Salvador Allende: fin de un Mito

Es notable como se han acallado los argumentos de quienes alimentaban la mitología allendista desde que sus alabarderos no encontraron argumentos suficientes en el reciente examen forense para afirmar su gloriosa muerte combatiendo la usurpación del poder.

Invito a quienes quieran abundar en los detalles sobre los hechos que rodean esta controversia a que lean el reportaje titulado " La muerte de Allende: hechos y testimonios ", que contiene datos a mucha mayor profundidad.

No obstante, ha caído en mis manos otro libro que desenmascara el mito de Allende todavía más y con argumentos y testimonios contundentes. Se trata de "Salvador Allende: Fin de un Mito", que contiene los resultados de una extensa investigación realizada por Víctor Farías, un doctor en Filosofía graduado en Alemania y reconocido historiador nacido en Chile. Entre sus obras más famosas se cuenta "Heidegger and Nazism". Sobre Allende había publicado anteriormente una obra muy controversial titulada "Salvador Allende: Antisemitismo y Eutanasia".

En "Fin de un Mito" destaca también el grado de imaginación descontrolada de algunos promotores de la mitología biográfica de Allende. Por ejemplo, cita una obra de García Márquez, titulada "La verdadera muerte de un Presidente", en la que el Nobel colombiano se explaya en su consabido realismo mágico para hacerlo aparecer como verdad biográfica: "Los estaba esperando. Llevaba en la cabeza un casco de minero y estaba en mangas de camisa, sin corbata y con la ropa sucia de sangre. Tenía la metralleta que le había regalado Fidel Castro y que fue la primera arma de fuego que Salvador Allende disparó jamás ... Allende murió en un intercambio de disparos con la patrulla. Luego todos los oficiales en un rito de casta, dispararon sobre el cuerpo. Por último un oficial le destrozó la cara con la culata del fusil ..." No cabe duda que logra una literatura verdaderamente sobrecogedora y alucinante. Así se fabrican los mitos.

La nueva obra de Farías se remonta a otros antecedentes de la vida real de Allende que son verdaderamente deplorables. Algunos de los hechos quedan al descubierto como resultado de la caída del Imperio Soviético y del acceso que han tenido los investigadores de todo el mundo a infinidad de documentos y archivos. Entre ellos, por ejemplo, un acta del Servicio de Seguridad del Estado de la Alemania comunista (STASI) sobre Osvaldo Puccio, el Secretario personal de Allende. O el interés que Simón Wiesenthal, en su caza de nazis, demostró con frecuencia en los antecedentes de Allende y en sus esfuerzos por encubrir un prominente prófugo. También desempolva un texto del eugenista filo-nazi Hans Betzhold, en el que en 1942 compara las políticas eugenésicas de Adolfo Hitler con las de Salvador Allende, entre otros desagradables antecedentes.

En fin, que es hora de pasar la página sobre el mito de Allende, como ya se está haciendo con el mito del Ché Guevara.

El incidente y los detalles de la muerte de Allende son desconocidos para el público en general. En varias oportunidades he comentado el caso y el desconocimiento de estos acontecimientos entre los chilenos es asombroso. Nadie parece saber de lo que les hablo; creo que piensan que estoy loco o muy mal informado o seguramente piensan que desconozco el tema totalmente. Casi nadie sabe nada de la actuación de los guardaespaldas cubanos que ¿¿¿¿¿¡cuidaban a Allende!????? De lo que sí estoy seguro es de que hay varios de los allegados al asesinado Presidente que sí saben lo que sucedió, pero no se atreven a abrir la boca, entre los que se encuentra el Sr. Max Marambio, al que mencionas en tu reportaje de la Sección de “Titulares”. Tétrico este personaje y estoy seguro que estás enterado de los graves problemas en que se encuentra este señor con el régimen cubano, que lo apañó por tantos años, después de haber sido como dicen en Chile, uña y mugre son el mandamás de Cuba.

Mi opinión de ese reportaje que mencionas ahora es que lo encontré extraordinario; igualmente Ana, que también lo leyó. Es uno de esos temas que es necesario exporner una y mil veces para combatir la mentira de los enemigos que la democracia, que quieren ocultar a cualquier precio aquello que no les conviene.

La hija de Allende, Isabel, estaba muy interesada (igual que unos cuantos más que profesan absoluta fidelidad a la Bestia de Cuba) en que prevaleciera la teoría del suicidio, pero creo que la explicación de que recibió dos disparos porque el arma estaba en automático es más que ridícula. Si el arma tenía la capacidad de disparar diez balas por segundo, no comprendo como pudo controlarla el Sr. Allende para evitar los otros 8 disparos. Además, las pruebas forenses parecen indicar que las balas eran de distinto calibre. Creo que la tapadera ha sido muy bien programada y torpemente llevada a caubo. Estas teorías no convencen ni al famoso bobo de la yuca, pero es lo que ellos deseaban y lo que parecen haber logrado. Es posible que al paso de los años se llegue a saber toda la verdad.

En esta última nota has dicho mucho con pocas palabras. Me ha encantado que cites lo que dijo el poca vergüenza de Gabriel García Márquez, una fantasía digna de Macondo. De acuerdo a lo que él dice, el cuerpo fue acribillado a balazos. ¡Estos rojitos no tienen concepto del límite.

Por otra parte, es muy cierto y lo sabe todo el que desee informarse en Chile, que Allende habló y escribió sobre la eutanasia y la consideraba como una posibilidad. Víctor Farías escribió otra obra muy interesante titulada “Los Nazis en Chile”.

La hija de Allende es otra que bien baila y forma parte de las filas de la oposición en Chile. Canalla y taimada como el padre, su nombre es Isabel Allende, pero no es (muchas personas están confundidas) la famosa escritora. La escritora era prima de Allende.