José Ignacio:
Hoy martes 22 de octubre, mientras se celebraba la bella misa de Resurección y escuchaba a tus familiares , amigos y amigas, y después en el cementerio oyendo a Pedro Guerra refiriéndose a ti, pensé en cuantas cuartillas podría llenar de anécdotas en las cuales juntos, tu y yo, tuvimos diferentes experiencias de trabajo en el campo internacional.
Pienso que para nosotros, los demócrata cristianos, el legado que tu nos dejas es enorme, pero sobre todo en lo referente a un diálogo y una reconciliación nacional de todos los cubanos.
Batallaste hasta el cansancio por una transición pacífica que le brindara a la nación cubana una sociedad más justa, más solidaria, más participativa, más democrática y sobre todo más cristiana, pero no sólo después de 1959, sino en todo momento pues siempre apostaste por una salida electoral para Cuba en contra de una salida violenta; para ti la vía en todo momento fue el diálogo y no el monólogo.
En 1959, cuando Cuba comenzó este proceso de odios y divisiones fundaste el Movimiento Demócrata Cristiano de Cuba. MDC. Tú sabias bien que en Cuba no podían inscribirse partidos políticos, por eso creaste un movimiento inspirado en el humanismo cristiano y en ese sueño te acompañaron personas de principios e ideales como Valentín Arenas, Laureano Batista, Ambrosio del Valle, Enrique Villareal, Dámaso Pasalodos y otros. Fueron por toda la isla motivando a los socialcristianos a participar en política.
En 1989 y en compañía también de Laureano Batista iniciamos el proceso para reunir, como tu decías, al Archipiélago social cristiano y así se fundó en 1991 el Partido Demócrata Cristiano de Cuba , PDC, del cual fuiste su primer Presidente y para siempre el Presidente de honor.
Tu desaparición nos deja un vacío muy difícil, si no imposible de llenar. Pero al mismo tiempo sabemos con certeza que desde el cielo y en unión de Santo Tomas Moro, patrono de los políticos, vas a seguir abogando por América Latina como tantas veces lo hiciste en vida con tu trabajo incansable y dentro de esa América Latina vas a abogar para que en Cuba tus sueños se hagan realidad.
Después del cementerio fuimos a tu casa para celebrar tu vida y todos y todas tuvimos un buen recuerdo y una anécdota. Te recordaremos siempre.
Agradezco al Señor la oportunidad que me dio de trabajar contigo y el inmenso privilegio de conocerte.
Hasta pronto amigo.
Warry
Dr. Rafael Sánchez
amayawarry@aol.com