Carlos Alberto acusa de excéntrico al papa Francisco

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Carlos Alberto acusa de excéntrico al papa Francisco

17 May 2015 23:16 - 21 May 2015 19:38
#8765
En un artículo innecesariamente irrespetuoso, el amigo Carlos Alberto Montaner vuelve a la carga contra la Iglesia Católica y el papa Francisco. Y termina comparando a la dictadora cubana con el cuerpo colegiado del Estado Vaticano. ¡Vaya desprecio a una institución que ha dado tanto por la salvación moral del ser humano!

¿Qué tendrá que ver la declaración de Raúl Castro de volver a rezar y hasta de asistir a misa, que es un asunto netamente coyuntural o hasta personal, con acusar al papa Francisco de excéntrico y hacedor de rascacielos?

Una persona excéntrica, implica que es rara, extravagante, loca. Nada más lejano a la personalidad y en la conducta del papa Francisco, que es una persona humilde; de profundas creencias religiosas; siempre pidiendo que recemos por él; que no le gustan los lujos y la pompa; que en ocasiones se cocina su propia cena; que prefiere que su anillo sea de plata y no de oro; que ha combatido con justeza a los corruptos de la banca Vaticana; que le ha ido cerrando el camino siniestro a los curas pedofílicos; que insiste en poner a los pobres en el centro del trabajo apostólica de la Iglesia Católica; que se desvela por el drama de los inmigrantes en Lampedusa y en todas las fronteras donde la pobreza impulsa movimientos migratorios masivos; que respeta y perdona a los pecadores; que confiesa no sentirse con poder moral para juzgar a las personas gays y/o lesbianas; que quiere que los divorciados vuelvan a la Iglesia; que pide soluciones pacíficas en las zonas de violencia del mundo en base al diálogo y al perdón, como ocurrió en España, después de la sangrienta Guerra Civil del siglo pasado, y en la Suráfrica del apartheid y de Nelson Mandela.

Eso explica la mediación reciente del papa Francisco para que se reconozcan a los dos Estados de Israel y Palestina. Que por cierto vale la pena decir, que no solamente es la posición de Francisco, sino de la Iglesia Católica, pues desde 1994 el papa Juan Pablo II estableció relaciones diplomáticos con el Estado Palestino.

Por supuesto que la Iglesia Católica ha cometido errores en su larga historia, como todos y como toda institución con enormes responsabilidades. No nos molesta, como católicos, que se hablen y discutan. Esa es el carisma de la libertad que viene de la mano de Dios con la creación.
¿O es que acaso no han cometido errores los Estados Liberales que defiende con tanto pasión nuestro amigo Carlos Alberto?

No tendría sentido histórico ni sería justo, que pretendamos disminuir la grandeza de Suecia -el país liberal por excelencia- por la etapa imperialista de Gustavo Adolfo II en el siglo XVII; ni sería inteligente herir a esa otra gran nación liberal, Canadá, por la batalla de Ticonderoga (1758) en la Guerra sangrienta de los Siete Años del siglo XVIII. Hay cosas en la vida que no vale la pena decir, porque hieren con poco sentido y no construyen ni un minúsculo cantero para que crezcan las plantas.

Nuestro amigo y colega Carlos Alberto siempre anda utilizando el Tratado de Letrán (1929), donde Mussolini, como Primer Ministro reconoció al Estado Vaticano. Justo evaluar y hasta discernir como ese tratado resolvió un encono histórico entre Italia y la Iglesia Católica. Además de haber sido un acuerdo unificador.

No fue negativo ni destructor que el liberal Winston Churchill, ese gran hombre del siglo XX, visitara en 1927, como ministro de Hacienda de Gran Bretaña, al Primer Ministro Benito Mussolini en Roma.

La historia es maestra, aunque tenga coordenadas curiosas y hasta molestas o criticables. Como bien dijo la sabiduría de El Quijote, “en todas las casas se cuecen habas, y en la mía calderadas”.

Si Carlos Alberto investigara a fondo, aunque no lo desmiente, esa obra grande socio-humanitaria del catolicismo en ayudar a los enfermos, a los ancianos, a los pobres, a los desamparados, a los leprosos, a los hambrientos, a los inmigrantes, a los niños abandonados, a las mujeres abusadas, vería una obra única y santa en la historia.

Sólo con visitar a una Casa de la Madre Teresa, en cualquier lugar del mundo, uno siente agradecimiento y regocijo espiritual. Por si Carlos Alberto no lo sabe, en nuestra Cuba solamente las seguidoras de la Madre Teresa, esas monjitas fágiles e incansables, tienen once casas de humildes Hermanas de la Caridad, cuidando y alimentando a nuestros niños cubanos, para aliviar así la pobreza que escandaliza.

Ese es realmente Carlos Alberto, el verdadero rascacielos de la Iglesia, que con mucho esfuerzo de bondad se eleva por todas las latitudes para acercarse a los desamparados con la palabra del Dios misericordioso que es de todos.
Podemos hacer un simposio de los errores de la Iglesia Católica. Tal vez dos, cinco, los que quiera Carlos Alberto. Los conocemos al detalle. No tenemos temor a hablar de ellos. Lo hemos hecho muchas veces.

Pero cuando hablemos de los errores de la Iglesia, como el de la violencia de las Cruzadas, que Carlos Alberto menciona con tanta frecuencia repetitiva, y tiene todo el derecho de hacer, que mencione al menos los gestos de Santidad de la Iglesia, que son muchos y valiosos, por ese esfuerzo espiritual hondo y milagroso en busca de la salvación de las almas. Y que tampoco olvide todas las persecuciones pasadas y presentes, que hemos padecido y padecemos por los fanatismos de ayer y de hoy.

Menciono sólo cuatro santos: San Francisco de Asís, el santo de los pobres. San José de Calasanz, (Escolapio) el santo de la educación gratuita para todos. San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, a la que pertenece el papa Francisco.Y Santa Benedicta de la Cruz -Edith Stein- judía conversa, carmelita descalza, mártir de los Nazis. ¡Hay santidad en la Iglesia Católica, Carlos Alberto, créeme. No son todos pifias y errores!

¿Qué haríamos, le preguntaría a Carlos Alberto, si Raúl Castro de verdad reconoce sus pecados, empezara a rezar y volviese al seno de la Iglesia? Aquí tenemos un tema casi teológico. ¿Qué recomendaría él como periodista e historiador? ¿Se escandalizaría o lo aceptaría?
Si los racistas de Suráfrica, después de haber perseguido y asesinado tanto a los negros surafricanos, reconocieron su equivocación y aceptaron a Nelson Mandela y a su triunfo democrático, ¿por qué eso no puedo ocurrir en Cuba? No estoy afirmando que vaya a ocurrir. Pero podría.

Afirmar, como hace Carlos Alberto que la Iglesia Católica es frígida ante las libertades es casi un desatino ante la historia, por no decir una ofensa torpe.

¿Cómo explicaría Carlos Alberto que el papa Francisco es más popular en Cuba que Fidel y Raúl Castro juntos, de acuerdo a la encuesta reciente que él conoce?
Tal vez esa querencia de los cubanos hacia el papa Francisco es porque se ha ocupado de los cubanos, los va a visitar y les ha llevado el mensaje del Evangelio. Ademés ha colaborado a que termine ese funesto aislamiento de más de medio siglo, que lo único que a hecho es darle argumentos a la dictadura cubana para que justifique ese desastre económico que es el castrismo y que ha hundido a Cuba en la miseria.

Un abrazo hermano y sé más comprensivo con tus amigos católicos y con la Iglesia Católica, que te respeta y quiere.

albertomuller.net/
Last edit: 21 May 2015 19:38 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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Re: Carlos Alberto acusa de excéntrico al papa Francisco

28 May 2015 15:16
#8784
A causa del título impactante “Carlos Alberto acusa de excéntrico al papa Francisco” me decidí a leer el artículo del señor Alberto Muller en el que además escribe:

“En un artículo innecesariamente irrespetuoso, el amigo Carlos Alberto Montaner vuelve a la carga contra la Iglesia Católica y el papa Francisco” y luego “¿Qué tendrá que ver la declaración de Raúl Castro de volver a rezar y hasta de asistir a misa, que es un asunto netamente coyuntural o hasta personal, con acusar al papa Francisco de excéntrico y hacedor de rascacielos?”

Entonces me dije: “Abelardo, tienes que leer ese artículo de Montaner. Debe ser tremendo". Así fue como fui por vez primera al “blog” de este último para leer “Una dictadura con rascacielos”.

Mi sorpresa fue inmensa. Me imaginaba que iba a leer un texto irreverente, irónico y sumamente anticatólico.
Pues bien, yo no encontré nada de eso. En cambio, el señor Muller “leyó” que Montaner acusaba de excéntrico al Papa y hasta escribió:
Una persona excéntrica, implica que es rara, extravagante, loca. Nada más lejano a la personalidad y en la conducta del papa Francisco, que es una persona humilde; de profundas creencias religiosas…”
y sigue con un largo ditirambo sobre SS Francisco.

Pero ¿qué escribió Carlos Alberto Montaner? Copio:
“Raúl es el Presidente de una nación comunista –una de las pocas que quedan en el mundo–, y el papa, al margen de su condición de cabeza del catolicismo, es el monarca de un minúsculo Estado cuya independencia fue reconocida por Benito Mussolini. Desde el punto de vista político, no hay duda de que se trata de dos fenómenos excéntricos diferentes, pero con algún parecido formal.”
Vemos pues que el “bloguista Montaner” no habla de la personalidad de ninguno de los dos personajes citados sino que los presenta desde el punto de vista político.
¿Que estos casos son dos fenómenos? No cabe duda alguna. Un fenómeno es algo que se manifiesta y llama la atención. Así podemos decir que el rayo es un fenómeno atmosférico o que un gran actor es un fenómeno del cine o del teatro.
¿Son excéntricos? Indiscutiblemente.
Están ambos (siempre bajo el ángulo político, fuera de lo común). Son raros, poco corrientes, extravagantes (que es prácticamente un sinónimo de esto último). Lo de loco lo sacó el señor Muller de un sombrero de mago porque en ningún momento esta palabra aparece en el texto de Montaner.
Me permito aconsejarle que verifique su vocabulario.

Pero lo grave, lo gravísimo es el error de análisis. En ningún momento hubo ataque a la persona de Su Santidad sino comparación bajo el ángulo político.

Alberto Muller considera que CA Montaner vuelve a atacar a la Iglesia Católica cuando escribe:
“En rigor, la autoridad que ostentan los dos Jefes de Estado nada tiene que ver con los procesos plurales y abiertos de la democracia liberal. Ello acaso explica la tradicional frigidez del Vaticano ante la falta de libertades. Por eso Roma pudo firmar concordatos con la España de Franco en 1953, o con el sanguinario Trujillo de República Dominicana en 1954. A ninguno de estos dos países el papa Pío XII les exigió un cambio de conducta para firmar acuerdos. Los objetivos de la Iglesia eran de otra índole ».
Esto no le gustó nada al señor Muller pero yo, personalmente, opino como Montaner que los objetivos de la Iglesia no son, y no tienen por qué ser de índole política.
Sin embargo, reconozco que la Iglesia también es capaz de obrar por la libertad cuando los suyos son los atacados, como hizo en Polonia el heroico cardenal Wyzynsky aunque éste tuvo que aceptar acuerdos con el gobierno comunista de Gomulka. Todo tiene su precio.
En cuanto a los acuerdos con la España de Franco… Nada más natural dado el Nacional Catolicismo que caracterizó a ese régimen, uno de cuyos pilares además de la Falange y el ejército fue precisamente la Iglesia Católica.

El artículo de Muller es un largo recuento de grandes obras y de grandes hombres y mujeres de la Iglesia que a mi juicio nadie niega pero que no viene al caso y que el mismo CA Montaner parece aceptar:
“Concretamente, la Iglesia católica se dedica a tres funciones básicas: difundir el evangelio, educar, y participar activa y públicamente en el debate moral de la sociedad. A todo ello agrega un claro énfasis en el ejercicio masivo de la caridad, actividad que funciona como la gran misión terrenal de la institución”
aunque también con algunas críticas, es cierto, como:
“la Iglesia ha sido el Estado, parte del Estado, o se ha colocado junto al Estado, a veces en labores viles, como las tareas inquisitoriales, o a veces en actitudes valiosas, como cuando fundó universidades, pero casi nunca se ha enfrentado al Estado”

Me parece que son estas críticas las que molestan sobremanera al señor Muller quien al leerlas salta y pierde su capacidad de análisis y todo sentido de matices.
Así dice que CA Montaner trata al Papa de "hacedor de rascacielos" (lo cual no es verdad).
Los rascacielos son en el texto de este “bloguista” sólo el símbolo del riesgo de que Cuba se convierta en un país como Viet Nam o China que tienen una economía semicapitalista con un régimen político dictatorial de partido único y que podría concretarse en la Isla si la Iglesia apoyara a un Raúl Castro “arrepentido”.
Ignoro lo que piensan los demás pero yo estoy lejos de “sentir más gozo por un pecador arrepentido que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento”.

Para terminar voy a explicar por qué no hay que tomar demasiado en serio este artículo de Alberto Muller.
Este periodista escribe:
“¿O es que acaso no han cometido errores los Estados Liberales que defiende con tanto pasión nuestro amigo Carlos Alberto?
No tendría sentido histórico ni sería justo, que pretendamos disminuir la grandeza de Suecia -el país liberal por excelencia- por la etapa imperialista de Gustavo Adolfo II en el siglo XVII”.


Creo que CA Montaner ha defendido siempre el liberalismo económico y la democracia pero el señor Muller cae en una confusión, común en EEUU, y es pensar que un “liberal” como Montaner es partidario de un régimen como el sueco que es socialdemócrata desde principios del siglo XX y que no corresponde en absoluto a lo que yo creo entender del ideal político de este último.

Como estoy convencido de que las críticas hechas al texto de Montaner fueron escritas de buena fe, llego a la conclusión que los errores de análisis mencionados y los largos párrafos fuera de tema son sencillamente la consecuencia de una lectura demasiado rápida y de una necesidad casi biológica de defender a la Iglesia pero, desafortunadamente, es deplorable.
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