El Sur de la Florida, es un hervidero de nacionalidades, en el que se destacan los hispanos venidos de todos los países de nuestra América, pero sobre todo los cubanos, a partir del año 1959, cuando la revolución triunfante derrotara a Fulgencio Batista, para muy poco tiempo después entronizar el comunismo y sumir en la opresión, bajo la batuta de Fidel Castro, a nuestra hermosa Isla de Cuba. La superioridad numérica de los cubanos, ha ido disminuyendo, a partir de situaciones catastróficas del mismo o de diferente signo, en diferentes países latinoamericanos, desde dictaduras militares, el sandinismo en Nicaragua, la crisis colombiana de la narcoguerrilla y los paramilitares, la crisis de las maras en Centroamérica y el ¨socialismo del siglo XXI¨ que hace pedazos a la sociedad venezolana desde el año 1998.
Hoy el condado de Miami-Dade, y ciudades de los condados de Broward y de Monroe, muestran características muy hispanas. Hay ciudades como Hialeah donde predomina el español sobre el inglés, y esto pudiese hacerse extensivo también a la ciudad de Miami. Tomando datos del censo de 2010, el condado Miami-Dade tiene una representación de 65% de población hispana, donde específicamente los cubanos representan el 34.3% con 800,007 personas. En el vecino Broward, con menor proporción de hispanos, los cubanos son también la nacionalidad más importante con 83,713 personas (4.8%), seguidos por los puertorriqueños con 75,840 personas (4.3%).
Y por qué saco todo esto a colación, porque el Sur de la Florida, no sólo por su condición geográfica, sino por su carácter hispano, se ha convertido en la plaza más importante de cara a América Latina, de los Estados Unidos. Por ejemplo, la política de EE.UU. respecto a Cuba, tiene a Miami-Dade, como elemento dominante, por la influencia que la gran comunidad cubano-americana ejerce y puede además ejercer en el futuro de Cuba. El caso cubano es muy sui-géneris, y aunque los destinos de Cuba lo decidirán básicamente los cubanos dentro de la Isla, la contribución a su futuro por parte de los cubanos de acá, si nos despojamos de pretensiones egoístas, y lo hacemos con mucha humildad, puede ser muy significativa.
Pensamiento Socialcristiano: Humanismo Cristiano y Doctrina Social de la Iglesia
De manera muy resumida, el Pensamiento Social Cristiano tiene como fuentes primarias al Humanismo Cristiano y a la Doctrina Social de la Iglesia. He dedicado numerosos artículos recientemente al tema, pero sólo a manera de resumen podríamos describirlo de la forma siguiente:
El Humanismo Cristiano además de afirmar el valor y la dignidad del ser humano va más allá, defiende la plena realización del hombre y de lo humano dentro del marco de los valores cristianos.
El gran filósofo católico francés Jacques Maritain (1882 – 1973), una de las figuras más influyentes del pensamiento social cristiano contemporáneo en su obra ¨Humanismo Integral¨ nos plantea: «Este nuevo humanismo, sin común medida con el humanismo burgués y tanto más humano cuanto no adora al hombre, sino que respeta, real y efectivamente, la dignidad humana y reconoce derecho, a las exigencias integrales de la persona, lo concebimos orientado hacia una realización socio-temporal de aquella atención evangélica a lo humano que debe no sólo existir en el orden espiritual, sino encarnarse, tendiendo al ideal de una comunidad fraterna».
El hombre pasa del individuo a la persona humana, y de ahí a su relación con Dios, ¨desde el punto de vista filosófico la noción principal sobre la que nos importa insistir aquí es la noción de persona. El hombre es una persona que se gobierna a sí misma por su inteligencia y su voluntad. El hombre no existe simplemente como ser físico. Posee en sí una existencia más rica y más noble, la sobre-existencia espiritual propia del conocimiento y del amor¨ añadeMaritain.
El pensamiento socialcristiano se nutre también de la Doctrina Social de la Iglesia, la que con sus principios y su marco de valores, nos presenta un humanismo de base, que nos impele a:
-Respetar la Dignidad Plena del Hombre. El ser humano tiene dignidad y valor, sólo por su condición de ser humano. Los seres humanos son únicos e irremplazables, desde el mismo momento de la concepción.
-Trabajar por el Bien Común.Abarca tanto a la sociedad como a la persona. Va más allá del individuo, va a la persona, contemplando al ser humano como un todo, materia y espíritu, e implica luchar para que en libertad todos puedan llevar una vida verdaderamente humana cubriendo sus necesidades: alimento, vestido, salud, trabajo, educación, información adecuada, derecho a fundar una familia, etc.No consiste en la simple suma de los bienes particulares de cada sujeto del cuerpo social. Siendo de todos y de cada uno es y permanece común, porque es indivisible y porque sólo juntos es posible alcanzarlo, acrecentarlo y custodiarlo.
-Encausar la Subsidiaridad, para que lo que puede hacer el individuo o la sociedad más pequeña, que no lo haga la sociedad más grande. A la subsidiaridad entendida en sentido positivo, como ayuda económica, institucional, legislativa, ofrecida a las entidades sociales más pequeñas, corresponde una serie de implicaciones en negativo, que imponen al Estado abstenerse de cuanto restringiría, de hecho, el espacio vital de las células menores y esenciales de la sociedad. Su iniciativa, libertad y responsabilidad, no deben ser suplantadas.
-Vivir en Solidaridad. La solidaridad mira al bien común en su valor como principio social ordenador de las instituciones, que deben ser transformadas en estructuras de solidaridad, mediante la creación o modificación de leyes, reglas de mercado, ordenamientos jurídicos, etc.
Jesús de Nazaret, representa al Hombre Nuevo, solidario con la humanidad. En Él podemos ver el amor del Dios con Nosotros. El prójimo no es ya solamente un ser humano con sus derechos y su igualdad fundamental con todos, sino que se convierte en la misma imagen de Dios.
Compromiso Social
Esta combinación de Humanismo Cristiano y Doctrina Social de la Iglesia, promueve al ser humano a través de numerosas maneras, ya sea la de los misioneros que van a donde los necesiten a evangelizar, no sólo a través de la Palabra y la Liturgia, sino a través de obras de promoción social, para que los desamparados de este mundo puedan educarse y atender su salud, aprender oficios y organizarse cooperativamente para obtener los medios que permitan sostener a sus familias.
Domingo tras domingo, el programa de TV Española ¨Pueblo de Dios¨ nos muestra la obra social y evangelizadora de la Iglesia española en Asia, Africa y América Latina, y además en la misma España, la que producto de la crisis económica ha caído en un estado de alto desempleo, llevando a miles de familias a condiciones extremas y cómo a través de cientos de voluntarios laicos, sacerdotes, hermanos y hermanas consagradas, se da alimentación, vestuario, albergue, y preparación en oficios a miles de españoles, sin importar credo, género, raza o condición social.
La Arquidiócesis de Miami también realiza en nuestro medio una gran obra social. Hay muchos pobres y desamparados en Miami y la Iglesia los atiende. Las obras de las Misioneras de la Caridad de Teresa de Calcuta y de la Sociedad de San Vicente de Paul, son muy importantes. Escuelas para discapacitados, hospitales, asilos de ancianos, albergues para desamparados, servicios legales para los pobres, un ministerio para los pacientes de VIH-SIDA, en fin. Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Miami, es la mayor institución para proveer servicios sociales no gubernamentales a los necesitados del Sur de la Florida.
En toda América Latina, la Iglesia hace una gran labor social, pero muy específicamente en Cuba, con apenas recursos, la Iglesia realiza una obra gigante de ayuda a los pobres, a los ancianos, a los enfermos, a los presos, y recientemente, ha comenzado obras de promoción empresarial, para ayudar a crear pequeñas empresas a los emprendedores. Aunque gigante, como decía, para el nivel de recursos con que cuenta, la labor moral y cívica de la Iglesia, debe ser fundamental en el futuro de nuestra patria. Por lo que, el trabajo conjunto de la Iglesia y del laicado en la diáspora y en la Isla, debe jugar un papel primerísimo en el desarrollo material y espiritual del pueblo cubano, en el camino de la libertad y de la democracia.
Compromiso Político
Reunido con unos 9000 estudiantes de colegios jesuitas de Italia y Albania el 7 de junio de 2013, elPapa explicó que "involucrarse en la política es una obligación para un cristiano. Nosotros no podemos jugar a Pilato, lavarnos las manos: No podemos". "Debemos inmiscuirnos en la política porque la política es una de las formas más altas de la caridad, porque busca el bien común. Y los laicos cristianos deben trabajar en política", aseguró el Santo Padre ante los miles de niños y jóvenes presentes.
Cómo entonces ¨enamorar¨ a los laicos jóvenes y a los no tan jóvenes a involucrarse en este compromiso, que debe por supuesto ser un camino, también muy importante, de evangelización. Cómo nadar dentro de la suciedad política sin ensuciarse, cómo ser servidores de los demás, cómo ser luchadores por el bien común, cómo encauzar la solidaridad en nuestro medio social; nos haríamos así numerosas preguntas a las que tenemos que dar respuesta, para sentir que vale la pena involucrarse como cristianos en la lucha por una sociedad mejor, más humana y más cristiana.
No queda más remedio que involucrarse en los problemas de la sociedad en que nos ha tocado vivir, como nos pide el Papa Francisco,acentuando los valores cristianos de compasión y amor por todos los seres humanos, pero muy especialmente por los más necesitados dentro de un profundo respeto a la dignidad plena del hombre.
Eso tiene un significado muy especial en el laicado. Los laicos somos Pueblo de Dios, no sólo en nuestros templos, sino en nuestras calles, en nuestras escuelas y universidades, en nuestros centros de trabajo. Seamos amas de casa, estudiantes, empresarios o trabajadores, en todos los casos, como cristianos, tenemos una responsabilidad con la sociedad, y para ello el Pensamiento Socialcristiano, desde el Evangelio, nos impele a involucrarnos con la misma a partir de nuestra vocación particular.
El Sur de la Florida y Cuba
Recuerdo los últimos años que pasé en Cuba, con la nostalgia de la impotencia y el dolor por la terrible situación de miseria existencial que vivíen mi patria. No era sólo la miseria material en que nos había sumido ¨el período especial¨ o profunda crisis económica y social en que el país había caído desde la pérdida masiva del subsidio soviético al caer el comunismo en Europa. Iba mucho más allá. A la falta de las libertades fundamentales se sumaban la falta de comida, de vivienda, de transporte, de agua, de luz eléctrica, el deterioro exponencial de la infraestructura, y otras realidades que hacían de la vida una completa miseria. Si desde el triunfo de la ¨revolución¨, y luego de años de lucha en que el régimen fusiló y encarceló a decenas de miles de compatriotas, la respuesta de los cubanos era tratar de irse del país, en estos últimos 25 años, ha sido escapar, escapar y escapar, hacia donde sea y como sea. Jóvenes criados en la ¨revolución¨, al despertar del letargo, han visto la salida del país, como única solución a sus problemas, y de esa forma Cuba ha perdido un porcentaje enorme de lo mejor del país. A eso hay que sumar el daño antropológico que la dictadura de más de medio siglo, ha infringido al pueblo cubano. ¿Cómo podemos ayudar entonces cómo cristianos a cambiar esta terrible situación desde la diáspora y desde Cuba? No es fácil dar respuesta a esa pregunta, lo que sí es cierto es que los cristianos cubanos tienen a Cristo, el Evangelio, y el Pensamiento Socialcristiano como asidero para enfrentar el desafío. Hay primero que convenir, que los laicos cubanos estén decididos a proyectarse socialmente: desde aquí con gran humildad, pero a la vez con una tremenda responsabilidad, por disponer de Libertad y con ello de capacidad para organizarse; desde Cuba, con la fuerza de la razón, para desde abajo, junto a todos los cubanos de buena voluntad reconstruir la sociedad civil, que permitirá construir un futuro en Libertad y Responsabilidad. Tomo las siguientes palabras de la ponencia de Dagoberto Valdés, en la 3ra Semana Social Católica de Miami, en febrero de 2014: Mirar lo que está pasando en Cuba e intentar vislumbrar su horizonte es ya una tarea ardua y riesgosa, pero ineludible y honrosa. Todavía más difícil es intentar sugerir, adelantar lo sucesivo, provocar el porvenir, es decir convocar a lo que vendrá, lo que es lo mismo que llamar al futuro por su nombre, esperar atentos a que nos responda y disponernos a dialogar con él, aportándole lo que tengamos en el pensamiento, el corazón y las manos, ya desde ahora. Duro y apasionante. Pudiera parecer solo labor de profetas y próceres. Pero, ¿acaso no lo somos, en alguna medida todos, cuando nos mostramos disponibles y generosos ante el clamor de los que sufren el dolor del alma de la nación que espera?
Y es que la condición del cristiano implica ser profeta, y cuando renunciamos a ello, dejamos de ser ¨sal¨, y nadie nos escucha, pues perdemos el protagonismo del amor. No debemos entonces perder oportunidad alguna. Y aunque la libertad de Cuba se forjará desde dentro, los que estamos fuera tenemos también una responsabilidad ineludible. El exilio cubano nunca ha olvidado a Cuba. El exilio católico cubano ha contado con sacerdotes como Mons. Boza y Mons. Román, y con laicos como el Prof. Antonio Jorge y el Dr. José Ignacio Rasco, ya fallecidos, pero hoy cuenta con un sin númerode hombres y mujeres de pensamiento socialcristiano, que tanto desde sus profesiones, como desde su compromiso cristiano, han luchado y siguen luchando por una Cuba mejor. Hablamos de la nación cubana, pero la nación cubana es su pueblo, y ese pueblo merece mejores condiciones de vida, desarrollo económico y social, y crear las bases que permitan borrar el ¨daño antropológico¨ que la dictadura ha causado al alma nacional. Sigamos el digno ejemplo de los que nos han precedido, y de los que hoy mantienen una presencia socialcristiana, para como decía Jesús, lograr que el espíritu de las Bienaventuranzas prevalezca en la nación que debemos construir.
Aclaración Importante.
El Pensamiento Socialcristiano ha dado lugar a los partidos demócrata cristianos alrededor del mundo. Este movimiento no tiene carácter confesional, y de hecho han formado parte de él, hombres y mujeres, de diversas religiones e inclusive personas no religiosas. Católicos, protestantes, cristianos ortodoxos, judíos, agnósticos, unidos ante unos valores morales, sociales, económicos y políticos, han dado sustento al mismo. Democristianos cubanos(1), convirtieron el Movimiento Demócrata Cristiano fundado en 1959 en el Partido Demócrata Cristiano de Cuba a principios de la década del 90 desde el exilio, bajo el liderazgo del Dr. José Ignacio Rasco. Al mismo tiempo, bajo el liderazgo de Oswaldo Payá, se fundó en Cuba en septiembre de 1988, el Movimiento Cristiano Liberación, con una visión de cambio pacífico y democrático, y de respeto a la dignidad humana, y con una visión del mundo demócrata cristiana. Existen también otros movimientos demócrata cristianos como el Proyecto Demócrata Cubano, en Cuba, y el Directorio Democrático Cubano en el exilio.
El pasado 3 de diciembre, desde Ciudad Mexico, representantes de los cuatro movimientos llegaron a un acuerdo de unidad para el cambio democrático en Cuba. Miembros todos de la Organización Demócrata Cristiana de América (OCDA), expresaron su voluntad política para transformar a Cuba en un país democrático, incluyente, humanista y al servicio del bien común.
Nota:
(1) ¨A propósito de la Democracia Cristiana en Cuba¨ - Algunos recuerdos históricos- José Ignacio Rasco.