El repunte anunciado de la bolsa de valores que fue despreciado por consideraciones políticas

El 7 de abril escribí en mi columna "Perspectiva Económica" un breve análisis sobre el " Pánico transitorio en las bolsas de valores ", en el que iniciaba con la siguiente recomendación: "Ahora no es el momento de convertir las inversiones bursátiles a dinero en efectivo porque se corre el riesgo de cargar con las pérdidas actuales y, además, perderse el próximo repunte."

Siguiendo la lamentable tendencia de calificar a las personas por motivos políticos, pasando por alto los hechos y la experiencia, muchos me atacaron de "Trumpista" porque afirmé que las medidas arancelarias que habían provocado una fuerte inestabilidad en el mercado de valores eran un fenómeno pasajero que sería superado dentro de un tiempo razonable.

Sólo han pasado dos meses desde ese artículo cuando el DJIA se desplomó de 42,225 a 37,645 y el índice NASDAQ de 17,601 a 15,267 en sólo seis días. Pues bien, en los momentos en que estoy escribiendo esto, el DJIA ha subido a 42,831 y el NASDAQ a 19,668. Una clara y firme recuperación que reporta ganancias a los inversionistas (y también a los jubilados cuyos fondos de pensiones dependen en gran medida de estas inversiones).

Es evidente que no se trata de "Trumpismo" sino de interpretar objetivamente las consecuencias de la política que se está aplicando, indistintamente de que se trate de un partido u otro. La advertencia que hice el 7 de abril fue correcta cuando afirmé que quien entonces liquidara sus inversiones bursátiles "corre el riesgo de cargar con las pérdidas actuales y, además, perderse el próximo repunte".

No sólo los que conservaron sus inversiones en la bolsa sino, sobre todo, los que aprovecharon el desplome para comprar, obraron objetivamente sin dejarse influenciar por sesgadas consideraciones políticas.