Nadie, en su más fértil imaginación se imaginó, durante los festejos del Año Nuevo 2020, los meses de pesadilla que la humanidad iba a vivir muy pronto.
Aunque había advertencias de unos pocos - el gobierno de Taiwán entre ellos- el caos y muerte del coronavirus no se vislumbraba en los umbrales del Nuevo Año.
Aseguran los científicos que nunca vamos a ser los mismos.
El aislamiento se prolongará por meses y la depresión consumirá a millones.
El impacto en la economía mundial ya es brutal, pese a que muchos gobiernos reabrirán las puertas a empresas y trabajos.
El año escolar está perdido y con ello la vuelta a clase se ve muy lejos.
Las familias se han visto abrumadas por el encierro de meses, agotadas en su mayoría las entretenciones.
La humanidad aguarda -en suspenso- un freno a la pandemia, luego de alcanzar y sobrepasar los dos millones de infectados... y espera impaciente una cura, mediante el esperado anuncio de la creación de vacunas y tratamientos adecuados.