Es hora de Puentes, no de cizaña

Es Hora de Puentes, no de cizaña

Por José Manuel Palli, Esq.


En este momento tan deseado por muchos cubanos y tan temido por tantos otros, los cubanos debieran intentar canalizar todas esas emociones y energías hacia un solo objetivo: la unidad.

Ese objetivo es particularmente difícil de lograr, especialmente para aquellos cubanos que, habiendo vivido prácticamente toda nuestra vida fuera de Cuba, tenemos una visión de Cuba difícil de conciliar con la realidad de la isla. Y el primer obstáculo que nos plantea ese desfasaje es ver en la muerte de Fidel Castro un cataclismo capaz de cambiar esa realidad que no comprendemos a cabalidad.

Es el momento de tender puentes, de ejercitar la tolerancia, y de buscar esa unidad por la vía del acercamiento, del conocimiento y de la solidaridad. Sobre todo, es la hora de darle la espalda a los “expertos” en el sembrado de cizaña, de división, a los arquitectos de la polarización, quienes, en Mayami, nadan cual peces en el mar.

Y no me refiero a quienes celebran frente al Versalles, sino a los pseudo-intelectuales que desde columnas de opinión diseminan su propaganda a favor de posiciones “Anti” que abonan “soluciones” facilistas que no son sino su manera solapada de perpetuar la polarización entre los cubanos, polarización de la que viven estos sujetos. Y es que lo hacen, persistentemente, no solo con respecto al pueblo cubano sino en pos de la polarización de muchos otros pueblos, en el caso mas reciente del colombiano.

Los abogados cubanos, de uno y otro lado del estrecho de la Florida, tenemos nuestro propio puente que tender, y el modelo o plano para tenderlo lo tenemos en una frase clave que se encarnó en la transición española tras la muerte de Franco: “De la Ley a la Ley, a través de La Ley”.

El autor de esa frase fue Don Torcuato Fernández Miranda y Hervís, que en el 73, al morir Carrero Blanco en un atentado, quedó al frente del gobierno franquista, y fue también Secretario General de la Falange.

Don Torcuato presidió las Cortes durante lo que se llamó el Pleno de la Reforma, donde se aprobó la Ley para la Reforma Política, casi al año de la muerte del caudillo, anticipada por muchos españoles como una posible “solución biológica” ... Pero es esa frase, avalada también por el Ministro de Justicia franquista, Don Laudelino Lavilla, la que encarna la verdadera "solución" : con la biológica nunca alcanza.

Y es en ese terreno en el que tenemos que avanzar los cubanos, siempre que entendamos que la Ley a la que se refiere la frase es la cubana, tanto de un extremo como del otro del puente jurídico que hay que tender: la ley en vigor al momento en que actuó la biología (no la de hace seis décadas) y la ley que facilitará a los cubanos la convivencia en un futuro común.

También en ENH:

Pensando a Cuba en "español", no en "americano":
www.elnuevoherald.com/opinion-...rticle117601873.html

Por cierto, y para que no nos confunda la tinta oscura de los "expertos" calamares que son plaga en Miami y sus playas: en España hubo de las dos, sucesión Y transición... El sucesor designado por Franco estará representando a España en las exequias que se celebraran en La Habana el domingo, día de Santa Bàrbara...

Muy edificante la exhortación que a grandes rasgos nos ofrece José Manuel en este breve análisis. Tender puentes y extender la mano para que la estreche quien nos enfrenta es una actitud civilizadora que provocaría sin lugar a dudas un salto adelante hacia un mundo mejor, si se pusiera en práctica desde ambas vertientes de los abismos que provocan tantas guerras, revoluciones y desolación.

Por otra parte, estimo que cuando se refiere a la "unidad" sea de propósitos, para que todos los amantes de la democracia, defensores de los derechos humanos y personas civilizadas en general sumen sus esfuerzos hacia objetivos comunes, pero respetando la diversidad de criterios y estrategias. En cualquier otro sentido, la "unidad" es antidemocrática.

En el sentido de aspirar a una unidad de propósitos, es indispensable también una actitud positiva. Podemos estar en contra de la opresión y luchar contra la violación de los derechos humanos, pero la actitud positiva es luchar a favor de la democracia y promover el respeto mutuo y, como bien dice José Manuel, ejercitar la "tolerancia".

No obstante, esta tolerancia debe ser herramienta civilizadora y no simplemente apaciguadora. Al respetar al prójimo y dar debida consideración a sus criterios y opiniones, tenemos también todo el derecho de exigirle que respete y tolere los nuestros. No se negocia concediendo sino transando.

El ejemplo de España fue uno de transacción y de respeto mutuo. No se puede negociar cuando una de las partes se propone eliminar a la otra tanto si se propone hacerlo abiertamente como si lo hace subrepticiamente. En otras palabras, la mano tendida no es una concesión sino una oferta de respeto mutuo.

Precisamente, amigo Gerardo, esa unidad de propósitos enmarcada por una actitud positiva es lo que yo quisiera ver, aunque como yo no soy mas que uno -y nada mas que un "regular Joe"- no me siento capaz de prejuzgar como antidemocrático el resultado de esa búsqueda de consensos si no se diera de la manera y con el resultado que a mi me gustaría ver.

Por lo demás, la Paz nunca es "simple": por el contrario, es una de las cosas mas complicadas que hay, y un desafío para TODOS los cubanos hoy polarizados por cualquier acontecimiento fuera de nuestro control, como ser la muerte de Fidel. Y por eso también exhorto a la siega de la cizaña que muchos se empeñan en sembrar entre cubanos (y entre colombianos, entre venezolanos, entre ecuatorianos, entre bolivianos, entre argentinos, entre brasileños, en fin....).

Y negociar transando parece ser el plato del dia en el comedor de este "Fort Childishness" que nos ampara a tantos cubanos desde hace décadas -discùlpame, pero es que me pasé un par de dias acampando con mis nietos en "Fort Wilderness", visitando a un matrimonio amigo (Mickey y Minnie), y la experiencia y el lugar me llevaron a esa asociación de ideas. Pero en ese sentido, el transaccional, estamos en buenas manos, según parece...

Por cierto, la brevedad y los grandes rasgos caracterizan a la Ley para la Reforma Politica aprobada por el parlamento español el 20 de noviembre de 1976: cinco artículos, tres disposiciones transitorias y una disposición final, que cabían cómodamente en dos carillas. Pero esa brevedad sería un desafío y un obstáculo todavía mayor (insalvable?) para los cubanos...