Populismos y Totalitarismo vs Unidad de las Fuerzas Democráticas

 

El País de España publicó el 26 de enero un artículo denominado ¨Ultras y radicales aplauden el terremoto¨ en el que se plantea lo siguiente: Formaciones ultraderechistas, xenófobos, antisistema, euroescépticos, antieuropeos, radicales de izquierda o grupúsculos extraparlamentarios de ideologías muy diversas expresaron ayer por toda Europa un sentimiento común de satisfacción por el  histórico triunfo de Syriza en Grecia. 

Desde posiciones y valoraciones muy diferentes y hasta contradictorias en muchas ocasiones, el éxito de Alexis Tsipras tuvo como denominador común la exaltación del terremoto griego, que augura profundos movimientos en la UE, pero también imprevisibles consecuencias en esa amalgama de movimientos, hasta ahora casi en su totalidad fuera del sistema, que intentan recoger frutos de lo ocurrido en Atenas.

Desde el Frente Nacional, formación ultraderechista en Francia, hasta Podemos, formación ultraizquierdista en España, pasando por todos los grupos conexos en Europa, están contentísimos con la victoria de Syriza. La semana anterior a las elecciones, Marine Le Pen, líder del FN ya había expresado su ferviente deseo de que Tsipras ganara las elecciones. De Podemos, ni hablar, Pablo Iglesias su líder es íntimo de Alexis Tsipras, quien por cierto es ferviente admirador del Che Guevara, y uno de sus hijos se llama Ernesto en su nombre. A pesar de haber bajado la tónica de su discurso en los últimos meses, moderándolo para hacerlo más potable, hay que esperar su comportamiento ya como gobierno.

Después de la caída del imperio soviético, no podíamos siquiera pensar que los extremos iban a resurgir en nuestro planeta. 25 años después de la caída del muro de Berlín, vemos como el ¨socialismo del siglo XXI¨, se ha impuesto en cuatro países de nuestro hemisferio. Un fósil del siglo XX, el régimen cubano, ha hecho el papel de país colonizador,  dependiendo a su vez del dinero del país colonizado. Es como la locura del siglo XXI. Venezuela se cae a pedazos, pero el régimen de Maduro no acaba de dar lugar a un régimen democrático de derecho, y así las cosas, y con una crisis económica en Europa, que ha traído gran desempleo en varios países europeos, así como el terrorismo islámico que atormenta a sus sociedades, más lacorrupción en parte de su clase política, hemos visto en los últimos años, el crecimiento de los movimientos y partidos de extrema derecha y extrema izquierda, fenómeno que no se veía desde que el fascismo y el comunismo se enseñoreaban de gran parte del continente.

Para gobernar, Syriza, de izquierda radical, ha hecho coalición con la derecha nacionalista, siguiendo el patrón del avance de los nacionalismos en Europa. La gran crisis económica y social sin soluciones de cara a las necesidades de los pueblos hasta ahora, ha sido la gran causante de este fenómeno, y la Unión Europea ha sido vilipendiada tanto por Syriza en Grecia, como por el FN en Francia, o Podemos en España. Esperemos que los pueblos del antiguo continente, no repitan el caso griego, y resurjan los partidos que desde la moderación puedan lograr el fortalecimiento de sus democracias, pero realmente hay un gran peligro latente.

Este peligro no sólo concierne a Europa. Como vimos, América Latina ha parido cuatro naciones al Socialismo del Siglo XXI, y a pesar de sus diferencias, el afán de sus líderes por eternizarse en el poder, así como el de destruir los fundamentos del estado de derecho, a través del control de todos los poderes por las neo-dictaduras, pues ya no se pueden denominar neo-democracias, son el común denominador de todos ellos. El régimen chavista-madurista en Venezuela, quien ha fungido como líder de este ¨arroz-con-mango¨ llamado Socialismo del Siglo XXI, que es casi el mismo Socialismo Real del Siglo XX, marxista-leninista, con los mono-partidos comunistas al frente de los estados totalitarios, maquillado con un ropaje multipartidista, no sólo ha destruido los fundamentos democráticos y republicanos de ese gran país, sino que ha destruido su economía y dividido a través del odio y la confrontación a la familia venezolana. A pesar de ello sigue en el poder. Todas sus estadísticas son altamente negativas, inflación, desabastecimiento, producción petrolera, agrícola e industrial, valor de su moneda, seguridad ciudadana, en fin, no hay rubro, que no lo sea en alto grado, pero siguen en el poder.

Cuando vemos todas estas situaciones, Ortega en Nicaragua violando la constitución para continuar reeligiéndose, Morales en Bolivia, interpretando la misma para reelegirse por tercera vez, Correa pensando hacer lo mismo en Ecuador, y lo mezclamos con la aparición de Pablo Iglesias, líder de Podemos en España, con su cúpula directiva, y su historia asesorando a estos regímenes, nos descorazonamos al pensar, que los españoles puedan también caer en la trampa del populismo autoritario. Factores económicos como la caída de los precios del petróleo a niveles impensables hace sólo un año, dan pie a los analistas para decir, o que al régimen venezolano le queda muy poco tiempo, o que no van a poder seguir ¨colonizando¨ a los países del Caribe y de América bajo su égida, pero aunque todo esto sea verdad, la gran realidad que puede realmente dar al traste con estos regímenes es la consolidación de la unidad democrática y cívica en cada una de estas naciones, para hacer frente común a la opresión y ganar la lucha de la libertad y la democracia.

Primera parte de la historia

Después de la primera guerra mundial, la humillación del tratado de Versalles, la hiperinflación, y el hundimiento de la República de Weimar, surgió el caudillo impensable, el Fuerher, Adolf Hitler, y el nazismo. Con su totalitarismo opresor, llevó a la gran nación alemana a niveles de represión e inmoralidad, con el exterminio del pueblo judío, los campos de concentración y la 2da guerra mundial a niveles de paroxismo. Constitucionalmente Hitler fue nombrado Canciller por el Presidente de la República de Weimar, el 30 de enero de 1933. Desde la cancillería, Hitler comenzó a eliminar a la oposición y controló todo el poder en sus manos, confirmándose como Fuhrer un año y medio después, en agosto de 1934. La raza aria proclamada como raza superior,  en virtud de lo que judíos y otras etnias fueron perseguidos, llevados a los campos de concentración y asesinados. Toda oposición al gobierno fue reprimida sin piedad, liberales, socialistas, comunistas, líderes cristianos, en fin toda oposición. Alemania amenazaba con la guerra, Austria y Checoslovaquia fueron tomadas, Polonia fue invadida en septiembre de 1939 dando inicio a la 2da Guerra Mundial. Lo demás es de todos conocido, millones de muertos debido a la guerra, y el asesinato en masa de millones de judíos, en lo que se ha denominado, el Holocausto.

A pesar de que Italia estaba entre las potencias vencedoras de la 1ra Guerra Mundial, la propaganda nacionalista italiana la declaraba como ¨una victoria mutilada¨ en que ingleses y franceses habían engañado al pueblo italiano con los beneficios territoriales, que posteriormente sólo cumplieron de forma parcial. Surgió entonces el caudillo, Benito Mussolini, quien fundó en Milán el primer fascio de combate, el 21 de marzo de 1919. La exaltación de la idea de nación frente a la de individuo o clase, la supresión del multipartidismo a favor del partido único, y por consiguiente la centralización del poder,  la creación de multitud de medios de comunicación a favor del régimen con un líder carismático concentrando el poder, la frustración colectiva exacerbada para reprimir al enemigo real o imaginario, nacional o extranjero como chivo expiatorio de todos los fracasos. Expansionismo, militarismo, en fin, la guerra permanente dentro del país, y por colofón, la alianza con el nazismo en la 2da Guerra Mundial. Mediten las palabras de Mussolini, del 19 de agosto de 1921: El fascismo es una gran movilización de fuerzas materiales y morales. ¿Qué se propone? Lo decimos sin falsas modestias: gobernar la nación. ¿De qué modo? Del modo necesario para asegurar la grandeza moral y material del pueblo italiano.

Qué manera de parecerse a los discursos de los nuevos ¨ungidos¨, no importa sean de extrema derecha o de extrema izquierda, pero sigamos recordando lo que ya nos ha traído la historia desde los principios del siglo XX. Vayamos ahora hasta Rusia.

Es muy difícil poder resumir en un párrafo los acontecimientos que tuvieron lugar en Rusia, en 1917. En plena 1ª Guerra Mundial, con la abdicación del Zar, se formó un gobierno provisional en febrero de 1917, en lo que se denominó ¨la Revolución de Febrero¨. Varios gabinetes lo conformaron tratando de resolver los grandes problemas por los que atravesaba Rusia, sin lograrlo. Junto a ello, la guerra era eminentemente impopular. Primero, el político liberal, el príncipe Luov del partido democrático constitucional, y más tarde el socialista Kerenski, del partido social-revolucionario, fueron sus primeros ministros. La crisis de abrilde 1917fue el primer gran conflicto  entre el Gobierno Provisional y el Sóviet de Petrogradotras la creación de ambos durante la revolución de febrero. Surgida por el desacuerdo entre los objetivos de paz condicional de los dirigentes de la mayoría en el Sóviet (Consejo) y la postura a favor de la continuación de la participación rusa en la guerra manteniendo los objetivos del anterior régimen zarista, dio lugar a la formación del primer gabinete de coalición entre liberales y socialistas moderados, que se mantuvo con grandes tensiones hasta la Revolución de Octubrecuando los bolcheviquesderrocaron al Gobierno.

Tras la muerte de Lenin en 1924, Stalin ocupa su lugar como secretario del comité central del partico comunista soviético, desde donde fue acaparando en sus manos todo el poder, sofocando a todos los grupos opositores dentro del partido, incluyendo a Trotski, quien fue desterrado y luego asesinado en México. Con Stalin la URSS pasó a ser una gran potencia industrial, a través de la centralización económica planificada, los planes quinquenales, y la colectivización del campo; simultáneamente, millones de personas fueron enviadas a los campos de concentración o Gulags en Siberia, millones fueron deportadas, a zonas remotas de la Unión Soviética, y millones fueron asesinadas. El Terror se había adueñado del poder, ese y no su papel como parte de las potencias victoriosas de la 2da guerra mundial, fue su verdadero legado, junto a la introducción del comunismo en la Europa oriental donde estados del mismo tipo fueron impuestos por la fuerza del terror. La Unión Soviética estalinista fue también el modelo para la República Popular China y Corea del Norte.

Segunda parte de la historia

La caída del nazismo dio lugar al renacimiento de las democracias en la Europa Occidental, sin embargo el mundo se dividió en dos bloques, y en la Europa Oriental, la Unión Soviética desarrolló su modelo totalitario-comunista en sus naciones, a las que manejaba con el celo del guardián imperialista. La geopolítica internacional vivía con  la espada de Damocles de una ¨guerra fría¨ que podía hacerse caliente en cualquier momento, con el peligro de la exterminación nuclear. Más tarde cayeron China, Corea del Norte, Vietnam, Laos, Cuba, Angola, Mozambique, Nicaragua, en fin, parecía que el comunismo terminaría por conquistar la humanidad.

Fue su fracaso económico y tecnológico, ante el progreso indetenible de Occidente, y su condición como proyecto reñido con la naturaleza humana, lo que hizo caer como un juego de naipes, a toda la estructura totalitaria soviética, desde el derrumbe del muro de Berlín por el pueblo alemán. A partir de este acontecimiento, uno tras otro, los países de Europa Oriental, fueron desarrollando sociedades democráticas y de economías de mercado, de acuerdo a las características de cada nación, fenómeno que dio lugar, a la desaparición del modelo soviético, que pronosticaba un triunfo para siempre de las democracias, y repitiendo a Fukuyama, el fin de la historia.

La destrucción causada por la guerra se convirtió en reconstrucción democrática, económica, social, cultural y política en Europa Occidental, sólo quedaron rezagos dictatoriales en España, Portugal y Grecia, que se solucionaron con transiciones democráticas exitosas.  El estado de bienestar de la mano de los partidos democristianos y social-demócratas, dio lugar a un gran desarrollo de la educación,  la sanidad, la seguridad social y la cultura, en paralelo a un gran desarrollo económico, forjados en la unidad, primero por el Tratado del Carbón y del Acero, que dio lugar al Mercado Común Europeo, más tarde a la Comunidad Económica Europea, y por último a la Unión Europea, primando entre ellos los principios de solidaridad y de subsidiaridad, los que forman parte central de la Doctrina Social de la Iglesia.

En Europa Oriental se forjaron estados de ¨democracias populares¨, que no fueron más que estados totalitarios comunistas, que desarrollaron modelos económicos de planificación estatal, con grandes conglomerados centralizados, realmente inoperantes, que unidos al monopartidismo y la carencia de sociedades de derecho democráticas, fueron barridas por la historia, como un juego de naipes, a pesar de ser la Unión Soviética, una de las dos grandes potencias mundiales, y estar equipada con una maquinaria de guerra formidable.

En América Latina, la ¨revolución cubana¨ introdujo el comunismo en la mayor de las Antillas. Por otra parte y unido a la falta de desarrollo democrático en muchas de las naciones de nuestro continente, se inició un período de dictaduras militares altamente opresivas y muchas veces sanguinarias. Era como el reflejo de la Guerra Fría.

La caída de las dictaduras en América del Sur, parecía dar lugar a un período de resurgimiento democrático, altamente aprovechado por los chilenos al derrocar a Pinochet en las urnas, consolidando desarrollo democrático y desarrollo económico. Con sus altas y bajas podemos decir lo mismo de otras naciones, como Uruguay, Perú, y Colombia (a pesar del narcotráfico y las guerrillas comunistas de las FARC y el FLN que casi llevan al país a ser un estado fallido). Otras naciones como Argentina, bajo la sombra del populismo peronista, o Paraguay, con su extrema pobreza, no acaban de hacerse estados exitosos. Brasil, poco a poco va logrando ocupar el lugar que se merece en el escenario internacional; estado de derecho y desarrollo económico y social, se han dado la mano para lograrlo. Sin embargo, la sombra del populismo de la mano del ¨socialismo del siglo XXI¨ ha llevado a Venezuela, a la descomposición económica, política y social, dando lugar a un estado descabellado y ruinoso. El camino venezolano se ha repetido, aunque no en el plano económico, sí en el político, en Bolivia y Ecuador. La destrucción paulatina del estado de derecho en dichos países, resulta extraordinariamente peligrosa para la democracia en toda la América Latina.

Los neo-populismos

Venezuela y el chavismo son el ejemplo clásico de una nación con grandes recursos naturales y energéticos, que por 40 años vivió en democracia, que se vuelca a un experimento populista de la mano de un líder militar de izquierdas, a la vez, golpista, Hugo Chávez, un iluminado carismático, que envuelve al pueblo en su retórica paradisíaca, en este caso, mezcla de socialismo, autoritarismo, y liderazgo permanente primero de la mano del caudillo y después de su sucesor, los que asociados al régimen cubano han llevado al país a una verdadera pesadilla. Cómo pudo suceder esto en Venezuela, nos preguntamos. A la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, la socialdemocracia de Acción Democrática, y la democracia cristiana de COPEI, guiaron los destinos democráticos del país por cuatro décadas. El país avanzó muchísimo, la doctrina Betancourt de apoyo a los sistemas democráticos, parecía consolidada, sin embargo, la corrupción de muchos dentro de la clase política, y la desigualdad propiciaron la aparición del ¨salvador¨ que hundiría a la patria venezolana en un callejón del que todavía no se ve la salida, a pesar del nivel de la crisis. ¿Lograrán los venezolanos salir de la crisis y restaurar los principios del estado de derecho pacíficamente? Ojalá. Se prevé un año de cambios, ya que no se puede esperar por un gobierno, que en vez de enmendar, acrecienta sus errores y su perversión por mantenerse en el poder.

Rusia. El pasado mes de noviembre se cumplió el primer cuarto de siglo de la caída del Muro de Berlín. Este evento de significación universal, no sólo dio lugar al derrumbamiento del bloque comunista soviético sino también dio lugar al renacimiento democrático de la gran mayoría de los países que lo conformaban en Europa del Este, y en la misma Unión Soviética, que al desintegrarse condujo a la independencia de las repúblicas que formaban parte de la URSS.

Cada país merece un análisis diferente, la RDA fue absorbida por la RFA, países como Checoeslovaquia se dividieron de forma pacífica, en la República Checa y Eslovaquia, sin embargo este proceso en la antigua Yugoeslavia dio paso a guerras y genocidios horribles.  Sin embargo, los procesos democráticos, los cambios económicos, la integración a la Unión Europea, dieron lugar a la esperanza y al progreso de todos los que lo lograron. Repúblicas ex-soviéticas como Lituania, Letonia y Estonia, han llegado a formar parte de la Unión Europea y de la OTAN, mientras que otras como Bielorrusia, han seguido el camino del autoritarismo, y Ucrania ha sido dividida, al adueñarse Rusia de la península de Crimea y sostenerse una guerra desde hace meses en las regiones pro-rusas de dicho país, que no se sabe cómo va a terminar, a pesar de las treguas pactadas para resolver el conflicto. Es la Rusia de Putin, y su nuevo populismo imperial, la gestora de una nueva situación que nos recuerda a diario las secuelas de la guerra fría y con ello el renacer de sentimientos y temores que parecían estar enterrados para siempre.

Europa. Como decíamos al inicio de este trabajo, Europa enfrenta el renacimiento de los populismos de derecha y de izquierda. En Grecia acaba de ganar las elecciones Syriza, un movimiento de extrema izquierda, algo impensable hace sólo unos años. En Francia, el Frente Nacional, movimiento xenófobo de extrema derecha, lidera las encuestas, y en España, ha aparecido con la furia de un animal salvaje, Podemos, movimiento de extrema izquierda, anti-sistema, que promete echar abajo todo el esfuerzo que el pueblo español se ha dado desde la transición democrática que dio al traste con el franquismo.
Sin propuestas reales a la crisis económica, sólo a través de críticas a la clase política, la ¨casta¨ como le llaman, Podemos es una verdadera amenaza para la democracia no sólo en España, sino también a nivel Europeo, donde una alianza con Syriza podría poner en verdaderos apuros a una Unión, que ha costado tantos años en gestarse.  No hay que dudar, que si triunfa el Frente Nacional en Francia, se unan la extrema derecha del FN con Syriza y Podemos, y otras fuerzas populistas y extremistas de Europa, para acabar con la Unión Europea y con la Alianza Occidental. Es la amalgama que une a Putin, al Socialismo del Siglo XXI, a Podemos, a Syriza, y a las otras fuerzas extremistas de Europa y América Latina.

Europa y América hoy

No es concebible que Europa a sólo 25 años de la caída del Muro de Berlín, y todo lo que significó el derrumbe del comunismo por su propio peso, de ineficiencia, corrupción y represión, genere de nuevo dictaduras comunistas a partir de procesos democráticos. Ya ganó Syriza en Grecia. Si gana Podemos en España, con toda la herencia chavista del entorno de Podemos, sin duda alguna pondrá en vigor el catecismo chavista para desmontar la democracia desde la democracia, y convertir al país en una dictadura con máscara democrática, como ha sucedido en Venezuela. Es cierto que Europa no es América Latina, existe una Unión Europea, y una gran tradición democrática desde 1945, pero los populismos cautivan a las masas y desde el poder destruyen los fundamentos democráticos, son realmente un gran peligro, para naciones cuyos pueblos llevan años disfrutando de las libertades que sólo la democracia liberal, ha sido capaz de ofrecer.

No hay duda de que las regiones rusificadas de Ucrania merecen una gran autonomía, pero cualquier solución en este sentido debe darla el propio pueblo ucraniano, sin interferencias imperiales. Mientras tanto a Putin hay que detenerlo, y Ucrania sola no puede, necesita un Occidente unido y su apoyo para poder hacerlo. Putin es el tipo de carácter egocéntrico y enfermizo, que tanta sangre y dolor ha traído al mundo. Recordemos a Stalin y a Hitler. Recordemos que Fidel Castro prefería la destrucción atómica de Cuba, si con ello cohetes nucleares rusos caían sobre los EE.UU.

Es impredecible lo que puede suceder, si Podemos se hace gobierno en España, cambia la constitución, que ha sido un tremendo símbolo de paz y convivencia, desde la instauración de la democracia en 1975, y en alianza con Grecia, desestabiliza todo el Sur de Europa, y hace alianza con la Rusia de Putin.

Es imprescindible que todas las fuerzas democráticas de Europa, se unan ante el peligro. Es necesario que la socialdemocracia y la democracia cristiana resurjan con la fuerza de la postguerra, es imprescindible que todos los partidos democráticos, de derecha, centro e izquierda, se unan ante el terremoto neo-totalitario. La paz mundial lo necesita, así como la libertad de los pueblos europeos. Tomo la nota siguiente de El País de España, Europa tiene un desafío crucial representado por el ascenso de los populismos y nacionalismos contrarios al proceso integrador. Para encontrar respuestas a los problemas, el pesimismo y la limitación de horizontes de millones de personas, la clase política y las fuerzas todavía mayoritarias en el tablero europeo necesitan reflexionar seriamente sobre lo ocurrido.

En Venezuela ocurre algo semejante, no hay opción a la unidad de toda la oposición democrática, retírense los individualismos y den paso a una unidad democrática que pueda sacar al país del abismo y reconstruir la República. Hoy más que nunca Venezuela necesita de la unidad de todos los sectores democráticos de izquierda, centro y derecha; todos unidos, pueden de una vez y por todas salvar a la nación, líderes como Leopoldo López, mostrando al pueblo su capacidad de sufrir por la libertad, como lo ha hecho, deben motivar al país para salir de la pesadilla. América Latina lo necesita más que nunca.

Cuba y la geopolítica mundial

Cuba  no es un neo-populismo, sino la herencia tropicalizada de un populismo antiyanqui con el marxismo-leninismo, enquistado en el poder en la mayor de las Antillas desde 1959. Subsiste a pesar de la destrucción de su economía, de su infraestructura, de su sociedad, y por el cansancio de un pueblo que manifiesta docilidad a la política dinosáurica de los hermanos Castro. A pesar de los esfuerzos de una disidencia y de una oposición que ha crecido con los años, todavía no pesa lo suficiente como para ser una variable de cambio real al sistema imperante. La sociedad civil crece, pero no al ritmo que la Patria lo necesita, ante un derrumbe institucional asombroso. El control absoluto del poder por tantos años, centrado en una economía totalmente estatizada, un partido comunista y unas fuerzas represivas al servicio del poder personal, han hecho un daño antropológico enorme al alma nacional. Cuba necesita reconstruir el alma nacional, a partir del resurgimiento de la sociedad civil, para enfrentarse de una vez por todas a la situación imperante y dar al traste con el régimen totalitario.

Por años, la propaganda castrista ha dado resultados increíbles para el grupo dictatorial en el poder. El Che Guevara es presentado como el ¨ave Fénix¨ de la mitología que resurge eternamente con fortaleza increíble, para acabar con las injusticias, en vez del asesino sin compasión y del hombre que destruyó en muy poco tiempo la economía nacional. En vez del bloqueo económico al interior del país, que el propio gobierno ha implantado para mantener en estado paupérrimo al pueblo, la culpa de esta miseria ha caído sobre el ¨bloqueo¨ o embargo de los EE.UU al régimen cubano. Geopolíticamente, Cuba fue una cabeza de playa soviética hasta por más de 30 años, a sólo 90 millas de los EE.UU. y de todos los movimientos guerrilleros surgidos en América Latina, jugando también un papel militar importantísimo en la conquista y preservación de gobiernos pro-comunistas y pro-soviéticos en Africa. Durante todo este tiempo recibió un subsidio económico por parte de la Unión Soviética que permitió a la dictadura cubana mostrar al mundo  logros en educación y salud, obtenidos no por el esfuerzo de una economía nacional próspera, sino por el pago de servicios que la URSS daba a su aliado. Con posterioridad al derrumbe del mundo comunista en Europa y la caída estrepitosa de la economía cubana, que dio lugar al llamado ¨período especial¨,  en vez de reconocer la necesidad de un saneamiento de la economía para su reconstrucción en función del bienestar del pueblo, ha jugado el papel de ¨guía espiritual¨, tanto del socialismo del siglo XXI como de todos los movimientos surgidos en torno al mismo, para hacerse acreedor de un nuevo subsidio, el venezolano. Desde la enfermedad de Fidel Castro, su hermano Raúl, ha sido más pragmático y ha reconocido que el país está al borde del abismo, y que se necesita reconducir el modelo económico. Sin embargo los cambios han sido extraordinariamente lentos, para una economía que está en estado de coma. Quizás la ideología, o la misma influencia de Fidel Castro desde su retiro, o de los dinosaurios que los rodean, incluyéndose el mismo Raúl, han impedido hacer los cambios que se necesitan hacia el mercado, a la velocidad que se necesitan. Siempre han tenido como arma de propaganda la hostilidad del ¨vecino imperialista¨ y su ¨bloqueo¨ como excusa. Del lado del pueblo, su indefensión y el daño antropológico acumulado, han permitido a la dictadura, hacer y deshacer a su antojo. También ha contribuido, la emigración. Hoy más de un millón de cubanos han escapado a otros países y muy especialmente hacia EE.UU. quitando fuerza al resurgimiento de una sociedad civil, que de haberse forjado, la historia habría sido diferente.

Punto de inflexión

El 17 de diciembre de 2014 los EE.UU. y Cuba anunciaron el restablecimiento de relaciones diplomáticas, un hecho histórico después de más de 50 años sin las mismas. Considero que el gobierno cubano ha accedido a rehacer sus relaciones con su mítico enemigo, al que ha culpado de todas sus desgracias, por un nuevo pragmatismo, ante la realidad de una Venezuela imposibilitada en mantener el subsidio petrolero a su aliado cubano, por una economía totalmente depauperada y precios del petróleo a la baja. Países como Rusia y China desearían ocupar el espacio geopolítico inapreciable que Cuba representa, pero no pueden mantener a Cuba con un subsidio como el que le suministraba la antigua Unión Soviética. Creo que al gobierno cubano, a pesar de no querer hacerlo, no ha tenido otra opción que no sea, tratar de mejorar las relaciones con su vecino.

De parte americana, el actual gobierno de Obama ha reconocido lo ineficaz que ha sido el embargo económico para el cambio en Cuba, y considera que la mejor forma de hacerlo es restableciendo unas relaciones que le permitan estar presente, e influir tanto económica como políticamente en la reconstrucción de la nueva sociedad civil en Cuba. Muchos están de acuerdo y muchos en desacuerdo, con esta nueva política es cierto, pero la realidad es que llegó para influir y tener éxito, por lo que ante esta nueva realidad le toca al pueblo cubano hacer su parte.

El pueblo cubano, no es el pueblo chino. Es occidental desde los pies a la cabeza. Esta condición no ha podido cambiarla el régimen. Los cubanos miran al norte, no al este. Su cultura, sus deportes favoritos, su cine, su música, todo forma parte de un ajiaco, que tiene solamente en Miami-Dade a más de 800,000 cubanos bailando al mismo ritmo. La potencialidad del vecino del norte para influir en la sociedad cubana es posiblemente mayor que la de todo el resto del mundo, incluyendo a América Latina y a Europa.

El régimen cubano va a tratar de resistir el embate de esta influencia, como lo ha hecho por más de 50 años, pero ahora no tiene mucho margen de maniobra. Ya no tiene a la URSS, sólo tiene a una Venezuela depauperada. Si no dan este paso, no pueden siquiera sostener el estatus de miseria tolerable en que han mantenido al pueblo cubano por los últimos 15 años. No les queda más remedio, para tratar de salvar aunque sea a los hijos de la nomenclatura y a la casta militar.

El pueblo cubano ha vivido con un pie en Cuba y el otro tratando de escapar de la Isla. Ha sido un pueblo sin esperanzas ya por muchos años. La juventud no quiere saber nada del régimen. Ya nadie cree en la propaganda castrista. Ya no pueden echarle la culpa al enemigo, de sus propias miserias y errores. Sólo el anuncio del restablecimiento de relaciones ha traído nuevas esperanzas al pueblo. Éstas pueden desvanecerse, o pueden erigirse en una nueva sociedad civil que luche por el cambio económico, social y político. Ello es responsabilidad del  cubano, pero viene muy bien que se le de una mano. Las cosas ya han empezado a cambiar. La oposición cubana aquí y allí coordinando estrategias, porque somos un solo pueblo. En fin, algo comienza a moverse a más velocidad, para positivo.

El gobierno cubano, al mismo tiempo que restablece relaciones, jugará la carta de impedir su normalización hasta donde le sea posible, porque saben de la potencialidad de la ¨bola de nieve¨ que puede comenzar a rodar. Es por ello que días atrás, el órgano del gobierno cubano, el periódico Granma, enfatizaba,  “No podemos permitirnos ser ingenuos frente a los actuales retos que tenemos por delante e ignorar la naturaleza que ha distinguido las relaciones entre los dos gobiernos; mucho menos obviar el hecho de que se pretende, desde territorio norteamericano, erosionar la institucionalidad revolucionaria a través de métodos diferentes”, afirmó el periódico.“Urge, pues, continuar fortaleciendo el trabajo educativo en las escuelas para reforzar valores asociados al socialismo, la soberanía y el patriotismo”, sostiene.

Mi gran fe en el futuro, que tiene a la nueva realidad como punto de inflexión se resume en el análisis que José Daniel Ferrer, secretario ejecutivo de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), acaba de realizar en un comunicado emitido el 10 de febrero, en el que analiza la posición de su organización respecto a la política actual de EE.UU. hacia el régimen castrista y defiende los motivos que llevan a las bases de la UNPACU a mantener su apoyo a la misma. Los puntos siguientes resumen lo expresado por José Daniel.

- No se puede presentar una opción política seria y responsable que no tiene en cuenta el sentir de la mayoría de los cubanos de a pié.

- No se puede captar la atención y solidaridad de naciones amigas culpándolas de los males que sólo son producto de las acciones de generaciones de cubanos, y que sólo estos pueden resolver en último término, ni tampoco dando la espalda a la opinión de la gran mayoría de las naciones amigas y solidarias del mundo democrático.

- El gobierno de los Estados Unidos y sus representantes políticos siguen mostrando, como siempre, solidaridad y apoyo a los defensores de los derechos humanos.

- El embargo de EEUU, al ser tan sólo de EEUU, más que perjudicar a la dictadura castrista la ha favorecido.

- Nadie está más preocupado que el régimen castrista con lo que pueda suceder con el fin de la política de confrontación y las ventajas que sepamos obtener los defensores de los derechos humanos en los nuevos escenarios que surjan.

- El gran reto que enfrentamos en la sociedad civil independiente cubana no es la cuestión de si estamos a favor o en contra de las medidas de Barak Obama. El gran reto está en la necesidad de que unamos nuestros esfuerzos para poder articular un fuerte movimiento de masas que obligue al régimen a sentarse a la mesa de diálogo o a abandonar el poder.


 

 

 

 


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