Cuando leo en la prensa “el avance de posiciones progresistas hacia el matrimonio homosexual y la legalización de la marihuana” puedo inferir que quien escribe ese artículo NO es un periodista católico, es evidente.
Cuando oigo al Sr. Fernando Espuelas en la radio atacar a la Iglesia Católica y a los cristianos en general entiendo claramente que él NO es católico y en consecuencia su punto de vista es tal como lo expresa. Lo mismo me ocurre si oigo hablar a Bernadette Pardo y otros tantos que desprecian la religión y sus principios morales. No tengo ningún problema con ello, celoso defensor como soy de la Libertad de Opinión.
Lo que realmente me preocupa y duele es la aparente ausencia de periodistas católicos que sepan y quieran defender sus ideas, corriendo los riesgos que sean necesarios para defender su fe. Lo que no entiendo es que no haya redactores, Jefes de Redacción y hasta dueños de medios de difusión que no estén dispuestos a plantar pie firme en defensa de la Iglesia y su magisterio. Parece que solo Radio Paz asume esa posición en el Sur de la Florida y los otros, vergonzosa y cobardemente, se sienten aliviados dejando la carga a los demás.
Hoy recibí un e-mail que decía: “Hay una línea en la historia de la primera lectura de hoy que no tiene sentido: Se fueron contentos porque ellos habían sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el bien de Jesús. ¿Cómo puede alguien tener alegría de haber sido juzgado como merecer el ser maltratado? ¡Aún por el amor de Cristo!”
Continúa el –email: “Somos azotados con palabras. Somos arrastrados al tribunal de las mentes de las personas donde somos juzgados injustamente y somos procesados. Somos sentenciados a un cambio de conversación para que nosotros no podamos hablar de Jesús”.
El Papa Francisco nos ha recordado el deber de cada católico de vivir la vida secular en consonancia con la fe que decimos profesar. No basta con la misa del domingo, hay que vivir el cristianismo 24/7, y no un “cristianismo light”, políticamente correcto, cobarde, acomodaticio. Esto, sin dudas, se aplica también a los profesionales de los Medios de Comunicación.
¿O es que no hay periodistas católicos en USA?
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