Oportunidad Histórica para profundizar la DEMOCRACIA

En la lucha por el poder, desencarnada, sin fundamento ideológico, político y de valores, se utilizan más los “slogans”, las “frases hechas”, las “consignas” y menos el poder avanzar en la solución de los problemas, carencias y necesidades de la comunidad y del pueblo.

 

por José Merced González Guerra
Fundador del CENPROS
Publicado originalmente por CENPROS
en su revisa Trabajo y Democracia Hoy

La actual coyuntura sociopolítica que estamos viviendo, nos obliga a profundizar la realidad política en la que se desarrolla el proceso de democratización en México. Con mucha anticipación se ha iniciado el proceso, en función de las elecciones generales de julio del 2024, hay términos legales establecidos en nuestra Constitución que deberían de marcar la pauta para orientar, informar, desarrollar todo el proceso electoral a todos los niveles y hay instituciones encargadas de coordinar, supervisar y responder a los objetivos del mismo proceso electoral, que en este caso, se refieren a la renovación de la Presidencia de la república y a los diputados y senadores del Congreso Nacional, algunos gobernadores de los estados, presidencias municipales y otros cargos inherentes a los mismos.

Como vemos, el escenario es meramente electoral y la modificación se da a nivel de autoridades responsables de este proceso, partidos políticos, organizaciones e instituciones de la sociedad civil y otras de diferentes actores y sectores interesados en los resultados del mismo.

Las candidaturas a los cargos de elección popular se multiplican a todos los niveles y en todos los sectores, la mayoría de ellos sin vocación, sin información, buscando el patrocinio y padrinazgo político que los impulse a lograr un cargo, una función, una misión, que les permita tener el ansiado "poder“.  Democracia

Y esto es lo fundamental para nosotros, cuando emprendimos este proyecto de promoción social y este instrumento de información y formación denominado Trabajo y Democracia Hoy, es lo que nos impulsa a profundizar, a promover el análisis crítico y autocrítico de lo que es y la misión de la democracia en un país como el nuestro. Esta palabra que se ha ido desnaturalizando en el término político y que prácticamente la utilizamos en términos electorales para tratar de “elegir” a un candidato o candidata que responda a nuestros intereses en función de objetivos, que muchas veces no son los que necesita y requiere la comunidad y el pueblo.

Por ello tenemos que recordar que el término democracia, etimológicamente se compone de dos palabras: demos igual a pueblo y cratos a poder, lo cual significa poder del pueblo; y muchos entendemos la democracia como responsabilidad del gobierno sin entender el régimen que constitucionalmente México ha adoptado, como una república soberana, democrática, representativa y popular, en la que todos los mexicanos estamos inmersos en la construcción, desarrollo y mejoramiento de este régimen político, bajo el signo democrático: la participación del pueblo, pero nosotros añadimos participación seria , consciente, responsable y solidaria para la construcción de una sociedad más fraterna, humana y solidaria.

En la lucha por el poder, desencarnada, sin fundamento ideológico, político y de valores, se utilizan más los “slogans”, las “frases hechas”, las “consignas” y menos el poder avanzar en la solución de los problemas, carencias y necesidades de la comunidad y del pueblo. Participación democrática

Por eso habría que considerar de inicio, el significado de la democracia que tiene como sinónimo la participación y que debe de tener como adjetivo, la responsabilidad, la conciencia crítica y política, la convicción, vocación y voluntad política de trabajar generosamente en función del bienestar de los demás. Este es el fondo que los “políticos” deberían de plantearse cuando deciden asumir compromisos, sean las estructuras políticas, jurídicas, administrativas, o bien en los partidos políticos, como militantes, cuadros o dirigentes; lo mismo deberíamos de decir para aquellas organizaciones e instituciones que se comprometen a trabajar y participar en la vida política. Ya hemos dicho que la política es una ciencia, es un arte y es una virtud para trabajar en función del bienestar colectivo, de manera generosa, solidaria y no en función de títulos, privilegios y desde luego, remuneraciones por encima de las necesarias para vivir normalmente.

Hoy, hablar de política es hablar de corrupción, de compadrazgos, de amiguismos, de todo tipo de artimañas para tratar de “colarse” en las estructuras y medios del quehacer político, sin tomar en cuenta la soberanía del pueblo, el derecho del pueblo y las exigencias del pueblo para dar respuesta a sus problemas y necesidades fundamentales y orientar los esfuerzos hacia la solución de problemas de corto plazo, como son el empleo, la educación, la salud, la seguridad, la alimentación, el medioambiente, el desarrollo económico, industrial, cultural, técnico y científico con el aprovechamiento de una población humana que crece, con capacidades, inteligencia y creatividad para asumir las diversas tareas que requiere el país para su desarrollo integral.

Pero es importante también no quedarse en el esquema de que la democracia sólo es política y se concreta en la votación para elegir a sus representantes, sino que la democracia exige una participación permanente, de seguimiento, de supervisión, de control del llamado a cuentas a todos aquéllos, a quienes les ha delegado tareas y funciones. Tenemos que terminar con el voto que significa otorgar “cheque en blanco” a sus representantes, pues de ninguna manera puede permitirse la corrupción, la desviación de los objetivos, el trabajar para intereses personales, o el enriquecimiento ilícito para el funcionario, sus familiares y socios, sino que la democracia exige la rendición de cuentas y el resultado concreto de las tareas encomendadas.

Rol del Movimiento de los trabajadores

La democracia debe estar siempre orientada al servicio del bien común, a trabajar por la unidad, la igualdad, la justicia, las libertades y la solidaridad, bajo un marco de valores y principios que permitan la reinserción humana, integral y colectiva de todos los mexicanos, donde la ética sea una norma de conducta en todo el quehacer público, donde el burocratismo deje de ser simplemente un empleo, donde se percibe un salario, sin tomar en cuenta el asumir tareas en este campo de la política que exige compromiso y comportamiento ético, que debe ser valorado conforme a la disciplina, a la entrega generosa, la eficacia, la eficiencia en ese quehacer colectivo que es ofrecer los bienes y los servicios que la sociedad necesita urgentemente y a la cual debe servirse con prestancia, entusiasmo, comprensión, conscientes de que todos necesitamos de todos y que cada uno presta un servicio personal o colectivo al otro y que por lo tanto debe darse el sentido de solidaridad y de compartir el esfuerzo, el mejoramiento de todos.

Insistimos en que los trabajadores tienen un compromiso especial para consigo mismos y la sociedad, ya que en primer lugar deben asumir su compromiso de clase en función de responder a su misión histórica, de transformar el tipo de sociedad que estamos viviendo, en la que unos pocos disfrutan de los grandes beneficios en perjuicio de las grandes mayorías. De ahí la importancia del proyecto histórico, y la política para transformar esta sociedad elitista, racista en una sociedad más igualitaria, dada nuestra naturaleza de origen pluricultural y étnico que le dan la gran riqueza a nuestro país, en todos los aspectos de la vida, empezando por la alimentación, la educación, la vivienda y la salud y los servicios fundamentales que necesita la sociedad; el deporte, la cultura, el arte, la ciencia, el folklore, etc. etc.

Y este proyecto debe basarse fundamentalmente en la organización del pueblo, en la formación de sus militantes, cuadros y dirigentes, en el desarrollo de sus estructuras orgánicas y de funcionamiento para una coherencia en sus relaciones con los otros factores de poder, los principios y los valores que deben arropar este proyecto y deben de partir de la verdad, la solidaridad, el respeto y fundamentarse y proyectarse en la unidad y en la solidaridad con todos los sectores de la sociedad, conscientes de que la democracia debe ser integral y debe asumir la economía, la cultura, la educación, lo social, la tecnología y hoy todo lo relacionado con la comunicación, las relaciones nacionales e internacionales, en donde debemos darle toda la dimensión, energía y trabajo a la integración de nuestros pueblos, a modificar reglas del juego para evitar esos esquemas de subordinación y dependencia económica, de tecnología, etc.

Tenemos que ser la vanguardia en este tipo de relaciones de poder, donde la información y la comunicación son claves y prioritarias, dado que los centros de poder han utilizado estos medios para la manipulación, la desinformación y el control de sus políticas, para mantener sus privilegios. De ahí que la opción histórica de la clase trabajadora para su liberación, es el proyecto político, histórico, donde la plena democracia integral, asumida con responsabilidad y seriedad, sea determinante en la organización y formación y en la acción reivindicativa y movilización de quienes necesitan recuperar su dignidad, su rol y misión en el mejoramiento de sus condiciones de vida y de trabajo y la transformación de la sociedad, combatiendo a fondo el “show democrático” que algunos partidos y movimientos sociales, apoyados por los medios de comunicación, están tratando de imponer en este proceso electoral que ya estamos viviendo.

Todos somos DemocraciaCiertamente hay avances políticos en cuanto a la movilización de grupos sociales que plantean sus reivindicaciones en diversos sectores y áreas, pero aun vemos grupos anárquicos que tratan de bloquear o boicotear este tipo de acciones.

Se están formando coaliciones de partidos políticos, muchos de ellos favorables para unificar esfuerzos en función de objetivos comunes, pero otros realmente vergonzantes en cuanto a sus personajes y objetivos:

  • Se realizan foros con temas políticos, pero todavía muchos de tipo propagandístico.
  • Se mantiene la lucha de poder en las instituciones electorales, lo cual demerita el cumplimiento de su misión y objetivos.
  • Hay proliferación de candidaturas en todos los puestos de elección popular, muchos de ellos con el afán del protagonismo y el figureo que hay que denunciar.

Sin embargo las organizaciones de trabajadores, que fueron apéndices de partidos políticos, hoy se encuentran totalmente paralizadas y sin tomar en cuenta su rol e importancia, la misión histórica de los trabajadores, la autonomía y la independencia y su misión histórica, de defender, representar y asumir los problemas y necesidades de los trabajadores y sus organizaciones.

Son necesarias las alianzas respetando la misión histórica de los sindicatos, no ser “correa de trasmisión” de partidos políticos u otros grupos con intereses diferentes.

Recordemos nuestras luchas históricas, recordemos nuestras reivindicaciones logradas pero, sobre todo, tomemos en cuenta la misión liberadora y la dignificación del trabajo y de los trabajadores para la construcción de una sociedad más justa, humana, solidaria y donde los derechos y libertades sean la base para una sociedad con un desarrollo integral y que pueda jugar su rol en el concierto de las naciones democráticas.

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