Miles de millones de dólares de dinero chino están impulsando varias economías europeas, pero algunos de los acuerdos que se están cerrando tienen un truco. Los críticos dicen que son "trampas de deuda", en las que China puede elegir qué sucede si los préstamos no se pagan."
China insiste en que es un socio de inversión confiable, pero también enfrenta acusaciones de explotación laboral y daño ambiental.
Mayo 9 (BBC).– En toda Europa, mientras los gobiernos se preocupan por la invasión de Rusia a Ucrania después de la pandemia, Pekín está en marcha, ampliando su cartera, administrando puertos y minas europeos, construyendo carreteras y puentes, invirtiendo donde otros no lo harán.
Pero los países tienen que sopesar las recompensas y los riesgos de firmar acuerdos con China. Muchos gobiernos desconfían cada vez más de las llamadas "trampas de la deuda", en las que los prestamistas, como el Estado chino, pueden obtener concesiones económicas o políticas si el país que recibe la inversión no puede pagar.
El costo de la reactivación
También hay denuncias de trabajadores que dicen ser explotados por empresas chinas, en términos de salarios, condiciones y niveles de personal.
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