Ante todo, ¡FELIZ AÑO 2020 a todos los lectores y participantes de este FORO!
Y pasando al tema, estimo que cualquier debate sobre cuestiones de fe o sobre las creencias que afirmamos suele ser estéril, pero podemos apelar al factor histórico que, en todos los casos, se basa en dos elementos básicos: el testimonio de testigos presenciales y los documentos que hayan quedado para la posteridad.
Aun cuando contemos con estos dos elementos básicos, habrá siempre quienes duden y nieguen tales testimonios y evidencias documentadas. Por ejemplo, ¿es acaso más fácil creer en el testimonio que narra cómo 300 espartanos se enfrentaron y detuvieron durante toda una semana a un ejército de cientos de miles de persas en 480 a.C (dos millones según Heródoto) que creer en los testimonios de los evangelistas sobre Jesús?
No obstante, los historiadores no ponen en duda la importancia de la batalla de las Termópilas y el heroísmo de ese batallón de espartanos, pero rara vez hacen referencia a los testimonios del Nuevo Testamento sobre Jesús. Podemos dudar de ambos testimonios o podemos concebirlos como exageraciones, pero SON testimonios que todo historiador está obligado a respetar, referenciar y analizar.
Santiago nos hace aquí una exhortación muy inspiradora orientada al por qué de la Navidad, una palabra que enlaza su etimología con el hecho del nacimiento de Jesús. Luego la Navidad es la conmemoración de un nacimiento. Por tanto, no habría entrado ahora en esta disgresión si no fuera porque Santiago nos dice terminantemente en su mensaje: "Lo del Cristo o Mesías vino años Después de su muerte".
Por supuesto que "lo del Cristo o Mesías" podemos muy bien ponerlo en duda y hasta rechazarlo, si quien así lo interpreta no es Cristiano. Ahora bien, hay numerosos testimonios de quienes conocieron a Jesús en los que afirman que Él mismo se proclamó como tal. Por tanto, podemos referenciar como datos históricos que Jesús existió y que fundó una nueva Iglesia proclamándose a sí mismo como Hijo de Dios, el Mesías, el Cristo, mientras estaba en vida:
Lucas 9,20 – Y El les dijo: Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Y Pedro, respondiendo, dijo: Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.
Mateo 11,27 – Dijo Jesús: "Nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
• “Mas de aquel día y hora, nadie lo sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Marcos 13,32).
Marcos 14,61 – (La pregunta de Caifás): "¿Eres tú el Mesías, el hijo de Dios bendito?" "Sí lo soy".
• El Sumo Sacerdote le dijo: «Yo te conjuro por Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.» Dícele Jesús: «Sí, tú lo has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo» (Mateo 26,62-64) . Escena paralela en Lucas 22,70.
• 'Salí del Padre y vine al mundo; de nuevo dejo el mundo y me voy al Padre' (Juan 16, 28).
• '... si yo arrojo los demonios con el Espíritu de Dios, entonces es que ha llegado a vosotros el reino de Dios' (Mateo 12, 28).
Juan 14,6 – Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Hay muchas más evidencias testimoniales de quienes lo conocieron, en las cuales Jesús se proclama Hijo de Dios, el Mesías, pero sirvan estas de ejemplo, las que, al igual que la Batalla de las Termópilas, podemos ponerlas en duda o creerlas o no, pero no podemos desdeñarlas como referencia histórica. Igual que Heródoto, también Lucas, Mateo y otros dieron testimonio porque creyeron en lo que habían presenciado.
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