Derechas e Izquierdas desde una perspectiva cubana
- Juan Antonio Blanco
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Derechas e Izquierdas desde una perspectiva cubana
29 Feb 2016 17:02
Desde La Habana me llega un correo electrónico en el que se intenta abordar los desafíos que enfrenta el país a partir del eje binario de "izquierdas" y "derechas". Imagino que dos factores inciden en ese interés. Uno es el inicio del repliegue regional del populismo. Otro es el congreso en abril del único partido legal en la Isla. El mismo que impone a los cubanos esta dudosa semántica y enfoque desde su monopolio sobre todas las instituciones del Estado.
El lenguaje de los jacobinos y girondinos en el siglo XVIII no permite entender lo que nos sucede en el siglo XXI, en ninguna latitud geográfica.
Los dilemas que hoy enfrenta la humanidad no pueden ser resueltos desde vetustos conceptos de izquierda y derecha. Tampoco permiten etiquetas de socialismo o capitalismo. Como afirmé enTercer Milenio (La Habana, 1993) lo que hoy experimentamos es un cambio de época, no una época de cambios. Este período se caracteriza por la obsolescencia acelerada de todo lo que conocimos. Como nos recordaba en fecha reciente Moisés Naim, todo es insólito. Desde la caída de la URSS y el bloque del Este, hasta la ruina de Kodak por Instagram o la de los taxis por Uber.
Discutir el futuro de Cuba —o de cualquier país— desde las coordenadas conceptuales del pasado siglo es un ejercicio fútil e incluso peligroso. No es posible abordar y resolver los desafíos presentes si no se les nombra con claridad.
Cuba hoy es simplemente un país pobre, desconectado de los procesos globales, con pésima infraestructura física, de comunicaciones y financiera; con dos décadas de retraso en la adquisición de una conexión confiable y rápida a internet; con la calidad de sus servicios públicos (salud, educación, transporte, agua, electricidad, alcantarillado) en caída libre; con tierras degradadas y los salarios más bajos del hemisferio. También es una sociedad cerrada, donde no hay libertades básicas para el ejercicio de los derechos de libre expresión, asociación, movimiento, sindicalismo o elección política, de forma que los ciudadanos puedan cambiar, sin violencia, ese lamentable estado de cosas y alcanzar la prosperidad.
Las políticas con las que algún día se intente arreglar ese desastre no son socialistas ni capitalistas, sino buenas o malas, eficientes o ineficientes. Las que hoy allí están vigentes son pésimas y contraproducentes.
¿Revolución? La "revolución cubana" la comenzaron a asesinar desde la época en que se luchaba contra Batista, cuando un grupo de vocación totalitaria y caudillista comenzó a planear cómo liquidar a sus compañeros después del triunfo. Hablar de ella en 2016 es una gran estafa. Lo que existe en la Isla es un régimen totalitario de gobernabilidad en manos de un clan familiar.
¿Soberanía? ¿Cómo es posible enarbolarla en el siglo XXI para oponerse a los derechos ciudadanos, cuando a la sociedad cubana en su conjunto se le priva del derecho a ejercer la autodeterminación?
¿Nacionalismo? Difícil defender la gestión gubernamental desde ese desgastado concepto, gestado a fines del siglo XVIII, cuando La Habana siempre prefiere negociar con potencias extranjeras y se niega siquiera a dialogar con sus ciudadanos.
No comparto la idea de que la "burocracia" es la Gran Culpable. El poder en Cuba lo detentan dos familias con el mismo apellido: Castro. En torno a ellos hay un selecto grupo de militares. Juntos representan una elite de poder permanente. Más abajo hay una burocracia que apenas sirve para "administrar"sus intereses, no para adoptar decisiones claves que beneficien al país.
Lage, Robaina —y hoy Díaz Canel— nunca fueron miembros de la elite de poder. Son simples CEO's, siempre descartables. Los verdaderos propietarios de Cuba ejercen sus privilegios como si la Isla fuera una empresa privada registrada bajo la marca de "revolución cubana". A ese "registro corporativo" han agregado calificativos de progresista, izquierdista, anticapitalista y otros, que solo sirven para distorsionar la comprensión de la realidad.
Me río al pensar que Bernie Sanders y Podemos hablan espantados de una casta que siendo el 0,1% de la población es propietaria de más de la mitad de la economía. En este tema, como en otros de derechos humanos, padecen de severa hemiplejia moral al seleccionar las víctimas que prefieren "defender". Cuando el trasgresor es de su misma camiseta política optan por callar. En Cuba unas 100 personas disponen a su capricho de la Isla entera. ¿Qué por ciento representan con relación a los 11,5 millones de ciudadanos en la Isla y los otros dos millones que están fuera?
En nombre de la abstracción "propiedad estatal sobre los medios de producción", los "accionistas" de esa dudosa corporación, y la familia que la preside, disponen de toda Cuba en calidad de usufructo permanente e ilimitado. No necesitan ser propietarios formales de centros laborales, recreativos, o inmuebles. También tienen poderes ilimitados para hacer lo que les venga en gana respecto al resto de los cubanos. El reclamo de libertades y derechos humanos es el único exorcismo que va al centro del problema.
La modernidad murió en los hornos de Auschwitz. El respeto absoluto a la soberanía sobre Alemania le permitió al Gobierno de Hitler, primero, acabar con las libertades y derechos ciudadanos, para luego, a la sombra de una sociedad cerrada, emprender el rearme que tenía prohibido. Los soviéticos y el Gobierno cubano pudieron secretamente instalar cohetes nucleares en la Isla porque ya no existían libertades básicas para denunciar a tiempo esa operación. El Jemer Rojo primero inició un genocidio nacional —que hizo imposible toda disidencia incluso al interior de ese partido— y luego agredió a su antiguo aliado y vecino Viet Nam. Hanoi, por cierto, no tuvo reparos en adoptar una política de "cambio de régimen" para instalar con las bayonetas de su ejército un gobierno que le fuese amistoso en Cambodia.
Los derechos humanos consagrados en la Declaración Universal de 1948 tienen como referente los adoptados por la Revolución Francesa, pero con una diferencia sustantiva: a partir de entonces se estableció que no son solo una incumbencia nacional, sino un bien que debe ser protegido por la comunidad internacional. No es asunto de moralismos. Que sean respetados es una necesidad de la estabilidad y seguridad internacionales. Los países signatarios de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de los diferentes pactos internacionales para la protección de los derechos ciudadanos, han reconocido al suscribirlos que su soberanía en ese tema tiene límites.
Sin libertades y derechos ciudadanos la sociedad cubana no será socialista ni capitalista, de izquierda o derechas, sino continuará siendo una finca privada, desastrosamente administrada, que emplea mano de obra esclavizada, y cuyos dueños pueden de nuevo representar un peligro mortal a sus vecinos.
De eso, creo yo, es de lo que hay que hablar.
El lenguaje de los jacobinos y girondinos en el siglo XVIII no permite entender lo que nos sucede en el siglo XXI, en ninguna latitud geográfica.
Los dilemas que hoy enfrenta la humanidad no pueden ser resueltos desde vetustos conceptos de izquierda y derecha. Tampoco permiten etiquetas de socialismo o capitalismo. Como afirmé enTercer Milenio (La Habana, 1993) lo que hoy experimentamos es un cambio de época, no una época de cambios. Este período se caracteriza por la obsolescencia acelerada de todo lo que conocimos. Como nos recordaba en fecha reciente Moisés Naim, todo es insólito. Desde la caída de la URSS y el bloque del Este, hasta la ruina de Kodak por Instagram o la de los taxis por Uber.
Discutir el futuro de Cuba —o de cualquier país— desde las coordenadas conceptuales del pasado siglo es un ejercicio fútil e incluso peligroso. No es posible abordar y resolver los desafíos presentes si no se les nombra con claridad.
Cuba hoy es simplemente un país pobre, desconectado de los procesos globales, con pésima infraestructura física, de comunicaciones y financiera; con dos décadas de retraso en la adquisición de una conexión confiable y rápida a internet; con la calidad de sus servicios públicos (salud, educación, transporte, agua, electricidad, alcantarillado) en caída libre; con tierras degradadas y los salarios más bajos del hemisferio. También es una sociedad cerrada, donde no hay libertades básicas para el ejercicio de los derechos de libre expresión, asociación, movimiento, sindicalismo o elección política, de forma que los ciudadanos puedan cambiar, sin violencia, ese lamentable estado de cosas y alcanzar la prosperidad.
Las políticas con las que algún día se intente arreglar ese desastre no son socialistas ni capitalistas, sino buenas o malas, eficientes o ineficientes. Las que hoy allí están vigentes son pésimas y contraproducentes.
¿Revolución? La "revolución cubana" la comenzaron a asesinar desde la época en que se luchaba contra Batista, cuando un grupo de vocación totalitaria y caudillista comenzó a planear cómo liquidar a sus compañeros después del triunfo. Hablar de ella en 2016 es una gran estafa. Lo que existe en la Isla es un régimen totalitario de gobernabilidad en manos de un clan familiar.
¿Soberanía? ¿Cómo es posible enarbolarla en el siglo XXI para oponerse a los derechos ciudadanos, cuando a la sociedad cubana en su conjunto se le priva del derecho a ejercer la autodeterminación?
¿Nacionalismo? Difícil defender la gestión gubernamental desde ese desgastado concepto, gestado a fines del siglo XVIII, cuando La Habana siempre prefiere negociar con potencias extranjeras y se niega siquiera a dialogar con sus ciudadanos.
No comparto la idea de que la "burocracia" es la Gran Culpable. El poder en Cuba lo detentan dos familias con el mismo apellido: Castro. En torno a ellos hay un selecto grupo de militares. Juntos representan una elite de poder permanente. Más abajo hay una burocracia que apenas sirve para "administrar"sus intereses, no para adoptar decisiones claves que beneficien al país.
Lage, Robaina —y hoy Díaz Canel— nunca fueron miembros de la elite de poder. Son simples CEO's, siempre descartables. Los verdaderos propietarios de Cuba ejercen sus privilegios como si la Isla fuera una empresa privada registrada bajo la marca de "revolución cubana". A ese "registro corporativo" han agregado calificativos de progresista, izquierdista, anticapitalista y otros, que solo sirven para distorsionar la comprensión de la realidad.
Me río al pensar que Bernie Sanders y Podemos hablan espantados de una casta que siendo el 0,1% de la población es propietaria de más de la mitad de la economía. En este tema, como en otros de derechos humanos, padecen de severa hemiplejia moral al seleccionar las víctimas que prefieren "defender". Cuando el trasgresor es de su misma camiseta política optan por callar. En Cuba unas 100 personas disponen a su capricho de la Isla entera. ¿Qué por ciento representan con relación a los 11,5 millones de ciudadanos en la Isla y los otros dos millones que están fuera?
En nombre de la abstracción "propiedad estatal sobre los medios de producción", los "accionistas" de esa dudosa corporación, y la familia que la preside, disponen de toda Cuba en calidad de usufructo permanente e ilimitado. No necesitan ser propietarios formales de centros laborales, recreativos, o inmuebles. También tienen poderes ilimitados para hacer lo que les venga en gana respecto al resto de los cubanos. El reclamo de libertades y derechos humanos es el único exorcismo que va al centro del problema.
La modernidad murió en los hornos de Auschwitz. El respeto absoluto a la soberanía sobre Alemania le permitió al Gobierno de Hitler, primero, acabar con las libertades y derechos ciudadanos, para luego, a la sombra de una sociedad cerrada, emprender el rearme que tenía prohibido. Los soviéticos y el Gobierno cubano pudieron secretamente instalar cohetes nucleares en la Isla porque ya no existían libertades básicas para denunciar a tiempo esa operación. El Jemer Rojo primero inició un genocidio nacional —que hizo imposible toda disidencia incluso al interior de ese partido— y luego agredió a su antiguo aliado y vecino Viet Nam. Hanoi, por cierto, no tuvo reparos en adoptar una política de "cambio de régimen" para instalar con las bayonetas de su ejército un gobierno que le fuese amistoso en Cambodia.
Los derechos humanos consagrados en la Declaración Universal de 1948 tienen como referente los adoptados por la Revolución Francesa, pero con una diferencia sustantiva: a partir de entonces se estableció que no son solo una incumbencia nacional, sino un bien que debe ser protegido por la comunidad internacional. No es asunto de moralismos. Que sean respetados es una necesidad de la estabilidad y seguridad internacionales. Los países signatarios de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de los diferentes pactos internacionales para la protección de los derechos ciudadanos, han reconocido al suscribirlos que su soberanía en ese tema tiene límites.
Sin libertades y derechos ciudadanos la sociedad cubana no será socialista ni capitalista, de izquierda o derechas, sino continuará siendo una finca privada, desastrosamente administrada, que emplea mano de obra esclavizada, y cuyos dueños pueden de nuevo representar un peligro mortal a sus vecinos.
De eso, creo yo, es de lo que hay que hablar.
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Re: Derechas e Izquierdas desde una perspectiva cubana
02 Mar 2016 22:47
La Participatory Democracy Cultural Initiative, Inc., se pronunció oficialmente en 2011 sobre estos calificativos engañosos de "izquierda", "centro" y "derecha".
Publicamos el 17 de junio de 2011 una Declaración bilingüe (inglés y español) titulada "Important Definitions/Definiciones Importantes" que comienza con las siguientes consideraciones:
«La Iniciativa Cultural para una Democracia Participativa, patrocinadora de estas páginas de la WEB, rechaza formalmente las denominaciones izquierda, centro y derecha como carentes de significado en el estudio o el análisis de los problemas sociales y de las políticas del Estado. Esos son términos que confunden el debate político y sólo sirven como convenientes etiquetas para el discurso demagógico y la acusación peyorativa ...»
Invitamos a todos los lectores a leer el texto completo AQUÍ .
El aporte de Juan Antonio es certero al referirse a los «vetustos conceptos de izquierda y derecha». Se trata, según él, de discernir entre «lo bueno y lo malo» aunque, por supuesto, cabe reconocer que hay muchas tonalidades de gris. Pero estamos plenamente de acuerdo en que «sin libertades y derechos ciudadanos» no importa si los que gobiernan se autotitulan "de izquierda" o "de derecha".
Publicamos el 17 de junio de 2011 una Declaración bilingüe (inglés y español) titulada "Important Definitions/Definiciones Importantes" que comienza con las siguientes consideraciones:
«La Iniciativa Cultural para una Democracia Participativa, patrocinadora de estas páginas de la WEB, rechaza formalmente las denominaciones izquierda, centro y derecha como carentes de significado en el estudio o el análisis de los problemas sociales y de las políticas del Estado. Esos son términos que confunden el debate político y sólo sirven como convenientes etiquetas para el discurso demagógico y la acusación peyorativa ...»
Invitamos a todos los lectores a leer el texto completo AQUÍ .
El aporte de Juan Antonio es certero al referirse a los «vetustos conceptos de izquierda y derecha». Se trata, según él, de discernir entre «lo bueno y lo malo» aunque, por supuesto, cabe reconocer que hay muchas tonalidades de gris. Pero estamos plenamente de acuerdo en que «sin libertades y derechos ciudadanos» no importa si los que gobiernan se autotitulan "de izquierda" o "de derecha".
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- Abelardo Pérez García
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Re: Derechas e Izquierdas desde una perspectiva cubana
03 Mar 2016 16:46
No basta con hacer un análisis certero de una situación dada para tener razón en todo lo que se afirma.
Es más, me atrevo a escribir que, luego de una presentación correcta y brillante como la del señor Blanco, cualquier forma retórica sin mucho sentido “pasa” fácilmente sin que nos pongamos a reflexionar y buscar matices.
Doy como ejemplo el siguiente dicho:
“Lo que hoy experimentamos es un cambio de época, no una época de cambios. Este período se caracteriza por la obsolescencia acelerada de todo lo que conocimos”.
Me gustaría ver qué época fue una de cambios sin que ocurriera a su vez un cambio de época.
Según lo que sé sobre la Historia Antigua hasta nuestros días, cada vez que se han producido cambios rápidos, ya sea en conocimientos, en técnicas o en la constitución de la sociedad, se ha “cambiado de época”.
Para dar un ejemplo personal y concreto: mi abuelo Aquiles, sobrino de Martí, me dijo en los años cincuenta un día que yo estaba haciendo mi tarea del colegio:
“¿Te das cuenta, Abelardo? Estás escribiendo gracias a la luz eléctrica, cuando yo era niño, hacía las tareas a la luz de una vela”.
También me recordó cómo el verano anterior habíamos tomado el avión para ir a EEUU, cuando él era niño no había aviones y había que ir en barco.
Indiscutiblemente, entre la niñez de mi abuelo y la mía, con todos esos cambios, habíamos cambiado de época.
Había, sin embargo, una continuidad de conceptos que, aunque a veces tomaban diferentes formas, nos permitían entender los acontecimientos de cada época.
La invasión de las tropas de Tarik en el 711 fue una invasión igual que la de Hitler en Polonia en 1939; el descubrimiento de la penicilina por el escocés Fleming en 1929 fue un descubrimiento científico importante como lo fue antes el descubrimiento de la radioactividad por el francés Becquerel en 1896.
En el caso de hoy el cambio – y la impresión de cambio - se acentúa con el uso de nuevas terminologías.
Ya no hay invasiones sino “despliegue de tropas”; no hay descubrimientos sino “nuevas teorías”.
Todo lo que permitía orientarse está “pasado de moda":
Las derechas, las izquierdas, el socialismo, las dictaduras, las democracias, los totalitarismos, los derechos, los deberes, el Norte, el Sur… Whatever next?
De acuerdo con que el lenguaje de los jacobinos y de los girondinos (del siglo XVIII: ¿hubo otros?) no permite entender la situación de nuestro siglo XXI: (supongo que no tendrían palabras para “teléfonos móviles” ni para “estación espacial internacional” -entre otras muchas-) pero no logro entender lo que significa, sin duda en lenguaje de hoy: «las coordenadas conceptuales del siglo pasado” que supuestamente no nos permiten entender el presente.
El señor Blanco explica:
“Las políticas con las que algún día se intente arreglar ese desastre no son socialistas ni capitalistas, sino buenas o malas, eficientes o ineficientes. Las que hoy allí están vigentes son pésimas y contraproducentes”.
Yo creo que podrán ser socialistas y malas o socialistas y buenas, de centro y malas o de centro y buenas, capitalistas y malas o capitalistas y buenas.
El hecho que en ese país las cosas no anden bien no nos permite suprimir conceptos como socialismo, capitalismo, izquierdas y derechas, así de un plumazo, ora porque no nos gusten ora porque no conozcamos bien su definición.
Un poco de Historia:
En agosto y septiembre de 1789 en París, para el debate sobre el peso de la Autoridad del Rey ante la Asamblea Nacional, los que apoyaban el derecho al veto del rey (aristocracia y clero) se pusieron a la derecha del Presidente de la Asamblea y los oponentes o “patriotas” (Tercer Estado en su mayoría) a la izquierda.
Esta división se mantuvo y cobró todo su sentido durante la Restauración:
A la derecha estaban los “ultrarrealistas", los viejos contra revolucionarios y los que apoyaban al rey.
A la izquierda estaban los liberales, los principales herederos de la Revolución y del Imperio, los defensores de las Libertades Individuales y del Libre Cambio así como los partidarios de una Monarquía Constitucional.
En el Centro estaban los Constitucionalistas y los Independientes.
Esta distinción se extendió a casi toda Europa durante el siglo XIX y a partir de los años 1830 – 1840 a Suramérica.
En el siglo XX se extendió a los países descolonizados de África.
Claro que estas ideas no son absolutas ni fijas en el tiempo pero podemos aclarar algunas ideas:
Valores tradicionalmente de Derecha: Nación, Autoridad, Orden, Seguridad, Tradición…
Valores tradicionalmente de Izquierda: Igualdad, Solidaridad, Resistencia a la opresión, …
Valores generalmente compartidos: Libertad, Justicia, Trabajo…
Estas nociones de izquierda y de derecha son in the rest of the world como una brújula para orientarnos en los debates políticos.
Podemos prescindir de brújulas para orientarnos en la Tierra considerando que el Polo Magnético no coincide exactamente con el Polo Terrestre y que Norte y Sur son nociones arbitrarias, tanto más cuanto que en el espacio no hay arriba ni abajo. Efectivamente, nadie nos puede prohibir el derecho a perdernos.
Si prefieren el “arroz con mango” que algunos tienen en el seso… ¡Allá ellos!
Yo prefiero, en vez de coordenadas conceptuales (que no sé lo que son) algunas referencias claras que históricamente han probado su utilidad, aunque vengan de siglos pasados.
¿Nuestro amigo GMS no escribió una vez un excelente artículo en el que demostraba que “el fascismo era de izquierdas”?
¡Entonces qué!
Es más, me atrevo a escribir que, luego de una presentación correcta y brillante como la del señor Blanco, cualquier forma retórica sin mucho sentido “pasa” fácilmente sin que nos pongamos a reflexionar y buscar matices.
Doy como ejemplo el siguiente dicho:
“Lo que hoy experimentamos es un cambio de época, no una época de cambios. Este período se caracteriza por la obsolescencia acelerada de todo lo que conocimos”.
Me gustaría ver qué época fue una de cambios sin que ocurriera a su vez un cambio de época.
Según lo que sé sobre la Historia Antigua hasta nuestros días, cada vez que se han producido cambios rápidos, ya sea en conocimientos, en técnicas o en la constitución de la sociedad, se ha “cambiado de época”.
Para dar un ejemplo personal y concreto: mi abuelo Aquiles, sobrino de Martí, me dijo en los años cincuenta un día que yo estaba haciendo mi tarea del colegio:
“¿Te das cuenta, Abelardo? Estás escribiendo gracias a la luz eléctrica, cuando yo era niño, hacía las tareas a la luz de una vela”.
También me recordó cómo el verano anterior habíamos tomado el avión para ir a EEUU, cuando él era niño no había aviones y había que ir en barco.
Indiscutiblemente, entre la niñez de mi abuelo y la mía, con todos esos cambios, habíamos cambiado de época.
Había, sin embargo, una continuidad de conceptos que, aunque a veces tomaban diferentes formas, nos permitían entender los acontecimientos de cada época.
La invasión de las tropas de Tarik en el 711 fue una invasión igual que la de Hitler en Polonia en 1939; el descubrimiento de la penicilina por el escocés Fleming en 1929 fue un descubrimiento científico importante como lo fue antes el descubrimiento de la radioactividad por el francés Becquerel en 1896.
En el caso de hoy el cambio – y la impresión de cambio - se acentúa con el uso de nuevas terminologías.
Ya no hay invasiones sino “despliegue de tropas”; no hay descubrimientos sino “nuevas teorías”.
Todo lo que permitía orientarse está “pasado de moda":
Las derechas, las izquierdas, el socialismo, las dictaduras, las democracias, los totalitarismos, los derechos, los deberes, el Norte, el Sur… Whatever next?
De acuerdo con que el lenguaje de los jacobinos y de los girondinos (del siglo XVIII: ¿hubo otros?) no permite entender la situación de nuestro siglo XXI: (supongo que no tendrían palabras para “teléfonos móviles” ni para “estación espacial internacional” -entre otras muchas-) pero no logro entender lo que significa, sin duda en lenguaje de hoy: «las coordenadas conceptuales del siglo pasado” que supuestamente no nos permiten entender el presente.
El señor Blanco explica:
“Las políticas con las que algún día se intente arreglar ese desastre no son socialistas ni capitalistas, sino buenas o malas, eficientes o ineficientes. Las que hoy allí están vigentes son pésimas y contraproducentes”.
Yo creo que podrán ser socialistas y malas o socialistas y buenas, de centro y malas o de centro y buenas, capitalistas y malas o capitalistas y buenas.
El hecho que en ese país las cosas no anden bien no nos permite suprimir conceptos como socialismo, capitalismo, izquierdas y derechas, así de un plumazo, ora porque no nos gusten ora porque no conozcamos bien su definición.
Un poco de Historia:
En agosto y septiembre de 1789 en París, para el debate sobre el peso de la Autoridad del Rey ante la Asamblea Nacional, los que apoyaban el derecho al veto del rey (aristocracia y clero) se pusieron a la derecha del Presidente de la Asamblea y los oponentes o “patriotas” (Tercer Estado en su mayoría) a la izquierda.
Esta división se mantuvo y cobró todo su sentido durante la Restauración:
A la derecha estaban los “ultrarrealistas", los viejos contra revolucionarios y los que apoyaban al rey.
A la izquierda estaban los liberales, los principales herederos de la Revolución y del Imperio, los defensores de las Libertades Individuales y del Libre Cambio así como los partidarios de una Monarquía Constitucional.
En el Centro estaban los Constitucionalistas y los Independientes.
Esta distinción se extendió a casi toda Europa durante el siglo XIX y a partir de los años 1830 – 1840 a Suramérica.
En el siglo XX se extendió a los países descolonizados de África.
Claro que estas ideas no son absolutas ni fijas en el tiempo pero podemos aclarar algunas ideas:
Valores tradicionalmente de Derecha: Nación, Autoridad, Orden, Seguridad, Tradición…
Valores tradicionalmente de Izquierda: Igualdad, Solidaridad, Resistencia a la opresión, …
Valores generalmente compartidos: Libertad, Justicia, Trabajo…
Estas nociones de izquierda y de derecha son in the rest of the world como una brújula para orientarnos en los debates políticos.
Podemos prescindir de brújulas para orientarnos en la Tierra considerando que el Polo Magnético no coincide exactamente con el Polo Terrestre y que Norte y Sur son nociones arbitrarias, tanto más cuanto que en el espacio no hay arriba ni abajo. Efectivamente, nadie nos puede prohibir el derecho a perdernos.
Si prefieren el “arroz con mango” que algunos tienen en el seso… ¡Allá ellos!
Yo prefiero, en vez de coordenadas conceptuales (que no sé lo que son) algunas referencias claras que históricamente han probado su utilidad, aunque vengan de siglos pasados.
¿Nuestro amigo GMS no escribió una vez un excelente artículo en el que demostraba que “el fascismo era de izquierdas”?
¡Entonces qué!
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- Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: Derechas e Izquierdas desde una perspectiva cubana
03 Mar 2016 20:22 - 03 Mar 2016 20:23
Ha habido épocas que se identifican por alguna personalidad o algún acontecimiento considerable, pero en la que los cambios culturales o científicos no han sido notables. Según lo entendemos en el castellano avalado por la RAE, una época se inicia en la "fecha de un suceso desde el cual se empiezan a contar los años", o también se entiende como un "período que se distingue por los hechos históricos en él acaecidos y por sus características de vida". Así podemos hablar, por ejemplo, de la época de Luis XIV. Sin embargo, hay cambios "de época" que forman parte de una época determinada como la época de la Guerra Fría, donde ocurrieron sucesos y cambios de mucha resonancia dentro de una misma época. La época posterior no sé cómo la vamos a llamar, o si algún historiador o sociólogo le ha dado ya algún nombre, pero evidentemente es una nueva época en lo cultural, en lo científico, en lo político, en lo social y en lo militar. Creo que es a estas distinciones a lo que se refería Juan Antonio en su mensaje.
Estoy de acuerdo con Abelardo y con la nota de Democracia Participativa en cuanto a que hay socialismo bueno y socialismo malo, pero particularmente si reconocemos que "hay muchas tonalidades de gris". Luego decir "socialista" o decir "liberal" no basta para determinar lo que es bueno o malo. He buscado en la declaración oficial de Democracia Participativa y he encontrado estas afirmaciones con las que concurro:
"El pensamiento político es un amplio arcoiris que abarca desde los comunistas y socialistas, por una parte, hasta los conservadores y anarquistas o libertarios, por la otra, con una gran diversidad de matices intermedios. Los ciudadanos que favorezcan cualquiera de estas filosofías políticas demostrarán ser amantes de la democracia con su respeto a los derechos de los demás y sus esfuerzos para promover un consenso nacional basado en las leyes y el orden. En el otro extremo, los regímenes enemigos de la democracia podrán utilizar para sus propios fines cualquiera de estos matices del arcoiris político como una pantalla que oculte sus verdaderos propósitos de poder con el fin de preservarlo indefinidamente a cualquier costo."
Por otra parte, es correcta la síntesis histórica de Abelardo en cuanto al origen de los calificativos de "izquierdas" y "derechas", resultantes de la disposición de los escaños que ocupaban los miembros de la Asamblea Nacional en París a fines del siglo XVIII. No obstante, estos términos se han tergiversado y adulterado con el paso de los siglos, sobre todo cuando irrumpieron en el siglo XX los regímenes totalitarios que manipularon groseramente estas palabras mediante maquinaciones repetitivas del "neo-habla" que tan genialmente pintó George Orwell en su obra titulada "1984". La prueba es que el totalitarismo europeo del siglo XX tuvo una base socialista: el comunismo era un "socialismo popular" y el nazismo era un "nacional socialismo". Pero Stalin y sus cancerberos tergiversaron esta realidad para situar al comunismo entre las "izquierdas" y hacer aparecer al nazismo como de "ultraderecha", un término que sólo hubiera correspondido al terrorismo anarquista que conmovió al mundo en ese siglo. Con el afán de puntualizar esto, escribí ese artículo que menciona Abelardo, titulado " El Fascismo ¡es de Izquierda! ".
Es cierto que Abelardo refleja el común denominador de cómo se interpretan los valores de "izquierdas" y "derechas", pero es muy injusto que sume la "resistencia a la opresión" exclusivamente a los valores tradicionales de la izquierda. O que sume el "orden" y la "seguridad" exclusivamente a los valores tradicionales de la derecha.
Por eso insisto hoy en el análisis elaborado en aquel artículo, afirmando que es preferible olvidarnos de estos términos y analizar las realidades políticas con base en los principios que abrazan las distintas tendencias ideológicas: comunismo, socialismo del siglo XXI, socialismo democrático, democracia cristiana, liberales, conservadores, libertarios y anarquistas, así como todas las demás tendencias intermedias entre unos y otros, como es el caso de los Partidos Populares europeos, situados ideológicamente entre la democracia cristiana y el liberalismo, con algunos ramalazos del conservadurismo.
Estoy de acuerdo con Abelardo y con la nota de Democracia Participativa en cuanto a que hay socialismo bueno y socialismo malo, pero particularmente si reconocemos que "hay muchas tonalidades de gris". Luego decir "socialista" o decir "liberal" no basta para determinar lo que es bueno o malo. He buscado en la declaración oficial de Democracia Participativa y he encontrado estas afirmaciones con las que concurro:
"El pensamiento político es un amplio arcoiris que abarca desde los comunistas y socialistas, por una parte, hasta los conservadores y anarquistas o libertarios, por la otra, con una gran diversidad de matices intermedios. Los ciudadanos que favorezcan cualquiera de estas filosofías políticas demostrarán ser amantes de la democracia con su respeto a los derechos de los demás y sus esfuerzos para promover un consenso nacional basado en las leyes y el orden. En el otro extremo, los regímenes enemigos de la democracia podrán utilizar para sus propios fines cualquiera de estos matices del arcoiris político como una pantalla que oculte sus verdaderos propósitos de poder con el fin de preservarlo indefinidamente a cualquier costo."
Por otra parte, es correcta la síntesis histórica de Abelardo en cuanto al origen de los calificativos de "izquierdas" y "derechas", resultantes de la disposición de los escaños que ocupaban los miembros de la Asamblea Nacional en París a fines del siglo XVIII. No obstante, estos términos se han tergiversado y adulterado con el paso de los siglos, sobre todo cuando irrumpieron en el siglo XX los regímenes totalitarios que manipularon groseramente estas palabras mediante maquinaciones repetitivas del "neo-habla" que tan genialmente pintó George Orwell en su obra titulada "1984". La prueba es que el totalitarismo europeo del siglo XX tuvo una base socialista: el comunismo era un "socialismo popular" y el nazismo era un "nacional socialismo". Pero Stalin y sus cancerberos tergiversaron esta realidad para situar al comunismo entre las "izquierdas" y hacer aparecer al nazismo como de "ultraderecha", un término que sólo hubiera correspondido al terrorismo anarquista que conmovió al mundo en ese siglo. Con el afán de puntualizar esto, escribí ese artículo que menciona Abelardo, titulado " El Fascismo ¡es de Izquierda! ".
Es cierto que Abelardo refleja el común denominador de cómo se interpretan los valores de "izquierdas" y "derechas", pero es muy injusto que sume la "resistencia a la opresión" exclusivamente a los valores tradicionales de la izquierda. O que sume el "orden" y la "seguridad" exclusivamente a los valores tradicionales de la derecha.
Por eso insisto hoy en el análisis elaborado en aquel artículo, afirmando que es preferible olvidarnos de estos términos y analizar las realidades políticas con base en los principios que abrazan las distintas tendencias ideológicas: comunismo, socialismo del siglo XXI, socialismo democrático, democracia cristiana, liberales, conservadores, libertarios y anarquistas, así como todas las demás tendencias intermedias entre unos y otros, como es el caso de los Partidos Populares europeos, situados ideológicamente entre la democracia cristiana y el liberalismo, con algunos ramalazos del conservadurismo.
Last edit: 03 Mar 2016 20:23 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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- Abelardo Pérez García
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Re: Derechas e Izquierdas desde una perspectiva cubana
05 Mar 2016 18:09
Algunas palabras para precisar mis ideas ya que al leer el artículo de Gerardo me pregunté como pude escribir lo que dice que dije.
Gerardo escribe:
"Es muy injusto que sume la "resistencia a la opresión" exclusivamente a los valores tradicionales de la izquierda. O que sume el "orden" y la "seguridad" exclusivamente a los valores tradicionales de la derecha"
Supongo que cuando estudió Teoría de Conjuntos, como nos dijo que estudió, sólo vio los "conjuntos disjuntos" es decir los que no comparten elementos comunes, por ejemplo los números pares y los impares; en efecto, no hay ningún número que sea a un tiempo par e impar, pero yo dije que esos valores no eran fijos y que servían para dar una idea. Yo escribí:
"Claro que estas ideas no son absolutas ni fijas en el tiempo pero podemos aclarar algunas ideas":
"Valores tradicionalmente de Derecha": Nación, Autoridad, Orden, Seguridad, Tradición…
Valores tradicionalmente de Izquierda: Igualdad, Solidaridad, Resistencia a la opresión, …
Valores generalmente compartidos: Libertad, Justicia, Trabajo…"
Sólo la gente muy cerril es total y completamente de derechas o de izquierdas, la mayoría, como yo, tiene a la vez cierta sensibilidad de derecha y cierta sensibilidad de izquierda. Me gusta el orden pero si me imponen un orden que juzgo excesivo y arbitrario, me rebelo y acepto cierto desorden "democrático" hasta cierto punto.
Puse el orden y la seguridad entre los valores "tradicionalmente" de derechas porque los que pertenecen claramente a ese grupo van a preferir ciertas reglas más rígidas para salvaguardarlos al contrario de los que son más claramente de izquierdas que prefieren correr más riesgos y tener más libertad.
Igualmente sería absurdo pensar que porque uno simpatiza con las derechas va a aceptar cualquier opresión injustificada.
Hay que ser capaz de matizar las cosas.
Presentar mis ideas en forma de nebulosa azul,.. eso sí que es injusto.
Gracias a Gerado por su satisfecit por mi visión histórica sobre el origen de la terminología. Yo también coincido con él en que los totalitarismos del siglo XX desvirtuaron algo esas referencias pero también lo hicieron con nombres como "democracia"; por ejemplo la Alemania Oriental se llamaba oficialmente "Deutsche Democratische Republik" y los países como Hungría, Polonia , Checoslovaquia y otros no eran "socialismos populares" como dice él sino Repúblicas Socialistas o Repúblicas Populares (o Nacionales) como Bulgaria (Narodna Republika).
¿Es acaso una razón para decir que no debemos usar términos como Democracia o República porque fueron desvirtuados por totalitarismos en el siglo XX?
Los marxistas leninistas se llamaban a sí mismos Socialistas Científicos (un colmo) en oposición a los Socialistas Utópicos (término peyorativo que K. Marx dio a Proudhomme)
Pero bueno, ya esto es Historia (Otra época).
Gerardo escribe:
"Es muy injusto que sume la "resistencia a la opresión" exclusivamente a los valores tradicionales de la izquierda. O que sume el "orden" y la "seguridad" exclusivamente a los valores tradicionales de la derecha"
Supongo que cuando estudió Teoría de Conjuntos, como nos dijo que estudió, sólo vio los "conjuntos disjuntos" es decir los que no comparten elementos comunes, por ejemplo los números pares y los impares; en efecto, no hay ningún número que sea a un tiempo par e impar, pero yo dije que esos valores no eran fijos y que servían para dar una idea. Yo escribí:
"Claro que estas ideas no son absolutas ni fijas en el tiempo pero podemos aclarar algunas ideas":
"Valores tradicionalmente de Derecha": Nación, Autoridad, Orden, Seguridad, Tradición…
Valores tradicionalmente de Izquierda: Igualdad, Solidaridad, Resistencia a la opresión, …
Valores generalmente compartidos: Libertad, Justicia, Trabajo…"
Sólo la gente muy cerril es total y completamente de derechas o de izquierdas, la mayoría, como yo, tiene a la vez cierta sensibilidad de derecha y cierta sensibilidad de izquierda. Me gusta el orden pero si me imponen un orden que juzgo excesivo y arbitrario, me rebelo y acepto cierto desorden "democrático" hasta cierto punto.
Puse el orden y la seguridad entre los valores "tradicionalmente" de derechas porque los que pertenecen claramente a ese grupo van a preferir ciertas reglas más rígidas para salvaguardarlos al contrario de los que son más claramente de izquierdas que prefieren correr más riesgos y tener más libertad.
Igualmente sería absurdo pensar que porque uno simpatiza con las derechas va a aceptar cualquier opresión injustificada.
Hay que ser capaz de matizar las cosas.
Presentar mis ideas en forma de nebulosa azul,.. eso sí que es injusto.
Gracias a Gerado por su satisfecit por mi visión histórica sobre el origen de la terminología. Yo también coincido con él en que los totalitarismos del siglo XX desvirtuaron algo esas referencias pero también lo hicieron con nombres como "democracia"; por ejemplo la Alemania Oriental se llamaba oficialmente "Deutsche Democratische Republik" y los países como Hungría, Polonia , Checoslovaquia y otros no eran "socialismos populares" como dice él sino Repúblicas Socialistas o Repúblicas Populares (o Nacionales) como Bulgaria (Narodna Republika).
¿Es acaso una razón para decir que no debemos usar términos como Democracia o República porque fueron desvirtuados por totalitarismos en el siglo XX?
Los marxistas leninistas se llamaban a sí mismos Socialistas Científicos (un colmo) en oposición a los Socialistas Utópicos (término peyorativo que K. Marx dio a Proudhomme)
Pero bueno, ya esto es Historia (Otra época).
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Re: Derechas e Izquierdas desde una perspectiva cubana
05 Mar 2016 20:58 - 05 Mar 2016 21:12
Bueno, ¡bueno! ... Veamos. Es una verdad histórica que el orden y la seguridad son tradicionalmente "valores" del socialismo extremo o comunismo. El gobierno cubano, por muchos años, se vanagloriaba de que había orden y no había prácticamente actividad criminal en la Isla. Por su parte, la resistencia a la opresión es también tradicionalmente un valor enarbolado por el conservadurismo, el libertarianismo y el anarquismo, que suelen rebelarse ( a veces ferozmente) contra muchas de las incursiones del Estado en sus asuntos "privados".
La opinión que vertí en mi mensaje anterior puntualizaba la confusión que provoca el uso de "izquierda", "derecha", "centro", o "centro derecha" y "centro izquierda" para identificar las tendencias y programas políticos. En un artículo hace varios años preguntaba: "¿A la izquierda de qué?" Por lo tanto, no me refería a dejar de usar las palabras "socialismo", "democracia" y otras como lo sugiere Abelardo en su argumento, sino en utilizarlas apropiadamente en lugar de pretender visualizar las fuerzas políticas en función del lugar que ocupan (u ocupaban) en un Parlamento. Eso de que las izquierdas o las derechas tradicionalmente tienen determinados valores, queda totalmente desvirtuado por el hecho de que se clasifique al nazismo y al fascismo como parte de la "derecha" y al comunismo como parte de la "izquierda", cuando ambos son sistemas totalitarios de absoluta centralización del poder con un propósito supuestamente socialista por la vía de alcanzar los fines igualitarios por cualquier medio de fuerza o persuasión.
El común denominador de estas ideologías políticas es el centralismo del poder que va diluyéndose en diversos matices hasta llegar al anarquismo. Este centralismo implica una serie de valores y condiciones, por las cuales, es más probable que un socialista acepte que el fin justifica los medios porque para llegar a la justicia social hay que sacrificar determinadas libertades accediendo a un gobierno fuertemente (o al menos relativamente) centralizado, y que un conservador o un anarquista llegue a grados de verdadero libertinaje en su afán de poner al Estado en un segundo plano como testigo presencial de lo que sucede en el país y no como administrador del mismo.
Por lo tanto, en Estados Unidos, por ejemplo, la tendencia socialista es a eliminar todo derecho a portar armas y la tendencia conservadora y libertaria es a no ponerles ningún límite, aunque estos últimos no aclaran si eso implica que un ciudadano tiene derecho según la Segunda Enmienda a comprar cañones y proyectiles dirigidos.
Conozco lo suficiente a Abelardo como para estar convencido de que no es, ni con mucho, un extremista. Luego entiendo y aplaudo que se pronuncie por un equilibrio en el que "hay que ser capaz de matizar las cosas". Por eso me sorprende que me acuse de presentar sus ideas "en forma de nebulosa azul", porque no comprendo la "nebulosa azul" de mi mensaje anterior. Aunque me gustan las nubes y el color azul es mi favorito, no creo que se refiera a esas preferencias. Simplemente expreso mis opiniones y la forma en la que interpreto lo que él o cualquier otro ha opinado. Si mi interpretación es errada, para eso está este FORO que permite debates: ¡para aclarar las cosas!
La opinión que vertí en mi mensaje anterior puntualizaba la confusión que provoca el uso de "izquierda", "derecha", "centro", o "centro derecha" y "centro izquierda" para identificar las tendencias y programas políticos. En un artículo hace varios años preguntaba: "¿A la izquierda de qué?" Por lo tanto, no me refería a dejar de usar las palabras "socialismo", "democracia" y otras como lo sugiere Abelardo en su argumento, sino en utilizarlas apropiadamente en lugar de pretender visualizar las fuerzas políticas en función del lugar que ocupan (u ocupaban) en un Parlamento. Eso de que las izquierdas o las derechas tradicionalmente tienen determinados valores, queda totalmente desvirtuado por el hecho de que se clasifique al nazismo y al fascismo como parte de la "derecha" y al comunismo como parte de la "izquierda", cuando ambos son sistemas totalitarios de absoluta centralización del poder con un propósito supuestamente socialista por la vía de alcanzar los fines igualitarios por cualquier medio de fuerza o persuasión.
El común denominador de estas ideologías políticas es el centralismo del poder que va diluyéndose en diversos matices hasta llegar al anarquismo. Este centralismo implica una serie de valores y condiciones, por las cuales, es más probable que un socialista acepte que el fin justifica los medios porque para llegar a la justicia social hay que sacrificar determinadas libertades accediendo a un gobierno fuertemente (o al menos relativamente) centralizado, y que un conservador o un anarquista llegue a grados de verdadero libertinaje en su afán de poner al Estado en un segundo plano como testigo presencial de lo que sucede en el país y no como administrador del mismo.
Por lo tanto, en Estados Unidos, por ejemplo, la tendencia socialista es a eliminar todo derecho a portar armas y la tendencia conservadora y libertaria es a no ponerles ningún límite, aunque estos últimos no aclaran si eso implica que un ciudadano tiene derecho según la Segunda Enmienda a comprar cañones y proyectiles dirigidos.
Conozco lo suficiente a Abelardo como para estar convencido de que no es, ni con mucho, un extremista. Luego entiendo y aplaudo que se pronuncie por un equilibrio en el que "hay que ser capaz de matizar las cosas". Por eso me sorprende que me acuse de presentar sus ideas "en forma de nebulosa azul", porque no comprendo la "nebulosa azul" de mi mensaje anterior. Aunque me gustan las nubes y el color azul es mi favorito, no creo que se refiera a esas preferencias. Simplemente expreso mis opiniones y la forma en la que interpreto lo que él o cualquier otro ha opinado. Si mi interpretación es errada, para eso está este FORO que permite debates: ¡para aclarar las cosas!
Last edit: 05 Mar 2016 21:12 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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Re: Derechas e Izquierdas desde una perspectiva cubana
06 Mar 2016 11:36
Para tratar de poner fin a lo que se asemeja a un diálogo de sordos voy a exponer más claramente lo que opino.
En primer lugar le ruego a Gerardo que no interprete lo que escribo sino que lea lo que escribo.
Insisto en este punto porque siempre que Gerardo ha “interpretado” lo que he escrito, lo que ha hecho es decir lo que él cree que yo “quería decir” o lo que él piensa que se puede deducir de lo que él cree que yo opino.
Le recuerdo que interpretar viene del latín interpretare de inter-pretium, es decir sacar el precio, el valor de lo que hay dentro, explicar quizá lo que no esté claro pero en ningún caso consiste en transformar ni cambiar el sentido de lo que se dijo o se escribió.
Insistí en la idea que el Orden y la Seguridad tienen más importancia para un hombre de derechas que para uno de izquierdas.
Esto no quiere decir que no tengan importancia para un hombre de izquierdas o que sean una obsesión compulsiva para un hombre de derechas.
Ahora bien, después de habernos explicado -con mucha razón- que los totalitarismos confundieron las nociones de izquierda y de derecha nos dice que:
“Bueno, ¡bueno! ... Veamos. Es una verdad histórica que el orden y la seguridad son tradicionalmente "valores" del socialismo extremo o comunismo. El gobierno cubano, por muchos años, se vanagloriaba de que había orden y no había prácticamente actividad criminal en la Isla”
El orden y la seguridad eran también bases del gobierno de Franco que era lo más anticomunista que se pueda imaginar, igual que la dictadura de los generales griegos en los 60.
Pero es que en esos sistemas totalitarios, ya no se puede hablar de izquierda ni de derecha ni de derecho ni de democracia ni de nada.
En esos regímenes lo que no está prohibido es obligatorio y Sanseacabó.
En el año 60 el Líder Máximo vociferaba, en un discurso – que oí yo, nadie me lo contó - que:
“¡Democracia es ésta que les da un fusil a los obreros! ¡Democracia es ésta que les da un fusil a los campesinos!¡Democracia es ésta que les da un fusil a los estudiantes! ¡Democracia es ésta que les da un fusil a los negros! ¡Democracia es ésta que le da un fusil a todo aquel que esté dispuesto a defender una causa justa!
Yo pregunto: ¿era acaso por eso una democracia? Más parecía una arenga de la NRA.
Gerardo tiene opiniones firmes y contrariamente a mí, que no estoy convencido ni del “teorema de Pitágoras” tiene convicciones.
Una de ellas es que “el socialismo” es centralizador:
“Este centralismo implica una serie de valores y condiciones, por las cuales, es más probable que un socialista acepte que el fin justifica los medios porque para llegar a la justicia social hay que sacrificar determinadas libertades accediendo a un gobierno fuertemente (o al menos relativamente) centralizado”.
Sin duda alguna el mal llamado Socialismo Científico que profesaba el PCUS y muchos de sus satélites lo era, y hasta se referían a un supuesto “Centralismo Democrático”, pero el “Revisionista” que existía en la antigua Yugoeslavia no lo era sino que se las dada de aplicar la “autogestión” descentralizada.
Quisiera que me explicara entonces cómo, en Francia, país que conozco particularmente bien y que desde Luis XIV estuvo extremadamente centralizado, fueron los socialistas bajo el gobierno del PM Pierre Mauroy y la dirección del ministro socialista Gastón Deferre los que procedieron a las leyes de descentralización en 1982.
Recuerdo que el Presidente socialista François Miterrand, en la televisión explicó que:
“En el siglo XVII hubo que centralizar a Francia para que no se rompiera y ahora hay que descentralizarla para que no se rompa”.
Lo de que el fin que justifica los medios y que un socialista acepte eso fácilmente, es un prejuicio.
Esa idea no es ni de derecha ni izquierda sino de moral.
Algunos se la atribuyen a Maquiavelo pero sin citar jamás el texto en que la escribió. Otros, quizá con más razón, al diplomático e historiador del siglo XV Philippe de Commines.
En cuanto a la libertad de portar armas, que cada cual se haga su propia idea.
Sólo me permito recordar que en el País de la Libertad, el año pasado o hace dos años, no recuerdo bien, hubo más de 33000 muertos por disparos.
Sí, más de treinta y tres mil muertos.
“¡Libertad!¡Libertad! ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”
¿Los cometen hombres de izquierda o de derecha?
En primer lugar le ruego a Gerardo que no interprete lo que escribo sino que lea lo que escribo.
Insisto en este punto porque siempre que Gerardo ha “interpretado” lo que he escrito, lo que ha hecho es decir lo que él cree que yo “quería decir” o lo que él piensa que se puede deducir de lo que él cree que yo opino.
Le recuerdo que interpretar viene del latín interpretare de inter-pretium, es decir sacar el precio, el valor de lo que hay dentro, explicar quizá lo que no esté claro pero en ningún caso consiste en transformar ni cambiar el sentido de lo que se dijo o se escribió.
Insistí en la idea que el Orden y la Seguridad tienen más importancia para un hombre de derechas que para uno de izquierdas.
Esto no quiere decir que no tengan importancia para un hombre de izquierdas o que sean una obsesión compulsiva para un hombre de derechas.
Ahora bien, después de habernos explicado -con mucha razón- que los totalitarismos confundieron las nociones de izquierda y de derecha nos dice que:
“Bueno, ¡bueno! ... Veamos. Es una verdad histórica que el orden y la seguridad son tradicionalmente "valores" del socialismo extremo o comunismo. El gobierno cubano, por muchos años, se vanagloriaba de que había orden y no había prácticamente actividad criminal en la Isla”
El orden y la seguridad eran también bases del gobierno de Franco que era lo más anticomunista que se pueda imaginar, igual que la dictadura de los generales griegos en los 60.
Pero es que en esos sistemas totalitarios, ya no se puede hablar de izquierda ni de derecha ni de derecho ni de democracia ni de nada.
En esos regímenes lo que no está prohibido es obligatorio y Sanseacabó.
En el año 60 el Líder Máximo vociferaba, en un discurso – que oí yo, nadie me lo contó - que:
“¡Democracia es ésta que les da un fusil a los obreros! ¡Democracia es ésta que les da un fusil a los campesinos!¡Democracia es ésta que les da un fusil a los estudiantes! ¡Democracia es ésta que les da un fusil a los negros! ¡Democracia es ésta que le da un fusil a todo aquel que esté dispuesto a defender una causa justa!
Yo pregunto: ¿era acaso por eso una democracia? Más parecía una arenga de la NRA.
Gerardo tiene opiniones firmes y contrariamente a mí, que no estoy convencido ni del “teorema de Pitágoras” tiene convicciones.
Una de ellas es que “el socialismo” es centralizador:
“Este centralismo implica una serie de valores y condiciones, por las cuales, es más probable que un socialista acepte que el fin justifica los medios porque para llegar a la justicia social hay que sacrificar determinadas libertades accediendo a un gobierno fuertemente (o al menos relativamente) centralizado”.
Sin duda alguna el mal llamado Socialismo Científico que profesaba el PCUS y muchos de sus satélites lo era, y hasta se referían a un supuesto “Centralismo Democrático”, pero el “Revisionista” que existía en la antigua Yugoeslavia no lo era sino que se las dada de aplicar la “autogestión” descentralizada.
Quisiera que me explicara entonces cómo, en Francia, país que conozco particularmente bien y que desde Luis XIV estuvo extremadamente centralizado, fueron los socialistas bajo el gobierno del PM Pierre Mauroy y la dirección del ministro socialista Gastón Deferre los que procedieron a las leyes de descentralización en 1982.
Recuerdo que el Presidente socialista François Miterrand, en la televisión explicó que:
“En el siglo XVII hubo que centralizar a Francia para que no se rompiera y ahora hay que descentralizarla para que no se rompa”.
Lo de que el fin que justifica los medios y que un socialista acepte eso fácilmente, es un prejuicio.
Esa idea no es ni de derecha ni izquierda sino de moral.
Algunos se la atribuyen a Maquiavelo pero sin citar jamás el texto en que la escribió. Otros, quizá con más razón, al diplomático e historiador del siglo XV Philippe de Commines.
En cuanto a la libertad de portar armas, que cada cual se haga su propia idea.
Sólo me permito recordar que en el País de la Libertad, el año pasado o hace dos años, no recuerdo bien, hubo más de 33000 muertos por disparos.
Sí, más de treinta y tres mil muertos.
“¡Libertad!¡Libertad! ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”
¿Los cometen hombres de izquierda o de derecha?
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Re: Derechas e Izquierdas desde una perspectiva cubana
06 Mar 2016 21:37 - 06 Mar 2016 22:06
Hablemos de socialismo, pero antes permítaseme referirme brevemente a los malos entendidos que parecen haber impulsado a Abelardo a tachar injustamente un debate racional como un aparente "diálogo de sordos".
Es absurdo pretender que otra persona que no tiene poderes telepáticos para leer profundamente en mi mente pueda con la simple lectura de mis opiniones llegar a conclusiones precisas de lo que yo pienso. Si eso fuera posible, no harían falta los debates, porque todo estaría siempre claro para el interlocutor. El problema se complica porque hay personas que emiten juicios y opiniones con mayor claridad que otras. Evidentemente no tengo la capacidad de expresarme con la claridad que lo hace Abelardo; por eso aprecio el debate que me permita aclarar las cosas y corregirme. En ningún momento me siento agredido porque alguien me diga que me equivoqué o porque interprete mal mis ideas (con todo su derecho); por el contrario, la controversia me impulsa a aclarar conceptos y a definir mejor el sujeto de mis opiniones, lo cual me parece muy positivo.
Por eso me complace que en este debate, quizás sin proponérnoslo, Abelardo y yo coincidamos en que el uso de términos como "derechas" e "izquierdas" ─como ya lo esbozó Juan Antonio en su mensaje original─ provoca una notable confusión. Lamentablemente, se aplican esos calificativos a los regímenes totalitarios. Por otra parte, las circunstancias por las que se les identifique con el socialismo (extremista) se basan en el hecho de que éstos surgieron de raíces socialistas y adoptan asimismo alguna variante de identificación con el socialismo en el nombre que escogen para propagar sus doctrinas y llegar a gobernar.
Mis estudios de ciencia política me han enseñado que el socialismo en general, como doctrina, promueve un Estado centralizador, en mayor o menor medida, según sus matices y moderación. El extremo de la concentración de poder se identifica como "totalitarismo". Pero sin llegar tan lejos, el Estado de bienestar (Welfare) es una creación socialista y cuanto mayor es la intervención del Estado para promoverlo, mayor es la centralización del poder en el Estado que lo organiza y controla.
En ningún momento cometo el error de afirmar que el socialismo sólo tiene raíces hegelianas, transformadas por el marxismo y adulteradas por el leninismo con el pretexto de un falso socialismo "científico". El socialismo tiene muchas más raíces y llega a distintas síntesis según su matiz más o menos moderado.
Cuando Abelardo subraya que tengo "opiniones firmes", espero que se refiera a mi convicción de que la función concreta del Estado -su función principal- es velar por el orden legal y la aplicación de la ley. El Estado no es la ley ni tampoco su función es la de mandar sino la de servir. La función de un Presidente, por ejemplo, no es mandar ni ser un caudillo sino administrar el Estado y servir a su pueblo. En eso concuerdo con la opinión inspiradora de Jacques Maritain cuando afirma que: "El Estado no es más que un órgano habilitado para hacer uso del poder y la coerción y compuesto de expertos o especialistas en el orden y el bienestar públicos" (De "El Hombre y el Estado"). Pero, además, estemos conscientes de que Maritain ofrecía esta descripción dentro del contexto de un Estado obligado al respeto irrestricto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los ciudadanos. En otras palabras, "el uso del poder y la coerción" no implican el abuso de los medios legales en violación de los derechos de los ciudadanos para alcanzar fines supuestamente concebidos para "el bien común".
Estoy seguro de que el socialismo democrático respeta este concepto del Estado, aunque a veces se extralimite en la concentración del poder para crear y/o aumentar el Estado de bienestar. Empero, cuando un pueblo goza de una democracia auténtica, es posible fomentar en la opinión pública tendencias que limiten la concentración del poder en un gobierno determinado. Ese es el fenómeno que observamos en Estados Unidos con el movimiento "conservador" que aspira a reducir el gasto excesivo del "Welfare" americano que está llegando a límites insostenibles.
¿Que es entonces el Socialismo? ¿Cómo se le puede describir? Haría falta todo un tratado para hacerlo porque hay muchos matices, desde las ideas socialistas originales a principios del siglo XIX, pasando por el positivismo, el marxismo, etc. En realidad la Primera Internacional socialista concreta las ideas originales elaboradas en la Comuna de París, que se inspiró en gran medida en el movimiento sindicalista francés y en Proudhon, quien más tarde sería denostado por Marx. Luego podríamos afirmar sin exagerar que el socialismo es una ideología marcadamente francesa, lo cual no impide que Miterrand, Deferre o cualquier otro socialista francés se salga en ciertos casos de sus parámetros ideológicos en busca de soluciones pragmáticas; lo cual sucede también en gobiernos que ostentan otras ideologías.
Hay muchas obras de ciencia política (y también de divulgación) sobre el socialismo, pero para simplificar, emplearé la Gran Enciclopedia Larousse, que es una obra intrínsecamente francesa que dedica una página entera en letra muy pequeña a la socialdemocracia, una de las ramas moderadas del socialismo, y ¡once páginas más! a los términos "socialismo" y "socialista". ¡Y eso que se supone que una enciclopedia haga solamente una síntesis! Luego no puedo responder a las dos preguntas del párrafo anterior en un debate como este. No obstante, puedo citar la definición inicial de "socialismo" que aparece en la Gran Eciclopedia Larousse: "Doctrina que propugna la propiedad pública de los medios de producción, de cambio y de distribución, generalmente basada en el control del poder político por parte del proletariado y en contraposición con el individualismo, de raíz burguesa". Después habla de una "ley de desarrollo social" y otras estructuras políticas adoptadas por diversas ramas del socialismo que han optado por conceptos menos radicales.
Por tanto, el meollo del pensamiento socialista se concentra en la centralización del Estado, en mayor o menor medida según sus ramales ideológicos. La política socialista yugoslava, por ejemplo, se situaba a cierta distancia del socialismo soviético y permitía determinadas libertades públicas conculcadas por la URSS. Su desarrollo independiente permitió una transformación gradual que se alejaba del totalitarismo tras la muerte de Tito en 1980. Aunque Abelardo afirma que el socialismo "Revisionista" yugoslavo no se ajustaba al mal llamado "Centralismo Democrático" soviético (que nada tenía de democrático), lo cierto es que siguieron gobernando con mano férrea los caudillos del Partido Comunista y el Estado mantuvo hasta principios de los 90 el control de la gran mayoría de los medios de producción, el comercio y la tasa de cambio de la moneda, así como un sistema político que en la práctica era unipartidista.
En el caso de Cuba, al que se refiere Juan Antonio en su aporte original, el sistema totalitario persiste, aunque haya algunos que insistan con muy buena voluntad que se están experimentando cambios que alejan al gobierno de los hermanos Castro del centralismo absoluto del poder. El totalitarismo tiene también diversos niveles, y no era tan absoluto con Mussolini como con Hitler, ni lo fue tanto con Khrushev como con Stalin o Lenin. Los hermanos Castro han abierto un poco el puño que los mantiene en el poder para intentar adaptarlo de forma pragmática a las necesidades imperiosas del momento. No ha cesado el sistema totalitario ni se está reformando; sencillamente se está adaptando a las circunstancias para enfrentar el desastre y reactivar el Estado de dependencia que ha permitido su vigencia, primero con la URSS, después con la Venezuela de Chávez, y ahora con los dólares de inversionistas que corren el riego de pescar en río revuelto en una jugada que puede resultar muy provechosa para sus intereses y no los del pueblo.
Es absurdo pretender que otra persona que no tiene poderes telepáticos para leer profundamente en mi mente pueda con la simple lectura de mis opiniones llegar a conclusiones precisas de lo que yo pienso. Si eso fuera posible, no harían falta los debates, porque todo estaría siempre claro para el interlocutor. El problema se complica porque hay personas que emiten juicios y opiniones con mayor claridad que otras. Evidentemente no tengo la capacidad de expresarme con la claridad que lo hace Abelardo; por eso aprecio el debate que me permita aclarar las cosas y corregirme. En ningún momento me siento agredido porque alguien me diga que me equivoqué o porque interprete mal mis ideas (con todo su derecho); por el contrario, la controversia me impulsa a aclarar conceptos y a definir mejor el sujeto de mis opiniones, lo cual me parece muy positivo.
Por eso me complace que en este debate, quizás sin proponérnoslo, Abelardo y yo coincidamos en que el uso de términos como "derechas" e "izquierdas" ─como ya lo esbozó Juan Antonio en su mensaje original─ provoca una notable confusión. Lamentablemente, se aplican esos calificativos a los regímenes totalitarios. Por otra parte, las circunstancias por las que se les identifique con el socialismo (extremista) se basan en el hecho de que éstos surgieron de raíces socialistas y adoptan asimismo alguna variante de identificación con el socialismo en el nombre que escogen para propagar sus doctrinas y llegar a gobernar.
Mis estudios de ciencia política me han enseñado que el socialismo en general, como doctrina, promueve un Estado centralizador, en mayor o menor medida, según sus matices y moderación. El extremo de la concentración de poder se identifica como "totalitarismo". Pero sin llegar tan lejos, el Estado de bienestar (Welfare) es una creación socialista y cuanto mayor es la intervención del Estado para promoverlo, mayor es la centralización del poder en el Estado que lo organiza y controla.
En ningún momento cometo el error de afirmar que el socialismo sólo tiene raíces hegelianas, transformadas por el marxismo y adulteradas por el leninismo con el pretexto de un falso socialismo "científico". El socialismo tiene muchas más raíces y llega a distintas síntesis según su matiz más o menos moderado.
Cuando Abelardo subraya que tengo "opiniones firmes", espero que se refiera a mi convicción de que la función concreta del Estado -su función principal- es velar por el orden legal y la aplicación de la ley. El Estado no es la ley ni tampoco su función es la de mandar sino la de servir. La función de un Presidente, por ejemplo, no es mandar ni ser un caudillo sino administrar el Estado y servir a su pueblo. En eso concuerdo con la opinión inspiradora de Jacques Maritain cuando afirma que: "El Estado no es más que un órgano habilitado para hacer uso del poder y la coerción y compuesto de expertos o especialistas en el orden y el bienestar públicos" (De "El Hombre y el Estado"). Pero, además, estemos conscientes de que Maritain ofrecía esta descripción dentro del contexto de un Estado obligado al respeto irrestricto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los ciudadanos. En otras palabras, "el uso del poder y la coerción" no implican el abuso de los medios legales en violación de los derechos de los ciudadanos para alcanzar fines supuestamente concebidos para "el bien común".
Estoy seguro de que el socialismo democrático respeta este concepto del Estado, aunque a veces se extralimite en la concentración del poder para crear y/o aumentar el Estado de bienestar. Empero, cuando un pueblo goza de una democracia auténtica, es posible fomentar en la opinión pública tendencias que limiten la concentración del poder en un gobierno determinado. Ese es el fenómeno que observamos en Estados Unidos con el movimiento "conservador" que aspira a reducir el gasto excesivo del "Welfare" americano que está llegando a límites insostenibles.
¿Que es entonces el Socialismo? ¿Cómo se le puede describir? Haría falta todo un tratado para hacerlo porque hay muchos matices, desde las ideas socialistas originales a principios del siglo XIX, pasando por el positivismo, el marxismo, etc. En realidad la Primera Internacional socialista concreta las ideas originales elaboradas en la Comuna de París, que se inspiró en gran medida en el movimiento sindicalista francés y en Proudhon, quien más tarde sería denostado por Marx. Luego podríamos afirmar sin exagerar que el socialismo es una ideología marcadamente francesa, lo cual no impide que Miterrand, Deferre o cualquier otro socialista francés se salga en ciertos casos de sus parámetros ideológicos en busca de soluciones pragmáticas; lo cual sucede también en gobiernos que ostentan otras ideologías.
Hay muchas obras de ciencia política (y también de divulgación) sobre el socialismo, pero para simplificar, emplearé la Gran Enciclopedia Larousse, que es una obra intrínsecamente francesa que dedica una página entera en letra muy pequeña a la socialdemocracia, una de las ramas moderadas del socialismo, y ¡once páginas más! a los términos "socialismo" y "socialista". ¡Y eso que se supone que una enciclopedia haga solamente una síntesis! Luego no puedo responder a las dos preguntas del párrafo anterior en un debate como este. No obstante, puedo citar la definición inicial de "socialismo" que aparece en la Gran Eciclopedia Larousse: "Doctrina que propugna la propiedad pública de los medios de producción, de cambio y de distribución, generalmente basada en el control del poder político por parte del proletariado y en contraposición con el individualismo, de raíz burguesa". Después habla de una "ley de desarrollo social" y otras estructuras políticas adoptadas por diversas ramas del socialismo que han optado por conceptos menos radicales.
Por tanto, el meollo del pensamiento socialista se concentra en la centralización del Estado, en mayor o menor medida según sus ramales ideológicos. La política socialista yugoslava, por ejemplo, se situaba a cierta distancia del socialismo soviético y permitía determinadas libertades públicas conculcadas por la URSS. Su desarrollo independiente permitió una transformación gradual que se alejaba del totalitarismo tras la muerte de Tito en 1980. Aunque Abelardo afirma que el socialismo "Revisionista" yugoslavo no se ajustaba al mal llamado "Centralismo Democrático" soviético (que nada tenía de democrático), lo cierto es que siguieron gobernando con mano férrea los caudillos del Partido Comunista y el Estado mantuvo hasta principios de los 90 el control de la gran mayoría de los medios de producción, el comercio y la tasa de cambio de la moneda, así como un sistema político que en la práctica era unipartidista.
En el caso de Cuba, al que se refiere Juan Antonio en su aporte original, el sistema totalitario persiste, aunque haya algunos que insistan con muy buena voluntad que se están experimentando cambios que alejan al gobierno de los hermanos Castro del centralismo absoluto del poder. El totalitarismo tiene también diversos niveles, y no era tan absoluto con Mussolini como con Hitler, ni lo fue tanto con Khrushev como con Stalin o Lenin. Los hermanos Castro han abierto un poco el puño que los mantiene en el poder para intentar adaptarlo de forma pragmática a las necesidades imperiosas del momento. No ha cesado el sistema totalitario ni se está reformando; sencillamente se está adaptando a las circunstancias para enfrentar el desastre y reactivar el Estado de dependencia que ha permitido su vigencia, primero con la URSS, después con la Venezuela de Chávez, y ahora con los dólares de inversionistas que corren el riego de pescar en río revuelto en una jugada que puede resultar muy provechosa para sus intereses y no los del pueblo.
Last edit: 06 Mar 2016 22:06 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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Re: Derechas e Izquierdas desde una perspectiva cubana
07 Mar 2016 10:25
Gerardo acaba de contestar a mis observaciones con mucha claridad.
Le agradezco su elogio pero sus textos siempre están impecablemente escritos y en ese aspecto francamente no tiene nada que envidiarle a nadie.
Hay dos o tres puntos que quisiera aclarar para que no quede la menor ambigüedad sobre nuestras ideas.
Creo poder afirmar que después de sus últimas explicaciones podemos decir que globalmente estamos de acuerdo -algo que ya sabíamos- sobre estas cuestiones de izquierda, centro y derecha, dejando aparte el “error de paralaje” debido a la diferencia de perspectivas norteamericana y europea.
Por ejemplo: visto desde Francia, el Senador Marco Rubio se situaría a la derecha de… Marine Le Pen ¡!; allá el señor Sanders aparece como de extrema izquierda, aquí no; mientras que, para mí, Ted Cruz representa la Extrema…Unción.
En cuanto a las perspectivas cubanas, todavía es temprano para ver el alcance de los cambios que se hacen y se preparan. Esperemos que todo salga bien, aunque nuestra afición por los disparates pueda mantenerme escéptico.
Hace poco tiempo leí un artículo de una señora que hablaba de las dificultades de los antiguos países de la URSS y decía, por ejemplo, que en Uzbekistán no había ninguna libertad de empresa.
El año pasado, en Samarcanda, Uzbekistán, tuve el gusto de conocer al señor Izrofil en su hotel, con quien estuvimos hablando largo rato pues nos invitó a cenar a Nathalie y a mí. Izrofil, además de ser dueño de varios hoteles en su país, creó una agencia de viajes -que organizó el nuestro - y viene todos los años a Francia (habla un francés prácticamente perfecto) a los diferentes salones de Turismo que se organizan a menudo en las grandes ciudades del país galo.
Me gustaría saber de dónde nos viene ese prurito que nos incita a hablar de lo que no sabemos.
Por otra parte no sé a qué viene el preámbulo sobre que habría que tener poderes telepáticos para poder sacar conclusiones sobre lo que él piensa.
Estoy totalmente de acuerdo y no creo que se refiera a mí porque lo único que escribí era que yo no estaba seguro ni del Teorema de Pitágoras y que él era un hombre de convicciones firmes.
¡Y lo sigo creyendo! Y no hay nada que sea peyorativo en esto. Y no sólo en lo tocante al Estado y a su función sino también en otros muchos temas.
Creo que hizo muy bien en buscar una definición de socialismo en la Gran Enciclopedia Larousse ¿por qué no? Yo también busqué en:
www.larousse.fr/encyclopedie/divers/socialisme/92317
pero no encontré la misma que él.
Gerardo se asombra de la cantidad de páginas dedicadas al concepto y escribe:
¡Y eso que se supone que una enciclopedia haga solamente una síntesis!
Pero, Gerardo, me parece que confundes síntesis y resumen. Síntesis, del griego Sýn -Thésis se entiende “junto con” “al mismo tiempo que” la Tesis (igual que sin-tonía es con el tono, sin- chronía es con el tiempo, etc)
Se trata de un método que procede de los elementos al todo en oposición al análisis.
También se entiende como la tercera etapa de un razonamiento según las etapas Tesis, Antítesis, Síntesis que no es una repetición de la Tesis sino “con algo más”. (Gracias, Enseñanza Francesa).
Una síntesis tiene en cuenta pues los diferentes elementos para dar una visión cabal de un Todo pero claro, los que se pierden entre los múltiples elementos, los que no logran ver la relación entre ellos y se van por los Montes de Úbeda no pueden hacer buenas síntesis.
Pero en ningún caso se trata de un resumen.
Creo que hemos aclarado muchas cosas, entonces, como decía A. Comte:
“No lo digamos todo, y así terminaremos antes”.
Le agradezco su elogio pero sus textos siempre están impecablemente escritos y en ese aspecto francamente no tiene nada que envidiarle a nadie.
Hay dos o tres puntos que quisiera aclarar para que no quede la menor ambigüedad sobre nuestras ideas.
Creo poder afirmar que después de sus últimas explicaciones podemos decir que globalmente estamos de acuerdo -algo que ya sabíamos- sobre estas cuestiones de izquierda, centro y derecha, dejando aparte el “error de paralaje” debido a la diferencia de perspectivas norteamericana y europea.
Por ejemplo: visto desde Francia, el Senador Marco Rubio se situaría a la derecha de… Marine Le Pen ¡!; allá el señor Sanders aparece como de extrema izquierda, aquí no; mientras que, para mí, Ted Cruz representa la Extrema…Unción.
En cuanto a las perspectivas cubanas, todavía es temprano para ver el alcance de los cambios que se hacen y se preparan. Esperemos que todo salga bien, aunque nuestra afición por los disparates pueda mantenerme escéptico.
Hace poco tiempo leí un artículo de una señora que hablaba de las dificultades de los antiguos países de la URSS y decía, por ejemplo, que en Uzbekistán no había ninguna libertad de empresa.
El año pasado, en Samarcanda, Uzbekistán, tuve el gusto de conocer al señor Izrofil en su hotel, con quien estuvimos hablando largo rato pues nos invitó a cenar a Nathalie y a mí. Izrofil, además de ser dueño de varios hoteles en su país, creó una agencia de viajes -que organizó el nuestro - y viene todos los años a Francia (habla un francés prácticamente perfecto) a los diferentes salones de Turismo que se organizan a menudo en las grandes ciudades del país galo.
Me gustaría saber de dónde nos viene ese prurito que nos incita a hablar de lo que no sabemos.
Por otra parte no sé a qué viene el preámbulo sobre que habría que tener poderes telepáticos para poder sacar conclusiones sobre lo que él piensa.
Estoy totalmente de acuerdo y no creo que se refiera a mí porque lo único que escribí era que yo no estaba seguro ni del Teorema de Pitágoras y que él era un hombre de convicciones firmes.
¡Y lo sigo creyendo! Y no hay nada que sea peyorativo en esto. Y no sólo en lo tocante al Estado y a su función sino también en otros muchos temas.
Creo que hizo muy bien en buscar una definición de socialismo en la Gran Enciclopedia Larousse ¿por qué no? Yo también busqué en:
www.larousse.fr/encyclopedie/divers/socialisme/92317
pero no encontré la misma que él.
Gerardo se asombra de la cantidad de páginas dedicadas al concepto y escribe:
¡Y eso que se supone que una enciclopedia haga solamente una síntesis!
Pero, Gerardo, me parece que confundes síntesis y resumen. Síntesis, del griego Sýn -Thésis se entiende “junto con” “al mismo tiempo que” la Tesis (igual que sin-tonía es con el tono, sin- chronía es con el tiempo, etc)
Se trata de un método que procede de los elementos al todo en oposición al análisis.
También se entiende como la tercera etapa de un razonamiento según las etapas Tesis, Antítesis, Síntesis que no es una repetición de la Tesis sino “con algo más”. (Gracias, Enseñanza Francesa).
Una síntesis tiene en cuenta pues los diferentes elementos para dar una visión cabal de un Todo pero claro, los que se pierden entre los múltiples elementos, los que no logran ver la relación entre ellos y se van por los Montes de Úbeda no pueden hacer buenas síntesis.
Pero en ningún caso se trata de un resumen.
Creo que hemos aclarado muchas cosas, entonces, como decía A. Comte:
“No lo digamos todo, y así terminaremos antes”.
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Re: Derechas e Izquierdas desde una perspectiva cubana
07 Mar 2016 18:26
Efectivamente, lo que nos ofrece la Gran Enciclopedia Larousse (la tengo impresa en 20 volúmenes y data de los años 80) es una síntesis y no un resumen, porque no resume un texto determinado sino que hace una síntesis sobre el tema, entresacada de muchas fuentes, algunas probablemente divergentes. Por el contenido que nos ofrece la Enciclopedia, entiendo que "tiene en cuenta los diferentes elementos para dar una visión cabal de un Todo", como nos alecciona Abelardo en su mensaje.
Hice el preámbulo que Abelardo cuestiona porque él habló de un "diálogo de sordos" y porque me pedía que "lea lo que escribo". Evidentemente lo leí, pero o lo interpreté mal o no me hice entender bien, y sobre este tema me parece importante hacer enfoques muy claros. ¿Por qué? Porque los demagogos y otros enemigos de la democracia manipulan y tergiversan estos conceptos para exagerar o, peor aún, para engañar a las masas. Por eso llegamos al extremo de que "democracia popular" fuera una mala palabra para muchos durante gran parte del siglo XX y un falso estandarte para los regímenes totalitarios. Y ni hablar de "gobierno del pueblo" o conceptos por el estilo.
Fue esta inquietud la que me impulsó a escribir "Gobierno del Pueblo: opción para un nuevo siglo", publicado en 1997, elaborando una de las muchas formas de organizar un sistema de gobierno bajo una democracia participativa. Los interesados en este libro pueden encontrarlo en Amazon a muy bajo precio y también pueden leer una reseña AQUÍ .
Hice el preámbulo que Abelardo cuestiona porque él habló de un "diálogo de sordos" y porque me pedía que "lea lo que escribo". Evidentemente lo leí, pero o lo interpreté mal o no me hice entender bien, y sobre este tema me parece importante hacer enfoques muy claros. ¿Por qué? Porque los demagogos y otros enemigos de la democracia manipulan y tergiversan estos conceptos para exagerar o, peor aún, para engañar a las masas. Por eso llegamos al extremo de que "democracia popular" fuera una mala palabra para muchos durante gran parte del siglo XX y un falso estandarte para los regímenes totalitarios. Y ni hablar de "gobierno del pueblo" o conceptos por el estilo.
Fue esta inquietud la que me impulsó a escribir "Gobierno del Pueblo: opción para un nuevo siglo", publicado en 1997, elaborando una de las muchas formas de organizar un sistema de gobierno bajo una democracia participativa. Los interesados en este libro pueden encontrarlo en Amazon a muy bajo precio y también pueden leer una reseña AQUÍ .
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