Miami: Identidad, emigración y política.
- Eugenio R. Balari †
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Miami: Identidad, emigración y política.
15 Dec 2016 00:57
Miami: identidad, migraciones y política.
- Viajé la primera vez a EEUU siendo un niño con mis padres y otros familiares, por supuesto como era costumbre en Cuba entramos por Miami; pocos años después tuve la ocasión de volver a hacerlo pero bajo otras circunstancias. En ambas oportunidades viajé por territorios del este y centro de EEUU; volví en 1980 invitado a ofrecer conferencias en universidades estadounidenses, sobre la situación y el proceso que se desarrollaba en Cuba, aunque no visité Miami en esa ocasión.
-En la década del cincuenta Miami era una ciudad estadounidense discreta, resaltaba fundamentalmente su cálido clima y el atractivo de sus playas, donde ya existían reducidas migraciones de países de Latinoamérica incluyendo cubanos. Aunque poseía su atractivo turístico, en realidad su desarrollo e infraestructura era aún modesta y limitada. Lo patentizaba si se quiere, las características de su pequeño y nada significativo aeropuerto internacional. En aquellos años cuando uno llegaba a Miami tenías que hablar en inglés y la mayoría de los emigrantes latinos realizaban labores como asalariados (contratados o fijos), en labores menos calificadas o poco remuneradas. Bien marcada se encontraba la discriminación racial, fundamentalmente con la parte negra de la población que radicaba en ella, lo que se apreciaba en cualquier lugar, circunstancia o momento; la ciudad no era nada extraordinaria, aun relativamente pequeña y sin rascacielos como hoy; esos recuerdos junto a la belleza de las jóvenes norteamericanas y sobre todo con las que me relacioné en Miami, fueron las impresiones que quedaron grabadas como recuerdos de mis años juveniles.
-A partir del siglo XXI he viajado a EEUU y a Miami decenas de veces y con el transcurso de los años, he podido apreciar la evolución de la ciudad y sus diferentes territorios aledaños; pero también su desarrollo inusitado, junto a la transformación étnica y cultural que ha experimentado. Miami se ha convertido en una gran urbe cosmopolita, orientada hacia el turismo, servicios gastronómicos, financieros, el comercio y el consumismo masivo. También en una ciudad cara. Innegable la belleza de la ciudad, su limpieza, agradable jardinería y arborización; pero también la cultura excedida del automovilismo sobre la del transporte colectivo.
-Con el triunfo de la revolución en Cuba se produjo y por distintas razones, un elevado éxodo de cubanos hacia Miami y sus alrededores; éxodo que al escribir estas líneas no ha concluido, ni se sabe cuándo concluirá, pero que sin lugar a dudas ha contribuido con el paso del tiempo, los recursos y adelantos técnicos, a cambiarle la fisonomía y composición étnica a la ciudad.
-Las migraciones son fenómenos naturales en el mundo, procesos que han ocurrido y ocurren y muchas son las causas que los determinan; las sociedades de antaño como las actuales continúan desarrollando tales situaciones. Desde tiempos remotos y a pesar de que los medios de movilidad (transportes), eran escasos o inexistentes en comparación con los actuales; existieron los desplazamientos humanos y luego con las interrelaciones humanas se mezclaron las razas. Por ello es sencillamente ridículo e imposible hablar de razas puras, o peor aún pretender proteger la “pureza de algunas”.
-El Miami actual es una ciudad que ha crecido sostenidamente, al ritmo de las migraciones recibidas; donde originalmente destacó la cubana por razones conocidas, pero hoy resulta una situación inherente a toda Latinoamérica e incluso a países europeos, asiáticos y otros continentes.
-Pero ello le hizo perder a Miami su autenticidad, su identidad si se quiere, los modestos rasgos que poseía como comunidad histórico-cultural; aquellos que diferencian al individuo o a un grupo humano de otro. Por ejemplo en el idioma, muchos hábitos y costumbres, la gastronomía más diversificada o diferente, la pasividad o el silencio de otros tiempos; los sentimientos de pertenencia al lugar de origen se hicieron difusos y confusos; la modernización alteró la vida cotidiana o tradicional, determinando que muchos estadounidenses de Miami la abandonaran y como consecuencia se ha latino/americanizada dada su situación geográfica y la masividad de las migraciones recibidas; no obstante Miami ha llegado a poseer una relevante influencia nacional, tanto económica como políticamente.
-Miami ahora es un territorio diverso y difuso idiosincrásico y culturalmente; como lógica del impacto de las circunstancias demográficas, donde predominan las migraciones y la diversidad étnica que a la ciudad afluye; lo que no está reñido con que ciertas nacionalidades posean más recursos e influencias políticas que otras, incluso que la propia estadounidense. Sin embargo la necesidad de contar con una idiosincrasia inherente y un perfil cultural autóctono, se hace cada vez más real; como lo lograrán no lo sé ni me está claro, pero pienso que sólo asumiendo la del país en que viven y se distancien o pierdan la original suya; por el momento no parece posible plenamente se logre, porque están frescas las raíces de los países de origen, aunque de manera creciente se aprecian los rasgos de su adopción y adaptación definitiva al contexto donde radican. No obstante pasarán décadas y generaciones para asimilarse plenamente a la cultura predominante en Norteamérica y lógicamente el llegar a sentirse como parte de ella; lo que es comprensible suceda, quedando los orígenes sólo en recuerdos, historias, o ciertas secuelas de su naturaleza indo/afro/hispanoamericana.
-En lo referente a la política me comentaba un viejo amigo de Miami, que después del triunfo de la revolución en Cuba, es que en realidad comienza la transformación y el acelerado desarrollo económico de la ciudad, para luego y por razones de la confrontación con las autoridades revolucionarias de la Isla; gradualmente convertirse en un bastión de las fuerzas conservadoras y con frecuencia reaccionarias, no sólo hacia la revolución de Cuba, sino hacia la de otros países del área (que por las razones que fueran), disentían de las políticas de EEUU para con sus países o internacionalmente.
-Agregando que tal disposición le había ido otorgando a Miami una imagen política, específicamente, la de ser un centro urbano latinizado, con posiciones vinculadas a las corrientes políticas más injerencistas de EEUU o de involucramiento en los asuntos internos de otras naciones del área. Según el la extrema-derecha o derecha-cubano/americana de Miami, se había relacionado desde los años 60 del pasado siglo, con los sectores privilegiados de Latinoamérica; que desde la época colonial y después en las repúblicas independientes, habían mantenido el control económico y político en los países de la región y se habían sentido atemorizadas con el triunfo de la revolución en Cuba.
-Le resultaba paradójico que en los EEUU, que había evidenciado su enorme fractura política después de las últimas elecciones; donde se manifestaban corrientes de pensamiento, que se extendían desde las conservadoras, reaccionarias, xenofóbicas o fascistas; hasta las socialistas o social/demócratas, como las promovidas y con amplio respaldo en sectores juveniles por el senador Bernie Sanders. A este le resultaba exagerado o singular, el control político y de los medios de comunicación locales, a través de cubanos y latinoamericanos influyentes; que contribuían, a que la ciudad se le identificara como centro de la reacción política internacional; un territorio de los EEUU donde los políticos y medios masivos monopolizan el espectro de las comunicaciones, proyectando la imagen de un Miami intolerante, manipulador de situaciones e ideas políticas y con frecuencia, irrespetuosos hacia otros contextos cuando se difería de la de ellos. Se lamentaba porque según él, por desmedidas y recalcitrantes, dichas posiciones se ridiculizaban políticamente por el mundo y en alguna medida lesionaban a la imagen del Miami que el defendía y quería.
-Sólo callé y medité sobre sus preocupantes y sentidas palabras.
- Viajé la primera vez a EEUU siendo un niño con mis padres y otros familiares, por supuesto como era costumbre en Cuba entramos por Miami; pocos años después tuve la ocasión de volver a hacerlo pero bajo otras circunstancias. En ambas oportunidades viajé por territorios del este y centro de EEUU; volví en 1980 invitado a ofrecer conferencias en universidades estadounidenses, sobre la situación y el proceso que se desarrollaba en Cuba, aunque no visité Miami en esa ocasión.
-En la década del cincuenta Miami era una ciudad estadounidense discreta, resaltaba fundamentalmente su cálido clima y el atractivo de sus playas, donde ya existían reducidas migraciones de países de Latinoamérica incluyendo cubanos. Aunque poseía su atractivo turístico, en realidad su desarrollo e infraestructura era aún modesta y limitada. Lo patentizaba si se quiere, las características de su pequeño y nada significativo aeropuerto internacional. En aquellos años cuando uno llegaba a Miami tenías que hablar en inglés y la mayoría de los emigrantes latinos realizaban labores como asalariados (contratados o fijos), en labores menos calificadas o poco remuneradas. Bien marcada se encontraba la discriminación racial, fundamentalmente con la parte negra de la población que radicaba en ella, lo que se apreciaba en cualquier lugar, circunstancia o momento; la ciudad no era nada extraordinaria, aun relativamente pequeña y sin rascacielos como hoy; esos recuerdos junto a la belleza de las jóvenes norteamericanas y sobre todo con las que me relacioné en Miami, fueron las impresiones que quedaron grabadas como recuerdos de mis años juveniles.
-A partir del siglo XXI he viajado a EEUU y a Miami decenas de veces y con el transcurso de los años, he podido apreciar la evolución de la ciudad y sus diferentes territorios aledaños; pero también su desarrollo inusitado, junto a la transformación étnica y cultural que ha experimentado. Miami se ha convertido en una gran urbe cosmopolita, orientada hacia el turismo, servicios gastronómicos, financieros, el comercio y el consumismo masivo. También en una ciudad cara. Innegable la belleza de la ciudad, su limpieza, agradable jardinería y arborización; pero también la cultura excedida del automovilismo sobre la del transporte colectivo.
-Con el triunfo de la revolución en Cuba se produjo y por distintas razones, un elevado éxodo de cubanos hacia Miami y sus alrededores; éxodo que al escribir estas líneas no ha concluido, ni se sabe cuándo concluirá, pero que sin lugar a dudas ha contribuido con el paso del tiempo, los recursos y adelantos técnicos, a cambiarle la fisonomía y composición étnica a la ciudad.
-Las migraciones son fenómenos naturales en el mundo, procesos que han ocurrido y ocurren y muchas son las causas que los determinan; las sociedades de antaño como las actuales continúan desarrollando tales situaciones. Desde tiempos remotos y a pesar de que los medios de movilidad (transportes), eran escasos o inexistentes en comparación con los actuales; existieron los desplazamientos humanos y luego con las interrelaciones humanas se mezclaron las razas. Por ello es sencillamente ridículo e imposible hablar de razas puras, o peor aún pretender proteger la “pureza de algunas”.
-El Miami actual es una ciudad que ha crecido sostenidamente, al ritmo de las migraciones recibidas; donde originalmente destacó la cubana por razones conocidas, pero hoy resulta una situación inherente a toda Latinoamérica e incluso a países europeos, asiáticos y otros continentes.
-Pero ello le hizo perder a Miami su autenticidad, su identidad si se quiere, los modestos rasgos que poseía como comunidad histórico-cultural; aquellos que diferencian al individuo o a un grupo humano de otro. Por ejemplo en el idioma, muchos hábitos y costumbres, la gastronomía más diversificada o diferente, la pasividad o el silencio de otros tiempos; los sentimientos de pertenencia al lugar de origen se hicieron difusos y confusos; la modernización alteró la vida cotidiana o tradicional, determinando que muchos estadounidenses de Miami la abandonaran y como consecuencia se ha latino/americanizada dada su situación geográfica y la masividad de las migraciones recibidas; no obstante Miami ha llegado a poseer una relevante influencia nacional, tanto económica como políticamente.
-Miami ahora es un territorio diverso y difuso idiosincrásico y culturalmente; como lógica del impacto de las circunstancias demográficas, donde predominan las migraciones y la diversidad étnica que a la ciudad afluye; lo que no está reñido con que ciertas nacionalidades posean más recursos e influencias políticas que otras, incluso que la propia estadounidense. Sin embargo la necesidad de contar con una idiosincrasia inherente y un perfil cultural autóctono, se hace cada vez más real; como lo lograrán no lo sé ni me está claro, pero pienso que sólo asumiendo la del país en que viven y se distancien o pierdan la original suya; por el momento no parece posible plenamente se logre, porque están frescas las raíces de los países de origen, aunque de manera creciente se aprecian los rasgos de su adopción y adaptación definitiva al contexto donde radican. No obstante pasarán décadas y generaciones para asimilarse plenamente a la cultura predominante en Norteamérica y lógicamente el llegar a sentirse como parte de ella; lo que es comprensible suceda, quedando los orígenes sólo en recuerdos, historias, o ciertas secuelas de su naturaleza indo/afro/hispanoamericana.
-En lo referente a la política me comentaba un viejo amigo de Miami, que después del triunfo de la revolución en Cuba, es que en realidad comienza la transformación y el acelerado desarrollo económico de la ciudad, para luego y por razones de la confrontación con las autoridades revolucionarias de la Isla; gradualmente convertirse en un bastión de las fuerzas conservadoras y con frecuencia reaccionarias, no sólo hacia la revolución de Cuba, sino hacia la de otros países del área (que por las razones que fueran), disentían de las políticas de EEUU para con sus países o internacionalmente.
-Agregando que tal disposición le había ido otorgando a Miami una imagen política, específicamente, la de ser un centro urbano latinizado, con posiciones vinculadas a las corrientes políticas más injerencistas de EEUU o de involucramiento en los asuntos internos de otras naciones del área. Según el la extrema-derecha o derecha-cubano/americana de Miami, se había relacionado desde los años 60 del pasado siglo, con los sectores privilegiados de Latinoamérica; que desde la época colonial y después en las repúblicas independientes, habían mantenido el control económico y político en los países de la región y se habían sentido atemorizadas con el triunfo de la revolución en Cuba.
-Le resultaba paradójico que en los EEUU, que había evidenciado su enorme fractura política después de las últimas elecciones; donde se manifestaban corrientes de pensamiento, que se extendían desde las conservadoras, reaccionarias, xenofóbicas o fascistas; hasta las socialistas o social/demócratas, como las promovidas y con amplio respaldo en sectores juveniles por el senador Bernie Sanders. A este le resultaba exagerado o singular, el control político y de los medios de comunicación locales, a través de cubanos y latinoamericanos influyentes; que contribuían, a que la ciudad se le identificara como centro de la reacción política internacional; un territorio de los EEUU donde los políticos y medios masivos monopolizan el espectro de las comunicaciones, proyectando la imagen de un Miami intolerante, manipulador de situaciones e ideas políticas y con frecuencia, irrespetuosos hacia otros contextos cuando se difería de la de ellos. Se lamentaba porque según él, por desmedidas y recalcitrantes, dichas posiciones se ridiculizaban políticamente por el mundo y en alguna medida lesionaban a la imagen del Miami que el defendía y quería.
-Sólo callé y medité sobre sus preocupantes y sentidas palabras.
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