Es increíble-- al menos para los que tenemos un recuerdo de hidalguía y conciencia patria-- que el exilio anticastrista (??) continúe hipócritamente sosteniendo a los diazcaneles y compañía con el abominable remeseo y el execrable viajeteo.
Sí ya sé;............... Los valores familiares: "No puedo abandonar a Mami; tengo que llevarle las medicinas a Papi y …. el perfume mi nietecita... y los condoncitos al entenao." ¡¡Que bien!!
Miserables. Y ni hablar de mulas y viejos con bombitas aceitadas. y los quince de Fefita.
Mientras las ataduras familiares de los cubanos continúen siendo más fuertes que los valores patrios, el flujo de divisas seguirá llegando por millones a los bolsillos de los represores. Eso lo sabe Raimundo y to’el mundo.
Pero, decirlo no resulta simpático. Sobre todo para nuestros cansados y repetitivos líderes del exilio, que han hecho de la rutina un modus vivendi y que carecen de agenda. También para nuestros políticos: más atentos a los votos bianuales que a la verdad que deben comunicarle a sus electores.
Y no; NO es la derecha, ni los intransigentes de la calle 8. Ni los cubanos resentíos.
Es, simplemente la conciencia, el sentido común y la mínima coherencia que tiene que existir en miles de personas que viviendo en los Estados Unidos-- como exiliados o emigrados-- deberían tener coherencia moral para seguir negociando, ayudando y cooperando, directa o indirectamente, con un país terrorista de donde fueron expelidos.
Recuerdo el llanto público, la angustia y la perplejidad del icónico profesor Salazar Carrillo, el emérito, al constatar la impotencia ante estos hechos en un simposio sobre Sociología Católica en la Ermita de la Caridad.
Al parecer el asunto ---que se ha convertido en el nudo gordiano, el núcleo, el meollo de la problemática cubana--- sí, Sí tiene solución, a pesar de lo que imponen en la media y las redes los agnósticos sociales.
He aquí una solución intermedia (para contentar a "duros y blandos” y para debatir):
--Volvamos a un vuelo familiar cada tres años, como en los mejores tiempos de Ileana Ros. Esa ley existe y fue abandonada. Adiós mulitas; adiós viajeteo; adiós descarados.!
-- Enviar toda la medicina que sea posible y de cualquier tipo, incluyendo equipos y literatura médica sin impuestos ni abusos económicos.
-- Agua y comida sin restricciones.
-- Cero dinero, en divisas. Cero quiere decir nada. Ni un kilo en divisas para la dictadura.
Espero que alguien que ejerza el poder o pueda tomar decisiones lea este artículo y lo saque a discusión.
Sus aportes humanitarios son notables y evidentes. La ayuda a los bolsillos de los genocidas cubanos sería muy limitada.
Comentemos ahora. Conversemos.
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