¿Libre comercio o Proteccionismo?
- Gerardo E. Martínez-Solanas
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¿Libre comercio o Proteccionismo?
22 Mar 2018 19:08 - 28 Jan 2020 14:47
Un artículo publicado en PERSPECTIVA ECONÓMICA en septiembre de 2017 sobre "
La Libertad Económica en Democracia
" subrayaba cómo la libre empresa, el libre comercio y una reducida intervención estatal en la actividad económica han disminuido significativamente la pobreza extrema en el mundo, como lo señala el Banco Mundial, y cómo existe una correlación palpable y comprobable entre la libertad económica en un sistema democrático y el acceso a los alimentos de un país, sobre todo por parte de los sectores más pobres.
En este sentido, expresaba en ese análisis que:
Últimamente, y gracias al desparpajo habitual del Presidente Trump y su manera poco discreta de enfocar y tratar de resolver problemas, grandes sectores de la prensa que simpatizan abiertamente con las posiciones del socialismo democrático europeo (o el llamado "liberalismo" de Estados Unidos) le enfocan sus cañones a este Presidente no sólo con exageraciones sino con esas verdades a medias y análisis tergiversados de los que me lamentaba en un párrafo anterior.
A mi juicio, hay muchos tropiezos en las políticas del Presidente Trump, muchas decisiones festinadas, y mucha falta de discreción (tan necesaria en los manejos de un estadista), que son motivos más que suficientes para realizar una buena crítica y atacar los errores que cometa o pueda cometer el presidente de Estados Unidos. Pero esta prensa inclinada a favor de la mal llamada "izquierda moderada" (sobre este tema lean "Definiciones Importantes" AQUÍ ) deja a un lado su verdadera función informativa para adentrarse en verdaderas campañas de propaganda que encuentran en el Presidente Trump un blanco fácil que él mismo provoca con sus impulsivas declaraciones.
Ahora, nada menos que la BBC de Londres, en su programa Impact, se adentra hoy en un intercambio entre la presentadora y una reportera, repitiendo constantemente alegatos sobre las "mentiras" de Trump en sus afirmaciones sobre el balance comercial entre Estados Unidos y Europa, por una parte, y entre Estados Unidos y China, por la otra. Ambas se dedicaron a afirmar que había mentido en las cifras, porque de hecho (según ellas) el balance comercial no era tan desfavorable sino que alcanzaba un total de unos cuantos cientos de millones menos que los mencionados por Trump. La conclusión fue que Trump acostumbraba a "mentir".
La reportera explicó que Trump mentía porque sólo tenía en cuenta en las cifras que mencionaba el intercambio de productos, pero subrayó que el balance comercial incluía también los "servicios", un sector en el que los Estados Unidos gozan de notables ventajas. Por tanto, Trump estaba ocultando aviesamente esa ventaja para impulsar su política proteccionista. Es difícil concebir que tanto la presentadora como la reportera fueran tan ignorantes de la ciencia económica, y que hasta el productor que las guía no les haya llamado la atención a su error. Luego cabe pensar que el reportaje que duró más de cinco minutos estaba revestido de mala fe. ¿Por qué? Sencillamente porque los "servicios" no son parte del balance comercial. Los "servicios" entran en otro renglón llamado "balance de pagos". Luego el Presidente no mentía cuando se refería al balance comercial o intercambio de productos. Aparte del hecho (no mencionado en el reportaje) de que aun el balance de pagos también es sumamente negativo para los Estados Unidos (aunque en menor medida) en sus relaciones con Europa y China.
La crítica lógica y correcta a la política de Trump puede centrarse en su tendencia a llevar al país hacia lo que se conoce como "proteccionismo". En el mismo artículo que mencioné en el primer párrafo de este mensaje, señalaba que:
El proteccionismo encarece, no sólo porque las tarifas/aranceles hacen más caros los productos importados sino porque el producto doméstico así protegido no tiende a buscar medios de abaratarlo al no tener que enfrentar el elemento competitivo sino que encuentra en esta política incentivos para encarecerlo y lograr mayores utilidades. Además, provoca guerras comerciales por las cuales los otros países adoptan también medidas proteccionistas. El resultado es que la venta de productos importados en todos los países envueltos en el proteccionismo se encarece considerablemente y, en consecuencia, baja la demanda, hay menos ventas, y el Producto Interno Bruto (PIB) de esos países acaba reduciéndose.
Los males del proteccionismo están ampliamente demostrados, sin contar que en este caso la incapacidad diplomática del Presidente Trump ha convertido el problema en un verdadero enfrentamiento con países que hasta ahora eran amigos y aliados. Pudo haber amenazado con medidas proteccionistas en discretas conversaciones privadas y comunicaciones diplomáticas, utilizando sus advertencias como estrategia negociadora sin necesidad de hacerlo en una forma que esos países consideran agresiva y muy poco amistosa.
Por otra parte, la solución para que Estados Unidos reduzca y acabe equilibrando tanto su balance comercial como su balance de pagos, radica en que las empresas que producen bienes y servicios en este país puedan hacerlo a precios competitivos frente el resto del mundo. La reciente reducción de los impuestos a las corporaciones –que eran de los más altos del mundo y ahora han bajado a un nivel que estimula a muchas empresas a regresar con sus sedes a Estados Unidos– es un primer paso. El otro es el fomento de industrias innovadoras concediéndoles facilidades crediticias. Y también mediante la negociación laboral en industrias que son marginalmente competitivas que permita acuerdos para ajustar los salarios para abaratar sus productos o servicios y evitar una posible quiebra de la empresa, que perjudicaría tanto a trabajadores como a empresarios.
Este es el análisis correcto que los medios de prensa de tendencias socialistas NO hacen. Esta es la crítica justa a la política de Trump, que no miente en cuanto al grave problema del déficit comercial y de pagos, pero comete un grave error en su estrategia aislacionista y proteccionista.
En este sentido, expresaba en ese análisis que:
Los que favorecen un socialismo radical o, peor aún, el socialismo mal llamado "comunista", no están de acuerdo con esto, pero las evidencias los contradicen. Por eso es lamentable que algunos que profesan un socialismo moderado y democrático apelen en muchos casos a opiniones disfrazadas de verdades a medias o análisis sesgados para tratar de demostrar que el sistema capitalista debe sustentar mayores impuestos, más gasto gubernamental, más requisitos y mayor intervención del Estado en las finanzas y el comercio, así como la promoción de un Estado de bienestar (welfare) que no se limite a enseñar a pescar sino que regale el pescado (en otras palabras, un Estado de bienestar que se concentre en subvencionar más que en capacitar).La libertad económica consagra la elección personal, el intercambio voluntario y la protección de la propiedad privada como condiciones básicas para el desarrollo. Se trata de que haya suficiente libertad para iniciar un negocio o contratar a un empleado sin más interferencia del Estado que su obligación de evitar los abusos y los fraudes, o para invertir y comerciar con quien esa relación sea más favorable. Se trata de fomentar el desarrollo desde abajo, promovido por la iniciativa individual, en lugar de asumir un sistema autoritario impuesto por el Estado de arriba hacia abajo.
Últimamente, y gracias al desparpajo habitual del Presidente Trump y su manera poco discreta de enfocar y tratar de resolver problemas, grandes sectores de la prensa que simpatizan abiertamente con las posiciones del socialismo democrático europeo (o el llamado "liberalismo" de Estados Unidos) le enfocan sus cañones a este Presidente no sólo con exageraciones sino con esas verdades a medias y análisis tergiversados de los que me lamentaba en un párrafo anterior.
A mi juicio, hay muchos tropiezos en las políticas del Presidente Trump, muchas decisiones festinadas, y mucha falta de discreción (tan necesaria en los manejos de un estadista), que son motivos más que suficientes para realizar una buena crítica y atacar los errores que cometa o pueda cometer el presidente de Estados Unidos. Pero esta prensa inclinada a favor de la mal llamada "izquierda moderada" (sobre este tema lean "Definiciones Importantes" AQUÍ ) deja a un lado su verdadera función informativa para adentrarse en verdaderas campañas de propaganda que encuentran en el Presidente Trump un blanco fácil que él mismo provoca con sus impulsivas declaraciones.
Ahora, nada menos que la BBC de Londres, en su programa Impact, se adentra hoy en un intercambio entre la presentadora y una reportera, repitiendo constantemente alegatos sobre las "mentiras" de Trump en sus afirmaciones sobre el balance comercial entre Estados Unidos y Europa, por una parte, y entre Estados Unidos y China, por la otra. Ambas se dedicaron a afirmar que había mentido en las cifras, porque de hecho (según ellas) el balance comercial no era tan desfavorable sino que alcanzaba un total de unos cuantos cientos de millones menos que los mencionados por Trump. La conclusión fue que Trump acostumbraba a "mentir".
La reportera explicó que Trump mentía porque sólo tenía en cuenta en las cifras que mencionaba el intercambio de productos, pero subrayó que el balance comercial incluía también los "servicios", un sector en el que los Estados Unidos gozan de notables ventajas. Por tanto, Trump estaba ocultando aviesamente esa ventaja para impulsar su política proteccionista. Es difícil concebir que tanto la presentadora como la reportera fueran tan ignorantes de la ciencia económica, y que hasta el productor que las guía no les haya llamado la atención a su error. Luego cabe pensar que el reportaje que duró más de cinco minutos estaba revestido de mala fe. ¿Por qué? Sencillamente porque los "servicios" no son parte del balance comercial. Los "servicios" entran en otro renglón llamado "balance de pagos". Luego el Presidente no mentía cuando se refería al balance comercial o intercambio de productos. Aparte del hecho (no mencionado en el reportaje) de que aun el balance de pagos también es sumamente negativo para los Estados Unidos (aunque en menor medida) en sus relaciones con Europa y China.
La crítica lógica y correcta a la política de Trump puede centrarse en su tendencia a llevar al país hacia lo que se conoce como "proteccionismo". En el mismo artículo que mencioné en el primer párrafo de este mensaje, señalaba que:
La lógica del proteccionismo está destinada a defender la economía doméstica de la invasión de productos baratos importados de mercados lejanos, sin embargo, tiene fuertes implicaciones para el desarrollo económico de las comunidades desfavorecidas.
El proteccionismo encarece, no sólo porque las tarifas/aranceles hacen más caros los productos importados sino porque el producto doméstico así protegido no tiende a buscar medios de abaratarlo al no tener que enfrentar el elemento competitivo sino que encuentra en esta política incentivos para encarecerlo y lograr mayores utilidades. Además, provoca guerras comerciales por las cuales los otros países adoptan también medidas proteccionistas. El resultado es que la venta de productos importados en todos los países envueltos en el proteccionismo se encarece considerablemente y, en consecuencia, baja la demanda, hay menos ventas, y el Producto Interno Bruto (PIB) de esos países acaba reduciéndose.
Los males del proteccionismo están ampliamente demostrados, sin contar que en este caso la incapacidad diplomática del Presidente Trump ha convertido el problema en un verdadero enfrentamiento con países que hasta ahora eran amigos y aliados. Pudo haber amenazado con medidas proteccionistas en discretas conversaciones privadas y comunicaciones diplomáticas, utilizando sus advertencias como estrategia negociadora sin necesidad de hacerlo en una forma que esos países consideran agresiva y muy poco amistosa.
Por otra parte, la solución para que Estados Unidos reduzca y acabe equilibrando tanto su balance comercial como su balance de pagos, radica en que las empresas que producen bienes y servicios en este país puedan hacerlo a precios competitivos frente el resto del mundo. La reciente reducción de los impuestos a las corporaciones –que eran de los más altos del mundo y ahora han bajado a un nivel que estimula a muchas empresas a regresar con sus sedes a Estados Unidos– es un primer paso. El otro es el fomento de industrias innovadoras concediéndoles facilidades crediticias. Y también mediante la negociación laboral en industrias que son marginalmente competitivas que permita acuerdos para ajustar los salarios para abaratar sus productos o servicios y evitar una posible quiebra de la empresa, que perjudicaría tanto a trabajadores como a empresarios.
Este es el análisis correcto que los medios de prensa de tendencias socialistas NO hacen. Esta es la crítica justa a la política de Trump, que no miente en cuanto al grave problema del déficit comercial y de pagos, pero comete un grave error en su estrategia aislacionista y proteccionista.
Last edit: 28 Jan 2020 14:47 by Democracia Participativa.
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