Hasta ahora, más de doscientos funcionarios americanos y sus familias
han sufrido el impacto de esta condición de discapacidad permanente.
Además del virus de la China Comunista, parece haber otra pandemia de ingeniería socialista que ha estado atacando al mundo. ¡El Síndrome de La Habana ha vuelto a golpear! Esta vez su impacto causó un retraso de vuelo en el viaje de la vicepresidente Kamala Harris a Vietnam desde Singapur este martes 24 de agosto. Este misterioso e ignorado mal que está relacionado con los países comunistas y excomunistas, continúa destripando las vidas de, principalmente, los ciudadanos de Estados Unidos y Canadá.
Durante el pasado fin de semana, dos diplomáticos americanos destinados en Vietnam fueron evacuados debido a que experimentaron “incidentes acústicos anómalos aquí en Hanoi”, según Christopher Klein, encargado de negocios de Estados Unidos en Vietnam, tal y como informó NBC News. Esto provocó una preocupación por la seguridad del personal del vicepresidente. A los afectados se les detectó cambios auditivos, de equilibrio y cognitivos, que son síntomas consistentes con estos ataques acústicos que se originaron en Cuba en 2016.
¿Qué es el Síndrome de La Habana?
Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina concluyeron en un informe de 2020, que algunas de las lesiones y traumas cerebrales observados eran congruentes con los efectos de la radiación de microondas de alta intensidad dirigida. El espionaje es, lógicamente, la sospecha detrás de estos ataques. La intención del perpetrador es extraer datos e información de los dispositivos móviles y otros aparatos electrónicos desde la distancia. Hasta ahora, más de doscientos funcionarios americanos y sus familias han sufrido el impacto de esta condición de discapacidad permanente.
Se estima que cerca de la mitad de los doscientos funcionarios americanos impactados por el Síndrome de la Habana son de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Sesenta están relacionados con el Departamento de Defensa, cincuenta son del Departamento de Estado y el resto son miembros de la Oficina Federal de Investigación (FBI). Claramente, estos operativos en funcionamiento están en una posición de servicio a los Estados Unidos, equivalente a la de un soldado de las Fuerzas Armadas. Esta política de espionaje dirigida por un Estado contra Estados Unidos es un acto de guerra.
Prácticamente todos los continentes pueden contar con una víctima americana del Síndrome de La Habana. Sin embargo, fue en Cuba donde se originó esta atroz “enfermedad” y donde la mayoría de los afectados ha sufrido el mayor número de bajas. El Ottawa Citizen informó el 25 de agosto que un diplomático canadiense de alto rango en Cuba fue trasladado a su casa en febrero de este año después de haber sido expuesto a un ataque acústico, relacionado con el Síndrome de La Habana.
Hasta la fecha, ninguna administración americana, ni el Gobierno canadiense han reaccionado como corresponde a estos crímenes. Parece que hasta que el régimen castrista, los chinos comunistas y/o la Rusia autoritaria de Putin decidan intentar recuperar los dispositivos electrónicos móviles e infligir el Síndrome de La Habana a miembros de más alto rango del Gobierno americano, seguiremos viendo este patrón de comportamiento patético por parte de Estados Unidos y Canadá.