribir centenares de páginas; pero pocas veces se dice que era de tendencia Unitaria en religión y que por lo tanto estaba inclinado a negar la divinidad de Jesucristo tal como la consideran los cristianos en general, pero era un amante de la creación. Jefferson fue el primer presidente americano en cultivar un tomate, es más se considera que fue la primea persona que lo hizo en la nación, porque en esa época se consideraba que el tomate era venenoso. El comprobó que era incierto.
De Abraham Lincoln podemos citar estas bellas palabras: “Creo que La Biblia es el mejor don que Dios jamás haya dado a los hombres”. Hay una carta que escribió, siendo presidente, el 21 de noviembre del año 1864 a una viuda de apellido Bixby, que perdió cinco hijos en la guerra civil. Probablemente haya mejores traducciones que la mía, pero me complazco en ofrecer ésta:
“Estimada Sra. Bixby, he sido informado por una declaración del General Asesor de Massachusetts, del Departamento de Guerra, que usted es la madre de cinco hijos que han muerto gloriosamente en los campos de batalla.
Yo sé que mis palabras son pobres e infructíferas para poder aliviar el sentimiento tan doloroso que le ha tocado sufrir por la irreparable pérdida de sus hijos; pero no he podido abstenerme de ofrecerle el consuelo que podrá usted hallar en la gratitud de la República por la que dieron sus vidas sus hijos para salvarla. Yo le ruego a nuestro Padre Celestial que mitigue la angustia de su profundo dolor, y que siempre la fortalezca con el precioso recuerdo de sus seres amados ausentes, avivándole el orgullo que por ellos tiene que sentir, sabiendo que han sido una santa ofrenda derramada ante el altar de la Libertad. Suyo, con todo mi respeto sinceramente, Abraham Lincoln”.
Esta carta de Lincoln es un documento pastoral en la que se revela piedad y la sencillez de un verdadero hombre de Dios.
Andrew Jackson era fanático de la pelea de gallos y de las carreras de caballos, por lo que afirmaba no tener tiempo para ir a la iglesia. Fue objeto de un juicio político y tuvo que abandonar Washington en medio de serios conflictos; pero seis años después regresó a la política, siendo electo senador por el estado de Tennessee. Tuvo un encuentro con su ex amigo, el senador Oliver P. Morton, quien fue su más acerbo crítico durante el juicio político a que fue sometido. Jackson, notando que Norton trataba de evitarlo, se acercó para extenderle la mano y ambos reanudaron su amistad.
Hoy día nos llama la atención que durante los años 1877 al 1881, la esposa del presidente Retherford B. Hayes prohibiera totalmente el uso de bebidas alcohólicas en la Casa Blanca, lo que hizo que la llamaran “Mrs. “Limonada”. La pareja era religiosamente de ascendencia puritana. Para darnos cuenta de la posición de los electores sobre las vidas religiosas de los presidentes, es oportuno señalar que el primer presidente que era divorciado fue Ronald Reagan, quien en el año 1948 disolvió su lazo conyugal con la actriz Jane Wyman.
Poco conocido es que los Estados Unidos tuvieran un presidente predicador. James Garfield fue presidente del “Instituto Ecléctico de Hiram”, en Ohio, institución que era parcialmente un seminario que preparaba ministros para la Iglesia Discípulos de Cristo. Garfield, para salvaguardar sus intereses políticos afirmaba ser un laico, pero el hecho es que estaba calificado para ser considerado ministro de esa denominación religiosa.
A título de conclusión, unas breves referencias: el presidente Dwight D, Eisenhower ha sido el único presidente estadounidense que haya dado empleo a un pastor protestante. Durante su mandato adquirió los servicios del reverendo congregacionalista Fred Fox como escritor asesor para sus discursos. Y el único presidente en besar el anillo papal fue Theodore Roosevelt. Cuando niño, tenía Teddie once años, fue llevado por sus padres a una gira en Roma y se arrodilló para besarle el anillo al Papa Pío IX. Por supuesto, en aquellos días no soñaba que sería presidente de los Estados Unidos.
En cuanto al presidente Obama, recordamos el pensamiento esperanzador de Blas Pascal: “el hombre no es digno de Dios; pero no es incapaz de hacerse digno de El”.
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