Abr.10 (FAES).– El resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Ucrania –la victoria cómoda del actor cómico Volodymyr Zelensky (30,3%), seguido por el actual presidente Petró Poroshenko con 15,9% de los votos– refleja que los ucranianos rechazan el actual statu quo de la política de su país.
El discurso patriótico y antirruso que ha marcado la campaña de Poroshenko no le ha librado de lo que es: un símbolo de la decepción por la lentitud de las reformas, por la corrupción perpetuada, por la erosión del estado de Derecho y de las instituciones democráticas tímidamente surgidas después de la Revolución de Maidán y la caída del Gobierno de Víktor Yanukóvich en 2014.
Bajo la presidencia de Petró Poroshenko, muchos de los oligarcas han estado protegidos o han podido continuar su antigua forma de hacer política controlando los medios de comunicación e impidiendo las reformas económicas, políticas y judiciales.
La contundente victoria de Zelensky –actor que se hizo famoso por ser el personaje principal de una serie de televisión de enorme éxito, en la que interpretó a un maestro honesto que llega a ser elegido presidente– confirma la falta de liderazgo político en Ucrania. Zelensky ganó en todas las regiones del país excepto en cinco (las más occidentales) y, a menos que haya un revés importante, puede estar a punto de convertirse en Presidente de Ucrania en la segunda vuelta electoral del próximo 21 de abril.
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