Acuerdo por la Democracia en Cuba

Nosotros, cubanos conscientes de la necesidad de un cambio trascendente en las estructuras políticas, sociales y económicas de nuestro país, nos juntamos más allá de nuestras estrategias en favor de la liberación para afirmar ante nuestro pueblo y la comunidad internacional los postulados esenciales que substancien la alternativa democrática al despotismo que impera actualmente en nuestra patria.

Afirmamos que la nación cubana es una sola en el territorio nacional y en la diáspora. Creemos que todos los cubanos tenemos el derecho a ser iguales ante la ley y la nación, con dignidad plena que no puede ser sometida a ninguna discriminación. Entendemos, asimismo, que el presente régimen se ha mostrado incapaz de asegurar la libertad y la justicia y de promover el bienestar general y la solidaridad humana en nuestra patria. Por eso desde ahora establecemos, mediante un gran consenso nacional y como una clara alternativa a la opresión actual, este:

Acuerdo por la Democracia en Cuba


Reconocemos como principio fundamental de la Nueva República que Cuba es una e independiente, cuya soberanía reside en el pueblo y funciona mediante el ejercicio efectivo de la democracia representativa pluripartidista, que es el gobierno de la mayoría con respeto absoluto a la minoría.

Todo gobierno tiene que respetar la soberanía del pueblo, por tanto, al fin del régimen tiránico actual, el gobierno provisional o de transición tendrá la obligación de devolverle la soberanía al pueblo mediante las siguientes medidas:

  1. Garantizar la participación del pueblo en las decisiones de la nación, a través del ejercicio del sufragio universal directo y secreto para elegir a sus representantes y el derecho a postularse para cargos públicos.
  2. Promulgar de inmediato una amnistía general para la liberación de todos los presos políticos, incluyendo a aquellos condenados por falsos delitos comunes, y cancelar las causas políticas pendientes contra los cubanos exiliados, para facilitar su regreso a la patria y su reincorporación a la vida nacional.
  3. Organizar un poder judicial independiente, imparcial y profesional.
  4. Reconocer y proteger la libertad de expresión, de prensa, de asociación, de reunión, de manifestación pacífica, de profesión y religión.
  5. Amparar a los cubanos contra todo tipo de desalojo arbitrario de sus viviendas así como contra toda detención, registro, allanamiento, confiscación o agresión arbitraria, y contra la violación de su correspondencia, documentos, y otras comunicaciones y defender el derecho de todos a la intimidad y el honor.
  6. Legalizar de inmediato a todos los partidos políticos y demás organizaciones y actividades de la sociedad civil.
  7. Referirse a la Constitución de 1940 en lo aplicable, durante el período de transición, y convocar a elecciones libres con la supervisión de organismos internacionales en un plazo no mayor de un año, para un Congreso Constituyente que establezca una Constitución y que durante su existencia pueda legislar y fiscalizar al Ejecutivo. Lograda así la legitimidad democrática, convocará a elecciones generales según establezca la Constitución.
  8. Reconocer y proteger la libertad de gestión económica; el derecho a la propiedad privada; la libertad sindical; el derecho al convenio colectivo y a la huelga; el derecho a la participación real del pueblo cubano en el desarrollo económico; y el acceso a la salud y la educación públicas e iniciar el reestablecimiento de los valores cívicos en la misma.
  9. Tomar con urgencia medidas para proteger la seguridad medioambiental y proteger y rescatar el patrimonio nacional.
  10. Propiciar y garantizar la profesionalidad, dignidad y neutralidad política de las Fuerzas Armadas y crear cuerpos de orden público cuyas normas de conducta se ajusten a los principios de este Acuerdo.

Cuba resurgirá de sus propias cenizas, pero es obligación sagrada de todos los cubanos –tanto de los que viven en la isla oprimida como en la diáspora poner las manos en el arado sin mirar atrás, sino a lo más profundo de nuestros corazones para convertir las cenizas en semilla fecunda de amor y creación. Ahora, como hace 100 años, nuestra aspiración nacional continúa siendo construir una República basada en la fórmula del amor triunfante.

CON TODOS Y PARA EL BIEN DE TODOS

Firmado: Febrero 20, 1998. Reafirmado en: Agosto 31, 2007.
Ratificado en presencia del Secretario General de la OEA: Octubre 25, 2019.

La Habana, Cuba.

Lubin, Polonia.

Miami, Florida.

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